Capitulo 9: Su hija quiere ser una mortífaga.
Ese mismo día, tras llevar a Draco a la enfermería, fui a hablar con Zabini. Seguíamos siendo amigos a pesar de todo lo que ocurrió.
-¡Blaise!- le llamé a través del pasillo.
-Katya- me respondió acercándose- ¿Qué ocurre? ¿Qué les pasa a tus ojos?-
-Nada- respondí sin darle importancia- Necesito que me ayudes-
-¿Qué necesitas?-
-Necesito que me ayudes a acabar con Potter- dije con una sonrisa en mi rostro.
-¡¿Estás loca?!- gritó alarmado- ¡No puedes hacer eso!-
-¿Por qué no?-
-Porque tu padre fue muy especifico al mencionar que necesitaba a Potter con vida- dijo cruzándose de brazos.
-Hablaré con él- anuncié emocionada- Creo que se alegrará al saber que su hija quiere ser una mortífaga-
Acto seguido me fui de allí hasta llegar a la sala de los menesteres. Me metí en el armario evanescente y pronuncié las palabras mágicas. Tras unos segundos las puertas se abrieron dejándome ver un rostro familiar.
-Greyback- saludé.
-Señorita Riddle- saludó de vuelta ayudándome a bajar del armario- Su padre la espera-
-Lo sé-
~Narra Draco~
Unas horas después de que Katya me dejara en la enfermería, Madamme Pomfrey me dejó salir. Me dijo que tuve mucha suerte de que Snape me encontrara, unos segundos más y no lo habría contado. Cuando salí estuve buscando a Katya por varias horas, pero no encontré rastro alguno de ella. No pude buscar más ya que mi antebrazo comenzó a arder de una manera que no había sentido nunca. Miré allí donde me dolía y vi la marca moviéndose. El Señor Tenebroso me llamaba. Por los planes que había logrado escuchar a mi padre y su amo. Era hora de matar a Dumbledore, y esta vez lo haría yo. Fui lo más rápido que pude pero sin levantar sospechas hasta la sala de los Menesteres, donde Bellatrix, Greyback y otros mortífagos esperaban a entrar en Hogwarts. Cuando abrí la puerta del armario, una nube de humo gris salió de él a la vez que todos bajaban del armario. Bellatrix se acercó a mi mientras me tocaba el pelo y me hablaba con su voz suave y diabólica.
-Draco...- dijo susurrando en mi oído- Tenemos una...pequeña sorpresa para ti...-
-No se si quiero saberlo- dije apartando mi rostro del suyo.
-Querrás... querrás- respondió alejándose de mi- Ven cielo... vamos a jugar...-
Pensé que se refería a mi ya que siempre me trataba como un niño pequeño, pero no. Al lado mío pasó una joven un poco más bajita que yo dando saltos como Bella. Su atuendo constaba de un vestido de cuero con un corte un poco más arriba de las rodillas, negro y con un cinturón negro mate. También llevaba unos botines de tacón que resonaban por el castillo cuando daba saltitos. Pero lo que más me llamó la atención era su pelo; liso, castaño oscuro y de una largura hasta la cadera.
-Katya- susurré para mi.
~Narra Katya~
Unas horas antes...
-Querida hija- me saludó mi padre al entrar en su "despacho"- ¿A qué debo el placer?-
-Padre- le saludé con una reverencia de cabeza- Pensé que te alegraría verme-
Me acerqué a él y le miré directamente a los ojos para que viera mi cambio. Cuando vio mis ojos se echó un poco para atrás sorprendido.
-Tienes los ojos de tu madre- dijo feliz.
-¿Mi madre tenía los ojos rojos?- pregunté con una sonrisa.
-Sí- dijo recordando- Cuando la conocí tenía los ojos de un color castaño verdoso, pero poco a poco el color fue cambiando hasta el rojo- sonrió ampliamente- Me fui enamorando de ella poco a poco, y en ese momento me enamoré por completo de ella-
-¿Quién es?- pregunté sacándolo de su trance.
-Disculpa-
-¿Quién es?- repetí- Mi madre, ¿quién es?-
-Me pidió que la mantuviera en el anonimato hasta que estuvieras preparada-
Pasamos el resto de la tarde hablando de mi vida. Quería saber de mi y eso me halagaba. Tras un rato me llevó a un cuarto repleto de cosas negras. A mi yo de antes le hubiera parecido un tanto excesivo, pero ahora me parecía perfecto.
-Gracias padre- dije emocionada.
-No hay de que brujita mía- respondió contento- Visteté con lo más malévolo que encuentres, irás con Bella y los demás a realizar la siguiente misión-
-Divertido- reí malévolamente- Gracias padre-
Acto seguido se fue y yo cambié con algo que vi en el armario. Cuando acabé me fui con Bella y los demás mortífagos.
-Vamos cielo- dijo Bella con típico tono de voz- Vamos a sembrar un poco el caos-
Ahora...
-Katya- oi que susurraban mi nombre.
Sabía exactamente de quien era la voz, pero ahora no tenía tiempo para amor. Dancé por los pasillos. Salté por encima de las mesas con Bella y rompí todas las cosas de cristal que encontré por el camino. Con mi varita hice varios hechizos destructores contra puertas, paredes y sobre todo ventanas. Nunca me había sentido tan libre. De vez en cuando miraba a Draco; su rostro mostraba tristeza y miedo. Nunca le había visto así. Algo despertó dentro de mi. ¿Compasión? ¿Amor? No, ese sentimiento tenía que desaparecer. Bella me hizo un gesto para que me acercara a ella.
-Ahora tenemos que esperar aquí...- susurró emocionada- ...hasta que Draco haga su trabajito-
-De acuerdo- dije igual de emocionada.
Draco se acercó a mi y me separó de Bella.
-¿Qué haces aquí?- preguntó agarrando mi brazo.
-Hago honor a mi padre- dije soltándome- Y ahora ve a hacer tu trabajo-
Me miró extrañado. Extrañamente hizo una mueca con forma de sonrisa y se fue. Me quedé pensativa. ¿Me había sonreído? ¿Por qué?
~Narra Draco~
Subía las escaleras de la torre de astronomía con media sonrisa en el rostro. Creí haber perdido a la única mujer que había amado en mi vida, pero no era así. Cuando me acerqué a hablar con ella, sé que algo en su interior despertó. Sus ojos eran rojos, sí, pero a lo lejos. Cuando me acerqué a ella vi que un trozo de su iris era de color marrón; justo como su color original. Estaba volviendo. Y yo estaría allí para que no volviera a caer en manos de su padre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro