Capitulo 7: ¡Draco, no!
-¡Me opongo!-
***
Todos los presentes giraron las cabezas hacia donde provino aquella voz. No tardé mucho en distinguirle entre la multitud. Esa voz era la que me había estado dando vueltas en la cabeza durante toda mi estancia en Hogwarts. Cabellera platinada, traje negro con una camisa gris oscura que se ceñía a su figura y unos zapatos de vestir que seguramente hubieran costado el salario de una vida entera de cualquier mago. Solté las manos de Blaise y me dirigí hacia él. En parte estaba enfadada, pero en parte también aliviada ya que retrasaría más una unión inevitable. Me paré en frente suyo y levanté mi cabeza para mirarle a los ojos.
-¿Qué haces?- pregunté sintiendo la mirada de mi padre quemándome la nuca.
-Debía hacerlo- dijo Draco- No puedo perderte, no otra vez-
-Me lo prometiste- susurré al borde de las lágrimas.
-Lo se- contestó bajando la mirada- Y me arrepiento de ello-
No me dio tiempo a decir nada más ya que una de las manos de mi padre me agarró del brazo, más fuerte de lo que me hubiera gustado, y me apartó de él. Acto seguido, agarró a Draco del hombro y ambos desaparecieron en medio de la ceremonia.
-Katya- me llamó el padre de Blaise- Termina lo que has empezado-
Obedecí a su orden apartándome una lágrima de la mejilla y subiendo de nuevo las escaleras del altar. Rechacé la mano de Blaise cuando me la ofreció para acompañarme hasta su lado. Estaba harta de farsas y esta no era la manera de demostrarlo.
-Ministro, puede continuar- ordenó el señor Zabini.
-Bien- dijo el Ministro asintiendo- continuemos con la ceremonia-
Tras hablar durante un tiempo de la vida que nos esperaba a ambos, al fin, llegó el momento decisivo.
-Blaise Zabini- anunció el Ministro- ¿Aceptas a Katya Riddle como tu legítima esposa?-
-Acepto- dijo con semblante serio.
-Y tú- dijo mirando hacia mi- Katya Riddle, ¿aceptas a Blaise Zabini como tu legítimo esposo?-
Respiré. Pensé. E intenté hablar. Pero me mantuve callada durante algunos segundos más. Al fin, las palabras salieron de mi boca.
-Acepto- anuncié con voz temblante y con la vista fija en el suelo.
-Entonces- dijo el Ministro levantando sus brazos- Por el poder que me concede el Ministerio de Magia, yo os declaro marido y mujer- miró a Blaise- Puedes besar a la novia-
Levanté la mirada con el semblante triste. Yo sabía que él sentía lo mismo que yo, pero sabía disimularlo mejor. Avancé un paso, justo como él lo hizo hacia mi. Pasó sus manos por mi cintura y yo recorrí su torso con las palmas de mis manos hasta dar con su cuello. Inclinó su cuello a la vez que yo me estiraba. Ambos cerramos los ojos y finalizamos el aproximamiento. Sus labios rozaron los míos, pero entonces...
-¡Alto!-
10 minutos antes...
~Narra Draco~
El padre de Katya la apartó de mi y acto seguido nos aparecimos dentro de mi casa, en el cuarto del propio Voldemort. Él comenzó a dar vueltas por la habitación. Parecía desesperado, nervioso. De repente, el humano que había pretendido ser para la boda de su hija, desapareció. En su lugar, aquel monstruo de tez pálida, sin nariz y calvo apareció ante mi.
-¡Tienes idea de lo que has hecho!- me gritó cuando hubo completado su transformación- ¡Apártate de mi hija!-
-¡¿Por qué iba a hacer eso?!- grité en el mismo tono, cosa que sorprendió al Señor Tenebroso- ¡No te tengo miedo! ¡Lucharé hasta mi último aliento por ella!-
-Que así sea- dijo sacando su varita- "Avada...-
En ese momento su varita salió disparada por los aires. Me giré para ver quien le había despojado de su varita y en el umbral de la puerta se hallaba...
-Corre Draco, aún hay tiempo-
-Gracias mamá- dije corriendo escaleras abajo.
Hice oído para ver si podía llegar a tiempo, pero no logré escuchar nada. Llegué hasta las puertas de cristal que daban al patio trasero. La imagen en frente mía era horrorosa; Zabini agarraba de la cintura a Katya mientras ella subía lentamente sus manos hasta su cuello. Antes de darme cuenta sus rostros comenzaron a acercarse y esa fue mi señal para entrar en acción.
-¡Alto!-
Todos los presentes se giraron hacia mi por segunda ves en aquel día. Estaba acaparando más la atención que los propios protagonistas.
-¡Draco, no!- gritó Katya desde el altar.
-Draco, sí- susurré para mi mientras caminaba por el pasillo.
Mis pasos se convirtieron en zancadas, y cuanto más me acercaba, más se separaba Blaise de ella; y eso era justo lo que necesitaba. Llegué al altar y me puse en frente de ella, ocupando el sitio en el que antes estaba Zabini.
-Draco,- dijo asustada, ¿qué haces?-
-Algo que debí haber hecho desde el día que te quitaste aquel anillo que te regalé-
No perdí más tiempo. La agarré de la cintura atrayéndola hacia mi sin que ella pudiera resistirse, y la besé. Mi besó fue correspondido cuando ella agarró mi nuca para atraerme más hacia ella. En ese momento la incliné hacia atrás sujetando todo su peso en mis brazos. Me separé un poco de ella para mirarla a los ojos. Simplemente me sonrió y eso era cuanto necesitaba para erguirla de nuevo, agarrarla de espalda y rodillas, levantarla y llevármela de allí. Comencé a caminar por aquel pasillo, con Katya en mis brazos, bajo la mirada de todos los presentes. Cuando llegué al final del pasillo me aparecí en otro lugar para que nadie pudiera encontrarnos.
~Narra Katya~
Todo lo que acababa de pasar parecía un sueño. Nunca le creí capaz de hacer algo así. Pero se convirtió en la persona que yo esperaba que fuera; mi héroe. Draco hizo que nos apareciéramos en aquel bosquecillo mágico donde mi pidió que me casara con él. Me acordaba de cada detalle de aquel lugar, pero esta vez, notaba algo diferente.
-¿Qué hacemos aquí?- pregunté al no ver el castillo de Hogwarts a través de los árboles- ¿Dónde estamos?-
-Te parece el mismo bosque mágico al que te traje antes de vacaciones- dijo a lo que yo asentí- Bien, pues he encubierto cada rincón de este pequeño "Edén" para que ni tu padre ni el mío puedan encontrarnos-
Todo me pareció perfecto en ese instante hasta que me di cuenta de que si nuestros padres podrían encontrarnos, tampoco podría ver a mi hermana ni a mis amigos de nuevo.
-Pero... mi hermana- comencé a tartamudear- Ron, y Harry, y mis padres muggles ¿No voy a poder verles?-
-Claro que si- dijo calmándome- Cuando el curso comience todo volverá a la normalidad-
Levanté una ceja ya que ningún curso en Hogwarts había sido normal.
-Bueno, todo lo normal que puede llegar a ser- dijo rectificando.
Me cogió de los brazos y pasó sus manos de arriba a abajo repetidas veces.
-Ya verás- dijo con su voz tranquilizadora- Todo va a salir bien-
-Eso espero- dije un poco asustada.
-Hasta que volvamos a Hogwarts- dijo separándose un poco de mi- ¿Qué te parece si, hasta que empiece el curso, vivimos aquí?-
Me quedé un poco sorprendida con aquella proposición, pero con Draco no tenía miedo a tomar aquel tipo de decisiones. Nunca lo había tenido y creo que nunca lo tendré.
-Claro que si- dije emocionada- Contigo, hasta el fin del mundo-
Y allí, entre árboles, al lado de un rio y rodeados de flores, le demostré mi amor al único hombre que había sido capaz de enamorarme. Aún en aquel vestido de boda y con la cabeza hecha un lio sabía perfectamente lo que quería, y eso, siempre ha sido y siempre será él.
***
Hola chicxs,
Os vengo a decir que acabo de decidir que, por el bien de nuestras saludes mentales y para que esta historia no quede como una historia interminable, esta temporada de "Quien dijo Sangre" será la última. He preparado varias escenas interesantes para los capítulos restantes de esta historia. Lo único que quiero decir es gracias, a todas aquellas personas que hayan estado leyendo este fanfic de nuestro Malfoy desde el principio. Muchas gracias a todos los que leen y a los que votan. Me gustaría que esto no quedara aquí. Me ha gustado mucho escribir para vosotros y espero que me ayudéis a crear un nuevo fanfic para poder seguir haciendo aquello que me gusta y me entretiene; escribir.
Os amu a todxs. Besosssssss <3 <3 <3
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