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Quien deseaba amor y felicidad

Alerta de spoiler.

Solo había silencio en este reencuentro, el niño con rostro de ángel le sonreía a la chica pálida quién lo veía bastante sorprendida pero asustada, el aún lucía como un niño mientras que ella envejeció, además por alguna razón sentía que debía guardar distancia del que alguna vez considero su amigo.

—¡Wow tu cabello parece el de una anciana!... Gris como la ceniza. —Mikhail expresó alegremente, y ella no sabía si se trataba de un halago o burla, en todo caso se empezó a alejar aunque sin llegar muy lejos debido al pequeño cuarto donde estaban. —Recuerdo que era negro como la noche... Pero supongo que se volvió así después de todo lo que viviste ¿No?, Y según tú ibas a huir de este mundo pero te consumió, que triste. —Expresa sintiendo pena por ella, aunque la joven no estaba convencida de sus palabras de lastima.

Tan solo suspiró... pues cuando pensó que tendría un día tranquilo le pasa esto, ve como la expresión de Mikhail empieza cambiar poco poco, el ya no sonríe, en cambio se ve molesto, entre cierra sus ojos. —Yo creí que me ibas a reconocer... Después de todo no cambie para nada, si acaso me corté el cabello ¿Te gusta?.

—Esto es demasiado repentino, creí que jamás te volvería a ver.

—¡Pensé lo mismo!.—Respondio. —Pero tal como te prometí seremos una familia... —La manera en la que lo dijo solo la hizo temblar, sigue percibiendo algo mal en Mikhail.

Aunque ahora que lo recuerda siempre fue así, desde niños... Él de repente sostiene su mano, está fría y sabe el porqué, es falsa, tal como su sonrisa.

Es un mal momento pero aún así empieza a recordar pequeños fragmentos de su pasado con él.

Fue hija de una prostituta, su madre la cuido arduamente la protegió de todo hasta que un día ella ya no volvió... La pequeña no tenía a dónde ir pero sabía que quedarse en ese lugar solo le esperaría dolor, no dudo en cortar su cabello y cambiar sus ropas para poder sobrevivir, viviendo en las calles, convirtiéndose en una ladrona buscando a su madre.

Recuerda que en una noche de luna llena conoció a Mikhail, cuando buscaba un lugar que robar se topo con el lindo niño de cabello largo, ella se sorprendió al verlo pensando que la iba a delatar pero en cambio se acercó a ella sonriendo ingenuamente. —¡Hace tiempo que no juego con alguien!. —Dijo alegre, sosteniendo con fuerza su pequeña muñeca. —Soy Mikhail ¿Cómo te llamas?.

—No deberías confiar rápidamente en un extraño sabes...—Contestó  ella, sin muchos ánimos de tratar con él.

—Bueno estoy acostumbrado a tratar con ellos, después de todo mamá siempre trae. —Cerro sus ojos el niño de nuevo dando una sonrisa, más la niña no estaba convencida, sintió pena por el.

—Sabes no tienes que sonreír si no quieres... —Le dijo. —Soy Emilia.

—¡Emilia!. —Se sonrojo al saber el nombre de quién ya considera amiga. —Que tal si jugamos... ¡Mamá no vendrá hasta tarde!.

No tenía intenciones de quedarse, realmente no tiene tiempo para eso... Pero le daba tanta pena el niño que solo asintió.

Mikhail era un niño que desbordaba un montón de alegría, algunas veces la mano de él se aferraba a la suya con fuerza, como si temiera perderla siendo que apenas se conocen, como si el buscará desesperadamente algo para ser feliz y negar la horrible realidad en la que está, aunque no puede culparlo si es así... Ella aún se aferra a la idea de encontrar a su madre siendo que varias personas le dijeron que se diera por vencida, que ella ya se fue, que desapareció para siempre.

Ella y él solo son niños que buscan ser felices... Que buscan ser protegidos y amados.

—¿Volverás cierto?.

Sabía que tenía que decir que no, que no debía darle esperanza, pero miro esos ojos llenos de súplica y esperanza... Termino por quedarse cerca de allí para poder visitarlo, notando algunas veces a Mikhail cansado o incluso pálido, llegó a verlo con moretones visibles en sus brazos, quería decir algo, consolar, pero... No podía decir nada, ella estaba al borde de la desesperación igual, cada vez era más difícil vivir en las calles, pronto su disfraz de chico no serviría.

Solo jugó con el rato un poco más, rezando a quien fuera para que los salvará.

—Yo algún día saldré de aquí... Quiero vivir felizmente. —Fue una de las grandes mentiras que se dijo a si misma mientras comía con Mikhail un pan que había robado.

—¿Puedo ir contigo?... Podemos ser una familia. —El pequeño expresó maravillado.

—Si... Porque no. —Habia dicho sin darse cuenta del peso en sus palabras para Mikhail, Emilia solo contesto para hacerlo feliz, para darle un poco de esperanza en este mundo cruel.

El se apoyo en el hombro de ella, mientras sostuvo su mano, Mikhail tararea felizmente. —Es una promesa.

Los ojos verdes de la joven se abrieron en grande al regresar en si, debido a que Mikhail seguía en su espacio personal se terminó por caer al suelo, aunque eso más bien lo vínculo con su anemia pues aunque quería levantarse no podía, eso sí, le sorprendía que él no haya soltado su mano, está segura que pesa lo doble que él y ni siquiera parece hacer esfuerzo al sostenerla . —¿Olvidaste tu promesa?.—Cuestiono bastante decepcionado aunque su expresión denota seriedad.

Ella como pudo se zafó de su agarre alejándose a rastras aunque sin mucho éxito. —Fue hace tantos años... Recuerdo que tú madre murió a manos de un vampiro y te llevaron lejos, decidí seguir con mi vida. —No es que no le haya dolido la separación, quisiera o no le tomo cariño a Mikhail aunque decidió dejarlo en el pasado para continuar, aunque vaya continuación, termino siendo una esclava como su madre, a tan temprana edad se le fue arrebatado todo, pensó tantas veces en morir, pero... No era tan fácil, aún rota y llena de desesperación se aferraba a la vida, a la idea de que todo podía cambiar, porque el deseo de toda persona es poder vivir felizmente, de cierta manera logro entender a ese pequeño Mikhail tan inocente, lleno de vida y anhelando poder ser feliz. 

—Esta bien... Te perdono. —El dijo, demasiado complaciente tan solo pensó. —Despues de todo yo soy la única persona que tienes ¿No?. —Mas como una pregunta lo escucho como una afirmación. —Soy especial para ti, y tú para mí, aunque hay otras dos personas queridas en mi corazón pero no te sientas celosa, ya que sin duda mataría para verte feliz. —Hizo una genuflexión hacia ella, ofreciendo su mano de nuevo está vez para que se levanté, Emilia solo lo observó en silencio. —Solo me tienes a mi, es por eso qué has vivido todos estos años, por mi, porque me amas. —Lo decía con tanta seguridad, esperando que fuera así. —Vamonos de aquí...

Ella negó lentamente, apartando con cuidado su mano. —Tienes que parar con esto... No sé porque cosas viviste todo este tiempo que te fuiste pero debió ser duro ¿No?, Tus ojos antes brillaban de tristeza pero te esforzabas por sonreír, y ahora no hay ningún brillo, están vacíos. —Mikhail aún conservando su sonrisa ladeó la cabeza, como si no entendiera las palabras de Emilia o más bien no quería entenderlas, no permitiría que el dolor se apodere de él, ya sufrió bastante tan solo desea ser feliz, ¿Acaso no tiene derecho?, Ya experimentó todo tipo de dolores y penas siendo apenas un niño, algunos dirían que es admirable que pudo con todo eso que lucho y fue fuerte, pero él no quería ser fuerte, el solo quería ser protegido y querido tan solo anhela a su hermano y padre devuelta, quiere al que cree que es el amor de su vida a su lado, quiere olvidar todo ese dolor por el que pasó, llenarse de felicidad hasta que se desborde y sea capaz de morir con una verdadera sonrisa. —Quiero estar contigo pero no de esta manera... A la larga uno de los dos hará infeliz al otro. —Mikhail mantenía su mirada baja, notando en el vestido de Emilia un rosario de plata, al verlo su expresión cambio y lo tomo enseguida.

Primero se mostró desinteresado, pero al ver la expresión de ella entendió todo. —Sabes... Descubrí lo que le pasó a tu madre, fue asesinada. —Realmente Emilia no se sorprendió tanto al escucharlo, aunque si le molestó que Mikhai tocará el tema como si nada. —¿Puedes adivinar porque?...—La sonrisa retorcida dé el se plasmó en su cara de ángel. —Porque no querían pagarle lo que quería por ti, solo quería el dinero suficiente para irse, solo por eso te cuido... Nunca te amo. —Ella palideció al instante, se le dificulto respirar, sabía que no debía creer fácilmente, pero... Por alguna razón siente que es verdad, trato de ahogar su llanto de no derramar lágrimas, ahora que lo piensa jamás escucho un te amo de ella, nunca la abrazo, solo la cuido, diciendo que debía crecer grande y fuerte.

Mikhail empezó a limpiar las lágrimas de Emilia, no las pudo contener tan solo estaba perdida en sus pensamientos llevando su mirada a ese rosario, regalo de un joven que hace poco vino por aquí, miembro de la iglesia que buscaba vampiros... Ella no dudo en dar el nombre de sus abusadores siempre y cuando obtuviera algo a cambio, él le dió eso, diciendo que por ahora no cargaba dinero, que si necesitaba ayuda podía acudir a la iglesia mostrando el rosario, al principio pensó que se trataba de un tipo tacaño, pero su mirada... Cuando el vio las mordidas en su cuello y brazos notó odio y dolor, la mano de él se acercó a ella, pero no la tocó, solo lo vio sonrojarse y diciendo que no dudará en venir. —Lo ves... La única persona que te ha amado realmente he Sido yo, por eso debes amarme solo a mi. —Emilia aún con lágrimas en los ojos le dió un manotazo para alejarlo.

—El amor no te llenará de felicidad si estas roto... No me amas, solo te aterra el hecho de sufrir solo, quieres que te ame pero no puedo hacerlo, jamás te he visto de esa manera, éramos niños a lo mucho sentí pena y cariño por ti, pero no confundas eso. —Se las arregló para responder. —Tal vez lo viste así porque en ese tiempo sufrías, querías encontrar amor a través de mi o de gente que te demostrará una mínima muestra de amabilidad, pero no está bien Mikhail, no se que te pasó o si alguien te influenció...—De repente el albino le cubrió la boca, trato de apartarlo pero tenía una fuerza descomunal.

—Parece que alguien te influenció a ti, me preguntó si fue la persona que te dió esto...—Refiriendose al Rosario. —No debes creerle, solo debes creer en mi y en esa persona... ¿Acaso no lo entiendes?, Solo quiero protegerte, te llevaré lejos de Aquí, nadie te hará daño. —Mikhail sonriente dijo, aunque Emilia estaba mas que asustada, si algo ha aprendido es que deberá dar algo a cambio, seguramente su libertad, ahora en vez de estar en una jaula sucia será en una de oro.

Pero con su poca fuerza fue capaz de empujar a Mikhail, corrió a la puerta del cuarto... La abrió pero la sangre solo salpicó en el suelo y Mikhail se quedó anonadado por lo que sucedió.

Preguntándose el porque las personas que ama siempre se van lejos, si está maldito o es un castigo por aferrarse tanto a la vida hasta al punto de aceptar ser un vampiro... Lo único que quiere es amar y ser amado, tan solo eso, ni siquiera pide riquezas y fama, simplemente tener una familia y ser feliz.

Mira su mano, y después al suelo, tiene una expresión decaída... Dio la espalda a la puerta y camino hacia la pequeña ventana que había, vio a la chica herida correr por su vida, alza su mano como si tratara de alcanzarla, y de hecho es capaz, pero... Por alguna razón duda, lleva sus manos a su rostro recordando lo que dijo sobre sus ojos, las palabras de ella le hicieron sobre pensar las cosas, pero sigue teniendo en claro su objetivo. —Solo quiero ser feliz.

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Hace tiempo había escrito esto para un concurso que obviamente no gane, qsnsknd.

Espero les haya gustado, honestamente quisiera ampliarlo más pero por ahora quedará en one-shot debido a mis ocupaciones (se habrá notado una ausencia de mi parte) y es por eso mismo, agradezco a quienes aún me leen espero les haya gustado 💗💜💜💗

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