Nuevos huespedes
Las calles estaban repletas de luz y sonido, risas viniendo de niños ganando juegos, realmente no sabias que celebraban pero igual te habías ganado un pequeño peluche de (A/F) así que no le tomaste importancia. Estabas volviendo a tu casa, el barrio por donde vivías no estaba iluminada muy bien, la diversión era en la plaza de la ciudad, pero ya te sabias el recorrido de memoria.
Justo habías llegado a la puerta de tu casa, agarraste tu peluche con una mano mientras que con la otra buscabas tus llaves, por la falta de luz no veías bien cual era del departamento. Algo ilumino el cielo de pronto, giraste la cabeza para ver que era, imagina la sorpresa cuando viste un meteorito llendo en tu dirección.
Por impulso solo te agachaste intentando protegerte a ti misma, la luz paso de largo y sentiste un golpe cercano, te quedaste hací unos segundos cuando reuniste suficiente valor para ver que era. Una columna de humo comenzaba a hacerse visible, venia de un callejón vacío. Lo meditaste unos minutos, no querías ponerte en peligro, total la ciudad tenia héroes que los protegerían, seguro ellos podrían encargarse.
Por otro lado, siempre quisiste una aventura, tu vida era lo suficientemente aburrida, los ataques a la ciudad siempre fueron tu entretenimiento. Comenzaste a caminar en dirección al callejón, viste una rama en el suelo y sin pensarlo dos veces la agarraste usándolo de arma, diste un vistazo al lugar, el humo comenzó a disiparse dejando ver unos pequeños cuerpos.
Avanzaste con la intención de saber que eran, al ver que se movían te pusiste alerta, dispuesta a golpear lo que sea que se estuviera ahí. Mas tu sorpresa aumento cuando viste unos pequeños ¿monos?
- ¿En serio? - te sentiste un poco decepcionada, esperabas que fuera un alienígena asesino o un espíritu del espacio, pero en ves de eso solo eran dos crías de monos, tu cerebro se puso a las pilas cuando los pequeños monitos se empezaron a levantar, apoyándose uno en el otro.
- Aww, hola pequeños - ha cercaste tu mano para acariciarlos, recibiendo unos gruñidos como respuesta -mm... No han conocido a mucha gente amable ¿verdad? - te agachaste para poder verlos mejor, no parecían monos normales, pero por alguna razón decidiste no comentar sobre las cuatros orejas sobrantes que alcanzaste a ver, sintiendo que te atacarían si lo hacías - ji ji, tranquilos, no voy a hacerles daño - dejaste la rama en el suelo cuando viste al anaranjado viéndolo con desconfianza - pueden confiar en mi.
Se miraron entre si, parecían tener una conversación silenciosa, luego el pelinegro fijo su mirada en el peluche en tus brazos - oh, ¿lo quieres? - no recibiste respuesta pero la forma que lo miraba te lo decía todo - tomalo, es tuyo - estuviste extendiendo el peluche unos segundos antes de que sus manitas lo agarraran, abrazándolo fuertemente una vez estuvo en sus brazos - bueno, no pueden quedarse aquí, aveces hay personas malas que se paran a dormir, así que mejor vuelvan con sus dueños.
Te paraste con toda la intención de irte, cuando sentiste que algo agarraba tu tobillo -¿ah? ¿Que pasa pequeños? - te miraron en forma suplicante, entendiste instantáneamente, no tenían dueños, te rompió el corazón el solo pensar que esas linduras llenas de inocencia fueran abandonadas, nostalgia el verte reflejada en ellos - ... ¿Quieren.. quedarse con migo por hoy?
Sus ojitos brillaron, al punto que parecían estrellas.
- Ja ja, Okey niños, yo los cuidare hasta que encontramos a su familia ¿de acuerdo? - asintieron frenéticamente, abriste los brazos para poder cargarlos preparada por si te mordían o algo pero no, los dos técnicamente se estrellaron contra ti, ronroneando y sobandose en ti, solo sonreíste, estos dos eran muy bipolares. Te levantarte con toda la delicadeza del mundo, intentando no espantarlos, unas ves parada comenzaste a caminar hacia tu puerta abierta por lo de antes, la empujaste con el pie por tener las manos ocupadas. No era muy grande ni pequeño pero suficiente para que una o dos personas vivieran.
- Muy bien pequeños, voy a traerles unas cositas para que no pasen frío ¿si? - los dejaste en el sillón frente al televisión y fuiste a tu cuarto por una mantas - ¡no rompan nada! - una vez te fuiste comenzaron a explorar tu sala sin hacer caso a lo que le habías dicho, mirando con atención los cuadros y posters de tus series favoritas, no pararon hasta que las fotos en la mesa llamaron la atención del pelinegro, soltó un chillido llamando a su compañero, ambos viendo tus fotos antiguas. En algunas aparecías mas pequeña y alegre, llena de pinturas y una inmensa sonrisa, mientras de fondo dos personas desconocidas.
Las demás eran parecidas,solo que pintura estaba alejada de ti, los desconocidos salían también, con rostros felices.
- Husmeando en mis cosas eh? - te dio risa el con se sobresaltaron en sus lugares - en fin, les traje estos trajecitos, eran de mis figuras de coleccion asi que ¡no los rompan! - los miraste para confirmar que entendieron, solo asesitieron - Okey... vengan conmigo, los ayudare a ponérselos - se subieron en tus hombros, uno de cada lado.
Una vez en tu habitación iniciaste con el pelinaranja, parecía el mas inquietó de los dos, y vaya que tenias razón, las parte de abajo fue simple, pero se negaba a usar polo por alguna razón - ¿que, tan feo esta? - preguntaste, recibiendo un bufido como respuesta, podias entenderlo, a ti tampoco te gustaba usar polos simples de un solo color, estabas siendo muy cruel en tu opinión.
- Bien... ¿que tal este? - lo dudaste un segundo, pero levantaste la pequeña chaqueta de color dorado con detalles naranjas y rojos, ese era tu favorito, miro de reojo y sus ojitos brillaron - ay no, te gusto - oiste una risita detras, el pequeño negrito ya se habia cambiado, pero no era la ropa que le diste, en su mayoría era morada, con algunos detalles dorados y negros, reconocias ese conjunto en cualquier parte - ¿en serio, TU tambien? - tu comentario solo hizo que su risa aumentara, sentiste con la ropa que tenias en las manos la jalaban, volteaste la cabeza para ver al pelinaraja dando vueltas y soltando chillidos de felicidad. No podías enojarte con ellos.
- Bueno, al menos ya no andarán desnudos por todos lados, tengo unas almohadas extra - agarraste al pelinegro, lo bajaste de tu mesita de noche y lo pusiste en tu cama junto al otro, abriste el cajón de tu cama, sacando mantas y almohadas - A ver.
Acomodaste las almohadas, separándolas para hacer dos camitas, grave error - ¿uh? - el pelinegro agarro tu brazo con su manita mientras negaba con la cabeza - ¿quieren dormir juntos? - asintió, tus ojos se abrieron del asombro, la teoría que rondaba tu cabeza se confirmó, esos dos no eran amigos o hermanos, eran pareja, una muy peculiar
- Ya veo, Okey - juntaste las almohadas - no tengo ningún problema, solo no sean traviesos - se sonrojo, a este punto ya habías procesado que podían entenderte a la perfección, lo usarías a tu favor - ja, bien niños bonitos, es tarde, ¡A dormir! - palmeaste las almohadas para que subieran, el pelinegro se subió rápidamente.
- ¿uh? ¿Que pasa pequeño? - el anaranjado miraba el piso con indesición, acaso... ¿le tenia miedo a las alturas? - ¿quieres ayuda amigo? - abriste los brazos, su mirada fija en ti - yo te atrapó - se tardo unos segundos en saltar pero lo hizo, una en tus brazos lo agarraste firmemente, mientras el pequeño descargaba ese momento para él, hibas a ser derivada por abrazos más tarde.
El chillido del otro mono celoso se hizo presente, su cara tiernamente enojada, te reiste de como el negrito rodeaba a su contrario sonrojado como si de un gato se tratase - tranquilo, no te lo voy a quitar se ve que te quiere mucho.
Te subiste a tu cama ignorado la mirada fulminante del negrito, ya mañana les pondría nombres.
- Buenas noches pequeños... Descansen -
...
Unos sollozos en la noche despertaron a la chica, que medio adormilada se sentó en la cama, intentando identificar el motivo de su despertar. Giro su cabeza hací sus invitados para cerciorarse, su sorpresa fue grande cuando vio a sus monitos, el pelinegro sollozaba bajito mientras se aferraba a su contraparte quien lo abrazaba y soltaba chirridos de consuelo.
- Hola chicos - se sobresaltan cuando habla la mayor - ¿esta todo bien? - a simple visita se puede deducir más o menos la situación. Lágrimas, pequeños temblores, intentos de consuelo y muchos abrazos. Reconocio esos signos y se confirmó cuando el más pequeño alzó sus bracitos en su dirección, una pesadilla.
- Okey - suavemente paso sus manos debajo de los brazos de ambos y se detuvo ahí como si estuviera pidiendo permiso, el pelinaranja asintio y ya con autorización levanto al par para ponerlos en su pecho, se recosto en su cama nuevamente y se dispuso a dormir una vez se aseguro de que ambos estuvieran comodos, volvio a abrir los ojos al escuchar unos ronroneos y sentir como ambos frotaban sus caritas en ella - unos monos necesitados, eso es nuevo - con el brazo izquierdo acerco a los dos a ella y con la otra comenzó a acariciar sus cabezas.
Los menores solo ronronearon como respuesta, dejando que ella los consintiera, asi fue toda la noche, ella asicalandolos y ellos ronroneando sonoramente mientras se abrazaban, sus colitas aun enrrolladas rodearon el brazo de la mayor, por fin quedandose dormidos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro