Wukong y Macaque estaban jugando con una pequeña bola de estambre como gatos, solo que ellos estaban tratando de atraparla mientras esta rodaba por toda la casa de la chica, ignorando la crisis existencial en la que estaba la mayor.

Después de lo qué pasó hace unos días, sabía que solo era cuestión de tiempo para que la encontraran, pero no estaba segura de si entregar a esos monitos llenos de poder era una buena idea.

"Ahggg." -Se sentó en el sillón de su sala y escondió su rostro en sus manos, tratando de procesar todo más rápido y buscar una solución.- "Sería más fácil si fueran monos normales." -Asomo sus ojos, mirando a los monos que jugaban alegremente en su sala.... Ella realmente no se quería separar de ellos.

Wukong, lanzó la bola de estambre hacia la chica, quien lo atrapó en el aire y la dejó con cuidado en el suelo, viendo como Macaque se lanzaba hacia la bola y empezaba a rodar con ella, Wukong persiguiéndolo detrás de él.

Y lo decidió, se quedaría con ellos, al menos hasta encontrarles un lugar seguro donde vivir. Sonrío y se levantó a seguirlos, evitando que rompieran algo más.

....

"¡Estoy seguro que los vi! ¡No estoy loco!" -Decía MK mientras ordenaba su habitación desordenada por las ultima intrusión, con Pigsy tratando de arreglar la puerta que ahora tenía un agujero por donde literalmente MK había atravesado horas antes en la desesperación.-

"Lo sé Niño, se que no me mentirías... solo que es difícil creerte." -Su voz era animada y severa, pero no era dura. Terminó de pegar la puerta, al menos de manera decente.

"... ¿crees que ellos estén bien?" -El menor dejó su ropa en su armario y se sentó en su cama, apoyando su cabeza entre sus manos, el pobre chico estaba muy preocupado por sus maestros, eran parte de su familia.

Pigsy miro decaído a su hijo, frunciendo el ceño ligeramente y suspirando, en realidad al cerdo no le importaba mucho ese par de monos, tenían cientos de años vivos y tenían poderes que los hacían prácticamente indestructibles... pero MK era un niño y no veía eso.

Dejó la puerta en su lugar y se acercó a su hijo, sentándose a su lado acariciando su cabeza, un movimiento tranquilizador que siempre funcionó con él.

"... ¿Recuerdas cuando eras pequeños a esa vez que te deje solo con Tang? -MK soltó una pequeña carcajada al recordar eso, eso animó a Pigsy a seguir- "Ambos desaparecieron durante días y cuando los encontré, estaban bajo la cama de Tang mirando películas de Monkie king."

-Tomo las manos de su hijo entre sus manos para que lo mirara a los ojos, sonriéndole con todo el amor maternal que tenía por su pequeño y precioso hijo- "Ustedes estaban bien mientras yo me moría de la preocupación, esto es lo mismo. Ellos son fuertes, pueden cuidarse, estarán bien."

MK miró unos segundos antes de que sus ojos se empezaran a humedecer, y empezara a sollozar, Pigsy sonrío y lo abrazó contra su pecho, sintiendo como El Niño se aferraba a su ropa mientras lloraba de preocupación, pero ahora tenía a su padre para apoyarlo, así que se permitió estar más tranquilo.

*Llora por su propia creación.*