¿Medicamento?
Tras la partida de Claudia de tierra de nadie. Eva se volvió a concentrar en la conversación que había formado con Mamut y Gorila.
—Continuen, por favor.
—Como te decía —habló Mamut— Es un viejo loco que vive en el bosque, pero es un experto en analizar frascos y sustancias.
—Con facilidad, puede decirte lo que había en ese frasco —concluyó Gorila.
Eva examinó el frasco con la mirada y la duda la invadió al instante. ¿Que contenía está "medicina" que la volvía tan estricta?.
—¿Que crees que lograrás al saber la sustancia del frasco?.
—No estoy segura...—suspiro— Pero sea lo que sea... Puede que sea importante.
—¿Quieres ir a verlo mañana?.
Asintió con la cabeza.
A la mañana siguiente, a muy tempranas horas, cuando el sol recién despertaba. Eva, Mamut y Gorila, se dirigieron al bosque fuera de tierra de nadie, para encontrar a Mel.
—¿Mel? —preguntó Eva con gracia.
—Si — afirmó Gorila— Es un hombre muy viejo. Hábil con las sustancias y medicinas.
—¿Cómo llego a este lugar?.
—Proviene de Raylonds, se dice que escapa de los guardias del rey. —respondió Gorila—Ya que intento envenenar al capitán de la realeza, cuando esté lo quiso desalojar de su hogar.
La expresión de Eva era de sorpresa.
—Hábil con las sustancias... —susurro para sí misma.
Cabalgaron toda la mañana por el bosque. Llegaron a la conclusión de que habían dado vueltas en círculos, hasta que llegaron a una pequeña cabaña en medio de la nada, lucía abandonada; cubierta de plntas y tierra.
—¿Están seguros que vive aquí? — preguntó Eva, con algo de inquietud respecto al aspecto de aquella cabaña.
—Si... Solo está descuidada —dijo Mamut.
—O está muerto —habló Gorila, sin sentimiento alguno.
Se acercaron a la puerta, y dieron leves toques a ella.
—¿Mel? ¿Estás ahí?.
Preguntaban con curiosidad e inquietud, al ver que no había respuesta..
—¿Estará muerto?...
—El olor a cadáver es muy fuerte, princesa —aclaró Gorila —Si lo estuviera, nosotros no podríamos acercarnos así.
—¡Mel!, ¡Somos Mamut y Gorila! —gritó Mamut— ¡Abre ya!.
—¡Fuera! —gritó una voz desde adentro de la cabaña.
Eva respiro aliviada, sabiendo que el hombre no se encontraba muerto. Por otro lado, Mamut seguía insistiendo en que Mel les abriera para hablar con él y esté, se seguía negando.
—¡Por favor! —grito Eva— ¡Necesito su ayuda!.
Un silencio invadió el lugar, lo único que se escuchaba era el crujir de la madera dentro de la cabaña. De repente, la puerta se abrió un poco, mostrando la cara arrugada de Mel, con enormes ojos negros que se notaba gracias a sus enormes anteojos.
—¿Quién eres? —pregunto después de unos minutos de silencio.
—Me llamó Eva. Y solo quiero su ayuda — suplico ella.
Mel abrió la puerta por completo, mostrando su pequeño estatura, sus arrugas, y la joroba en su espalda.
—Adelante— anunció.
Dentro de la cabaña, se respiraba un fuerte olor a humedad y a antiguo. En la sala, había una enorme mesa, con artefactos científicos, algo antigüos para la época.
Eva se quedó sorprendida con la cantidad de instrumentos que se encontraban sobre la mesa. Enormes libros de lenguaje antigüo y demás cosas... Era sorprendente.
—Por favor, siéntate jovencita —ofrecio el anciano. —Llevaba tiempo sin recibir una visita de una jovencita tan linda.
—Eso es falso. Hace un tiempo recibiste la visita de Chelsea —habló Gorila.
—Dije "jovencita linda".
Gorila y Mel, se miraron de manera fulminante, causando una extraña tensión en la sala.
Incómoda por la situación, Eva emitió un ruido que captó la atención de ambos.
—Vinimos porque me dijeron, que usted es un experto en analizar sustancias y frascos. ¿Es verdad?.
—En efecto —afirmó —En Raylonds, yo era quien analizaba todas las sustancias y nuevos descubrimientos que se hacían en aquel reino.
—Hasta que perdió la cabeza y quiso asesinar a un capitán de la realeza — añadió Gorila.
—Ese insolente se lo merecía. Y de lo único que me arrepiento, es de no poder asesinarlo por completo.
—¿Por completo? —pregunto ingenua.
—Lo deje en coma —respondio Mel, con una sonrisa. —Pero no llego hasta acá, para saber de mí pasado. ¿Verdad?.
—En efecto. Vine por esto. —Le entrego el frasco a Mel y este lo examinó con la mirada —Quisiera saber de qué estaba compuesta la sustancia dentro del frasco.
Mel sacudió el frasco levemente, y se acomodó los anteojos.
—Por suerte queda un poco de la sustancia acá adentro, sino, sería imposible. —se levantó de su asiento y se dirigió a la mesa. —Póngase cómoda jovencita, esto podría tardar. Mi casa, es su casa.
—"Mi casa es su casa" —murmuró Gorila, y después susurro otras palabras que no se podían entender.
Eva recorrió aquella cabaña con curiosidad. Era la primera vez que pasaba una, y eso le fascinaba. Vio grandes estanterías llenas de libros antiguos, sobre historia, poemas y cultura. En un rincón alejado, notó un piano lleno de polvo. Se acercó con timidez, lo abrió, y noto que las teclas estaban perfectas y limpias.
Una melodía empezó a sonar en su cabeza, era una de las primeras canciones que aprendió en el piano y con confianza, empezó a tocar las teclas para armar la melodía.
Era suave... Era dulce. Para ella, era nostalgia. Con cada tecla presionada, se le olvidaba lo que sucedía a su alrededor.
Su mente viajaba a su reino natal. Estaba bajo la mirada de su madre y su padre, quienes la miraban con orgullo con cada tecla presionada. Era hermoso... Por primera vez en mucho tiempo, volvió a sentir que era una princesa.
Al tocar la última tecla, abrió los ojos, y volvió a la realidad. Miro sus manos llenas de tierra y sus vestiduras de campesina, suspiro pesadamente y unos aplausos la sacaron de su tristeza.
Gorila, Mamut y Mel, le aplaudían con admiración, mientras que ella se avergonzaba.
—Ese piano era de mi esposa... — hablo Mel, con lágrimas en los ojos— Ella vivía en esta cabaña cuando llegue, me acogió y me cuido. Tocaba esa misma melodía,casi todas las noches antes de dormir.
—Era una mujer muy culta —dijo Eva con una sonrisa.
—Lo era... Cuando murió, decidí colocar el piano en aquella esquina. Pensaba que nunca más iba a escuchar esa melodía, y tú me lo permitiste. —las lágrimas descendían por el rostro de Mel. Las ocultaba y las trataba de secar con la manga de su camisa. Pero eran inevitables al igual que la sonrisa en su rostro. —Gracias...— susurró.
Después de un rato de silencio. Mel se levantó y anuncio que ya tenía el análisis de la sustancia.
—¿Que encontró? — pregunto entusiasmada.
—No mucho —admitió —Lo usual en cualquier medicamento de plantas silvestres.
Eva suspiro. No sabía lo que contenía en frasco, mucho menos si era algo bueno o malo, pero aún así de defraudó al encontrar un frasco de medicamento común.
—¿Estás bien? — preguntó Mamut.
—Si... Creo que sí...
—No te sientas mal. Sabías que ese frasco podría contener de todo, incluyendo medicamento común.
—¿Medicamento? — pregunto Mel.
—Si, eso es lo que acabas de decir — afirmó Gorila.
—Dije que contenía lo usual de un medicamento de plantas silvestres.
Eva y Mamut compartieron miradas de confusión.
—¿Que está queriendo decir?.
—Digo que tiene otros componentes, a partes.
—¿E-es en serio? — en la mirada de Eva se notaba un brillo de ilusión. Talvez ese viaje y ese frasco, no eran una perdida de tiempo.
—Contiene unas sustancias que no deberían ser mezcladas con las plantas medicinales. Incluyendo minerales de alto peligro y una planta peligrosa, llamada Mascho.
—¿Mascho?— la voz de Gorila llamo la atención de todos. En su rostro se notaba confusión e ira.
—¿Todo bien, hermano? —preguntó Mamut.
—El Mascho. ¿No es una planta del cual se puede sustraer un veneno leve pero mortal?.
—En efecto. —afirmó Mel.
—Gorila. ¿Cómo sabes eso?— la confusión era evidente en el rostro de Eva. También la sorpresa de que Gorila supiera esa información.
—Princesa, hay un rumor que llegó a mis oídos, pero no quise decirle nada hasta haberlo confirmado.
—¿Que cosa exactamente, Gorila?.
—Hace unos días llegó un rumor a Tierra de nadie, diciendo que el rey había sufrido los efectos secundarios de lo que resultaba un envenenamiento con Mascho.
—¿Qué?...— en la mente de la princesa estaba el pensamiento de que Gorila le había ocultado aquella información. Pero por otro lado, eran dos cosas que estaban conectadas —¿Es posible que ese medicamento sea la razón de la muerte del rey? — pregunto a Mel.
—Puede que si. Puede que no. También habría que agregar otros factores para que sea un veneno, completamente efectivo.
—¿Cómo plantas peligrosas, usadas de especias en la comida?— volvió a preguntar.
Mel lo pensó un momento.
—Efectivamente... Eso podría ser— respondió con algo de confusión. —Un momento— se detuvo y miro a las personas frente a él —¿Por qué la llamaste Princesa?.
Un silencio invadió la sala. Gorila y Audrey quedaron atónitos ante su descuido, y no sabían que responder ante la sorpresa de la pregunta.
—Ya estás escuchando cosas —dijo Mamut con una sonrisa, rompiendo el silencio que se había formado— Muchas gracias por tu ayuda, la tendremos anotada. Nos vamos.
Y así, sin volver a tener que cruzar palabras. Cada uno montó su caballo, y empezaron a alejarse de la cabaña. El cielo estaba lleno de colores, y el único sonido que se escuchaba era el de las ramas y hojas que se encontraban en el camino.
—¿Princesa-
—¿Por qué me ocultaste eso, Gorila? —dijo Audrey sin dejar que Gorila terminará de hablar. —Rumor o no, esa información era importante y tal vez pudo ahorrarnos el viaje.
—¿Cómo nos iba a ahorrar el viaje? De una u otra forma querías saber de qué estaba compuesta esa "medicina veneno" —respondió con enojo.
—Yo...— Audrey no sabía que responder, así que se adelantó rápidamente y con su interior lleno de ira, no le volvió a dirigir la palabra a ninguno de los dos hermanos.
Al menos no por ahora.
☆゚.*・。゚☆゚.*・。゚
Holaaa estrellitas.
¿Cómo están?. Espero que bien.
Que rico es salir de un bloqueo escritor ¿No creen?.
Espero que hayan disfrutado este capitulo que hice con mucho cariño y amor para ustedes. Nos leemos pronto.
Bay ✨
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