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Chapter 10

—¡Basta!

Ennila gritó en juego mientras cubría su rostro del agua que Alex le estaba aventando. Ambos habían decidido meterse al enorme jacuzzi, estaban obviamente usando ropa interior como si fueran trajes de baño.

—Entonces dime, ¿quién es tu favorito?

—Es muy obvio, Alexander.

—¡Pero quiero oírte decirlo!

—Eres demasiado narcisista, ¡No lo haré! —se acercó a él apretando sus mejillas— Es por tu bien.

Alex agarró un pedazo de queso que estaba en su tabla de carnes frías y se lo acercó a la castaña para que le diera una mordida.

—Hmm, este queso es delicioso —cerró los ojos disfrutando el sabor, el pelinegro suspiró por tan erótica imagen.

—¿Ya sabes qué lugares quieres visitar?

—Tenemos que ir a cada una de sus casas, obvio, y a todos los lugares que mencionan en Penny Lane.

—También tenemos que ir a The Cavern, es de ley.

—Estoy muy emocionada, de verdad —una sonrisa enorme adornaba su rostro—. Me siento como en un sueño, como dentro de una película.

Ambos rieron sosteniendo sus miradas.

—Es tan raro esto ¿sabes? —mencionó ella después de unos segundos en silencio.

—¿Por qué?

—Porque estoy visitando la tierra de mis Beatles junto a ti... Alex Turner.

Él sonrió de lado para después sostener la mano de la menor.

—¿Eso confirma que soy tu miembro favorito de Arctic Monkeys?

—¡Jamás lo confirmaré!

—Lo siento, pero ya lo hiciste, Nila.

Después de una hora salieron del jacuzzi para arreglarse, el día estaba soleado, algo verdaderamente muy raro en Liverpool. Alex estaba vestido muy casual y Nila había elegido un vestido con sus botas.

—¿Cuántas gafas trajiste? —preguntó ella mientras cepillaba su cabello.

—Hmm, creo que cinco.

Ella se acercó y tomó unas con cuidado, claramente eran de marcas costosas.

—¿Por qué las usas todo el tiempo? Si es para que no te reconozcan, te tengo malas noticias... —mencionó burlona.

—No lo hago por eso —se defendió—, simplemente siento que van con mi estilo... como mi marca personal.

—Hmm tiene sentido, te sientan muy bien.

Abrió las patas de las gafas y se acercó a ponérselas, sonriendo por lo guapo que se veía con ellas.

—Puedo prestarte algunas si quieres.

—Siempre me ha dado pena usar gafas de sol —admitió—, siento que me veo ridícula, no sé.

Alex se quitó las gafas sin dejar de verla para después ponérselas a ella.

—Es una pena porque te ves realmente divina con ellas.

El carmesí invadió sus mejillas no sólo por el aliento tan fresco y masculino que golpeó su rostro, sino por la cercanía en la que de pronto se encontraban. Ennila retrocedió al percatarse de sus pensamientos, no quería malinterpretar su amistad.

—¿A qué lugar iremos primero? —se estaba mirando en el espejo, de verdad esas gafas se le veían bien.

—He apartado un tour guiado, al parecer incluye todos los lugares icónicos.

Ambos salieron pocos minutos después, llegaron al lugar donde el camión con todos los demás turistas ya los esperaban. Apenas se unieron al grupo las personas los empezaron a mirar con curiosidad, era obvio que habían reconocido a Alex.

Cuando subieron al autobús se sentaron casi hasta atrás para evitar las miradas de los demás, cuando hacían paradas y les explicaban la historia de los lugares, con obviedad algunas personas fingían tomar fotos de los lugares pero apuntaban a Alex y Ennila. Esto puso de mal humor al cantante mientras que la castaña sólo estuvo atenta a todo lo que decían los guías.

—Siempre imaginé esto diferente —dijo Ennila mientras caminaban hacia las rejas de donde antes estaba el orfanato pero ahora era una iglesia, en Strawberry Fields—, como más mágico.

—Seguramente lo fue para John y Paul —mencionó Alex en tono serio.

—Hey, ¿todo bien?

—No me gusta que nos estén tomando tantas fotos, solo estamos tratando de disfrutar el recorrido.

—¿Te han estado tomando fotos?

Ambos se giraron cuando escucharon una cámara seguido de un flash, la mujer se puso totalmente roja al ser descubierta y se alejó de inmediato.

Ennila se acercó a tomar la mano del mayor—Vámonos.

—No... tú mereces disfrutar este recorrido, has venido de muy lejos.

—Pero no me gusta la idea de que tú estés incómodo.

Él sonrió de lado—Sólo nos faltan sus casas, estoy seguro que puedo soportar ser el centro de atención unos minutos más.

Ella rió por lo bajo y sonrió, detrás de las gafas de sol que ambos usaban los ojos les brillaron, con las icónicas rejas rojas detrás de ellos, sus corazones se aceleraron. En ese momento la menor entendió la magia del lugar.

—¡Hey, chicos! Deben subir ya al autobús.

Una de las guías interrumpió el momento, ambos aclararon su garganta y subieron al autobús. La casa de Paul y George la recorrieron muy rápido y sólo por fuera pues personas normales las habitaban, cuando llegaron a la de John fue diferente pues a ésta sí pudieron entrar.

Ennila estaba fascinada mientras recorrían la icónica casa, el sólo pensar que John realmente habitó ese lugar la hacía sentir cerca de él. En pequeños grupos de tres subieron al segundo piso, cuando fue su turno iban con una persona asiática que no parecía hablar muy bien el inglés.

—¿Te imaginas cuantas veces tuvo sexo aquí? —preguntó el pelinegro cuando estuvieron en la que era la habitación de John.

—¡Alex! No necesitaba esa imagen en mi mente.

—Oh, vamos —le dijo juguetón—, estoy seguro que has leído de estas cosas en tus fanfics.

Ennila se sonrojó de inmediato luciendo avergonzada cuando la otra persona volvió a verlos.

—No responderé a eso.

Ella caminó hacia la ventana preguntándose cuantas veces John habrá hecho lo mismo, ella no pudo evitar sonreír con melancolía hasta que dio un pequeño salto en su lugar al sentir las manos de Alex en su cintura.

—¿Cuántas veces habrá mirado por esta ventana? ¿Te imaginas?

Ennila sonrió ampliamente pues ambos habían coincidido en pensamientos. El que las manos siguieran en su cintura no la inmutó, incluso pensó en lo mucho que le había gustado el gesto.

—Es tan raro ¿no crees? Fue una persona común como nosotros.

—Todos los famosos lo somos, a veces las fans nos idealizan tanto que olvidan que somos humanos.

Ella giró su rostro mirando cada detalle de su perfil.

—Tienes razón, la verdad es que lo entendí hasta que te conocí.

Con su mano izquierda acarició la mejilla de Alex con delicadeza, sonriendo. Él se giró a verla y también sonrió.

Después de aquel momento tan íntimo salieron de la casa de Lennon pues su tour por fin había terminado, no regresaron al autobús sino que se fueron directo a una cafetería a comer.

Terminaron el sábado caminando por las calles de aquella ciudad mientras anochecía.

—¿Qué te pareció entonces Liverpool? ¿Logró enamorarte?

Preguntó mientras se detuvieron en un puente, mirando el pequeño río que corría debajo del mismo.

—Sí, este lugar definitivamente es mágico.  ¿Qué hay de ti? Sé que no es tu primera vez aquí.

—Siento que me enamoré al ver este lugar a través de tus ojos... Estoy tan acostumbrado a mi país que verte tan maravillada con él me devuelve la ilusión.

—Siempre tan romántico tú.

Ambos intercambiaron miradas mientras el sonido del agua correr debajo de ellos hizo el momento más romántico, Ennila se animó a sonreír mientras Alex luchaba internamente por no besarla.

—Deberíamos volver al hotel... —musitó él rompiendo finalmente el momento.

—Oh... —ella lució decepcionada por un segundo—, claro, ya es tarde.

En el taxi ninguno de los dos habló, se dedicaron a mirar por la ventana mientras sus mentes repasaban una y otra vez lo que acababa de pasar.

• • •

Ennila había decidido ir por el desayuno fuera del hotel mientras Alex seguía durmiendo, estaba pagando cuando una llamada entró en su teléfono, frunció el ceño al ver qué se trataba de Phany.

—¿Hola?

—¡Ennila! Dios, eres tendencia en Twitter.

—¿Qué? ¿No es como la 1 de la madrugada allá?

—Es lo de menos, mujer —sonaba eufórica—. Hay fotos tuyas con Alex en todo Twitter.

—Ah, sabía que no pasaría mucho para que filtraran esas fotos, estamos visitando Liverpool así que mientras no descubran quién soy o mis redes sociales no hay problema.

—Ennila, es más que eso... Según los hilos que leí Alex tiene novia.

Ella se quedó en silencio unos segundos. La idea de que Alex pudiera tener novia no había cruzado su mente ya que él nunca lo había mencionado o insinuado.

—¿E-estás segura?

—Amiga, hay fotos de ellos en todos lados, al parecer han estado juntos desde hace años, su nombre es Louise y es francesa.

—¡Fuck! ¿Por qué no me ha dicho que tiene novia?

—Es obvio que te quiere llevar a la cama... ¡Por favor dime que no te has acostado con él!

—¡No! No ha pasado nada —las miradas intercambiadas en aquel puente de la noche anterior invadieron su mente y sintió una punzada en su corazón—, pero es raro que me haya pedido dormir y vivir con él si tiene novia.

Salió de la cafetería, sus mejillas ya estaban rojas por el frío matutino.

—¿No hay fotos de ellos en su casa? ¿No hablan por teléfono?

—No... —ella se detuvo justo fuera de la entrada del hotel luciendo miserable— Tengo que irme de su casa si esto es verdad.

—La gente ya te está tirando mucho hate, no dudo que te encuentren en redes sociales pronto, además...

—¿Además qué? ¡Vamos, Phany, sólo suéltalo!

—Tiene historial de infiel, tal vez no sea sorpresa porque al final es rockstar y hombre, pero bueno, es importante que lo sepas.

Ennila mordió su labio sintiéndose rara por toda la nueva situación, definitivamente no quería hacerse famosa por ser la supuesta amante de Turner. Entró al hotel decidida, no sería la causante del dolor de otra mujer.

Espero les esté gustando
la historia ♡

Ali McCartney

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