Daniel se aparta como si nada y me sonríe como si lo que acaba de hacer fuera lo más normal del mundo.

—Un gusto —le dice a Walsh extendiendo la mano en su dirección—. Soy Daniel, el novio de Kiera.

Abro la boca con el Windows reiniciándome.

—Logan Walsh —responde el doctorcito con la voz dura. Acepta la mano y puedo notar por sus venas marcadas la tensión de su cuerpo—, el jefe de Kiera.

—No es mi novio —digo cuando la lengua vuelve a funcionarme.

—¿No?

Logan arruga el entrecejo.

—Sí —contradice Daniel. Aprieto la mandíbula mirándolo con furia.

—¿Qué te fumaste? —enardezco—. Deja de decir tonterías. ¿Qué mierda haces aquí?

—Tengo una reunión con unos socios. ¿No les molesta que me siente con ustedes?

—Sí —digo al verlo tomar asiento a mi lado—. Daniel, no colmes mi paciencia. Discúlpame —le ruego al doctorcito. Él solo está confundido mirando la batalla que Daniel y yo estamos librando.

—¿Son novios o no? —Inquiere.

—Aún no, pero pronto.

—Como sigas diciendo sandeces… —advierto, tomo un tenedor y lo apunto con el artefacto—. Lárgate, no te quiero aquí.

—¿Por qué? ¿No quieres que conozca a tu jefe? Estoy seguro de que nos llevaremos bien.

—Oye, será mejor que te vayas —interviene Walsh—. Es una velada privada.

—Debería llamar a Sash para que nos acompañe —Daniel lo ignora y continúa hablando.

Suelto un suspiro cansino. ¿Qué hice para merecer esto? ¿Tan malo fue rechazarlo?

—Ven conmigo. —Lo estiro del brazo obligándolo a levantarse— Regreso en un momento —le digo a Walsh.

Camino entre las mesas y salimos, giro sobre mi eje y lo empujo apoyando mis manos en su pecho. No retrocede ni un milímetro. Gruño frustrada.

—¡¿Qué carajos te pasa?! ¡Eh!

—¿Que qué me pasa? Me pasa que me apartas como si no valiera nada y te vas con el primero que se te cruza.

—¿Escuchas lo idiota que suenas? No soy la única vagina, ¿sabes? —Me aparto el cabello del rostro— Fui clara, ya no quiero nada contigo, fue solo cama, pero se acabó. Supérame.

—¡No puedo! ¡Joder! —Me toma el rostro entre las manos— Dame una oportunidad, sé que puedo curar tus heridas, déjame sanarte. Estoy enamorado hasta las células y estoy seguro de que puedo hacer que tú también lo estés. Solo necesito una oportunidad.

—Dani, eres el hermano de mi mejor amiga, no quiero lastimarte —susurro—, no me orilles a eso. Sabes lo destructiva que puedo llegar a ser. Hay batallas que no valen la pena pelear. Personas que no lo valen, yo no lo valgo.

—Pero quiero hacerlo.

Sus ojos castaños se muestran con tanta sinceridad que me sofoca. En serio que no quiero encerrarlo en mi mierda, yo no soy alguien para él. Traigo demasiada mierda encima, demasiado dolor como obligarlo a cargar con ello. Yo ya no puedo amar a nadie. Mi amor murió hace diez meses.

—Yo no siento nada por ti más allá de aprecio. No te deseo, no te quiero y mucho menos te amo.

El dolor cruza sus facciones.

—No eres alguien para mí. Si me acosté contigo es porque necesitaba olvidar que sigo amando a Bruce y que siempre lo haré. —Dicen que los ojos son las ventanas al alma, yo estoy viendo en este mismo instante a mi amigo agrietarse por mi culpa— Ten dignidad y olvídame. Busca a alguien que si te quiera y no intentes hacer que yo lo haga.

—Estás mintiendo —asegura negándose a creerme. Acaricia mi rostro sonriendo—. Solo estás sufriendo. Permíteme ayudarte.

—Yo no quiero la ayuda de nadie —digo sincera—. Quiero quedarme en la mierda en la que estoy.

«Si salgo olvido a Bruce y no quiero eso»

—Perdóname —dice antes de volver a besarme.

Trato de zafarme, pero me sostiene de la cintura impidiendo que me aparte. Sus labios buscan la forma de que le corresponda, yo, sin embargo, me mantengo estática.

No es hasta que siento unas manos ajenas, tomarme del brazo y jalarme hacia atrás que puedo apartarme del él. Logan lo empuja rabioso mandándolo varios metros atrás.

—Te dijo que no —ruje mi jefe. Daniel trata de lanzarse a por él, y de no ser por un guardia de seguridad, estoy segura de que lo lograría.

—Esto es entre ella y yo —exclama Daniel saliendo del agarre del hombre.

—No —objeta Logan, por instinto me quedo detrás de él—. Ahora te largas si no quieres que te rompa la cara.

—Inténtalo —se burla el hermano de Sasha.

—Daniel, vete —me atrevo a decir sin salir de la protección de Walsh. — En serio, se acabó.

—Por favor, piénsalo, Kiera. Solo te pido una oportunidad. Por nuestra historia.

—Ella fue contundente, así que lárgate de aquí.

—Perdona, Kiera. —En sus ojos veo el arrepentimiento, pero solo fijo los ojos en la espalda de Walsh. Esta vez se pasó. Cuando se dice no es no.

Escucho al guardia pedirle que se vaya, luego solo son sus pasos, alejarse los que veo al levantar la vista.

—¿Te encuentras bien? —me pregunta Logan. Asiento aún con la mente en lo ocurrido hace instantes.

Sus ojos grises escudriñan mi rostro buscando la mentira.

—Estoy bien. Gracias.

—Vamos, ya es tarde.

—No terminé de cenar.

—No importa, lo repetimos otro día.

Coloca la mano en mi espalda baja y me incita a caminar hacia su Jeep. Me ayuda a subirme dado que mi altura y la altura del rodado no son compatibles.

—Compraré unas escalerillas para colocarlas cada que subirás —dice luego de montar en el asiento del piloto. Le lanzo una mirada mordaz.

—¿Y por qué mejor no te compras una cama, así no usas tu escritorio para follar?

—Supéralo.

Está difícil considerando lo que conocí de él. Podría decirse que lo conocí a fondo.

Sonrío ante ese pensamiento.

—Aunque verme semidesnudo no es una imagen que pueda superarse con facilidad —añade.

—He visto cosas mejores.

—Ajá.

Conduce recordándome que debo hacer un informe sobre lo hablado en la reunión y actualizar la lista de pacientes.

Llegamos a mi vecindario en menos de lo pensado. Las luces de la casa están apagadas y solo la del porche se encuentra encendida.

—Bien, gracias por traerme —digo al desabrocharme el cinturón.

—De nada.

Abro la puerta para bajarme, pero me sostiene del brazo impidiéndome avanzar.

—¿Qué ocurre?

—No quiero que te acerques a ese hombre —me dice—. Si te fuerza una vez lo hará más veces.

—No te preocupes, él no es así, solo fue una mala noche. —Me acomodo en de vuelta en el asiento— Lo conozco de toda vida.

—¿Qué son?

—Una especie de amigos —Me encojo de hombros. —, su hermana es mi mejor amiga. Y pues también compartimos cama, ya entiendes.

—Pero él se enamoró —deduce.

Asiento soltando un suspiro.

—Sí, pero le dejé en claro que para mí no es, o era, más que sexo. Creo que las cosas se me fueron de las manos.

—De todas formas, aléjate. No hay nada peor que un hombre despechado.

—Tranquilo, puedo con eso.

—Avísame cualquier cosa.

—Claro —sonrío—. Adiós. Nos vemos mañana.

Le doy un beso en la mejilla y desciendo del coche. El aire frío me pone la piel de gallina; cierro la puerta del Jeep y él se despide antes de alejarse en el camino.

Sonrío como una boba, hace tiempo que no me sentía tan relajada a lado de alguien. Quién diría que sería con el hijo de Rosemarie Walsh, alias Cruella.

Nota de la autora:

Mba'ichapa!

Disculpen que haya sido corto, es que ando super ajetreada. Prometo que el siguiente es más extenso.

¿Qué les parece hasta ahora?

A Daniel lo amo pero que medio se le fue la onda en este capítulo.

Les invito a que pasen a mis otras novelas😊

Bueno, sin más que decirles.

Addio!