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🪷 𝘏𝘢𝘣𝘭𝘢 𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯

Nunca entendía a las personas que iban a los bailes de temporada y no bailaban, se quedaban como estatuas en una esquina, bebían vino, se servía un par de comidas durante la noche, hablaban y luego se marchaban. Era justo lo que hacían, aunque señor Barnes, el duque de Cambridge era un poco distinto a lo que acabo de mencionar. Él era rígido, silencioso, pero educado, miraba a las personas bailar, pero él no lo hacía, una que otra vez hablaba o intercambiaba palabras con Lady Knight, pero luego volvía a su aspecto sereno, aunque a decir verdad nunca dejaba de verse tan... pasivo.

— ¿Hay algo que el duque Knight no parezca hacer bien? —

Era cierto que todas las mujeres en el baile tenían la mirada puesta en el duque de York, pero una de esas mujeres era mi amiga y parloteaba sin cesar en mi oído sobre el duque y sus atributos, Hillary deliraba sobre la mirada de él, sobre sus movimientos y sobre su conexión con Ashley al bailar.

Estaba feliz por ella, realmente el duque de York se veía muy encantado con Ashley, con su presencia, casi podía jurar que veía chispas genuinas de amor en los de mi prima.

— Si Ashley no se apura a tomar la riendas con el duque de York sería una lástima que alguien más se lo arrebatará —

La música se enmudeció de pronto y los aplausos se escucharon, mire a Hillary tomando una copa de vino entre sus dedos y su mirada no parecía despegarse en ningún momento del duque de York.

Y en mi creció ese sentimiento de inquietud por la felicidad de mi prima, porque no solo Hillary acechaba entre la multitud, muchas mujeres los hacían, muchas plumas blancas se alzaban sobre el baile y parecían converger en similitud con el duque de York. Solo esperaba que el duque no le rompiera el corazón a Ashley.

Durante la mitad del siguiente baile, Ashley pareció tomar un descanso por primera vez en la noche del duque y se atrevió a venir conmigo a las bancas lejanas dónde la tranquilidad azotaba, cerca de unas enormes enredaderas que nos escondían a la perfección de otras personas. Ashley y yo nos habíamos robado unos pequeños dulces de la mesa y nos dedicamos a consumirlo, mientras ella me contaba lo que sentía y de lo que hablaban durante los bailes, mientras el duque de York sacaba a bailar a su hermana aún pese a su dolor de cabeza.

— Me prometió buscarme para la siguiente pieza —

Aseguró Ashley con una sonrisa mientras comía dulce y yo no podía evitar estar más conteste por ella— realmente se ve el interés que hay entre los dos, creo que es posible que puedan tener algo genuino —

Esas palabras hicieron a Ashley sonrojarse de emoción, pero no habló porque comía en el proceso.

Y cuando la música cesó, nos dió el indicio de que la siguiente pieza comenzaría en unos cuantos minutos, Ashley se apresuró a terminar de masticar el último dulce porque quería acercarse cuanto antes al baile pero, justo en el instante en que nos dedicamos a irnos, unas voces se escucharon:

— Creo que ha sido una excelente idea venir a Winchester después de todo —

Era el duque de York.

— Si lo dices por la chica con la que has bailado toda la noche, estoy en total acuerdo contigo, Knight, se ve que te interesa —

Y el duque de Cambridge.

Mi mirada pedía a gritos que Ashley se mantuviera en silencio al igual que yo, porque al otro lado de las enredaderas, ambos caballeros contaban sus más ocultos pensamientos, pero los ojos de Ash brillaban de emoción y sabía que sería difícil que no hiciera silencio, pero aún así parecía intentarlo.

— No te he visto bailar en toda la noche —repuso el duque de York, Liam Knight, eso llamó mi atención.

Entre las enredaderas ví al señor Barnes esperando la verdadera razón de su rechazo hacia mí, si se debiera a un punto importante en su vida.

Pero entonces respondió:

— Ninguna mujer ha captado mi atención, temo decir —

Sus palabras se convirtieron en piedras hacia mí y entonces el señor Knight habló— pero la sobrina de los Brown es bonita y agradable —

El señor Knight me había mencionado, aunque en mi interior algo añejo empezaba a crecer.

— Es bastante tolerable, pero no me agrada tanto como para invitarla a bailar, es muy liberal y pasional para mí gusto, además expresa más de lo que debería, no es lo que busco en una mujer —

Desde que inicié los bailes de otoño me gustaba imaginar que conocería al hombre de mi sueños en uno de ellos, soñaba con amar y ser amada, nunca tuve un estereotipo de hombre, tan solo esperaba que no fuera un patán desalmado, como el duque de Cambridge. Un insensible hombre con aspecto elegante.

Era como un ángel con alas negras.

No, más bien era un hombre altivo con dinero y exigente, era la clara descripción de la burguesía en Inglaterra, era insoportable, rico, egoísta y patán.

Y estaba segura de que jamás le gustaría a un hombre como él, no cuando con sus palabras era capaz de destruir la autoestima de una mujer.

Ashley y yo guardamos silencio hasta que ambos se fueron en busca de ella y cuando desaparecieron de nuestro alrededor, bajé mi mirada decepcionada interiormente de alguien en quién no tenía expectativas, la mano de Ashley se puso sobre la mía cuando había olvidado todo.

— el señor Barnes se lo pierde, Lily —

Me recordó a la veces que yo la consolaba, en sus anteriores relaciones fallidas, pero esta vez la del corazón dolido era yo y decidí enseguida que no era justo que el señor Barnes me viera así de deteriorada, ni que abatiera mi corazón de esa forma, debía demostrar que no era nada más que una mujer siendo como quería ser y la burguesía no había podido abolir mi personalidad jamás, mucho menos un hombre del cuál apenas conocía.

Por eso levanté mi mirada y sonreí a Ashley agradeciendo que intentará consolarme, demostrando que un comentario no me haría caer, ni mucho menos daña mi espíritu— no tengo interés en sus palabras, Ash, mucho menos en su corazón oscuro y maltrecho, es mejor ir a la fiesta, disfrutemos de tu ahora —porque sabía que ese algo que estaba creciendo entre Ash y el señor Knight era más que una simple casualidad y etiqueta.

Estaba segura de que era amor.

Cuando volvimos a la fiesta, nos encontramos a las incomparables gemelas, vi a Jully encantada con el baile y a Kelly comiendo chocolates. ambas de espaldas listas para una pequeña broma.

Así que a hurtadillas entre la multitud me atreví a tomarlas por sorpresa con mis manos entre sus cinturas y mi rostro entre los suyos— ¿a donde creen que van damiselas? — ambas se espantaron alejándose de mí, las mire expectantes con una ceja alzada y mis manos en jarra— ahora, ¿Quién de ustedes dos me debe un abanico nuevo? —

Jully de inmediato pareció palidecer y bajó su mirada apenada, pero Kelly la señaló para librarse de la culpa— ha sido Jules, no sabe controlarse con esos pies de gallina —

Al instante su hermana la enfrentó— ¿Quién tiene pies de gallina? no era yo la que no supo ser un apoyo para su hermana, por tu culpa nadie nos quiere invitar a bailar —

Rodeé los ojos justo cuando la siguiente música estaba a punto de sonar y el tío Charles apareció— bueno, ¿Quién de las dos bailará conmigo? Tengo ganas de bailar —indiqué con una sonrisa con la intención de infectar a ambas.

Kelly se apresuró a tío Charles y con una sonrisa dijo— papá, invítame a bailar —

— Yo bailaré con Lily —

Y con Jully de la mano nos acercamos a la pista para unirnos al baile seguidos del tío Charles y Kelly.

En medio de la música las risas de ambas parecían contagiosas mientras cruzábamos de un lado a otro, gracias a los constantes bailes en casa, ambas eran unas maestras en la danza, aunque muchas veces el desastre parecía ser una parte importante de su marca, porque ambas llegaban a chocar y enojarse una con otra.

Eran momentos que siempre quería apreciar y no querer cansarme de ellos, esperaba tener más tiempo para disfrutar con mi tía y su familia, con Ashley, con la casa Brown y con todo Winchester, en temporada de otoño. Y en un momento crucial del baile, justo cuando daba vueltas sobre la pista y reía gozando la existencia del otoño y de este momento, la mirada del señor Barnes apareció justo frente a mí, cuando en mi última vuelta él justamente parecía mirarme con firmeza en su lugar, tan cerca de mí que mi corazón parecía querer salirse de su lugar con su presencia.

Casi como si en esa mirada, el señor Barnes que vi entrando por la puerta del baile hubiera vuelto a aparecer, aquel que guardaba una inocencia en su mirada.

Pero unas manos me llevaron de vuelta a la pista, Jully me había separado de la presencia del señor Barnes y volvía a querer bailar conmigo, cuando volví mi corazón pareció querer palpitar con tanto descontrol que sentía que había corrido una maratón, pero aún así no me abstuve a seguir bailando con mis primas y el tío Charles.

No fue hasta horas después de bailes y comidas, de palabras y risas, que la hora de despedida estaba pronta a llegar, las doce de la medianoche estaba cerca y era hora de volver a casa.

Pero por apoyo y amor a Ashley serví de chaperona para encargarme de volver con ella al carruaje después de que se despidiera del señor Knight y el señor Barnes parecía hacer lo mismo que yo.

— Ha sido una velada exquisita, debo decir —

El señor Knight parecía siempre ser tan correcto con sus palabras, pero también procuraba que estas no agredieran a nadie.

— En definitiva es la mejor noche que tuve en muchos otoños —

Se apresuró a decir Ashley con sus mejillas envueltas en rojo.

Ambos se miraban tan tiernamente que era difícil no darse cuenta lo que sentía el uno por el otro, pero para mí no era tan fácil abstenerse a mirar al señor Barnes, porque él también parecía mirarme a mí.

— Espero que podamos volver a vernos, en otro baile o momento —añadió el señor Knight como propuesta, pero necesitaba que fuera certera.

— Creo que un baile puede ser la mejor opción, después de todo es la temporada de baile —agregué en una intervención— ¿Qué tal señor Knight? organice un baile en su mansión para todos, para que la noche sea tan mágica como la de hoy —

El señor Knight pareció admirado por mi propuesta— es cierto, la mansión Cardigan que alquile para la temporada, seguramente será la mejor opción para una segunda fiesta —apostó tragando saliva y sonriendo— en ese caso, me encargaré de organizar todo para que sea lo más próximo posible, sé que con la ayuda de Lidia tendré todo lo esencial —

— Espero que para entonces su hermana se mejoré, los bailes son mágicos, señor Knight, tanto como la poesía y la historia —dediqué una sonrisa al señor Knight cuando el rostro de Ashley seguía impregnado en el de él.

Pero el señor Knight respondió apenado— temo decir que la poesía no es mi fuerte, la historia la conozco por gajes del oficio, señorita Lily —

— créame que le encantaría la poesía si la leyera, aunque no la encuentro apta para el cortejo hacia una mujer —

— ¿y qué es lo apto para el cortejo de una mujer? señorita —de pronto toda mi atención se vio dirigida al señor Barnes, quién impaciente parecía querer entrar en la conversación— dice que la poseía no parece ser lo suficiente para deleitar a una mujer, ¿Qué es entonces lo que recomienda usted para ello? —

¿Por qué me hablaba? De pronto mi lengua parecía estar en guerra y negarse a formular palabras, pero suspire antes de armarme de valor y obligarla a hacerlo— la poesía es para alimentar el alma, para liberarla —expuse con cizaña disfrazada— pero si quiere atrapar a una mujer en verdad, no le de flores, ni le lleve canciones a medianoche, mejor una su cuerpo al de ella y atrévase a danzar al son de la música, más allá de ser un impulso humano, el baile es un lenguaje en el que la almas de las personas se comunican, es con baile que descubres el lenguaje del amor y cuando conocemos el verdadero ritmo de nuestro corazón conocemos al otro. Aún si la pareja es un poco tolerable, aún si no es lo que esperabas, siempre le puede terminar sorprendiendo. Señor —

Respire hondo cuando por un momento sentía que había descubierto el rostro de la ingenuidad del señor Barnes, un cosquilleo azotó mis costillas y no pude evitar reír por los nervios— eso ha sido hermoso, señorita Lily —apoyó el señor Knight.

— Sí Lily, eso ha sido muy real —

Sus ojos vislumbraban la virginidad del amor que apenas empezaba a demostrar y estaba feliz de que ellos se volvieran a ver otra vez, de que Lily y el señor Knight tuvieran la oportunidad de volver a conocerse en una pista de baile.

Nota.

Muchos de los acontecimientos que sucedieron en Inglaterra están en este libro, pero mucho otros son ficticios, incluyendo los lugares o los títulos de las personas y nombres.

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