🪷 𝘍𝘦𝘳𝘪𝘢 𝘥𝘦 𝘖𝘵𝘰𝘯̃𝘰
La feria de Otoño era de las mejores que había en esta época, aunque a decir verdad todo en la temporada de otoño era más que maravilloso.
La música tradicional de fondo, los payasos con globos para niños, las atracciones que traían desde lejos incluyendo un circo. Los puestos de ventas llenos de frutas y verduras, de dulces y delicias, las señoras adulando los vestidos de otras, las chismosas opinando sobre los vestidos de otras, los caballeros fumando un cigarro en la esquina o simplemente hablando sobre el trabajo, era todo un mundo y podías mirar a cualquier esquina y sería distinto.
¿Alguna idea de lo que sucedería? No, no tenía ninguna, pero me emocionaba saber que la feria estaba en todo su esplendor y que incluso habían nuevas atracciones.
Las gemelas apenas llegamos de inmediato se separaron de nosotros y fueron a las diferentes atracciones, Audrey quién aún leía su libro se dispuso a ayudarnos a Ashley y a mí para sacar las ventas de la tía Celia quién preparaba el puesto para sus dulces.
— con cuidado, señoritas, están recién horneado todo —
La tía Celia era una aficionada a los dulces y le encantaba ser adulada por ellos.
Parte de que me gustaba estar aquí residía en los momentos en que veía a mi familia ser feliz, me alegraba saber que ellos eran felices a su manera, en mi casa también éramos felices a nuestra manera aunque cada que venía una ola de prejuicios nos cuesta levantarnos, pero aún así lo hacíamos, como podíamos.
— ¿Cómo pongo estos brownies? —
Ashley se encargaba de sacar los Brownies y Audrey de colocarlos en la gran escalinata que tenía la tía Celia como mostrador de dulces.
— diez en la base, nueve en el primer piso y así sucesivamente, querida —
Llevaba cajas para la basura, así que la ayudaba con eso para que no tuviera que hacerlo sola.
El ambiente olía a algodón de azúcar y palomitas.
Lleve las cajas al basurero con la tía Celia y en cuanto nos dimos la vuelta ella se entretuvo con una amiga, de pronto parecía que hacía un mal tercio así que volví al puesto de las delicias de Celia y encontré ahí a las hermanas conversando, Ashley y Audrey.
— ¿dices que simplemente lo miraste y te enamoraste de él? —
— es así como funciona —supe que hablaban del duque de York. No intervine pero me mantuve aislada en un punto esperando a que terminarán su conversación, sin que se dieran cuenta de mi presencia.
— no debería serlo, mirar a una persona y enamorarse por su físico, no es suficiente, no funciona así —
— para mí sí, Audrey —
Eso parecía querer convertirse en una pelea.
— Pero, es que no tiene sentido, los libros no dicen que el amor es así —espetó Audrey frustrada— no quiero que alguien robe mi corazón con una simple mirada, de manera figurada, claro —
Sabía que en ocasiones el amor asustaba a quienes nunca lo habían sentido a otros, muchas veces les parecía una nueva aventura, como a las gemelas. Pero Audrey siempre fue reservada, casi como Ashley, solo que Ashley sí quería enamorarse. No esperaba que Audrey fuera igual, tampoco esperaba que está temporada se enamorara, de hecho tampoco creía que mis tíos lo pensaran, pero de alguna forma parecía que a Audrey le asustaba el amor.
— el amor será como tú lo proyectes —interpretó Ashley— a veces es dulce o amargo, otras veces puede ser delicado o duro, todo depende de cómo lo veas —
Pero Audrey parecía estar más confundida que antes— eso no tiene sentido —y terminando de poner el último Brownie, tomó su libro de la mesa y se fue— iré a leer a algún lugar —casi parecía decepcionada.
Salí de mi escondite y miré a Ashley quien sentada en la silla de espera, parecía pensar muy internamente— no siempre es fácil —
Me adelante a hablar antes de que ella— ¿Escuchaste? —
— En el amor se es difícil explicar cómo será, porque nadie lo sabe, nadie sabe cómo reacciona un corazón, no podemos asumir que todo será color de rosa al principio. Pronto lo descubrirá y tendrá su propia historia.
Estaba segura, quise tomar un brownie que sobraba de la tía Celia, pero en eso ella llegó a calmar mis ansias de ese delicioso chocolate.
— el duque, los duques, están aquí, debes ir, rápido, Ashley, ve con él —una tía atolondrada y para nada desquiciada aparecía entre la sombrilla para avisarnos de la llegada de los duques. Mire en mi entorno tratando de encontrarlos, hasta que finalmente ví al duque de York riendo y viendo todo con tanto esmero y sin querer ví al duque de Cambridge, siempre tan imponente, pero con esa mirada que aún no había descifrado porque era tan callada e inocente.
Pero una vez más, mi corazón galopó a gran rapidez cuando su mirada se posó sobre la mía y de inmediato me di la vuelta.
— Rápido, Ashley, toma dale esto a los ambos duques, Lily, diles que es cortesía de la familia Brown —
— no yo... —me quería negar rotundamente a acercarme al señor de Cambridge, pero mi tía aún seguía preparando los Brownies, Ashley se acercó a mí hecha un nudo de nervios.
— por favor acompáñame —
— pero... —
— aquí están —y la tía Celia de inmediato puso los Brownies en mis manos— cuando se los des no olvides hablarles bien sobre los Brownies, convéncelos de comerlos.
— por favor —
La mirada de súplica de Ashley y la sonrisa ansiosa de tía Celia me hicieron caminar junto a mi prima hacia lo que parecía ser una nube de tormenta en este día de sol. Porque literalmente tras los duques y en medio de la música alegre se alzaba una enorme nube de tormenta.
Pero con cada paso que daba, la mirada del señor de Cambridge se posaba sobre mí, con tremenda interrogante, trataba de mantenerme a tope de la situación, pero mis nervios estaban saliendo a flote y eso no era nada bueno. Cerré mis ojos por momentos y suspiré antes de acercarme a ellos por completo y presentarme, una vez más.
— señorita Brown y señorita... —
—Perdone por no presentarme correctamente, señor Knight, soy Lily Foster —realice una pequeña reverencia y él la correspondió.
— señorita Foster —completo con una sonrisa deslumbrante— es mi deleite verlas en esta mañana —
— Es usted muy caballeroso para decir esas palabras, señor —
— Es bueno verlo otra vez, señor Knight —Ashley dio una reverencia— señor Barnes, igualmente es bueno verlo —otra reverencia al hombre que aguardaba en silencio.
— Un placer, señorita Brown y señorita Foster —
Llevó su mano al pecho y se inclinó levemente sobre sí y de pronto se encontraba más cerca de mí y me sentí tan aprisionada que cuando volvió sobre sí su mirada plácidamente se posó sobre mí, casi como si esperara algo.
Él me ponía nerviosa.
Cuando el consejo completo de la feria abrió con broche de oro el evento, las personas empezaron a dispersarse y a centrarse en sus cosas, Ashley y el duque de York se paseaban por todo el lugar como si fueran completos desconocidos, completamente alejados uno del otro, aún así me mantuve como veladora de Ashley y el señor duque de Cambridge seguía ahí como velador del duque de York, aunque sinceramente no sabía para qué, debía admitir que este hombre me incomodaba, me hacía sentir tan extrañamente atraída a él que no sabía cómo lograr sacarlo de mi cabeza o evitar mirarle de vez en cuando, él caminaba a mi lado, pero como si fuera un pavo real paseándose, guardaba silencio, mientras las personas a su alrededor lo veían caminar y parecían atónitos por su presencia.
Y creo que era válida esa expresión después del todo el señor Barnes no era horrible, solo su interior, pero su exterior parecía ser muy apacible y elegante.
Al poco tiempo de seguir el camino que el señor Knight y Ashley daban, fue espectadora de algo que estoy segura emocionó a Ashley por dentro y a mí no me cabía para nada tanta felicidad, cuando el duque de York disimuladamente empezó a tomar la mano de Ashley en medio de la caminata, la mano de ella temblaba pero aún así aceptó sutilmente la propuesta del señor Knight a tomarle la mano y de pronto, ambos parecían totalmente concentrados el uno en el otro que sentía que Ashley estaría segura, mi presencia siquiera era necesaria o vista y al parecer Ashley parecía disfrutar mucho la compañía del duque, así que decidí alejarme en silencio, sin estorbar su momento, mire al duque de Cambridge antes de irme y le hice una pequeña reverencia como despedida, esperando no tener que volverlo a encontrar en esta feria.
Tal vez camine unos cuatro o cinco pasos lejos de ellos, cuando de pronto alguien me sorprendió a mi lado y habló— perdone, por mi atrevimiento a acercarme a usted, señorita Foster —
Era el duque de Cambridge, se había acercado cuando pensé que se quedaría con Ashley y Knight, frunci mi ceño mirándole y sin ser grosera pregunté su atrevimiento— creí que se quedaría con su amigo, señor Barnes —
— no es correcto que dos caballeros andén con una dama en una feria tan cerca —expresó.
Y tenía razón, realmente la tenía, pero no podía evitar sentir esa incomodidad en mí con su cercanía, sabía que no conocería a nadie más aquí y que seguramente estaba conmigo para evitar el acercamiento de otras chicas, pero era demasiada presión tenerlo cerca.
— supongo que será mi acompañante esta tarde, señor —
Y era lo que más me temía.
— creo que la noche de ayer, tal vez usted y yo no nos entendimos muy bien —empezó diciendo— nuestra plática de anoche, cuando usted y la señorita Barnes se iban, me inquietó bastante —
— ¿Qué tanto señor? —Quería hablar de anoche y no pude evitar sentirme totalmente ofendida por los recuerdos de su comentario a mi persona, así que me giré hacia él y frunciendo mi ceño le enfrente.
Él detuvo su caminar, tanto como yo, de pronto parecía que lo estaba acorralando con el sentido de presión, supuse que me había exaltado mucho con él, pero no podía evitar no perderme en sus ojos, creo que no lo había mencionado antes, pero el señor Barnes tenía una mezcla perfecta de colores en sus ojos, de cerca se notaba mucho más, aunque en los límites del iris se veía celestes a primera impresión, si te fijas mucho más de cerca podías ver el verde acorralando sus pupilas.
Nota.
Muchos de los acontecimientos que sucedieron en Inglaterra están en este libro, pero mucho otros son ficticios, incluyendo los lugares o los títulos de las personas y nombres.
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