Querido Jorge:

Lo entendí la primera vez que la vi, lo nuestro nunca sería posible. No por el hecho de que Kiara era arte, ese que se hace con la mejor pintura y con los más finos pinceles, sino porque ella estaba destinada a estar contigo.

Ella era tan amigable, extrovertida, parecía que no le tenía miedo a nada. Fue ahí donde me di cuenta que ustedes estaban destinados, pero no sólo fue eso; ustedes siempre han estado hechos el uno para el otro.

Si la odié tanto en ese momento fue porque no querías despegarte de ella, esa niña de coletas negras.