Querido Jorge:

Debería dejar esta idea de escribirte cartas, no es que odie escribir, pero no siento que el papel me ayude mucho. Da igual, nunca vas a leer esto y deberé quemar las hojas al final. Intentaré desahogarme lo más que pueda, porque llevo suprimiéndolo desde mi infancia. Así que seré firme y claro: Me enoja que estés comprometido.

Bien, sí, ustedes están predestinados y es algo muy bueno, excelente. Aun así, siento que es injusto que invites a mi familia a tu boda, ¿acaso nunca te has dado cuenta de mis sentimientos hacia ti? De volver a verte, toma por hecho que te daré un fuerte golpe en la cabeza porque sé la respuesta a mi pregunta. Eras despistado por naturaleza y probablemente lo sigas siendo. 

Las personas deberían dejar de ignorar pequeños detalles, no entienden su importancia.