—Hola a todos —dice con sus manos metidas en las bolsas de sus pantalones de mezclilla —Me llamo Jack y me siento feliz de estar aquí —se mira relajado no como ayer, tal vez lo juzgue mal, y esta es una oportunidad que Dios me mando para comenzar de cero con él.

Sí, debe ser eso. Es más, creo que hoy mismo me lo ganaré y le pediré perdón para que no pase lo que mi mente creativa ha estado pensando desde ayer.

—Bienvenido Jack —dice la maestra con amabilidad y una gran sonrisa —Después de clases Abigail O'Connor te hará un recorrido agradable por toda la escuela.

—Ohh ¿En serio? ¿Y quién es ella? —pregunta entusiasmado.

Me rasco la cabeza y hago un gesto de vergüenza, no sé qué pasará cuando vea quién soy.

—Abigail, ven nena —ante el llamado oportuno de la maestra pego un suspiro por los nervios acumulándose en mi estómago —Abi ven, no seas tímida —dice extendiendo su mano para que llegará a tomarla. Inmediatamente el chico ve a la dirección y sus ojos se abren como dos grandes platos.

Luego de uno segundos petrificados, arruga su ceño y me ve molesto al recordar que yo soy la chica de ayer.

Inclina su rostro casi bajando su mirada y se queda pensativo.

Ante su reacción no me queda otra que levantarme del asiento y llegar hasta donde está la maestra.

Me paro en frente de él y digo un —Hola — siendo lo más amigable posible —Soy Abigail —extiendo una de mis manos como muestra de saludo y Jack la piensa dos veces para tomarla, pero al final la toma haciendo un leve movimiento no tan convencido de lo que está haciendo —Soy la presidenta de este año, y también soy la que dirige el club de bienvenida para los nuevos ingresos, así que prepárate porque te gustara lo que viene —le guiño un ojo y él solo baja su mirada por completo.

—Que bien —dice entre dientes.

—Bueno —la maestra nos interrumpe para empezar la clase —Entonces ya sabes Jack, cualquier cosa que necesites te diriges con esta linda señorita —se acerca a mí, y toca mis hombros casi abrazándome de espalda.

Me llevo muy bien con la maestra Miller, y no solo con ella, sino con todos los maestros de esta escuela, era muy popular en el buen sentido, y eso se debía a mi personalidad agradable y amistosa.

—Gracias por lo linda maestra, le aseguro que él queda en buenas manos.

Ni yo misma me lo creo, pero se hace lo que se puede.

—¡En excelentes manos, Abi! —grita Fabricio dándole otro sentido a las palabras, él era el payaso de la sección, todo lo que escuchaba le daba doble sentido y no solo eso, ponía apodo al que se le cruzará por enfrente.

—¡Ya cállate loco! —Anabel sale en mi defensa y le tira una pelota de papel.

—Cariño mío, deja de maltratarme —hace un puchero y tira una carcajada estruendosa.

Inmediatamente Anabel hace otra pelota de papel el doble de grande y se la vuelve a tirar.

—¡Ya basta! —dice la maestra molesta por la actitud de los dos —Parecen niños de cinco años.

—Pero maestra, ella empezó —Fabricio se levanta inmediatamente y la señala como niño indefenso.

—Ay si, como si aquí no te conociéramos "Panda" —Anabel se ríe por lo que dijo y el resto de estudiantes la siguieron.

—¡Silencio! —vuelve intentar callar la maestra Miller —Vayan a sentarse muchachos —nos dice con un tono amistoso —Iniciaremos la clase, ya hemos perdido tiempo con las tonterías de ustedes dos —señala a Anabel y Fabricio como dos delicuentes, —una más, y los mando castigados a la dirección.

—Nos veremos en los pasillos "Amatista" —dice entre susurros sonriendo Fabricio.

Anabel hizo un gesto de desagrado y le retuerce los ojos.

Sonrío por las locuras de los dos y dejo de verlos, no me preocupaba por sus pleitos, ya los conocía y eso era más que normal en ellos, hay veces pienso que un día quedaran juntos, demasiada tensión hay en el aire cuando se miran.

Y bueno, Fabricio no esta tan mal, es desagradable, pero no es feo, tiene una mirada tierna cuando él quiere, y una linda carita que dice: acérquense a mí, solo que cuando lo hacen, se arrepienten y salen corriendo.

Me rio de mis pensamientos, y así sumergida en ellos, sin querer giro mi rostro hacia el chico nuevo.

Se encuentra al fondo, prestando atención sin pestañar a la maestra Miller, es muy guapo, pero todavía hay algo que no me convence de él, y es la mirada que hizo cuando me vio hace poco, se supone que no le caigo mal ¿O sí? No sé qué es lo que pensará con respecto a mí, es muy raro, lo que sí sé es que al parecer es nuevo hasta en la iglesia, pero ayer el pastor no presento a nadie. Y eso me deja con una duda terrible.

Tenía que averiguar de dónde venía, creo que se lo preguntaré a él mismo cuando le haga el tour por la escuela, ojala nos llevemos bien, le estoy rogando a Dios por eso...

Las clases de la mañana pasan muy rápido, y sin esperar tocan el timbre para el almuerzo, los alumnos salen abarrotados como que su desesperación por salir, fuera más fuerte que detenerse a pensar por unos segundos que en una puerta angosta no pasaran 30 personas de una sola vez, así que eso permite que hayan empujones y una que otra maldición cuando se golpean.

Anabel y yo nos quedamos solo observando para esperar que todos se desaparezcan y salir en paz.

Volteo a la dirección donde se encuentra Jack y ahí estaba, leyendo lo que parecía un libro con gesto muy serio, ¿Será que no se dio cuenta que ya tocaron el timbre para el almuerzo? O quizás solo no quería morir en la puerta aplastado por un grupo de estudiantes que parecían estampidas de vacas.

Miro a mi alrededor y solo los tres quedábamos en la sala de clases.

—Suerte con él, está muy guapo —dice Anabel levantándose de la silla —Te veo más tarde, —toma su bolso y se despide con una gran sonrisa.

Me levanto para ir por Jack y mostrarle la escuela antes de almorzar.

Al llegar muy cerca de donde está sentado, ni siquiera se percata de mi presencia.

—¿Nos vamos? —digo sonriendo y viéndolo de forma feliz. Él sube su mirada no tan emocionado de verme.

—¿Es necesario ese tal tour? —pregunta sin ánimos.

—Bueno si tú no quieres, no —le respondo lo más amable posible. Pero debo admitir que con sus gesto me decía mucho ¿Yo no le agradaba? Eso creo, soy lo suficiente inteligente para darme cuenta cuando una persona no le agrado.

—Entonces bien, no quiero hacer ese tour, solo quiero ir a comer —se levanta y me ve con sus ojos azules lo más neutro posible —Ah, y no es necesario que me acompañes, sé dónde queda. Adiós.

Empuño mis manos y respiro profundo para calmarme, no podía darle lugar al sentimiento del enojo, tenía que controlarme, respiro tres veces, y salgo en dirección al comedor.

Busco con mi vista a Anabel y por fin la diviso, tenía compañía, y esos eran Signia la chica más inteligente de la escuela, y junto a ellas Melvin, uno de mis tantos amigos varones que comparte mis creencias, va a mi misma iglesia y es muy agradable.

—¿Tan rápido termino ese tour? —pregunta Anabel anonadada mientras me siento a la par de ella.

—Es un odioso amiga, el chico nuevo es guapo, pero o-dio-so —digo separando en silabas la última palabra para que lo entendiera y se le quedara gravado en la mente.

—¿De veras amiga? Entonces debe ser terrible el carácter del chico como para que te caiga tan mal...

—Objeción no me cae mal, es solo que...

Cuando iba a adornar lo que verdaderamente sentía, miro que Jack esta ya sentado en una mesa, y no cualquier mesa, era en la mesa del grupo de Mayra, la chica más linda del lugar, y eso no era todo, estaban tomados de las manos, como si fueran...

Por aquí les dejo los personajes de los apodos que se pusieron los locos de Anabel y Fabricio.

Panda de escandalosos

Amatista de Steven Universe

Y ustedes que piensan, ¿Podrá haber algo entre estos dos?

Nos vemos hasta el miércoles.❤💕😊