Capítulo 29
Suspiro dejando caer una hoja en blanco sobre el pasillo que lleva al campo de fútbol de la escuela. No sé ni qué hago aquí.
No debería de moverme de este lugar, no soy aficionada del deporte, y todos mis maestros lo saben, pero claro, ellos sí, y no les interesa suspender tiempo productivo, con tal de ver a un par de adolescentes cayendo como enfermos unos sobre otros.
Me inclino a recoger la hoja y la coloco con cuidado sobre mi libro de química.
Mi mente da mil vueltas al recordar el rostro de Jack esta mañana.
Duro y sin expresión, tan parecido al de una persona que no tiene gota de sentimientos.
Quise preguntarle, saber el motivo de su comportamiento, pero pensé que yo podía ser la culpable, luego de que Melvin nos sorprendiera en una plática muy extraña, lo tomé de la mano, y lo arrastré hacia la mesa que ya habíamos apartado. Pasamos horas sin ver a Jack, y eso fue lo mejor. Ni siquiera me despedí.
Definitivamente que él es el ser más complejo e indescifrable que he conocido. No sé lo que piensa, lo que siente, no sé nada de él, y eso me pone más nerviosa de lo que debería ser, en cambio él, siento que sus ojos me estudian, se da cuenta de lo que pienso, de lo siento, y eso no es bueno, no es bueno.
—Hola Abi —volteo a ver a Mayra y empuño mi mano libre. No entiendo mi reacción. Se acerca a mí con una sonrisa tan parecida a la de aquella noche, la noche del cumpleaños de Natalia —Quiero hablar contigo —veo cruzar sus brazos, en su rostro no se nota ninguna clase de enojo, y eso hace bajar un poco mi tención.
—¿Conmigo? —Sonríe.
—Claro —relaja sus brazos dejándolos caer —Mira Abi, sé que no me he portado bien contigo, pero quiero explicarte el por qué —ella da la media vuelta quedando su espalda en mi campo de visión. Coloca sus manos en sus jeans azul marino y sube un poco sus hombros —Tengo una razón obvia de todo este asunto —da un pequeño giro en su misma postura y puedo ver sus ojos brillar, encenderse algo en ellos —Me he sentido insegura —expresa con una sonrisa tímida —Eres muy bella Abi, no sabes cuánto —abro mis ojos, jamás pensé escuchar estas palabras de la chica que he admirado por años ¡Por favor! Si aquí hay alguien bello, esa es Mayra ¿Yo? Pues yo solo soy una chica normal, que hace reír a las personas, quizás sea solo la típica chica que no tiene gracia, pero que por su cualidad de socialización, hace que las personas la vean agradable.
—¿Pero por qué me dices eso? —pregunto sorprendida.
—Ya te dije, yo no me he portado bien, y quiero explicarte, llegar al punto de la razón —saca sus manos de los bolsillos de su jeans para atrapar mi mano libre —Necesito que me escuches, que entiendas, que sepas lo que estoy sintiendo —pega un pequeño suspiro e intenta sonreír, pero ya no sale nada, sus ojos los veo empezar a producir un brillo de aquellos donde son las lágrimas que gritan por salir —Yo amo a Jack —esas palabras me llegaron al corazón, golpeándolo. Mi estómago se empieza a revolver, y entonces la cordura me empieza hablar.
Cierro por unos segundos mis ojos y me hago dos preguntas.
¿A qué estoy jugando?
¿Será qué me he sabido comportar como la chica decente que debería?
Abro mis ojos y el rostro de Mayra esta expectante. Una lágrima sale de mis ojos.
—Lo siento —digo.
—¿Lo siento? —Mayra aprieta más mi mano —¿Acaso has hecho algo con Jack que no sepa? —su rostro está cerca del mío, tratando de interrogarme sin decir nada, con solo mis reacciones.
—No—digo inmediatamente de ver sus intenciones.
—Abi, necesito saber lo que sientes por Jack —su tono de voz es persuasivo, dispuesto a querer saber hasta mis más últimos pensamientos.
—Jack y yo... no hay nada —estoy nerviosa. Después de los últimos acontecimientos con Mayra ya no sé qué pensar con respecto a ella. Pero sí la logro entender. Jack se ha insinuado a mí en frente de ella, la ha tratado mal, y no sé si se lo merezca, a pesar de todo Mayra es solo una chica enamorada, y está en una posición muy alta en la vida de Jack.
—Tranquila Abi —dice viendo mi nerviosismo —Déjame te explico —baja su mirada y me da tiempo para sacar un breve suspiro, quiero relajarme y no lucir tan nerviosa como lo estoy —Jack está confundido, —regresa su mirada a mi rostro y con ella una de sus manos acaricia mi mejilla, lo que me parece un gesto tierno, pero al mismo tiempo extraño —muy confundido, no sabes cuánto.
—Creo que logro entenderte —digo tratando de sonar honesta.
—No Abi, lamentablemente no entiendes.
—¿Por qué piensas eso?
—Mira Abi, tu no deberías de seguir dando alas a Jack.
—¿Pero de qué me estás hablando? —pregunto confundida.
—Vuelvo y te repito querida —su sonrisa ahora no es tímida, sino amenazadora —Yo amo a Jack, soy su novia de hace tres años, es más ¿Sabes? —separa su mano de mi mejilla, cruza sus brazos y hace un gesto como si estuviera pensando —Creo que desde que estábamos en el vientre de nuestra madre, ya éramos destinado uno al otro. Haber te explico con piedritas y palitos princesita —muerdos mis mejillas al escuchar la última palabra. Desteto que me digan "princesita" más viniendo de una forma sarcástica —Jack es mío ¿Me entiendes? —trago saliva al volver a ver de regreso a la Mayra de estos días.
—Creo que sí —digo.
Pega unas cuantas carcajadas con una mezcla acida y amarga.
—Tú no me entiendes ¿Verdad Abigail?
—No yo si te entiendo.
—¡Por supuesto que no! —dice agarrando mis hombros —Tú no entiendes nada —sus ojos se clavan en los míos como dos balas dispuesta a matar —Quiero que te alejes de Jack, que de una buena vez te comportes como la "cristiana decente" —marca las comillas con sus dedos soltando mis hombros —que dices ser ¡Ya es suficiente! —exclama molesta —¡Por Dios! ¿Qué no te das cuenta que te estas comportando como las chicas que criticas del mundo?
—Pero yo no critico a nadie —digo sintiéndome vulnerable.
—¡Ay por favor querida! Tú no me puedes mentir —golpea mi pecho con su dedo índice —No te hagas la decente, sé muy bien quien eres ¿Quieres que te describa?
—Yo...
—¡A ver! —me calla mostrando la palma de su mano —No tienes derecho a hablar —camina hacía a mí y hace que mi espalda pegue a la pared, abrazando el libro de química que hace unos minutos había sacado del casillero —No después de todo lo que has hecho.
—Por favor Mayra —ruego. Ya no quiero estar aquí. Solo quiero irme a casa.
Ella pega otro par de carcajadas que ahora me parecen repugnantes.
—¿Estás viendo? No soportas la verdad. Pero como soy buena te la voy a decir.
—No es necesario, estas mal, necesitas....
—¡Tú no me puedes decir qué necesito! ¡Ubícate Abigail! —su tono es más alto, hace latir mi corazón pensando en el peligro en el que me encuentro— ¡No vuelvas a callarme! —advierte —Menos cuando se trata de decir la verdad —asiento con la cabeza —Abigail, deja de fingir ser una chica perfecta que adora a Dios, deja de mentir, todos sabes que eres una reprimida —abro mi boca para hablar, pero me calla —No, ni se ocurra justificarte. ¿Crees que no sé como ves a todos los chicos nuevos que llegan a la iglesia? Sí, sí, sí. Ya sé que no soy miembro de tu iglesia para realmente asegurar eso. Pero me ha bastado con los campamentos, y un par de días por ahí. Ver tu desesperación por encontrar a tu idóneo, me da mucha lastima —la última palabra la dice en tono de burla —Ay Abi, creo que en vez de coraje, me das risa ¿Cómo se te ocurre que Dios te va a mandar a tu idóneo si no sabes a dónde pisas? Estamos mal ¿Sabes lo que tú necesitas? —dice haciendo pucheros, por mis ojos casi a punto de derramar mares de lágrimas —Una brújula o GPS, para ver si te ubicas, porque andas más perdida que Judas cuando vendió a Jesús.
—¡Ya basta Mayra! —grito con un dolor en mi pecho que no puedo aguantar. Mis lágrimas corren sin detenerlas —Basta de ser cruel conmigo...
—Ay pobrecita —dice acercándose y acariciando mi cabello —No puede aguantar la realidad de su insípida vida.
—No es insípida, no son verdades.
—Sí mi reina, claro que lo son.
—Mayra ¿Por qué eres así? —sonríe con malicia.
—Solo te estoy haciendo un favor Abi. La vida te va enseñar a las malas, que no puedes andar por ahí diciendo que eres una cristiana y quitándole el novio a la hermana, la hipocresía no le gusta a Dios ¿Lo sabias?
Muerdo mi labio inferior y abrazo más fuerte mi libro.
—Lo sé. Puedes estar tranquila Mayra, ya entendí —al decir eso aplaude como loca.
—¡Bravo! ¡Bravo! ¡Gracias Dios! ¡Gracias!
—Nunca me veras a la par de Jack, nunca más —su rostro se ilumina como una luna llena. Pero no tarda mucho para que se vuelva opaco al escuchar la voz del ser más rayado en esta conversación.
—No prometas cosas que no vas a cumplir —giro mi rostro hacía su dirección. Mi respiración se acelera, y mi coraje se aumenta, estoy a punto de gritarle a todo el que se me atraviese en medio lo que siento, incluso si se trata de Jack. Pero no lo hago, solo tomo fuerza y me retiro sin poder decir nada más.
¡Ja! Esta Mayra si es intensa 😒🙄 y ustedes cómo les cae? 🤭 Nos vemos en otro capítulo mis bellezas. Gracias por sus votos y comentarios. Los amo 😍❤️
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