Capítulo 17
Estoy caminando a pasos ligeros intentando pensar en cosas buenas, en cosas que me hacen bien. Después de que Jack besó mi mejilla, no pude estar más en ese lugar. No soy del tipo de: "Hey, no pasa nada" cuando pasa de todo.
Además no podía permitir que me rebasara y llegara a mi límite de tolerancia, sé que eso es lo que pretende, sacarme de mis casillas para luego sentir placer de eso, el enemigo y sus ataques inesperados.
Respiro tan profundo como puedo y dejo que el aire fresco emanado por la noche, me envuelva en una atmosfera tranquila y acogedora, a pesar de que en el cielo no hay suficientes estrellas, es temprano y las personas transitan con calma por la zona, entre conversaciones y bullicios ligeros.
Acomodo mi abrigo casi abrazándome a mí misma, necesitaba hacer esto hace días, últimamente me he sentido estresada, y no culpo solo la llegada de Jack, por desgracia debo admitir que a pesar de que es un tipo extraño y muy pesado, no ha sido solo por él que yo me he sentido mal. La verdad es que en estas últimas semanas me he puesto como meta encontrar a mi idóneo en todos los chicos con que tengo relación, y sé que eso no está bien, no está bien pensar que este o aquel pueden ser. Estoy en un nivel muy alto de locura interna y siento que voy a estallar. Mi madre no ayuda en mucho también, ella me critica cada paso que doy con respecto a eso, y me dice cada vez que puede que ella no fue así de desesperada como yo, me restriega en la cara que encontró a un hombre simpático, amable, responsable, y sobre todo que ama al señor.
—Abi, se deseada, no sobrada.
Lo sé, tiene toda la razón, pero es que yo no es que sea sobrada, ni que me involucre con ellos, simplemente me creo fantasías en la cabeza, supongo cosas y las exagero. Nunca he tenido novio, quizás sea porque me notan lo intensa a kilómetros de distancia, creo que tengo un rotulo en mi frente que dice: ¡Peligro, intensa a la vista!
Dejo caer mis hombros en forma de derrota.
La cabeza me da vueltas producto de todo el análisis de mi vida que no trae nada alentador.
—Eres una fracasada con el amor Abi, y tú —miro al cielo casi con lágrimas sobre mis ojos —¿Por qué padre? ¿Por qué no me has mandado a mi idóneo? —bajo mi cabeza y suspiro —Me siento sola... —reflexiono con lo último que dije ¿En verdad me siento sola? ¿En verdad estoy sola? No puedo creer que haya llegado al extremo de sentirme así, solo por la frustración de no tener lo que quiero a mi tiempo.
Caigo sin pensarlo de rodillas sobre el césped verde llorando.
—Perdón señor, perdón por ser tan despreciable.
—Señorita ¿Está bien? —una chica rubia se acerca a mí con temor —¿Estás bien? —vuelve a preguntar.
—¡Nooooo! —mi grito hace que pegue un brinco y salga huyendo como que ha visto un espanto —Espera... —digo viéndola alejarse —Yo... te necesito...
El sonido de mi teléfono me hace reaccionar y ver lo patética que me estaba comportando.
Muerdo mi labio inferior y miro como a través de la tela dorada de mi bolso la luz incesante del teléfono me indica que la llamaba aún sigue en pie.
Unas ganas intensas de maldecir se me vinieron encima ¿Pero qué me estaba pasando?
Saco el teléfono y arrugo mi frente cuando me doy cuenta de quién era el culpable de mi repentina irritabilidad.
Quería colgar, se los juro que sí, pero mis nervios me han traicionado dando lugar a que el icono verde se deslice suavemente.
Pego el teléfono a mi oreja y me quedo en silencio.
—Abi, ¿por qué estas de rodilla sobre el césped?
¿¡Qué!?
Vuelvo a ver como tonta a todos lados, hasta ubicarlo, venía caminando en dirección hacia a mí, parecía un ángel, no se los puedo negar.
Lo miro colgar cuando se percata que lo encontré, coloca su teléfono en la bolsa de atrás de su pantalón, sonríe y llega muy cerca de mí.
—¿Qué haces aquí? —pregunto con mi ceño hundido.
—Tus amigos estaban preguntando por ti, así que me dije: Oye Jack, ya que hiciste que huyera, ¿no crees que deberías irla a rescatar, antes que sus amigos se den cuenta que la acosas? —la última palabra la dice tan despacio, que me causa escalofríos.
—¡Estás loco! —gruño enojada —No necesito de tu ayuda —digo reincorporándome a mi posición.
—¿Ah, sí? —dice sin dejar de sonreír. Le quiero golpear su bella cara.
—Por supuesto que no—reniego sin volverlo a ver —Es más, yo ya me iba —camino dos pasos hacia la dirección opuesta —Cuid...
—¡Abi! ¿Estás bien? —es la primera vez que veo en los ojos de Jack preocupación cuando me ve tendida en el césped. ¡Bendita torpeza!
—Creo que sí —digo arrugando la cara.
—Ven —dice estirando su mano para que la tomara. Dudo en hacerlo y él se da cuenta —Vamos Abi, no muerdo ¿Sí? —guiña un ojo y sonríe ¿Qué es lo que le causa alegría?
—Pues lo estoy dudando —digo refrenando mi intención.
—No soy tan malo como piensas —por un momento veo que arruga su frente y se va su sonrisa.
—Pues después de todo lo que me dijiste ¿Qué puedo pensar? —su mirada se endurece y me levanta sin permiso en sus brazos, que agradezca que andaba jeans, sino esto sería otra historia —¿¡Qué haces!? —grito como loca.
—Deja de reprocharme que me he portado mal contigo, por favor, ya sé que falle —dice viéndome a los ojos. Estamos tan cerca, que me siento incomoda.
—¡Bájame, Jack!—sigo gritando y retorciéndome para que me suelte.
—¡Ya basta, Abi! —me quedo quieta ante sus palabras firmes —Esto no es una tonta película de romance, deja de moverte de esa forma, terminaré lastimándote y no quiero —mis ojos viajan a todo su rostro, decía mucho con él, está molesto, no sé por qué, debería ser solo yo la única molesta aquí por subirme a sus brazos sin avisar.
—Entonces bájame —digo con mi ceño hundido.
—No, no te voy a bajar.
—Yo quiero...
—No me importa lo que quieres, Abigail. Te has lastimado y te llevaré a casa —lo miro confundida ¿Acaso se está preocupando por mí? ¿Él? ¿El Jack que me ha despreciado cuando he sido dulce con él?
No lo sé, pero mi cerebro empieza a recordar cosas que no me gustan.
—Yo no estoy metiéndome en tu vida, ¿Quién te crees para venir y tomar mi mano de esa manera? ¿No te han dicho como se trata a una mujer?
—Claro que se cómo tratar a una mujer, pero no sé cómo se trata a una especie rara...
Mis ojos hundidos en los de él recordando más y más de ese día que me lastimó tanto.
—Eres como una especie de pegatina, tratando de ir por la vida pegándosele al primero que vea, diciendo sus estúpidas cursilerías, tratando de ser agradable ante los ojos de los demás para creerse que es el centro del universo, eres la típica chica que piensa que todos debemos de tolerar, que todos debemos de amar. Pero hasta aquí duró tu estupidez humana, yo soy diferente y no sabes con quién te estas metiendo.
—¿Te pasa algo? —pregunta sin apartar su mirada.
—No—niego mintiendo.
—Entonces por qué veo que estas a punto de llorar —aparto mí mirada mientras mi cerebro me hace saber que mis manos están enrollada en su cuello.
Abi, di lo que sientes, vamos, no seas cobarde.
Tomo valor y vuelvo a verlo.
—¿Por qué Jack? Necesito saber por qué me dijiste tantas groserías, yo no te he hecho nada, lo sabes, sabes...
—Perdón —interrumpe —Ya te pedí perdón ¿No basta eso? —me quedo en silencio. Sabe que no sé qué decir, así que sigue —Sí, yo sé que fui cruel, que esas palabras no eran las adecuadas, que me desquite contigo todo mi mal humor, mi mal día ¿Pero es tan difícil de olvidar? ¿Están difícil aceptar mi perdón?
Niego con mi cabeza.
—No se trata de eso, Jack.
Me baja de sus brazos y me ve, una mirada profunda.
—¿De qué se trata entonces?
—De que quieres jugar conmigo.
—¿Y eso es malo? —No puedo creer que sea un tonto. Doy la media vuelta dispuesta a irme pero me toma de la mano para volverme a girar —¿Ahora qué Abi?
—Estoy muy molesta —expreso —¿No ves lo que haces?
—No te entiendo, te juro que no, estoy siendo honesto ¿Sí?
—No quiero —digo aún más molesta.
—¿No quieres qué?
—No quiero que juegues conmigo —se acerca más a mí, su pecho casi rozando el mío, su rostro a centímetros.
—Entonces no jugaré contigo sino quieres, —entreabro mi boca ¿En verdad eso deseo?—Pero creo que tus ojos me dicen otra cosa, es más, tu corazón me está diciendo otra cosa —trago saliva. Soy una chica muerta, no sé lo que estoy sintiendo, todo se me revuelve, y cuando pienso que va a pasar algo, todo regresa a la realidad.
—Aquí estas cariño.
¡Hey! ¿Cómo van? Espero que bien, y sino espero que esté capítulo les haya sacado una sonrisa muy emocionada. ☺️
Cuénteme qué les parece la actitud de Jack y su honestidad 🙈las leo y les respondo 😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro