Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15



Le doy una sonrisa desganada a Melvin y me pregunto a mí misma: ¿Por qué? ¿Por qué ella y no otra? Mis ojos se humedecen y quiero tirar uno de los zapatos al vacío. Sí, al vacío, así como esta mi corazón en estos momentos. Y es que todo esto me duele, me duele hasta lo más profundo.

—¿Qué tienes Abi? —pregunta Melvin preocupado cuando una lágrima sale de adelantada recorriendo mi mejilla. ¡¿Por qué saliste?! ¡Nadie te dijo que te salieras!

La limpio sin consideración y vuelvo a sonreír.

—No es nada, estaba probando que tan buena soy para la actuación ¿Qué te pareció? —guiño uno de mis ojos como la más diva de todas, si supiera que me estoy muriendo lentamente por su causa. Es que no entiendo, no entiendo nada ¿Cómo es que no se fijan en mí? No me veo tan desesperada ¿O sí? Porque dice mi madre que la mujer desesperada no agarra nada más que una gripa por querer correr fuera de tiempo. ¿Será verdad? Yo lo estoy dudando. Creo que la mujer que busca, encuentra, y muchas veces se queda con el tipo que uno vio desde tiempos legendarios.

—Vaya que eres buena —dice sonriendo —Por un momento pensé que tu lágrima había sido producto de mi confesión... —abro mis ojos ligeramente por lo que está diciendo ¡Claro amigo, no ves que sí es por eso!——no me perdonaría saber que te he lastimado o algo así...—¡Ya basta! ¡Basta! —Y es que entre nosotros siempre ha habido esa amistad que muchas veces se confunde con otra cosa... —¡Cállate! ¡Cállate que me duele! —Es obvio que las personas no saben diferenciar entre un...

—¡Tengo hambre! —digo levantándome del sillón.

—¿Hambre? —pregunta confundido.

—Olvídalo —digo sonriendo otra vez. Caigo como saco de papa sobre el sillón de regreso. Estoy conteniendo mis emociones y eso no es bueno.

Miro el rostro de Melvin sumergido en dirección a Anabel ¡Dios no me atormentes de esa manera! Me muerdo mis mejillas y la sonrisa perfecta de mi amiga mientras se ríe por un mal chiste de Signia, enciende armoniosamente todo el lugar.

—Es bonita —afirmo derrotada ante la realidad —Muy bonita. En verdad puedo comprender porque los chicos se enamoran de ella —mi mejor amigo me ve con su rostro iluminado, y eso es todo para mí.

—Crees que debo...

No escucho más, porque mi mente viaja al recuerdo de otro episodio de mi fracasada vida.

—Hola —digo dispuesta a entablar una conversación con el chico pelirrojo que me trae loca desde hace semanas —Soy Abi, ¿Y tú eres?

—Soy Ian, un placer —estira una de sus manos para saludar y yo la recibo con un gran apretón. Al hacerlo siento sus suaves manos, y sus ojos color verde con bellas pestañas mirándome con un gesto agradable.

No podía estar más feliz hasta que:

—Gusto en conocerte —digo emocionada. Pensé en ese momento que había encontrado a mi idóneo, así que expandí mi sonrisa lo más que podía.

—Bebé ¿Esta bien aquí? —mi sonrisa es borrada sin perder un segundo.

La chica linda de piel blanca se acerca a nosotros y le da un beso fugaz en su mejilla.

Él voltea a verla y sonríe quitándole uno cuantos mechones rubios que se posaban con ligereza en su cara.

—Abi, te presento a Lina, ella es mi novia...

Los latidos de mi corazón eran apagados, y sin vida, tenía que controlar mi locura espacial. Intento ser razonable, pero cuando se trata de chicos, no puedo, es mi mayor defecto y peor fracaso, todo resulta mal. Ya no aguanto más, quiero sacar mi dolor.

—¿Qué puedo hacer Abi? —su pregunta me saca por completo de mis pensamientos.

—¿Ehh? —subo mi cabeza confundida.

Él me mira con su ceño fruncido y toma mi mano —Escuchaste todo lo que te dije ¿Verdad?

Para ser sincera no, no escuche ni la cuarta parte de lo que dijiste amigo.

—Claro. Que quieres estar con Anabel hasta el fin de tus días, pues anda, —señalo a la chica castaña con ondulaciones definidas y unos ojos café impresionantes. Mi amiga era linda, eso nadie lo negaba, su sonrisa fresca combinada con unos labios carnosos color rosa la hacían lucir preciosa y apetitosa ante el sexo opuesto —tienes que intentarlo, —digo tragándome mi dolor—sino alguien te ganara la partida—intento sonreírle y verlo a los ojos.

—Pero Anabel no es cristiana —dice con una tristeza que me hace estremecer.

—¿Y? si tú estás enamorado de ella no veo el problema —digo segura de mi respuesta.

Como si no supiera que en la biblia dice no nos juntemos con yugo desigual, pero ya no pienso en nada, solo quiero que Melvin sea feliz, y si no es conmigo, entonces será con mi mejor amiga.

Además Anabel no es atea, ella cree en Dios a su forma, lo que pasa es que es la típica chica que todavía no se quiere entregar al señor por completo, no antes de cumplir 30, según ella, quiere disfrutar de muchas cosas, como por ejemplo: las fiestas. Ama las fiestas, son su punto débil y sabe muy bien que si acepta a Dios en su vida, tiene que cambiar eso.

—No puedo creer que me estés diciendo eso Abi — ¡Hombre! ¿Qué quieres entonces?

¡Ay señor! Después dicen que somos las mujeres las complicadas.

—¿Te gusta? —pregunto con firmeza.

—Sí —dice de inmediato.

—Entonces ayúdala a seguirle recordando que Dios la quiere en su regazo —sigo intentado sonreír.

—¿Tú crees que puedo hacer eso?

—Por supuesto —me levanto del sillón y le extiendo mi mano, —Vamos a jugar que para eso venimos.

Él la toma y vamos en dirección a las chicas, desde hoy había decido olvidarme de Melvin y verlo de nuevo como un buen amigo, no más enamoramiento a primera vista o ilusiones falsas en mi cabeza, tenía que actuar con respecto a eso, o iba a tener que andar por la vida haciéndome conclusiones sin ninguna base ni fundamento, sufriendo cada cinco minutos, ok no, tampoco es que me enamoro de todo él que se me cruce en frente, es solo que mis ojos ven la belleza en todas las partes de este mundo.

Llegamos al lugar donde está Signia y Anabel, y no paran de reírse por sus torpezas, no habían ganado ninguna ronda.

—Oigan chicas, ¿No creen que ya es demasiada humillación para 10 minutos que han estado aquí? —bromea Melvin con gesto divertido.

—Bah, eso no es cierto, ya hemos mandado esa bola en buena dirección, es solo que esos bolos no se quieren mover de su lugar —dice Anabel bromeando al igual que Melvin.

Los veo una y otra vez, están tan cerca el uno del otro, que ya me parecían que hacían bonita pareja. Quizás yo algún día pueda conocer a mi idóneo, y darme cuenta con solo su mirada que él está enamorado de mí.

Solo me lo imagino como los versículos de Cantares, de los cantares, tan poético, tan lindo, y tan....

Antes de pegar el suspiro enamoradizo, sus ojos azules intensos me bajan de las nubes y casi me atraganto.

¿Y este que hace aquí?

—Ohh Jack, que bueno que viniste, ya te íbamos a llamar.

Aja, como no, es obvio que yo no.

Jack saluda de puño a Melvin ¿Desde cuándo estos dos se caen tan bien?

—Hola Jack —saluda Anabel —Es bueno verte.

¿¡Qué!?

¿Cómo qué es bueno verlo? A mí no me parece que sea bueno.

Cruzo mis brazos y respiro pesado, todavía siento una gran apatía por él, y es que después de sus crueles palabras ¿Quién no?

—Completamente de acuerdo —dice Signia dándole un abrazo.

Vaya, tal parece que todos aquí aman a Jack, menos yo.

Bajo mi mirada y suelto mis brazos para no sentirme como si fuera una tipa amargada frente a mis amigos.

Es más, iba a dar el primer paso lejos de ellos, cuando Melvin se atreve a decir:—Abi, ¿no vas a saludar a Jack? —subo mi mirada para ver en dirección hacia sus ojos y algo extraño manipula mi estómago, no entiendo qué puede ser.

—Hola Jack —digo de forma seca.

Melvin abre sus ojos, él me conoce, por supuesto que me conoce, sabe que jamás le he hablado a alguien como lo acabo de hacer.

—Ustedes dos ¿Pasa algo entre ustedes dos? —vuelvo a bajar mi mirada.

Sí pasa amigo, él es un idiota, sí, y es que no me conoce y aun así me ha tratado como si fuera el ser más repugnante del planeta, quizás este exagerando, pero así me sentí con lo que me dijo.

—¿Nos pueden dejar a solas? —pide. Lo que me parece extraño y me hace respirar pesado.

—Claro —responde Anabel —El tiempo que ustedes quieran —ese tono. Sé que Anabel está pensando otra cosa.

Escucho pasos alejarse y a Jack acercarse.

—¿No puedes aceptar un lo siento? —otra vez subo mi mirada y muerdo mis mejillas. Lo sabía, sabía que era él.

—No podía aceptarlo, cuando ni siquiera sabía quién era su remitente —sonríe como un campeón.

—¿Por qué eres tan complicada?

—¿Todavía lo preguntas? —digo acercándome más a él. Lo que me pareció una gran estupidez de mi parte. Me siento vulnerable por su presencia, por su mirada intensa. Jamás pensé que un chico me podía hacer sentir de esa forma, de repente los papeles cambian y no me gusta, no me gusta sentirme como si yo fuese la presa de un animal furioso y sediento de sangre. Sé que puedo estar exagerando, pero puede que no.

—Está bien —dice tocando mi mejilla. Retrocedo un paso atrás, él da uno adelante —No escaparás de mí, hasta que escuches lo que quieres escuchar —respiro entre cortado y eso no es bueno —Lo siento —dice cambiando su mirada a una que todavía no le encuentro explicación. Es tan confuso lo que trata de transmitir.

—Pues no lo acepto —respondo. Él sonríe.

—No soy yo quien se ira al infierno por falta de perdón —abro mi boca para decir algo, pero este tipo me está confundiendo ¿Qué le pasa? ¿Por qué siento que está siendo muy agradable conmigo, aunque sus palabras suenen tan pesadas?

—Entonces correré el riesgo —arqueo una ceja y él sin dudarlo se acerca más a mí ¿Por qué no puedo saber qué paso dará? Estoy tan vulnerable que me abrazo a mí misma.

—Te gusta jugar conmigo —dice subiendo una de sus manos a mi frente acariciándola con las yemas de sus dedos para apartar pequeños mechones rebeldes —No puedo negar que fui un idiota contigo —lo miro con mis labios entre abiertos, mi cuerpo helado por las reacciones desconocidas que se atraviesan como cortocircuito. Jack me confunde, estoy atemorizada, por primera vez, vuelvo y lo repito, por primera vez siento que no puedo reaccionar, que no puedo pensar, que no me le puedo tirar encima a decirle: Oye, eres tan lindo, y estas coqueteando conmigo, somos el uno para el otro ¿No lo habías pensado? ¡Claro! Eres mi idóneo, él que me vino a dar alegría, porque te esperaba nene, te esperaba desde que tenía conciencia.

¡Al carajo todo!

Ese pensamiento hace que mis manos suban sin saber, y tape mi boca ¿Dije al carajo?

¡Padre mío!

Jack se nota confundido por mi tonta reacción.

—¿Todo bien? —pregunta.

—No —respondo de inmediato —Deja de ser tan amable conmigo —digo molesta —Me dejaste claro lo que piensas de mí —veo el lado de la puerta de entrada —Y por cierto, ahí vine tu novia —le doy unas cuantas palmaditas en uno de sus hombros y paso por su lado para alejarme de él —¡Hola Mayra!


No puedo creer como me emocioné al final de este capítulo. Solo les quiero decir que con Jack se puede esperar cualquier cosa.

  No se olviden de votar y comentar, recuerden que esa es la fuente de vida y energía de un escritor😻😸

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro