Capítulo 14
Narra Jack.
Tiro el teléfono a un lado, desesperado por el mensaje que me llegó hoy temprano y que me siguen llegando. Es increíble, como aun estando lejos de la ciudad que me hizo tanto daño, todavía me sienta tan cerca.
Caigo sobre mi cama intentando relajarme, pero no lo logro, los recuerdos me torturan y comienzan con la pregunta que me hizo Mayra hoy.
—¿Me quieres?
Empuño mis manos al no poder evitar ese recuerdo. Mi respuesta fue algo que no se lo esperaba. La lastime. Y no me lo voy a perdonar por el resto de mi vida, pero si no era sincero con ella, entonces me ataría a algo que me haría daño poco a poco.
—No —esa simple respuesta bastó para que sus manos se alzaran golpeando mi pecho.
—¿Por qué, Jack? —pregunta con lágrimas en sus ojos. Un nudo en mi garganta aparece haciéndome saber que soy el tipo más miserable por hacerla llorar.
—Lo siento... —digo deteniendo sus puños cerrados que venían directo a mi pecho —Lo siento, en verdad lo siento... —sus ojos bañados de lágrimas me hacen bajar mi mirada —Siento no poder sentir lo mismo que tú sientes...yo...no puedo...
Se suelta de mi agarre y me empuja para que la viera directo a los ojos.
—Sabes que aunque no sientas lo mismo debes fingir, ¿no?—sube sus manos para limpiar lo mojado de sus mejillas. Su posición ahora es otra, su mirada es tan parecida a la que miré en Kay la última vez que hablamos—. Sabes que ante tus dulces padres yo soy tu futura esposa, lo sabes muy bien Jack — se acerca para darme un beso en la mejilla y deslizarse hasta mis labios—Así que es mejor que te obligues a ti mismo a ser el mejor novio que pueda existir —su cercanía no me causa más que un simple cosquilleo —No quiero escuchar rumores en esta escuela —Me empuja de nuevo y la distancia que queda entre los dos, es bastante prudente —No quiero escuchar que mi chico anda detrás de otra chica —su dedo índice se sube para amenazar —Ya me canse que me vieras la cara de idiota, si soporté tu relación con Kay, fue porque estabas lejos, y podía disimular estando sola... —ruedo mis ojos, detesto que se ponga a recordar cosas que me duelen. En verdad no quería hacerle daño, y siempre he sido sincero con ella.
—Ya basta Mayra —interrumpo —No necesitas recordar algo que ya pasó.
—No, —dice muy molesta —es lógico que eso no ha pasado y sabes ¿Por qué? —pego un suspiro para recostarme sobre la pared del pasillo donde estamos. Esta situación me está desesperando —.Porque sigues enamorado de esa chica fuera de clase y corriente, porque le dejaste todo tu corazón cuando yo te esperaba pacientemente, por esa, y miles razones que te puedo escupir en la cara, es que te puedo recordar el pasado cuantas veces se me pegue la gana—mi enojo aparece. No tenía por qué soportar esto. Así que doy la media vuelta para marcharme y ella me detiene con sus últimas palabras —No he terminado Jack, esto es solo el comienzo, pon tu mejor sonrisa, porque seguirás fingiendo. Fingiendo que amamos nuestra relación, y lo más importante, a Dios —volteo a verla ¿Por qué es así? No la entiendo, es hija de los mejores pastores de la zona.
Camino a pasos acelerado para acercarme a ella de nuevo —No metas a Dios en esto Mayra, —mi mirada es fría — Sabes muy bien que nosotros somos los responsables de todo esto.
Pega una risa sarcástica —¿Qué? ¿Ahora eres un buen cristiano? Por favor Jack, ambos sabemos que eres un hipócrita.
Mi respiración se corta, esa palabra es la definición de mi vida, y no puedo negarlo, pero tampoco puedo negar que me duele que metan a Dios en lugares que no debería estar. Sé que no he sido un buen hijo, y cuando me refiero a buen hijo, hablo del área espiritual. He abandonado mi relación con Dios desde hace mucho, y eso me duele, me duele hasta lo más profundo.
—Basta, —digo con mi voz apagada — ya no quiero escucharte, déjame en paz.
—Eso no va a ser posible mi amor —guiña uno de sus ojos —Nos vemos esta noche, hoy hay bolos, yuju —finge alegría, da la media vuelta y camina en sentido contrario —Te espero a la seis cariño, ni un minuto más, ni uno menos...
Mis ojos se abren viendo el techo, gotas de sudor rodea mi rostro, mi pecho esta agitado, un dolor punzante invade mi estómago, tengo ganas de vomitar. No puedo más, me inclino sobre la orilla de la cama, el aire que entra por mis fosas nasales es demasiado artificial, lo más probable es que en cualquier momento deje de darme vida. Hundo mi rostro cerca de mi entre pierna tratando de borrar cada palabra hiriente de Mayra. Odio esto, odio fingir amarla.
—Ayúdame Dios —ruego sin pensarlo ante el dolor que siento. —Sé que soy un muerto en vida —digo subiendo la mitad de mi cuerpo, viendo como las cortinas de mi cuarto comienzan a moverse. Recargo mis brazos sobre mis piernas y uno mis manos tocándose palma con palma. Medito un poco, y sin pensarlo el recuerdo de la escena más intensa deja de existir, para colocarse uno que me hace sentir un tanto extraño.
—¡Oye tú! ¡Hey! —volteo, y sus ojos marrones oscuros me impactan al verlos. Es hermosa, sus rulos bien definidos, y esa piel morena que me vuelve un tanto loco desde que la vi en el refugio, me deja sin aliento.
—¿Es a mí a quién le hablas? —No puedo evitar dejar salir mi sarcasmo con la chica nueva.
—Sí —dice seria. Se ve linda cuando arruga su ceño.
—¿Qué quieres? Voy rápido —Sé que saldrá corriendo en cualquier momento. 3...2...
—¿Sabes qué? Olvídalo —sin pensarlo da la media vuelta y retoma su camino.
Mi asombro se queda un tanto en mi cuerpo. Saco una sonrisa ladina y veo cada detalle de ella. Sus rulos rebeldes sobre salen moviéndose a su ritmo. Debo admitir que tiene elegancia para caminar.
—¡Hey! —me animo a decirle. Pero sabía que su orgullo no la iba hacer regresar con mi simple "Hey"
—Abigail —susurro. —¿Por qué te cuelas en mis dolorosos pensamientos? En serio niña, no tengo nada encontra tuya, pero tu actitud tan dulce me hace sentirme estúpido.
Busco mi teléfono para mandarle un mensaje a Mayra y otro recuerdo embriaga mi mente.
Escribo rápidamente antes de que me arrepienta. No suelo pedir números a personas que apenas conozco, pero necesitaba pedirle disculpas a Abigail por cada palabra que le dije en el parqueo de la escuela, nunca había tratado así de mal a una chica.
Lo siento...
Sin esperar respuesta de parte de ella, tomo el teléfono y lo aviento a un lado de la cama. Subo mis manos y alboroto mi cabello, pasado un par de segundos algo vibra. Vuelvo a tomar el teléfono y veo su respuesta.
¿Quién eres?
Sonrío, no sé ni porqué lo hice.
Cierro y abro mis ojos tratando de cortar el recuerdo. Abigail me ha atraído físicamente, pero no puedo permitirme que crezca algo más profundo entre los dos, solo necesito molestarla y así canalizar todas mis malas emociones y experiencias.
Camino en busca de una camiseta básica blanca y una chaqueta negra, no necesito impresionar a nadie en esta ciudad, así que evito parecer el niño de "clase" hoy solo necesito divertirme.
Abigail.
Me miro al espejo antes de salir y sonrío como idiota tras el plan que tengo trazado con ella. Creo que ya es hora de disfrutar un poco lo que la vida me ofrece, y aunque Mayra inevitablemente este seleccionada para ser mi esposa, eso no evitara disfrutar mis últimos años de "soltería" con la chica que me plazca.
No le tengo miedo a sus palabras. No después de saber que ella también hace todo esto por capricho.
—Abigail, prepárate, serás la primera de mis nuevas conquistas.
¡Ja! Aquí hay muchos cabo sueltos señoras y señores. No puedo creelo 😱 vieron la actitud de Mayra? no se supone qué era una chica tierna según como la describió Abi en uno de los capítulos anteriores? Pero al parecer no es así. La historia comienza a dar forma, y eso me tiene contenta. Espero que les haya gustado que Jack narrará este capítulo, porque no será el único, habrá otros por ahí 😉 los quiero y aprecio su apoyo incondicional. Dejen sus comentarios que siempre contesto. Nos vemos en la próxima.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro