Aunque las cosas siguieron su curso normalmente, tenia ese maldito presentimiento de algo que me incomodaba todo el tiempo. Lo tenia clavado como una espina y trataba de apartar ciertos pensamientos de mi cabeza.

Charlotte no había cambiado ni una pizca, nos enviábamos mensajes a toda hora, videos mostrando lo que estábamos haciendo e infinidades de fotos. Nos extrañábamos, pero quizá nuestros estudios y actividades diarias no nos daba tiempo de expresarlo.

Yo había comenzado a estudiar pediatría, donde no solo me iba bien, sino que también me mantenía muy ocupado haciendo practicas en un hospital, pero aunque mi mente estaba llena de cosas, no podía dejar de pensar en Charly y en contar los días para volver a verla.

En septiembre volvimos a estar juntos. Milena y Gerard se casaban y por como iban los preparativos, habian miles de invitados. Esta vez, su estadia era corta, y por la constante vigilancia de la vieja, no pudimos estar tranquilos como la ultima vez.

-Porque carajo le tienes miedo a tu madre Charly? Ya eres mayor de edad y no deberia meterse, es mas, tu no deberias darle explicaciones ni pedirle permiso de nada.- Le dije la noche anterior al casamiento y no obtuve una respuesta concreta.

- Mi madre solo quiere lo mejor para sus hijos, es normal que quiera verme feliz y en una buena posición económica.-

- Acaso tu no crees que sea lo mejor para ti? No crees que puedo darte una buena vida sin tener millones de dolares en mis bolsillos?- Solte enfadado por su estupida respuesta.- Si de verdad me amas ponte firme y dile a tu madre que no se entrometa en nuestra relacion.-

-Es que no sabes lo insoportable y egoista que es. Si yo me revelo, ten por seguro que me hara la vida imposible.-

-Te vienes a vivir conmigo y que se vayan todos al infierno. Solo tu me importas Charly, entiendelo de una vez.-

La fiesta de casamiento había sido increíble, poco parecido a una fiesta de casamiento y muy típico de Milena. Su gran entrada fue una gran sorpresa para todos. Mientras esperábamos la típica canción romántica para recibir a los novios, todo quedo a oscuras en el enorme salón de THE PALACE. Una canción comenzó a sonar despacio, como si estuviese lejos.

- No puede ser... Es Animals de Martin Garrix.- Grito Charly en mi oído. Conocía la canción, porque Milena la escuchaba todo el tiempo.

-Menuda loca...- Dije riendo, mientras disfrutaba de aquel espectaculo.

 Unos lasers de colores comenzaron a dibujar las paredes del lugar con formas alocadas. El volumen de la canción comenzó a aumentar y mientras todos nos habíamos puesto de pie para deleitarnos con tremendo espectáculo, la canción hace una pausa. Quedando todo completamente en silencio. Una luz violeta alumbro la llegada de los novios y el vestido de Mile, junto a la camisa de Gerard, los cuales eran color blanco, resaltaban a una gran distancia. En ese momento de sorpresa comenzamos a gritar aplaudir y silbar, mientras la canción volvía a sonar, haciendo que casi todos los recibiéramos con un ataque de euforia, saltando y haciéndole ronda a Milena y a Gerard.

Esa fiesta había sido un total descontrol. Yo por mi parte, me limite a beber, ya que cuando lo hacia, sobrepasaba mis limites, pero esta vez no tendría a mi amiga para que me llevara a mi casa.

La familia Travis volvió a Estados Unidos, dos días después de la fiesta. La melancolía de tener lejos a mi novia, me destrozaba silenciosamente. Ella no había dejado de llorar el día de la despedida. Cada vez que lo hacíamos dolía mas, porque ya no era un romántico juego de adolescentes. Realmente sentíamos algo muy fuerte el uno por el otro y permanecer separados, nos heria a ambos. 

-No te preocupes, exactamente en unos seis meses tendran que volver.- Solto Milena casi como un susurro. No comprendi el porque, pero su sonrisa triunfante de enamorada obsesiva , me dejo claro el motivo.

-Estas embarazada?- Pregunte como un idiota, sabiendo que su respuesta era positiva.

-De doce semanas.- Respondio agitando su cabeza positivamente con una sonrisa tan grande que podian verse sus treinta y dos dientes.

Nada era lo mismo, los meses que pasaban y  me sentía vació, porque realmente me hacia falta tener a Charlotte en mis brazos. Cada día que pasaba era eterno y como si fuera poco, los mensajes y las llamadas se habían reducido a solo unas cuantas en la semana. Trataba de no perder el control, y de hacer a un lado los pensamientos que me carcomían el cerebro, aun así tenia que ser directo con ella y preguntarle si me seguía amando, que me dijera si estaba con otro, o si ya no quería seguir mas conmigo, pero me faltaba valor. Creía no poder soportar si me decía que no me amaba, o que no quería seguir así, era agotador y doloroso esta relación a distancia, lo sabia muy bien, pero rogaba que no fuera eso.

El calor en marzo, era mas soportable. Milena estaba casi en la fecha de parto, habia gozado de un embarazo saludable, aunque ella vivia renegando por sus nauseas, aumento de peso y diciendo que la niña era un alien, no podia negar que tanto ella como la niña estaban en muy buen estado de salud.

Tal y como Milena lo había dicho, la familia Travis volvió el tres de marzo, con la suerte de que ese mismo día comenzó con las contracciones y el trabajo de parto. Ese día tenia practica en el misma clínica donde Milena se había internado, y por tal motivo, no había tenido tiempo de recibir a Charlotte como hubiera deseado.

 Helena había nacido tan rápido y tan saludable, que a las diez de la noche ya estaba en brazos de su madre, rodeada de toda su familia. Ese fue el único momento en el que decidí llevarla afuera de la clínica para abrazarla fuerte. La había necesitado tanto, la había extrañado demasiado.

El abrazo fue casi eterno, los besos exigentes y desesperados hacían vibrar mi cuerpo. Cada centímetro de piel que recorría con mis dedos, era tan intenso y tan necesario como hacerle el amor. La quería llevar lejos de todo, tenerla solo para mi, pero sus lagrimas me dieron a entender que había algo doloroso en ella, sus ojos mostraban tristeza y aunque le pregunte que era lo que ocurría, solo decía que me había extrañado y que estaba feliz de estar nuevamente conmigo.

Su estadía duro solo diez días, los cuales habíamos llegado a estar juntos en todo momento. A la tarde me esperaba en la clínica, cuando terminaba mis practicas y salíamos a cenar, a caminar o a bailar. Todo era normal y maravilloso, pero en algunas ocasiones ella se desconectaba y su mente viajaba a la nada y su mirada se perdía en un punto infinito. Algo estaba mal, y se lo preguntaba miles de veces, pero no había una respuesta concreta.

Con todo el dolor del mundo, nos despedimos como siempre, la noche antes de su partida estábamos juntos haciendo el amor, llenándonos de besos y caricias silenciosas. En ningún momento dejo de decirme que me amaba, lo cual apaciguaba el sentimiento de perdida que llevaba dentro.

En el Aeropuerto esperando su vuelo, se sentó a mi lado y me abrazo fuerte, lloraba desconsoladamente y no le importo que la vieja estuviese mirando y todo mi mundo se paralizo  al sentir sus labios en los míos.

- No olvides nunca que te amo Alan, esta maldita distancia me destroza cada vez mas. Odio estar lejos de ti, odio esta vida y odio a mi madre por no aceptarte.-

-Al diablo con tu madre Charly, deberías ser valiente y venir conmigo. Yo podría hacerlo, pero realmente quiero terminar mi carrera para tener una buena vida que ofrecerte. Solo espérame y veras lo mucho que puedo darte.- Dije con decisión y seguridad de mis palabras.

Tome su rostro en mis manos, importándome poco si me veían sus padres y la bese con tanta pasión y con tanta ternura a la vez, dejando así, la promesa de verla pronto sobre sus labios. Tenia planes de viajar a New York y darle una sorpresa, solo era cuestión de esperar unos meses.

El anuncio de su vuelo me dio escalofrió, y nuevamente la misma sensación de perdida, el mismo mal presentimiento que la ultima vez.

-Prométeme que esperaras un poco mas Charly. Te amo con mi vida, eres lo mas importante que tengo.- Dije esperando una respuesta.

-Ya vamos hija. Apresúrate.- Dijo Dorothy tomándola de la mano para despegarla de mi lado.

-Prométeme amor.- Volví a preguntarle, pero no respondió. 

-Te amo Alan, no lo olvides.- Dijo mientras se iba. Sus ojos estaban empapados de lagrimas y aquellas palabras me dieron la respuesta que no me había dado. 

<No me esperara...>

Las llamadas iban directo al correo de voz, no me rendí y le dejaba mil mensajes. Su cuenta en Facebook había sido cancelada, no tenia contacto con ella para nada y nadie me decía que rayos pasaba. Sus hermanos no sabían el motivo de su distancia, porque no solo lo había hecho conmigo, sino con todo el mundo, pero aunque Gerard me decía que no tenia la menor idea de su comportamiento, estaba seguro que el sabia algo.

Después de un mes de dolor y constante búsqueda de soluciones por comunicarme con Charlotte, decidí viajar a New York y si tenia que confiar en alguien, era en Milena. Así que no dude en llamarla contándole del viaje que tenia planeado.

-No lo se Alan, ni siquiera Gerard sabe nada de ella. La vieja lo único que dice es que esta estudiando y trabajando.- Dijo mi amiga con mucha tranquilidad.

- Acá hay algo raro. No se la puede tragar la tierra. Tengo que viajar y sacarme la duda. Si ya no me ama, porque no me lo dijo?-

-En verdad no lo se... Espera un momento, están tocando la puerta...- Espere unos segundos- Alan ven a casa urgente.-

-Para que? Le paso algo a Helena?-

-No no, ella esta bien, deja de hablar y ven a mi casa de una vez... ya.- Dijo con un tono autoritario pero desesperado.

Llegue al hotel mas rápido que un rayo. El rostro de Milena era de piedra, estaba seria y angustiada. Ni siquiera me saludo, solo me entrego un sobre blanco. En ese mismo instante entro Gerard, saludando despreocupadamente y mientras me preguntaba como iban las practicas fui abriendo aquel sobre sin tener la menor idea de lo que podría ser.

El contenido era una tarjeta hermosa y delicada. Comencé a leer y mientras mas leía, mas se rompía mi corazón. Milena miraba con odio a su marido y este no entendía nada, mis ojos comenzaron a picar y la vista se me empaño de lagrimas.
Gerard tomo la tarjeta y sin poder creerlo volvió a mirarme.

-Juro por mi hija que no sabia nada.- Se defendió.

Tenia ganas de tirarme encima de el y darle una paliza, pero Milena tomo mi brazo y negó con la cabeza.

-El dice la verdad. No juraria por su hija si no fuese cierto.- Dijo Milena.

Me desplome en el sillón tomando mi cabeza entre mis manos, no podía creer lo que estaba pasando, Charlotte estaba por casarse. Me sentía un imbécil, por mi mente solo paseaban imágenes de ella con otro hombre, un hombre que no la amaría como yo. Quería llorar en soledad, me destrozaba saber que la había perdido, que no estaría mas con ella, que no le haría mas el amor.

Me levante mareado y con la mirada perdida, quería correr, gritar y llorar. Necesitaba descargar mi ira, por lo que golpee la pared con fuerza, eso desato el nudo en mi garganta y comencé a llorar como un niño, me sentía avergonzado, pero no podía contener el dolor. Solo sentí el fuerte abrazo del hombre que podría haber llegado a ser mi cuñado y no lo sera nunca mas. Milena frotaba mi espalda, a modo de consuelo, pero ya no había nada que hacer, la había perdido.

<Eras mi mundo, mi universo. Jamas imagine que contigo iba a vivir lo que siempre quise. Si no te tengo conmigo, pierdo todo lo que realmente me hace feliz. Nada sera igual, solo se que te llevaras gran parte de mi alma.>

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HOLA A TOD@S!!!! SOLO QUIERO AGRADECER EL APOYO, LOS VOTOS Y COMENTARIOS. DISCULPARME POR LAS ACTUALIZACIONES, YA QUE SON MUCHOS DÍAS ENTRE CAPITULO Y CAPITULO. POSEO MUY POCO TIEMPO Y DE VERDAD QUE ODIO ESO. GRACIAS POR LA PACIENCIA Y ESPERO DE CORAZÓN QUE LES ESTE GUSTANDO ESTA NUEVA HISTORIA. a PARTIR DEL PRÓXIMO LOS CAPÍTULOS SERÁN MAS INTENSOS \(*Q*)/ lo que mas me gustaaaa... *Pervertida* ESPERO QUE DISFRUTEN Y ME SIGAN APOYANDO. BESOS Y ABRAZOS DE OSO!!!