La ayuda de Abel
12 meses antes
Caín se encontraba junto con Big Red en una de las áreas verdes, los chicos disfrutaban de sus almuerzos como cualquier otro día, salvo que ese día sería el día que la vida de Caín cambiaría para siempre.
—Hola June —saludó a la chica quien se había aproximado a Caín con la finalidad de espantarlo.
—Oh vamos Red quería asustarlo —se quejó la chica.
—Eso nunca —aclaró Caín mirándole.
La castaña se sentó a un lado del ojipurpura, se acercó a sus labios para besarle apasionadamente, unos segundos después se vieron interrumpidos.
—Por favor, soy ciego no sordo dejen de comerse, hasta acá los escucho —se burló el pelirrojo ante el chasquido de sus bocas.
—Celoso hermanito —se burló June.
—Pues fíjate que si, te recuerdo que primero era mío —gruñó.
—Aún lo soy —sonrió Caín para tomar su mano, bromeando con su mejor amigo.
Una par de risas amenizaron el ambiente, risas que se dejarían de escuchar por un tiempo... iniciando por la llegada de aquellas personas a interrumpirles.
—Olvidaste tu almuerzo —interrumpió Abel tendiéndole el desayuno preparado por su padre.
—No, en realidad no —dijo tomándolo de mala gana— ahora comeré guisantes, gracias Abel —comentó sarcástico.
Su hermano puso los ojos en blanco, lo mejor era ignorarle y arreglarse en casa a golpes para terminar comiendo helado como solían hacer.
—Gracias hermanito —se calmó el ojipurpura dándole una sonrisa forzada.
Abel asintió, no le quedaba de otra.
A la distancia encontró al grupo de chicos que llamaba amigos, para Caín simples estupidos.
—Te veo en la salida —mencionó para irse sin más.
Le miraron irse para juntarse con ellos chocando puños, riéndose de cualquier idiota que se les cruzará.
—¿Por qué se junta con ellos? —preguntó June, lo conocía bien y no era un idiota como ellos.
—Conveniencia —supuso el mayor.
Antes de decir algo más esa estupida voz se escuchó.
—El circo llegó a la ciudad y trajo consigo el espectáculo de freaks —se burló Devon, acompañada de aquella rubia que conocían bien.
—Devon no molestes a mis hermanos —regañó la rubia riendo.
—¿Qué quieres? —se apresuró Caín.
—Oh cariño solo vengo hablar con mi hermanita, no contigo —sonrió Judith.
—Acaso pregunté con quien venías hablar —recriminó Caín— no, atiende a las siemples preguntas o es que el tinte ya te está quemando el cerebro.
Todos lo sabían, no era rubia natural.
Judith se limitó a mirarle de arriba abajo con repulsión.
—Necesito las llaves del auto —pidió ella.
June se las tendió, nunca se había atrevido a levantarle la voz a su hermana.
Su gemela se acercó para despejar su cabellera de la mitad de su rostro, aquella que cubría su marca roja brillante.
—No escondas tu belleza hermanita, Caín te ama con esta marca o sin ella —dijo acariciando su mejilla.
La chica se fue seguida de su fiel perro.
—Es una perra —atacó Big Red.
—Lo es —aseguró Caín— pero tiene razón, yo te amo como eres.
La chica le sonrió para besar sus labios, no importaba cuantas veces se lo dijeran siempre sentía que nadie la amaría por lo que era.
Caín se adelantó con su amigo para llevarlo al salón junto con su chica detrás, una vez en el salón ella se lo llevó para confesar algo que solo ellos sabrían.
Escondidos en el armario de limpieza el joven Caín se empezó a quitar la camisa.
—Caín —lo llamó June riendo.
—Espera no era para esto —murmuró confundido, era su lugar favorito para follar.
La chica negó divertida, desanimado el ojipurpura se colocó de nuevo la camisa.
—Gracias por hacerme ver como un imbecil —dijo apenado.
La castaña bajo la mirada, preocupada de que lo que le dijera fuera a cambiar las cosas.
—¿Qué ocurre? —preguntó tomando la mano de su novia.
—Yo... estoy embarazada —confesó.
Un nudo se le hizo en la garganta de Caín, a su corta edad no esperaba tener hijos.
—¿De... verdad? —preguntó nervioso.
June asintió para soltar un par de lágrimas.
—Yo... lo siento —soltó, las lágrimas empezaron a brotar.
—Hey no te disculpes esto no es tu culpa, que yo recuerde fue mi pene del que salieron nuestros hijos —la clamó.
Una pequeña risa salió de la chica, amaba que la hiciera reír con sus estupideces.
—¿Hijos? —preguntó confundida.
—Tengo un gemelo y tú dos, por lo menos espero tres en un parto —aseguró.
Otra pequeña risa se hizo presente, por un momento June se llenó de una extraña esperanza, se imaginó a Caín cuidando de sus tres bebes, a Red quejándose del olor de los pequeños, Abel cargando a sus sobrinos para no devolverlos en un tiempo llenándolos de amor... a su hermana en su futuro.
—Caín mis padres me harán abortar y yo...
Caín no tuvo que pensarlo ni por un minuto.
—¿Quieres esto? —preguntó seguro.
—Si, pero ellos...
—Entonces a la mierda ellos, nos vamos de aquí y nos las arreglamos los dos —dijo para tomar su mano— juntos.
—Tu... dejarías todo por mi —comentó insegura— dejarías a tu hermano por mí.
—Amo a mi hermano, pero no hay nada que no haría por ti —aseguró.
La chica sonrió para abrazarlo, a su lado se sentía segura.
—Tiene que ser hoy —dijo ella— si tardamos más... hoy debemos irnos.
Caín asintió para armar su plan, al salir de la escuela se irían respectivamente a sus casas, harían sus maletas y conseguirían todo el dinero que pudieran, ya que a las doce cuarenta se encontrarían para iniciar su nueva vida juntos.
Un plan que a las nueve con doce se terminó.
En casa June preparaba las maletas, sacaba sus ahorros y escribía una carta en braille para su hermano.
—De verdad creías que no me iba enterar —dijo la rubia entrando a su habitación.
—¿Qué? —preguntó June mirándole.
Judith mostró la prueba de embarazo.
—Por favor hermanita a la otra envuelve mejor las pruebas —se burló.
Un pequeño nudo se hizo en su garganta.
—Judith por favor...
—Oh tranquila no dire nada —sonrió entrando a su habitación para ver las maletas— Oh por Dios, tu y Caín se van a escapar.
June bajó la mirada, odiaba ver a su hermana a los ojos.
Ambas eran iguales, misma altura, mismo color de cabello, iguales a excepción de la mancha en vino de oporto que tenía la mayor.
—Está bien, de todas formas deberías pensártelo mejor —la miró— ya sabes lo de tener hijos.
—Se que somos jóvenes pero estamos consientes y seguros de que podemos... —explicó viéndose interrumpida.
—No lo decía por eso —la detuvo— no te has puesto a pensar lo deforme que serán tus hijos, si nace con los ojos de Caín y tu cosa esa, que vida les darán.
Una lágrima rodó por su mejilla.
—¡¿Por qué eres tan mala conmigo?! —exclamó dolida.
—Porque eres tan fea —atacó— escúchame solo te digo la verdad, si tu propia familia no te quiere como puedes esperar que él lo haga.
—Él me ama —dijo segura.
—¿De verdad? —preguntó— veamos tú no te amas, no puedes esperar que él lo haga por ti y aceptémoslo él es lindo, con esos brillantes ojos púrpura que te juzgan, ¿Por qué estaría con alguien como tú?
June no pudo decir más.
—Exacto, y en el momento en que vea a tu hijo con la misma mancha que la tuya te dejara —sonrió hipócritamente— pero es tu decisión hermanita, yo te apoyo en lo que seas que decidas.
Judith salió de ahí, con una sonrisa en rostro.
Cualquier otra noche las palabras de Judith no le hubieran afectado, pero esa noche si, esa noche todo el peso, dolor y sufrimiento se juntaron para explotar llevándose todo a su paso.
Nunca tendría una vida normal y aunque era casi imposible que su bebé presentara las mismas afecciones que sus padre la idea si quiera la dejo helada.
No podía hacerle eso a sus futuros hijos... más importante ella no podía seguir viviendo así.
A las nueve cuarenta June Bathes terminó una carta para Caín y otra para su gemelo, dio un abrazo y un beso a su hermano y pronunció el último te amo a sus padres.
A las nueve cincuenta June Bathes tomó el arma de sus padres y se disparó en el hueso esfenoides evitando fallar... muriendo instantáneamente.
Al mismo tiempo Caín terminaba de cenar con su familia, ver un programa de televisión con su padre y despedirse de su hermano.
—Oye... te quiero —le dijo a su gemelo— perdón por lo de hoy.
Abel miró a su hermano confundió para poner su mano en la frente del mayor.
—¿Te sientes bien? —preguntó dramatizando.
—No te vuelvo a decir que te quiero cabron —se levantó del sillón molesto.
Antes de subir la voz de su hermano lo detuvo.
—Te amo Caín —dijo sin miedo.
—Muy tarde lastimaste mis sentimientos —se burló.
Abel sonrió, en esos momentos solo sentía algo parecido a felicidad de parte de su hermano.
Diez minutos después Abel recibió la llamada de Red anunciando la muerte de su hermana.
Todos sabían que el único que podía darle esa noticia a Caín era su gemelo.
Abel subió con el corazón latiendo fuerte, tratando de controlar las lágrimas.
—Caín —lo llamó.
El mayor se vió sorprendió haciendo sus maletas.
—Puedo explicarlo —se adelantó.
Abel entró a su habitación por fin notando las maletas, no lo entendía pero aún así le restó importancia.
—Bueno no puedo pero si no preguntas es mejor —pidió.
Su hermano suspiró, fue entonces que entendió que algo no andaba bien.
—¿Qué ocurre? —preguntó confundido.
—Siéntate por favor —pidió su gemelo.
Caín se sentó, se dejó llevar sintiendo lo que su hermano... tristeza, ¿Se había enterado de su escapada?
—Caín me llamo James —dijo con un nudo en la garganta.
Caín le miró confundido, su hermano suspiró para tomar la mano de su gemelo.
—Es June ella...
—¿Está bien? —se adelantó preocupado.
Abel negó con la cabeza, estaba por darle la peor notica a su hermano.
—Ella... ella se suicido Caín —lo soltó.
Caín le miró arqueando la ceja para soltar una pequeña risa.
—Que buena broma Abel —dijo riendo.
Abel suspiró para negar y presionar la mano de su hermano.
—Lo siento —murmuró.
El rostro de Caín cambió por uno serio y una lágrima rodó por su mejilla, Abel lo abrazó con todas sus fuerzas esperando que se desbordara en su hombro.
No fue así...
Una lágrima por su amor perdido fue todo lo que le dió.
En ese momento Abel lo sintió, odio, una emoción potente que venía de su hermano... una que no se iría.
Ese día su hermano se apagó, todo sentimiento dejo su cuerpo como antes de conocer a June, puro odio era lo que quedó.
Dejando al Caín que ahora conocía bien.
Los recuerdo se esfumaron viendo a su hermano despertar.
El mayor despertó por la luz, su padre hablaba con el doctor de su alta posiblemente.
Su mirada recayó en su hermano que le veía fijamente.
—¿Qué? —preguntó confundido.
Abel suspiró para tomar su mochila y dejarla caer en la pierna de su hermano.
—¿Qué mierda estás haciendo Caín? —preguntó preocupado.
Era hora de contarle la verdad... June estaba viva y posiblemente su hijo también.
Hola
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Espero les esté gustando 🤗
Quería hacerles dos preguntas muy importantes que definirán el rumbo de la historia 🧐 ah se crean ya tengo el final 😂
¿Cómo conocieron esta historia?
Me gustaría saber si se las recomendaron, la vieron por Instagram o les apareció en recomendados aquí en wattpad 🤗 me ayudaría mucho.
¿Quién es mejor Caín o Abel?
Team Caín 💜
Team Abel 💚
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