Querido amor correspondido:

Abrí la boca para formular algunas palabras, pero te fuiste corriendo y no te perseguí. Sabía que necesitabas asimilar sola todo esto. Tu crush había descubierto tu mayor secreto.

Al día siguiente, mientras caminaba por el pasillo, me evitaste. Me sentí un poco perdido, como si hubiera cruzado una línea que no debía tocar. Luego, en otras ocasiones durante el día nuestras miradas no se encontraron.

Me pregunté si te sentías avergonzada o simplemente necesitabas tiempo. Quería acercarme, preguntarte cómo estabas, pero el miedo a incomodarte me detuvo. Tampoco quería que esto se convirtiera en un silencio incómodo entre nosotros.

Con cariño, A.