~2~
Bonnie se hallaba sonriendo ampliamente por los pasillos del instituto mientras agarraba la banda de su guitarra, realmente se sentía feliz aquel día a pesar de no saber muy bien el motivo, o tal vez sí. Saludó a sus compañeros sin borrar su feliz expresión, algo que naturalmente llamó su atención.
— ¿Por qué tan sonriente, rarito?— preguntó primero el pelirrojo con los brazos cruzados.
— ¿Es que no puedo estar contento porque sí?— respondió con otra pregunta encogiéndose de hombros sacándose la mochila.
— No respondas con otra pregunta, enano— frunció el entrecejo más curioso que enojado—. A ti te ha pasado algo que no nos has contado...
— Siempre tan metiche, Fox— rodó los ojos la rubia de ojos magentas mirando a su amigo pelimorado—. Pero tiene razón, no sueles estar tan contento sin alguna razón.
— Bueno, es simplemente que me he levantado de buen humor— abrió su mochila para sacar sus libros, pero un pequeño papel se escapó de entre estos.
— ¿Y esto?— Freddy lo había notado y se agachó para recogerlo—. ¿Una carta? Bonnie, no sabía que escribías cartas.
— ¿E-Eh?— el pequeño se giró para verle con el sobre en la mano—. ¡D-Dámela!
— Oooh, ¿una cartita?— rápidamente el pelirrojo se adelantó y le arrebató el papel a su amigo para poder leerla antes—. No tiene nombre, pero está abierta, así que era para ti o... andabas de curioso.
— ¡E-Es mía, devuélvemela!— Bonnie no quería que empezaran a burlarse si supieran que tenía un admirador secreto, pero no contaba con la gran diferencia de altura con su amigo y pasó lo que tenía que pasar.
— "No olvides que tu sonrisa..." "... hazlo por mí, por favor". Pero madre mía, Bonnie, qué galán nos saliste— se carcajeó mientras detenía al más bajo de la cabeza con una mano—. ¿Quién es tu enamorada?
— ¡Ya dámela!— logró dar un saltito y arrebatarle la carta de sus manos para volverla a guardar en su mochila con las mejillas rojas—. N-No es lo que crees...
— Pues a mí me da que es una carta, y una de amor si me permites añadir— reía inocente la única chica del grupo, observando cómo se ponía nervioso—. Anda, ya te hemos descubierto, suéltalo ya.
— B-Bueno...— empezó a jugar con sus dedos—. No estoy del todo seguro... Ayer vi esa carta en mi casillero, pero creí que se trataba de una broma.
— Pues muchas molestias se tomó el bromista— murmuró el más alto del grupo.
— I-Igualmente no creo que vuelva a pasar, estoy seguro que se confundieron de taquilla— soltó un suspiro con cansancio volviendo su mirada a la carta—. Seguro que fue eso.
Sus amigos se miraron entre ellos y pudieron notar cómo su estado decaído. Tal vez no debieron sacar aquel tema a la luz, pero ahora ya sabían lo que le pasaba a su pequeño enano.
— Bueno, ¿estarás listo para la práctica de hoy?— Ann le acarició la espalda con cariño regalándole una sonrisa—. Ya sabes que no podemos hacer mucho sin el mejor guitarrista del mundo.
Bonnie volvió a sonreír.
— Je, siempre.
El grupo volvió a su armoniosa alegría sin darse cuenta de que alguien los veía con una pequeña sonrisa y una carta apretada contra su pecho.
— Me alegra saber que tienes buenos amigos a tu lado.
(...)
Tras la práctica, Bonnie volvía a sonreír como nunca, aunque un poco cansado. No supo por qué pero se fue acercando con grandes ansias hacia su casillero en busca de su mochila, como si estuviera esperando algo, tenía una corazonada de que necesitaba abrirlo. Para su sorpresa, o tal vez no, halló el mismo sobre encima de su mochila. Ahora estaba seguro de que no era una equivocación, así que se aseguró de que no hubiera nadie alrededor para abrirlo con cuidado y empezar a leerla.
La música y tú estáis conectados, lo sé cada vez que te veo tocar tu guitarra. ¿Quién te enseñó aquellos movimientos tan impresionantes? Qué digo, seguro que tú mismo los inventaste, por eso eres tan genial e increíble.
Puso su mano sobre su pecho en cuanto sintió su corazón volcar como la primera vez. ¿Lo había estado viendo? Un pequeño escalofrío le recorrió la espalda, pero no era de miedo, sino de adrenalina. Volvió a leer las palabras escritas en cursiva y una pequeña sonrisa asomó por su boca.
— Suena tanto... como él.
————————————————
¡Disfruten!
- Irene
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro