Los corazones rotos suelen doler más a la media noche, quizás porque el silencio y la oscuridad de la habitación solo nos permite sentir y arroparnos con el dolor, o tal vez solo porque nuestra mente tiene ese pequeño interruptor que enciende cuando nos sentimos más solos, más vulnerables.

Creemos que los corazones rotos sanan en algún momento, sin embargo, comienzo a pensar que solo les colocamos especies de toallas húmedas cuando comienza a sangrar demasiado.

Nos pasamos el tiempo sanando un corazón que no es el nuestro, solo para romper un poco más los propios, como si no importara.

Los corazones rotos brillan en la media noche, porque es generalmente cuando se recargan para seguir, y permitirnos sonreír por las mañanas.

Este corazón roto aún aguanta un poco más, este corazón roto está cubierto de toallas húmedas, humedecidas principalmente por mis lágrimas, pero que sirven para refrescarlo y tener nuevos días.

Este corazón roto aún no quiere sanar, quizás por masoquismo o por iluso, pensando que quizás, podrías sanarlo tú.