He comenzado a pensar que soy como el mar, como las olas que llegan a la orilla, dejan su huella y poco a poco estas desaparecen, al menos así son las emociones en mi piel

Imposible mentir, difícil ocultar sentimientos que son tan visibles como el rojo de la sangre

Quisiera decir que cuando estoy molesta o triste puedo solo secar mis lágrimas y disimular, pero es más complicado que eso, mi pecho se torna rojo en segundos, como si de golpes se tratase, pero siendo honesta, es más o menos como se siente

Aquellas manchas rojas definen todo de mi, y fue uno de esos días en los que ni siquiera esperaba que aparecieran, en los que ni siquiera ví venir aquellas lágrimas, y que solo se detuvieron cuando estuve tan triste que se me revolvió el estómago. Al verme al espejo ni siquiera me sorprendió mi rostro, solo aquellas marcas rojas que se esparcian por mi cuerpo, había sobrepasado incluso mis límites

Es extraño que solo aparecen cuando algo duele lo suficiente, como si cada momento de ansiedad o tristeza, me acercara más al colapso, como si cada lágrima fuera un poco más de mi cuerpo por cubrir, una ruptura más para un corazón que ya no quiere seguir sangrando