Día 27
Nancy caminaba por los pasillos junto a Evelyn.
La de ojos marrones apretaba los puños, mientras Nancy intentaba hacer algo para que estuviera mejor.
—Lo siento muchísimo.
Ambas miraron a la de ojos azules. Robin había corrido para alcanzarlas, ya que tenía la respiración agitada.
—¿Por qué te disculpas?— preguntó Evelyn negando con la cabeza.
—Por Jason, por todo lo que ha hecho— agachó la mirada.
Nancy sonrió dulcemente al escuchar las disculpas de la chica.
—Alguien me dijo una vez que no me echara la culpa de las acciones de otros— Robin la miró, sus mejillas se enrojecieron levemente—No es tu culpa Robin, simplemente es de Jason.
—Intentaré hablar con él de nuevo— Evelyn la interrumpió.
—Yo lo haré, y no será agradable para él.
En la hora del recreo, Evelyn siguió a Jason hasta el cuarto de baño.
Al verlo entrar, cerró la puerta y miró al chico con enfado en su mirada.
—¿Evelyn?
—Ayer le dijiste a Jennifer que no pensaba nunca en los sentimientos de los demás ¿Acaso tú lo haces?
Fue directa y aquellas palabras afectaron al chico, había estado pensando toda la noche en lo que hizo, y sin duda no estuvo bien.
—Desde que le dijiste aquello lleva encerrada en su habitación.
Él lo había estropeado todo.
—Lo siento.
Jason no se atrevía a mirar a Evelyn a los ojos.
—¿Crees que un lo siento lo soluciona todo?
El de ojos azules no dijo nada.
—Aquí el único egoísta eres tú. Le has hecho daño a Robin y a Jennifer ¿Qué te habían hecho ellas? Antes de juzgar a los demás, mírate al espejo.
Jason apretó los labios, estaba avergonzado, solo quería salir de allí.
—También me has hecho daño a mí.
—¿A ti?
—Jennifer y yo estamos juntas— él la miró sorprendido—Y lo que le has dicho a afectado a nuestra relación. No, no hay ningún vecino, yo soy su pareja.
Él no decía nada, aún estaba procesando la información.
—La conozco mejor que nadie. No pienso permitir que ningún idiota como tú la haga llorar ¿Lo entiendes?
—¿Vosotras...?
Ahora entendía muchas cosas.
—Vete a la mierda, Jason. En serio— finalizó Evelyn antes de salir de allí.
Robin estaba sentada en uno de los bancos del patio escolar, parecía entristecida.
Nancy se sentó a su lado.
—¿Estás bien?— le preguntó con preocupación.
—Es por Jason.
—¿Ha ocurrido algo más?
La voz preocupada de la castaña hizo que a Robin se le acelerara el corazón.
Respiró hondo y decidió hablar.
—Me gusta alguien y él me dijo que nunca gustara de mí— dijo agachando la mirada—Estaba enfadado, pero aun así duele.
—Eso es una gran estupidez ¿Quién no gustaría de ti?
Aquello lo dijo casi de forma inconsciente, Robin entreabrió los labios.
Nancy desvió la mirada algo avergonzada por lo que había dicho.
—Bueno...— Robin decidió cambiar de tema—Oye, creo que yo podría ayudar a Jennifer a que esté mejor.
—¿Cómo?
—Tengo una idea.
Robin abrió la puerta de la habitación de Jennifer.
Nancy y Evelyn esperaban al otro lado de la puerta. Ella, al oír la puerta abrirse, se giró, sorprendida de ver a Robin.
—Jennifer.
—Vaya, no esperaba verte por aquí ¿Qué haces aquí?
La castaña no respondió, solo se sentó a su lado.
—Yo también te he juzgado. Siempre he pensado que no eras buena, he pensado que eras hipócrita y egoísta. Me arrepiento de ello, porque aquello que pensaba estaba mal.
—Déjalo, Robin. No hace falta que hagas esto. Es vergonzoso.
—De verdad. No te mereces estar pasándolo mal.
Jennifer no dijo nada, solo desvió la mirada y suspiró.
—He visto como Evelyn le plantaba cara a Jason— Jennifer la miró un poco sorprendida—Se lo vuestro, y Evelyn te quiere. Ella solo quiere que estés bien.
—Lo sé, pero yo no le hago bien a ella.
—No lo sabes, al menos sal de aquí y vuelve al instituto, demuéstrales a todos que a ti nadie te tumba— dijo con decisión—Y no dejes que lo que dijo Jason os afecte a ti y a Evelyn.
Jennifer suspiró levantándose de la cama. Robin la observó.
—Lo haré si me prometes algo.
Robin la miró confundida, no sabía a qué se refería, pero aun así asintió.
—Haz feliz a Nancy, porque si no lo haces te mataré.
La castaña se sorprendió y sus mejillas se enrojecieron como nunca antes.
—Bromeaba, no te mataré— sonrió con una sonrisa divertida—Pero de todos modos, me aseguraría de hacerla feliz si fuera tú.
—Lo haré, no lo dudes.
Aquel día Jennifer volvió al instituto.
Nancy sonrió al ver a Robin salir del cuarto con su mejor amiga. Ese día no le hizo falta ninguna nota.
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