Nancy caminaba por los pasillos junto a Jennifer y Evelyn.

La de ojos azules miraba de reojo a su mejor amiga, la cual parecía estar a punto de explotar en cualquier momento.

—¿Qué le ocurre?— le preguntó a Evelyn de forma disimulada.

—Nuestros "padres" han vuelto, y ya sabes lo mal que se lleva con su madre— respondió.

—Entiendo.

—¿Tú qué tal te encuentras, Nancy?

Nancy pensó en su día de ayer, en realidad fue un gran día.

Estuvo pensando en la nota, y ese día fue con una camiseta amarilla y una falda del mismo color. Le gustaba.

—Bien, todo tranquilo. Estuve estudiando para el examen de matemáticas.

—¿Examen de matemáticas?— exclamó Jennifer de pronto.

—Tranquila Jen, podemos estudiar juntas— sugirió Evelyn con una sonrisa.

—No te ofendas Ev, pero dudo que acabemos estudiando.

Nancy soltó una carcajada, mientras que las mejillas de Evelyn se tornaban de color rojo.

Ambas confiaban en la de ojos azules para poder hablar de sus cosas. Ella las había aceptado desde el primer momento.

El día fue rápido y al irse abrió su taquilla sacando la nota, no quedaba mucha gente por los pasillos.

¡Hola! ¿Qué tal te encuentras? Espero que bien. Te he visto estudiando matemáticas en la hora del recreo. No me gustan demasiado las matemáticas, pero me gustaría poder ayudarte.

No te pongas nerviosa, estoy segura de que lo harás de maravilla y que sacarás muy buena nota.

No tengas miedo a equivocarte Nancy Wheeler, todos lo hacemos.

Sonrió, había necesitado aquellas palabras más de lo que pensaba.

Al cerrar la taquilla, chocó con alguien.

—¿Robin? ¿Estás bien?

Nancy elevó la mirada, encontrándose con los ojos azules de Robin.

Esta asintió rápidamente mirando la nota que tenía entre sus dedos.

—Lo siento, no miraba por dónde iba— respondió ella apurada.

—No, es culpa mía, yo tampoco lo hacía— sonrió guardando la nota.

—Oh ¿Aún te siguen mandando notas?— disimuló.

Robin no disimulaba muy bien, pero lo suficiente para que Nancy no llegara a sospechar nada de ella.

—Así es— sonrió—Espero algún día saber quién es. Me gustaría de verdad.

—Supongo que lo sabrás más adelante— sonrió.

Ambas salieron del recinto, Nancy quería volver a casa cuando antes, ya que necesitaba seguir estudiando.

—Debe de ser genial que alguien se preocupe tanto por ti— comentó Robin.

—¿Por qué lo dices?— ella la miró.

Ella negó, pero Nancy insistió.

—Bueno, en realidad poca gente se preocupa por los demás, y menos por alguien como yo.

—No seas así— Nancy sonrió—Eres increíble. Yo misma me preocupo por ti ¿Somos amigas, no?

Robin, aunque hubiera dicho aquella palabra que ella tanto odiaba, sonrió algo avergonzada.

—Claro, amigas.

Después de aquellas dos palabras, ambas se despidieron para irse a sus respectivas clases.

Robin sonrió, cada día iba avanzando un poco más, no le importaba que fueran amigas, ella con solo oír su voz era más que feliz.