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54 (Especial)

— Así que tú eres el famoso JungKook, eh... — el nombrado agachó la mirada y se preguntó mentalmente la razón por la cuál había sido llamado como "famoso". Disimuladamente miró a su lado, su amigo TaeHyung se encontraba mirando a la persona en frente suyo con el ceño fruncido y un aspecto cohibido.

— Wheein. — llamó el otro muchacho como una advertencia, la mujer sonrió.

— Tranquilo, Tae, solo bromeaba. Siempre tan aburrido. — ella rió y miró a JungKook una vez más — Adelante. Pasa, por favor.

JungKook obedeció.

El hogar de TaeHyung era realmente humilde, JungKook se vio envuelto en una sensación muy cálida y familiar, se notaba a leguas que Wheein y TaeHyung vivían rodeados de un ambiente ameno y agradable, algo muy diferente a su hogar, que desde la partida de su madre hacia otro lugar por razones de trabajo, se sentía vacío debido a la también ausencia de su padre, quien desaparecía de vez en cuando indispuesto a dar explicación alguna de sus paraderos.

JungKook quería que su casa se sintiera igual de bonita.

— Escucha, no diré algo como que te he disculpado por todo lo que mi TaeHyung ha tenido que pasar por tu culpa. — JungKook tragó  al escuchar tan repentinas palabras. Sabía que este momento llegaría. — Pero lo sé todo, y sé que lo sabes, por lo que también has de saber que estoy al tanto de todo lo que ha pasado entre ustedes y lo grandes amigos que son ahora. — Wheein sonrió levemente, TaeHyung sintió sonrojarse un poco por lo impertinente que era su tía a veces, y JungKook ya iba por el quinto padre nuestro —  Así que, JungKook, conozco las razones por las que antes fuiste así, y por eso solo quiero aconsejarte que seas tú mismo. No te dejes llevar por la influencia de personas ajenas, aunque sean cercanas. Míranos a TaeHyung y a mí, convivimos juntos y nos llevamos de maravilla, sin embargo, tenemos puntos de vista muy diferentes y casi siempre nuestros debates acaban en discusiones sin sentido sencillamente por tener la razón. ¿Y qué crees? ¡Nos seguimos queriendo igual o más que antes!

JungKook asintió. Procesó esas palabras y concluyó pensando en que lo que decía aquella mujer tenía razón.

Pero aún tenía miedo.

— Y-Yo... lo entiendo. Y n-no se preocupe, TaeHyung y yo somos mejores amigos y prometo no volver a lastimarlo con comentarios crueles. — JungKook tenía la mirada agachada nuevamente, quería que aquella charla se acabara rápido y así disfrutar con TaeHyung lo que restaba de la tarde.

— Ya deja de molestar, Wheein. Lo estás poniendo nervioso. — la nombrada rodó los ojos y volvió a sonreír.

— Eres tan sensible. En fin, iré a preparar algo de comida para ustedes. Pueden ver la televisión, conversar, o qué se yo, no sé qué les gusta hacer — la muchacha entró a la cocina con rapidez dispuesta a preparar una buena botana para su sobrino y su invitado. — ¡Disfruten! — y se fue.

— Ella... es agradable. — soltó JungKook con un poco de timidez.

— Esa no es la palabra que quieres decir, ¿verdad? — TaeHyung rió. — Admítelo, es intensa cuando se lo propone.

— Es normal, eres su sobrino y te quiere mucho. Recuerdo que era mamá quién me defendía cuando alguien quería molestarme. Una vez por accidente rompí el carrito de juguete de mi vecino y él quiso lanzarme un zapato. Mi mamá fue a hablar con la suya, y desde ese momento ese niñito cada vez que me veía, me gruñía. Era escalofriante. — TaeHyung no pudo evitar reír fuerte, esa era la historia más adorable y patética que pudo haber escuchado en su vida. La idea de imaginar a un mini JungKook asustadizo detrás de las faldas de su madre, hizo que su corazón se llenara de pura ternura y sus ganas de darle un fuerte abrazo aumentaran en demasía.

Dios, le gustaba muchísimo.

— ¡Deja de reírte! — JungKook se quejó, mas al final, él tampoco pudo contener la risa, sumándose a su amigo en un agradable momento en donde ninguno de los quería que terminara. Estar juntos se había vuelto algo tan ameno y agradable; JungKook no recordaba sentirse así antes de conocerlo. Él solo se acuerda de toda la soledad que pasó gracias a que nunca tuvo amigos debido a su afán de ver al mundo y a las personas que lo conforman como una mierda total.

Se miraron y esbozaron una pequeña sonrisa. Una ligera muestra de cariño... muestra de cariño que hizo que el corazón de ambos saltaran sobresaltados y sintieran los dedos de sus manos hormiguear, como quien queriendo más contacto.

¿Así se sentía tener la felicidad en sus manos por una simple muestra de afecto? ¿O solo tenía esas emociones ya que la persona que lo hacía ponerse así era TaeHyung?

JungKook pensaba que debía hacer algo al respecto con todo lo que ahora le estaba pasando.

No quería cagarla.

TaeHyung carraspeó y alejó la mirada para luego observar hacia otro lado de la sala. Estaba avergonzado, muy avergonzado. JungKook no se encontraba muy diferente a él.

Se quedaron en silencio por unos minutos y después salió Wheein de la cocina, tenía en sus manos un plato repleto de bocaditos caseros que hicieron que TaeHyung volviera a sonreír.

— Joder, ven JungKook. La comida que prepara Wheein es la mejor del mundo. — JungKook siguió a su amigo mientras que la tía del otro muchacho sonreía con ternura, su sobrino logró ponerla muy feliz.

Se dispusieron a comer, y cuando notó que JungKook y TaeHyung se encontraban muy concentrados en sus acciones, Wheein decidió actuar.

Fingió desinterés y comenzó a hablar.

— Por cierto, Tae, el día de hoy vendrán mis amigas a visitarme. Fue inesperado, lo sé, pero es que hoy era un día en donde todas estábamos desocupadas y por eso tomamos la oportunidad. Espero que no te moleste. — dijo Wheein con nervios mal disimulados. Ella sabía que había una amiga en especial a la que TaeHyung no toleraba, esa que supuestamente coqueteaba con él cuando ella no miraba. Wheein seguía pensando que eso era imposible.

JungKook notó claramente cómo los músculos de TaeHyung se tensaron y cómo frunció el ceño rápidamente.

— Mierda. — susurró Tae para sí mismo, aún así, su acompañante pudo escucharlo.

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