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Querida mamá.
Hay que ver que la gente suele ser muy descarada, ¿no?
El estúpido gay de mierda se acercó a mí en la hora del almuerzo. Yo estaba sentado comiendo un delicioso sándwich de pollo. Detesto ser interrumpido mientras estoy almorzando.
En fin, me preguntó si podía sentarse a mi lado.
Obviamente me negué.
Es decir, he estado años, años tratando de pasar desapercibido, que a nadie le interesara un pepino lo que pasara con mi vida, como para que venga un marica a intentar socializar conmigo.
No, no, y no.
Le dije que se regresara por donde vino y que dejara de molestarme. No tenía, ni tengo intención alguna de hablar con alguien como él. Sencillamente eso.
El chico susurró un "disculpa la molestia" y se fue a quién sabe dónde.
Pobrecillo, ¿no?
Lástima que no me interesa su vida.
Bueno, me he desahogado; ahora la pregunta es... ¿qué castigo me pondrás, hermosa mamá? Sé que no te quedarás con los brazos cruzados.
Att: JungKook, tu hijo.
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