Primero agradecer a mi esposa que siempre me ayuda y apoya... esposa mía te amo<3
Segundo si comentan les doy helado, si no lo hacen Feli-chan va a llorar...
Feli: ve~
(~°w°)~~(°w°~)
Después de clases Feliciano como de costumbre fue al club de periodismo, allí solo se encontraba Louise sentada mientras leía el periódico -del mismo del club-, Feliciano se sentó frente a la chica se quedó mirando cada detalle de su rostro. Louise sintió la mirada de Feliciano sintiéndose incomoda, levantó el periódico para tapar su rostro, pero aún sentía la mirada del italiano, bajo el periódico lentamente hasta que sus ojos se toparon con los ojos miel del otro.
- ¿Quieres dejar de mirarme? -preguntó Louise incómoda.
- Ve~ lo siento -se disculpo Feliciano- ¿te puedo preguntar algo?
- Dime -Louise volvió a leer el periódico.
- ¿Te gusta alguien?
- Por supuesto, me gustas tu, desde que te vi me he sentido atraída por ti, ¿sabes?, conocí un chico cuando niña igual a ti, de seguro eres tu, te amo Feliciano -pensó Louise enrojeciendo, ni modo iba a decirle eso, ella no era de esas adolenscentes que iba declarando su amor a todo el mundo, también tenía cierto trauma que le impedía expresarse- no lo se -fue lo único que salio de su boca.
- Ve~ ¿como que no lo sabes? -preguntó Feliciano, la rubia solo se encogió de hombros- es que un día escuché detrás de la puerta cuando hablas con Sakura y dijiste que te gustaba Lovino y bueno quería confirmarlo, la verdad es que... -Feliciano calló al darse cuenta de lo estaba diciendo.
- ¿Escuchaste cuando hablaba con Sakura? ¿No te han enseñado a no escuchar conversaciones ajenas? -preguntó enfadada Louise, aunque más que enfadada estaba algo nerviosa- ¿y si escuchó que en verdad me gusta él? -se preguntó.
- Ve~ f-fue un accidente... entonces ¿te gusta Lovino? -preguntó Feliciano sintiendo que el corazón poco a poco se le iba rompiendo.
- Ja... -respondió Louise en un susurro.
Feliciano quería llorar, quería tirarse del edificio más alto del mundo, quería desaparecer en ese mismo instante, quería hacer tantas cosas, pero todas muy dolorosas, y era un cobarde que no se atrevía siquiera a tomar un arma, tomó una bocada de aire y ordenó sus pensamientos, pero su mente ahora se dividió en dos.
- Le dirás que la vas a ayudar a conquistar a fratello ve~... (pero es obvio que Lovino no le corresponderá), VE~ NO IMPORTA, quiero lo mejor para ella... (pero va a sufrir) ve~ pero yo la voy a consolar~ (serás idiota) ¡VE~! No me insultes~ (tks, has lo que quieras) -en su lucha interna, no se dio cuenta que Louise lo observaba curiosa- ve~ Louise, yo conozco bastante a mi hermano, si quieres te puedo ayudar.
- ¿E-e-enserio? -Louise no sabía si aceptar o no- tu no estas enamorada de Lovino -pensó- pero pasaras algo más de tiempo con Feliciano (o quizás no)*-Louise miró a Feliciano, suspiro- esta bien.
- Ve~
En eso entró Sakura, ambos jóvenes la miraron, la japonesa tomó asiento, hubo un silencio, se escuchó un suspiro por parte de la asiática.
- Lamento llegar tarde, tuve cierto problema con cierto club...
- ¿Club de cerezo quizá? -preguntó Louise.
- Algo así - respondió con resignación Sakura.
(~°w°)~~(°w°~)
Feliciano fue a la habitación de su hermano, tocó la puerta y la abrió el chico de cabello ceniza.
- ¿Si? -preguntó el chico.
- Ve~ ¿se encuentra Lovino? -preguntó Feliciano.
- Espera... -el chico cerró la puerta, Feliciano esperó pacientemente.
- ¿Que quieres? -preguntó Lovino abriendo la puerta y viendo a su hermano.
- Ve~ necesito decirte algo... urgente.
- Dime...
- Es... privado ve~ -Lovino suspiro y salio de la habitación, se dirijieron hacía la azotea una ves allí Feliciano le entregó su celular- me llego este mensaje ayer...
Lovino recibió el celular y leyó el mensaje, algo confuso volvió a mirar a su hermano menor.
- Es de Felicia... a mi tamb....
- VE~ ese no era... -Feliciano tomó nuevamente su celular y puso el mensaje que le iba a mostrar a su hermano- es... este
"Ciao, Feli~, tiempo que no te escribo, ¿te dije que tu padre apostó sus hijos en un juego de poker, y que perdió? Bien, como ustedes escaparon a Italia el precio no fue pagado, ¿te dije que soy yo el que los ganó en aquella partida? Su madre fue bastante inteligente en mandarlos a estudiar en Canadá en un internado, pero... tienen una adorable hermanita, viviendo en Italia"
- Feliciano... -Lovino tenía unas ganas de mandar de vuelta a su hermano a Italia de un solo golpe, pero ese mensaje era mucho más grave.
- Ve~ se que me dijiste que no hiciera caso a esos mensajes, pero no me resistí a la tentación de leerlo, ve~ se que me vas a regañar, lo siento, scusa~, solo queri...
- Feliciano... escucha... solo te llegan estos mensajes a ti... si te llega otro me avisas ¿sì? -el mayor trataba por todos sus medios no enfadarse con el menor.
- Ve~ sì~
(~°w°)~~(°w°~)
Louise caminaba a paso lento hacía el edificio de las habitaciónes femeninas, cuando escucho un grito llamándola, supuso de inmediato que se trataba de su hermano -quien más diría "¡Louise, tu awesome bruder quiere hablar contigo!"- se giró encontrando con su hermano de penetrantes ojos rojos.
- Bruder... -dijo Louise.
- Es sobre algo no tan awesome, pero es importante... -dijo su hermano, tomándole un muñeca y haciéndola caminar hacía alguna parte.
- Gilbert ¿donde me llevas? -llegaron a la sala de música donde se encontraba el señori...¡Roderich!- ¿que sucede?
- Louise hay algo que debemos decirte... -digo Roderich- quizás te vayas a enfadar por no decírtelo antes, pero Gilbert igualmente se enteró hace poco...
- Y tú lo sabias desde antes señorito podrido -comentó Gilbert.
- Verás Louise -continuo Roderich ignorando el comentario del albino- tienes todo el derecho de odiarnos ¿si?
- Pero el es el culpable que quede claro -volvió a hablar Gilbert.
- ¿Que es lo que sucede? Me están asustando...
- Louise... lo que sucede es...
(~°w°)~~(°w°~)
Esta vez hizo otra cosa para protegerse de la guerra que se desarrolla en la habitación... el italiano estaba encerrado en el baño jugando c*ndy crach, mientras oía como discutían el estadounidense y el hongkones...
- Devuelveme a Texas -reclamaba Alfred.
- No, hasta que me devuelvas mi bandera -respondió Leon.
- Solo es una almohada -reclamó el rubio.
- Solo son tus gafas -contestó el asiático.
- Pero no puedo ver sin ellas~
- ¿y para que las necesitas? Ya es de noche, hay que dormir
Feliciano, comenzó a aburrirse pero la guerra aún no terminaba...es una lastima esta también será una larga~ noche~
- ¡¡Suelta a Nantucket, me duele!! -grito el rubio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro