Querida Kiara:

¡Hola! Apuesto a que te debes estar preguntando si esto es una broma, pero no lo es. Simplemente soy un desconocido no tan desconocido que ha decidido mandarte notas porque necesita que lo recuerdes.

Y te pido que no te asustes, dado que no soy un psicópata o acosador. Recibirás más notas mías, no te molestes; sé que odias los anonimatos, pero confío en que muy pronto me recordarás. Deberías empezar ahora mismo, lástima que no recuerdas esta caligrafía.