24 Tal vez fue error
En cuanto salió por la puerta dejando a Francesca desayunando y casi sin dirigirse la palabra se puso a pensar, estacionó la moto y se bajó para sentarse afuera en las mesas de un café, bajo una enorme sombrilla mirando el mar, ve a una pareja adolescentes dándose cariños, una pareja de ancianos conversar y al parecer unos recién casados. En este momento luego de lo de ayer y esta mañana, esas personas le asquean y las odia.
Mira su teléfono con la esperanza que al menos la empresaria hubiera tenido una epifanía lésbica de amor verdadero en la ultima hora y le dijera: «pensé lo que hicimos ayer y la verdad es que me gustas, vuelve y hablemos» «te fuiste antes de dejarme decir algo, pero quiero que sepas que anoche la pase muy bien y aunque sigo procesando todo, me gustaría que lo intentáramos de verdad». Pero esos mensajes no llegaron ni siquiera mensajes de arrepentimiento como: «creo que descubrí mi amor eterno a los penes, lo siento las mujeres no creo que sean lo mío» o que tal «no creo que lo que hicimos ayer sea lo correcto, deberíamos tomar distancia y mantenernos profesionales con nuestro acuerdo». Pero no llega ningún mensaje, ni malo, ni bueno, nada, en resumidas cuentas, la empresaria no tiene nada para decir, luego de haberse acostado ayer y no a dormir.
—¿Ya sabe que quiere?
—Que al fin me escriba diciendo algo sobre lo que pasó ayer o sobre lo que viene pasando.
—Disculpe. ¿La conozco? —le pregunta el mozo.
—No, no perdón. Estoy pensado en mi prometida —el mozo la mira parpadeando y ella se aclara la garganta—. Un café irlandés bien cargado con bastante Irlanda, es más quiero un alcohol con un poco de café y una porción de selva negra.
El chico toma el pedido y se marcha. Ella se coloca los lentes de sol y fija su vista en el horizonte, si vuelve a mirar a alguna de las parejas que tiene a su alrededor va a vomitar.
Mientras tanto en el departamento, Francesca se enfrenta a su propia crisis existencial. Se toma el día en el trabajo de no ir a la empresa, pero de todas maneras la workalcoholic hace home office.
Rememora todo lo que pasó anoche, desde el primer beso cargado de ganas que ella le dio a Bianca. Fue ella quien primero introdujo su lengua, también quién volvió a pegarse a la piloto cuándo ella se apartó para darle la oportunidad de arrepentirse y frenar las cosas, fue ella quién le dijo que continuaran en la habitación y definitivamente fue ella quién le pidió seguir sin besarse. Fue Bianca quién la acaricio como ningún hombre antes la había acariciado, fue Bianca quién se había preocupado y ocupado de darle placer, de hacerla acabar, de darle un orgasmo y dejar satisfecha a ambas. Porque ella no la tocó, aunque había querido hacerlo, pero la inexperiencia en el campo de las vaginas ajenas, ya que la suya la conoce muy bien y se la explora mínimo los días que termina más estresada, osea 4 veces a la semana para relajarse. Pero nada iguala el placer que ha sentido anoche entregándose de forma sumisa a su prometida.
Prometida, la palabra resonó y reboto por su cabeza una y otra vez. Iban, van a casarse. ¿La noche de bodas ahora no sería aburrida? ¿Dormiría la piloto en su cama de ahora en más.
Su teléfono suena, ve el nombre de su cuñado y piensa que quizás los Rossi ya saben y que quieren hablar con ellas, porque eso complica las cosas, aunque ella también lo sabe.
—Hola Leo.
—Hola. ¿estás con Bianca? Necesito hablar con ella y no me atiende.
—Tu hermana no está, dijo que tenía que correr y salir de viaje.
—Pero si no tiene ninguna carrera programada hasta dentro de una semana.
—Tal vez le surgió algo.
—¿Todo bien entre ustedes? —Habían tenido un progreso, pero él no imaginaba cuánto había progresado en verdad— ¿Algo de lo que sabes o de que preocuparme? No se han peleado o si.
«Entonces aún no lo sabe».
—Todo está bien. Debo dejarte, tengo que entrar a una reunión.
—Claro, ya vuelvo a intentar comunicarme con ella. Si hablan o la ves dile que por favor me llame.
Resistió el impulso de llamarle y preguntarle dónde estaba en verdad, ya que no estaba en posición de recriminarle o exigirle nada, esto no cambia nada, sus propias palabras le sabieron amargas. Ella se lo había dicho y también había visto como le habían afectado a la castaña. Aún así no fue capaz de moverse e ir a buscarla, aunque claro que vio el dolor en sus ojos y la decepción. Esa expresión que conocía muy bien y con la que tanto había luchado siempre, por no ver en el rostro de sus padres, sus padres. ¿Que diría su familia de esto? ¿Con qué expresión la miraría su padre? Pero una respuesta aún más profunda y dura que sus dudas, emergió con fuerza, «a ellos no les importó antes tu felicidad, porque debería importarles ahora», y otra pregunta también resonó «¿Soy feliz con ella?» Y la respuesta llegó de inmediato, «Lo eres, has sido más feliz con ella en este último tiempo de lo que lo has sido alguna vez. Hasta haz reído más, sonreído aún más y estado de mejor humor». Seguido a estás verdades una nueva claridad se apoderó de ella.
Estoy enamorada de ella y la he cagado.
Sin tomarse más tiempo para dejar que sus miedos internos siguieran agitando el huracán que son ya de por si sus emociones, hace lo que debería haber hecho desde un primer momento, contactar a Bianca. Pero ahora quién no está lista para hablar es su prometida, que también está pasando por sus propias luchas internas e inseguridades.
Francesca nunca se había sentido tan fuera de control, cómo ahora. Ella siempre tenía un plan, ella era eficiente, resolutiva y sí, en esencia lo es, pero no cuándo hay sentimientos de por medio, en esa área es torpe e inexperta. Nunca antes se había sentido así con sus anteriores parejas, ningún hombre había logrado nunca hacerla trastabillar, desafiarla o mover su cimientos, por eso Bianca es diferente y no solo porque es mujer, sino porque la hace sentir diferente, porque la apoya y se preocupa por ella genuinamente, porque le importa Francesca Lockwood, por quien ella es cómo persona y no por lo que tiene, o por sus logros, o por lo que puede darle o sacarle a cambio de algo.
Pero la piloto no se la hará fácil. No se la ha hecho fácil desde el comienzo y no va a cortar con esa racha ahora, solo porque se está enamorando... de nuevo de, Francesca Lockwood.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro