Hace una semana que tiene a su madre en casa y la aprovecha al máximo, van a la prueba de vestido, se la presenta a Pierre y Gabe, se la lleva a pasear y buscan a Francesca después del trabajo en su empresa para ir a comer. A Francesca le da mucha ternura ver a Bianca ser tan amorosa con su madre, la abraza fuerte, y la llena de besos, el hecho de que la señora sea más bajita y Bianca muy alta, hace que incluso eso le dé aún más ternura. Se las encuentra varias veces viéndolas interactuar y hablar, en español e italiano mezclando los idiomas o palabras, pero su conversación fluye, ellas se entienden y ella no puede dejar de verlas.
—Ven —Le estira la mano Bianca a Francesca, ella se acerca y la abraza de la cintura colocándola entre sus piernas, para besarle el hombro—, mi madre dice que tengo que cuidarte y ser más amorosa. Dile como soy contigo, cuéntale.
—Bueno me dice adefesia todo el tiempo, no me deja dormir con sus ronquidos, y me pelea cada que puede —le dice y ella le muerde el hombro jugando y su madre mira mal a su hija—. En realidad es un amor —Coloca un brazo en su hombro y se tira de costado encima de ella, apoyando su cabeza en su pecho—, me trae mi pastel favorito, y sabe prepararme mi café con leche con las medidas que me gustan, también me prepara la ducha a la temperatura exacta y me cuida cuando tengo fiebre —Sin aguantarse la besa tiernamente.
Se miran porque todo eso es cierto, y son cosas que Bianca hace porque quiere y no para las redes, ya que de esos momentos que han compartido no hay fotos y ese es el tipo de intimidad que han ido teniendo, los pequeños detalles que cuentan y que evidencian que no se caen tan mal. Ellas sabiéndolo o sin saberlo se están enamorando la una de la otra. Porque en nombre del amor se busca mejorar, se piensa en ciertas situaciones en el otro, le tienes paciencia y buscas no agrandar la herida o herirlo, esto es lo que ellas vienen haciendo se están amando casi que sin notarlo.
—Bueno, pero si es cierto que le dices adefesia te he escuchado.
—Los apodos comunes están sobrevalorados, nosotras somos más originales. ¡Ah! Otra cosa, mamá o no que haber ordeñado una vaca, no me hace una campesina.
—No claro que no, te hace una campesina haber ordeñado varias vacas, haber ayudado a meter vacas al corral, cabalgar a caballo a diario, juntar huevos casi a diario —Francesca ríe— y hubiera preferido que lo siguieras siendo, pero tuviste que aprender a manejar —se lleva una mano a la frente—y tenías que enamorarte de los autos. Bueno ahora ya tienes un nuevo amor —Sonríe feliz y ellas se sienten un poco incómodas porque… según ellas, esto no es real.
Francesca envidia un poco la relación de ellas dos, se llevan muy bien. Ella con su madre jamás ha tenido una relación así de cercana, solo con su padre pero él estaba casi siempre afuera por la empresa y sus dos hermanos mayores casi no convivieron con ella, entonces no unidos a su pequeña hermana, así que no compartió mucho con ellos. Su madre era fría, es fría de manera natural y fue la primera en oponerse a este arreglo, pero cuando vio perjudicado su fuente de dinero, accedió y dejó de oponerse. Porque hay un secreto que los Rossi “no saben”, los Lockwood también están casi en quiebra y si han accedido a esta fusión y unión es para hacerse un favor más a ellos mismos que a la futura fusión, claro que les hacen creer otra cosa.
—Tu madre se irá mañana —le dice sentada en la punta de la cama— me cae bastante bien.
—Tú también le caes bien, no ha dejado de nombrarte cada vez que no estabas —Francesca sonríe. Se cambian la una frente a la otra, ya perdieron la vergüenza de verse en ropa interior, bueno al menos Francesca, a Bianca siempre le dio igual—. Gracias por recibirla y dejar que se quede aquí en tu hogar.
—¿De qué hablas? Este será nuestro hogar, aparte es tu mamá.
«¡¿Nuestro hogar?!» —piensa Bianca gritando por dentro.
»Mañana tenemos que terminar de definir la fecha es lo único que nos queda.
—Sí, al fin logramos ponernos de acuerdo.
Su madre se marcha al día siguiente y se va mucho más tranquila, ambas se van a despedir de ella. Lo único que Bianca no sabe, es que su madre habló a solas con Francesca y le pidió dos cosas: que cuidara de su hija por ella y que no la dejara, que aunque a veces puede ser difícil, tener a Bianca como pareja es tener una protectora, una amiga, una confidente, una persona que la amará y jamás se irá de su lado a menos que ella se lo pida. Luego la abrazó fuerte y algo dentro de Francesca se rompió, porque ella sabe que Bianca es así, y algo dentro de ella desea que al menos sea un poco real, porque no se sentiría mal viendo a esa mujer a los ojos mientras ambas le mienten. Después de esa charla Francesca con una gran culpa se fue a su habitación a llorar, al menos tratará de cumplir con la promesa que le ha hecho a esa mujer.
Volviendo al tema de la boda, hay algunas cosas que han acordado como lo siguiente:
Mega fiesta x algo discreto = discreto.
Aire libre x salón cerrado = salón cerrado.
De día x de noche = de noche.
Civil x Iglesia = ambos.
Plato servido x la gente se sirve = plato servido.
Con o sin damas y padrinos = con.
Despida conjunta o por separado = separado.
Fecha: 2 meses.
Afortunadamente mientras iban acordando iban pagando todo. Apenas estuvieron de acuerdo en una fecha, esa misma tarde mandaron a hacer las invitaciones. Cómo no es tanta gente no hicieron falta tantas tarjetas, solo familia muy cercana, y algunos amigos de ambos lados. Al ser el mega evento del año hubieron muchos auspiciantes que quisieron colaborar con varias cosas de la boda dejándoles a mitad de precio a casi todo, y mucho fue gratis, lo que les ahorrará bastante.
—Bueno oficialmente vamos a casarnos —suspira Bianca—. Con una fecha esto se hace más real.
—Sí, es más real —Ambas comparten un vino—. Que aburrida será nuestra noche de bodas.
—Bueno tienes el pito de Barney, supongo que tendría que conseguirme el de Godzilla para igualar —ambas ríen—. ¿Hacemos lucha de mega espadas? —Siguen riendo y Francesca, se sienta en el extremo del sillón, poniéndole sus pies encima, que Bianca toma y masajea—. No había pensado en lo de la noche de bodas —miente—. Siendo honesta jamás pensé en casarme, y menos aún por las razones que lo hacemos, ¿Y tú?
—Yo sí, siempre quise el vestido blanco, la boda, el pastel, la luna de miel, la casa, los hijos eventualmente y también algo cursi —Bianca la mira—, no te rías, de verdad es algo con lo que he soñado —Su prometida se pone seria—, que me carguen al entrar a casa estando ya casada.
Bianca baja la vista y deja de masajearle los pies, lejos de reírse de su sueño cursi, siente culpa, porque ella va a casarse por primera vez en un matrimonio arreglado.
—Lo lamento Francesca —ella la mira—, nada de esto es como lo soñaste —ambas tragan en seco y Francesca intenta sonreír, solo sale una mueca triste—. El contrato solo estipula un año casadas, luego de eso o antes te firmaré el divorcio si quieres y podrás casarte con quién quieras y cumplir tu sueño.
—Eres consciente de que si igual nos divorciamos parte de tus acciones pasaran a ser mías, quizás no todas, pero la mitad sigue siendo mucho. Tu familia…
—Deberán estar de acuerdo, demasiado estamos haciendo al aceptar casarnos, les di mi privacidad —«Les daré tiempo para que se recuperen económicamente»—,no les daré mi vida, ni la tuya. Siempre soñaste con casarte y es algo que yo no puedo darte, no realmente. Aparte has demostrado ser eficiente y estar a la altura, les vendrá bien que tengas un par de acciones mías. Solo te pido que no vendas la acciones, es una empresa familiar, si las vendes eso le rompería el corazón a mi padre, y aunque no le debo nada, él me importa —Francesca traga.
—Te doy mi palabra que no lo haré, y no dejaré que nadie lo haga. Te invito a cenar ¿Qué me dices?
—¿Qué sí?
—Vamos de nuevo, te invito a cenar ¿Qué me dices?
—¡Que sí!
Al ir subiendo las escaleras para vestirse le da una nalgada y Bianca voltea a verla, a lo que Francesca se encoje de hombros ¿Por qué lo hizo?, porque puede, la castaña prefirió no decir nada y le encantó sentir la nalgada.
Llegan al restaurante y ahí se acuerdan que son figuras públicas, a Bianca le piden un par de autógrafos en lo que llega la comida, y luego se ponen a conversar, en lo que va de la cita, que claramente clasifica como cita. No han tomado fotos para las redes, sus fans lo hicieron por ellas. Llega la comida y Francesca come una porción sin sacarle foto.
—¿Estás bien? —le pregunta Bianca colocándole la mano en la frente—, no le sacaste foto antes de comer. Es raro.
Su prometida la mira fijo y se acerca a ella despacio, sacándole un trozo de comida de su plato.
—No te metas conmigo Rossi —come la porción y Bianca muerde su labio inferior—. Ahora come —«antes de que te coma a besos yo».
—Disculpen —se acerca un chico—, mi amigo y yo les queríamos invitar un trago —su amigo saluda desde la barra.
—¿Por qué? —Francesca levanta una ceja.
—Porque son dos chicas lindas —No deja de mirar a Bianca— y nosotros estamos aquí solteros.
—¿No te parece que la miras demasiado? —La de ojos claros está irritada ¿Por qué mira así tan descaradamente a su prometida? Bianca parece un poco divertida con la situación y los celos—. No estamos “solas” estamos la una con la otra y créeme entre nosotras nos las arreglamos muy bien. Adiós.
El chico se marcha y Bianca ríe, entonces Francesca la mira levantando una ceja.
—¿Te parece gracioso?, porque la verdad que no me hace gracia. Pero tal vez si me cuentas cual es el chiste quizás nos riamos juntas.
—Tus celos me dan gracia.
Entonces Francesca lo nota, esa ira que sintió no fue porque las interrumpieran comiendo, sino porque el pequeño renacuajo impío, miraba a su prometida con deseo. «Cómo se atreve a ponerle su sucia mirada encima» pensó en un momento. Ahora Bianca se ha dado cuenta.
—No sé de qué hablas, es claro que estás delirando.
—¿De verdad vas a negarlo? Es muy temprano para que sea la hora de fingir demencia.
—Ni idea de lo que hablas.
—Bueno no queda más que marcar territorio entonces.
—Ni se te ocurra mearme la pierna.
Bianca ríe y se levanta colocándose a su lado, corre el plato del que está comiendo, se acerca despacio, cierra los ojos y la besa, Francesca le corresponde el beso que empezó de manera superficial y se transformó en algo más profundo. La castaña sonríe y se aparta de ella viéndola, luego deja un beso en la comisura de su boca y vuelve a su lugar.
—Tenías algo en la boca, mi amor —Le limpia el otro lado de la comisura que no besó y se pone a comer de lo más tranquila. Francesca la mira, luego dirige su ojos al plato.
«¿Qué estaba haciendo?, ah sí, comer. Pero era algo más, ah sí, respirar. Respira idiota».
Da una bocanada de aire. Bianca con su mano libre, toma la de ella y le sonríe, acariciándola con el pulgar.
«Respira o te mueres. ¿Qué me está pasando? ¿Qué me está haciendo ella?».
Llegan a casa de nuevo y suben las escaleras, Bianca acostumbrada a todos estos días atrás va a acostarse a la habitación de Francesca, aunque no es necesario que lo haga, su madre se ha ido y solo son ellas dos, pero su prometida no objeta nada sobre eso. La castaña toma su pijama y la mira para irse.
«Pídeme que no me vaya».
—¿Te vas?
—Bueno, mi madre ya no está y…
—Una noche más es lo mismo, bueno si quieres a mí me da igual.
«No me da igual, quédate».
—Bueno, ya mañana vuelvo a la otra habitación entonces.
Quiere decirle, quiere pedirle que no se vaya, que no es necesario dormir en habitaciones separadas, que no le molesta su presencia es más duerme mejor cuando la tiene cerca. ¿Pero cómo hacerlo sin ser más obvia? Se miran a los ojos y por primera vez, ambas al mismo tiempo desean que esto sea, un poco real.
Se acuestan cada una tomando un lado de la cama. Bianca se acerca luego de un momento tomando a la pelinegra abrazándola por la espalda, primero la llama para asegurarse que ella duerme, al no recibir respuesta se acerca posicionándose cerca en su espalda y la abraza, se pega más a ella respirando cerca de su cuerpo y lentamente pasa su brazo por el costado hasta quedar por encima de abdomen mientras la abraza, suspira y se acomoda. Pero no haber recibido respuesta no es exactamente indicio de que Francesca durmiera, no dijo nada porque duerme mejor con la piloto cerca, se siente segura entre sus brazos, una vez que su corazón recupera la calma de los latidos lentos, logra relajarse para descansar y entrelaza sus manos, pegando más la cola hacía la cadera a su prometida.
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