Capítulo 7
— ¿Por qué Benicio y tú se están mensajeando?—volvió a preguntar.
—Porque somos amigos es obvio—respondió Emilia nerviosa.
— ¿Y por eso te pones nerviosa?—preguntó seriamente.
—Ramiro, no te hagas el detective, Benicio y yo sólo conversábamos como los amigos que somos así como tú y yo—explicó la rubia molesta.
—Entiendo que sean amigos, pero algo no me cuadra...—dijo pensando.
— ¿Qué hacen aquí? Mi madre va soplar las velas—dijo Ámbar haciendo que ambos chicos se pararan de inmediato.
—Esta conversación no ha terminado—susurró Ramiro en el oído de Emilia.
*****
—¿Cómo la estás pasando?—preguntó Nico.
—Bien no sabía que cantabas—dijo la pelinegra entusiasmada.
—Hay muchas cosas que no sabes de mi—dijo el chico dándole una sonrisa.
—Cosas como cuales—preguntó Delfi curiosa.
—Digamos que con el tiempo me vas a conocer—respondió Nico guiñándole.
—Ojalá no esperar tanto—dijo ella haciendo el mismo gesto que el rubio le había dado hace unos segundos atrás.
*****
— ¿Qué le pasó a tu cara?—preguntó Simón divertido.
—Nada, hoy llegué tarde al trabajo, y la jefa me va a descontar las horas de atraso—respondió Matteo desganado.
— ¿Y por qué llegaste tarde? Si fuiste en bicicleta—dijo Simón.
—Una niña tonta iba por la ciclo-vía y la choqué—dijo Matteo fastidiado.
—Te hubieses fijado—regañó el mexicano.
—Oye era la ciclo-vía exclusiva para bicicletas no para andar caminando distraída encima—explicó Matteo.
—Pero los niños no entienden debes ser menos dramático—su amigo comenzó a preparar la comida.
—No era una niña, niña—decía Matteo lavándose las manos para ayudarlo.
—¿Era una niña-niño?—preguntó Simón confundido.
—No, tarado era una chica de nuestra edad más o menos—dijo completamente irritado.
—Te hubieses explicado mejor—dijo Simón.
—Te juro que si la vuelvo a ver le voy a decir que por culpa de ella perdí 3 horas de mi sueldo—sentenció el italiano.
—Amigo las posibilidades de volverla a encontrar son 1 en un millón—rio Simón ante el juramento de su dramático amigo.
Lunes por la mañana
La clase de matemáticas avanzaba sin contrariedades, la geometría era algo que a los alumnos de 4° no les entusiasmaba mucho así que cualquier evento que interrumpiera esta clase era bien recibido por los estudiantes. Tal como lo esperaban la directora ingresó al salón de clases en compañía de dos chicos.
—Estimados alumnos les presento a Emma ella es de Inglaterra, y Michel que viene desde Venezuela ellos están aquí por intercambio espero los reciban de buena manera, los integren y sobre todo que sean comprensivos con ellos—dijo la directora entusiasmada.
—Hola a todos—saludó la rubia que ya había sacado suspiro entre los chicos.
—Hola si me llamo Michel—dijo el muchacho venezolano riendo.
—Profesor usted vea donde se van a ubicar—dijo la mujer saliendo del salón.
—Michel usted siéntense al lado de Jimena—le señaló al muchacho—Y usted señorita Emma siéntese al lado de Pedro—le indicó a la chica.
Ambos chicos se dirigieron a sus respectivos asientos esperando ser bien recibidos por los otros estudiantes claramente su llegada cambiaría las cosas para algunos de los otros chicos.
*****
Ser estudiantes de intercambio es algo maravilloso, pero ser un simple estudiante que se trasladó de colegio era algo casi trágico ser mirado como un bicho extraño no es agradable para nadie, por eso los hermanos Simonetti estaban tan nerviosos por ingresar al salón, donde la maestra de física daba su cátedra de "Los diferentes tipos de energía".
— ¿Cómo será este curso?—preguntó Claudio a su hermana.
—A mí que me importa yo pretendo ser expulsada, mañana mismo—dijo Nina despreocupada.
—Bien chicos ahora sí pueden entrar a clases—dijo la directora con un papel en manos.
La mujer tocó la puerta, y desde el otro lado se escuchó un pase palabra que hizo entrar en cólera a los hermanos, aunque mas bien a Claudio que comenzó a sudar de los nervios, su hermana le tomó la mano en señal de hacerle sentir que no estaba solo en esta situación.
—Maestra Stuardo, ellos son los hermanos Simonetti sus nuevos estudiantes—la maestra les dio una sonrisa a los chicos, y la directora salió de la sala.
—Bien muchachos tomen asientos detrás de Navarro, y Alzamendi—dijo la maestra señalando a los chicos, los Simonetti tomaron sus respectivos asientos mientras Claudio pensaba en lo mucho que tendría que estudiar para estar al nivel de sus compañeros, Nina pensaba en como ser expulsada lo más rápido posible del colegio.
Universidad del Sol
—Las clases están cada vez más complicadas—dijo Simón rascando su nuca.
—Ni siquiera presté atención—se sinceró Matteo.
—¿En que pensabas?—le preguntó con curiosidad.
—En Emilia—dijo Matteo seriamente.
—¿Qué pasó con ella?—cuestionó Simón con preocupación.
—No lo sé... Se supone que tenemos algo, pero ella es tan distante nunca me llama, con suerte me responde los mensajes—dijo Matteo confundido.
—Emilia nunca ha sido de demostrar cariño con los chicos—dijo Simón tranquilo.
—Sí, pero se supone que estamos saliendo podría demostrarme al menos interés—dijo Matteo.
—Deberías decírselo—aconsejó Simón.
*****
Colegio La Messina
—Hola, mi amor—dijo Ámbar.
—Hola Ámbar—respondió Benicio.
— ¿Por qué no fuiste al cumpleaños de mi mamá?—preguntó seria.
—Estaba enfermo—dijo él escuetamente.
—¿Y ayer? Porque tampoco fuiste capaz de avisar—la rubia se cruzó de brazos en señal de enojo.
—Ámbar no me hagas un escándalo por favor—dijo Benicio.
—No es ningún escándalo, te estoy pidiendo explicaciones ¿Por qué no fuiste al cumpleaños de mi mamá?—volvió a preguntar realmente molesta.
—Ya te dije que estaba enfermo—volvió a decir Benicio esta vez fastidiado.
—Okay, pero ¿Por qué no me avisaste?—cuestionó nuevamente la rubia.
—Ámbar estaba enfermo, y no tenía ganas de nada lamento no haberte avisado en serio—dijo él tiernamente.
—¿Me avisarás para la próxima?—preguntó Ámbar haciendo pucheros.
—Si, prometo avisarte—le dio un corto beso en los labios.
—Te amo—dijo ella abrazándolo.
—Te amo más—dijo Benicio entre dientes ¿En realidad la amaba? ¿Y Emilia? ¿Estaba confundido?
*****
—Ámbar y Benicio si que están enamorados—dijo Nico a sus amigos.
—Se ven lindos juntos—añadió Delfi sonriendo.
—Así como nosotros—dijo Nico dándole la mano a la chica.
—¿Son novios?—preguntó Ramiro.
—No—rieron ambos chicos.
—Tienen algo como lo tuyo Emilia como es una relación abierta—soltó Ramiro.
—Ah si—dijo Emilia desganada.
—¿Te pasa algo?—preguntó Ramiro.
—No, iré al baño—dijo Emilia levantándose en dirección al baño.
*****
— ¿Y qué les pareció el colegio?—preguntó Pedro.
—Bien está chévere—dijo entusiasmado Michel.
—Si, me gusta mucho—dijo Emma sonando tierna.
—Hablas español muy bien—dijo Pedro.
—Gracias, estuve estudiando mucho antes de venir—explicó Emma con su hermosa sonrisa.
*****
El timbre para volver a clases ya había sonado, y Emilia decidió que era hora de volver salió del baño dispuesta a irse a clases, pero fue detenida por Benicio.
—Emi, necesitamos hablar—dijo él.
—No, Benicio y menos aquí—dijo Emilia tratando de avanzar.
—Está bien—Emilia quiso irse, pero Benicio la detuvo.
—No lo hagas—dijo ella.
—No lo hagas tú—Benicio acarició la mano de la chica, ella se acercó a él para abrazarlo quería sentirlo cerca, sentir como su corazón latía por ella, aunque estuviese mal, aunque fuese un error, aunque su mejor amiga salga lastimada, sentir el latido del corazón de Benicio la hacía olvidarse del mundo.
—Quiero besarte—dijo Emilia mirándolo a los ojos.
—Sólo hazlo—respondió Benicio, y se fundieron en un beso profundo querían decirse que todo estaba bien, que lo de ellos era posible, pero de un golpe tuvieron que volver a la realidad.
—Benicio, Emilia ¿Qué hacen?—preguntó.
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Otra vez beso Benilia o Bemilia como ustedes prefieran esta vez los decubrieron ¿quién será?
Las Amo!
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