Los hermanos Claudio y Nina Simonetti se encontraban desempacando sus cosas, pues recién habían llegado desde Córdoba hasta Buenos Aires por motivos del trabajo de su madre a quien habían trasladado a la sucursal principal de la empresa donde prestaba sus servicios como abogada.

—Chicos llegaron los uniformes—informó la madre.

—Prefería el azul antes que el verde—se quejó Nina.

—Deja de quejarte Nina—regañó su hermano

—Lo dices porque te conformas con todo—dijo Nina.

—Nina te escucho desde acá—dijo la madre—Ya sé que Tomás está en Córdoba, pero ya te dije que se pueden visitar yo no tengo problemas en que venga—dijo en un tono comprensivo.

—No es lo mismo mamá­­—respondió Nina irritada.

—Vamos hermanita quien sabe si conoces a alguien mejor—se burló su hermano.

—El que debe conocer a alguien es otro para que dejes de ser tan estúpido—Nina le tiró una almohada.

*****

— ¿Cómo que no te puedes ir conmigo?—preguntó—Hoy no estuvimos juntos ni siquiera en el receso—se quejó.

—Ámbar lo siento ya te expliqué estaba ocupado, y ahora comienzo el entrenamiento por favor entiende—dijo Benicio.

—Está bien—dijo Ámbar rendida.

—De verdad lo siento—se disculpó el chico dándole un beso en la mejilla.

—Hablamos luego, y mañana no se te olvide el cumple de tu suegra—dijo la rubia y se despidió.

Benicio se fue hasta su entrenamiento él estaba algo extraño pero no quería contarle a Ámbar lo que en realidad le pasaba no podía hacerle eso a la chica ella ha sido muy buena con él, y confesar lo que en verdad sentía le rompería el corazón en pedazos, y él no quería hacer eso al menos no todavía.

*****

— ¿Y dónde serán tus citas?—preguntó Emilia.

—No lo sé ninguno me ha dicho seguramente es sorpresa—dijo Delfi encogiéndose de hombros.

—Conociendo a Nico te llevará al cine o algo así—dijo Emilia segura.

—¿Y Gastón?—preguntó Delfi interesada.

—No lo sé ese chico es raro siempre sale chicas, pero nunca concreta nada al parecer todas se aburren con él—explicó la rubia.

— ¡Chicas!—alcanzó Ámbar agitada.

—Ámbar creí que te vendrías con Benicio—dijo Delfi sorprendida.

—No, o sea ese era el plan, pero tuvo que quedarse a entrenar—explicó Ámbar.

—Viste a Ramiro—preguntó Emilia.

—No, pensé que estaba contigo—dijo Ámbar.

—Yo lo vi irse con Nico­—intervino la pelinegra.

—Algo le pasó a Ramiro hoy ni siquiera lo vimos—decía Ámbar.

—Tal vez está enamorado—dijo Delfi.

— ¿Ramiro?—rieron Ámbar y Emilia—Ramiro es la persona menos romántica que conozco, yo diría que es hasta incapaz de enamorarse—dijo Emilia.

—En realidad del tiempo que nos conocemos nunca nos ha dicho que está enamorado—dijo Ámbar.

—Tal vez es gay—soltó Delfi.

—No—respondió Emilia.

— ¿Cómo estás tan segura?—preguntó Ámbar.

—A estas altura nos hubiese dicho—argumentó Emilia—Cambiando de tema Delfi mañana tiene su cita doble—dijo riendo.

—¿Delfi como harás para estar en un lugar, y luego en otro?—cuestionó Ámbar.

—Eso ya está solucionado Gastón quiere que salgamos en la tarde, y con Nico saldré en la noche—dijo Delfi sonriendo.

—Excelente plan—dijo Emilia.

—Sigo diciendo que es mala idea—dijo Ámbar.

—Ay Ámbar no seas aguafiestas tú tienes novio, deja que la gente que no lo tiene disfrute la vida—dijo Emilia.

—Chicas las invito a mi casa para seguir platicando—propuso Delfi, y ambas chicas aceptaron.

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— ¿No te sientas mal por mentirle a Ámbar?—cuestionó su fiel amigo.

—Por supuesto que sí, pero era eso o decirle la verdad—Benicio puso una cara de arrepentimiento.

—Encima me usas a mí para tus mentiras—se quejó Gastón.

—Por eso eres mi mejor amigo—dijo Benicio sonriente.

—Recuerda que también soy amigo de Ámbar—dijo Gastón.

—Lo sé—suspiró el italiano.

*****

—Entonces nuestra investigación podría ser de las plantas—hablaba una castaña.

—Si excelente—respondió la pelirroja.

—Si... Jim ¿me estás escuchando?—preguntó seria.

—No... O sea si—dijo nerviosa.

— ¿A quién miras tanto?—preguntó siguiendo la mirada de su amiga.

—A nadie, Luna deja de imaginarte cosas y la idea de las plantas es genial—dijo Jim.

— ¿Mirabas a Gastón?—dijo Luna con mirada pícara.

— ¿A Gastón? Ni en mis sueños los miraría—se defendió la pelirroja.

—Parece que él si—Jim volteó, y se dio cuenta que Gastón la estaba mirando rápidamente quitó su mirada del chico, y volteó hacia Luna tomándola del brazo para salir lo más rápido posible no quería que el castaño se diera cuenta que lo estaba mirando.

*****

— ¿Cómo va tu plan con Ramiro?—preguntó.

—Tiempo al tiempo debo buscar una forma de acercarme—respondió.

— ¿No que él se te iba a acercar?—preguntó confundida.

—Ramiro no es de esos chicos, es mejor que yo me acerque sutilmente a él—dijo segura.

—Ojalá te resulte el rulitos es simpático—dijo Jazmín.

—Recuerda el trato yo me acerco a Ramiro y tú a Pedro—advirtió Yam.

—No yo mejor aborto misión Pedro es mejor como amigo—dijo Jazmín.

—Como tú quieras—dijo Yam tratando de comprender el cambio repentino de su amiga.

*****

Sábado

Matteo se levantó rápido por primera vez en su vida iba tarde a su trabajo cosa que no le gustaba para nada él era muy responsable, y sus jefes le tenían confianza no podía llegar tarde despertó a Simón para que lo llevara hasta la florería "Margarita" donde se dedicaba a armar todo tipo de pedido que llegara a la tienda desde ramos de disculpas, hasta coronas para difuntos, sin embargo, su amigo no despertó con nada si algo le molestaba del mexicano era el sueño excesivo que éste tenía.

En fin como no tenía más tiempo que perder, y considerando que el día estaba soleado decidió ir en bicicleta, ya que se evitaría todo el tráfico de la ciudad, y podría llegar un poco a tiempo antes de irse le dejó una nota a su amigo diciéndole que fuera por el mercado, se montó en la bicicleta y se fue todo parecía ir bien, pero en un descuido atropelló a una chica que iba distraída escuchando música y quien terminó estrepitosamente en el suelo.

— ¿Estás bien?—preguntó el chico.

—Eres un idiota—manifestó la chica molesta.

—Oye tú eres la que caminaba distraída—se defendió Matteo.

—Tú venias con tu bicicleta antes de subirte en ella deberías aprender a usarla—dijo la pelinegra.

—Te explico una cosa esta es la ciclo vía tú no tienes que andar por aquí—dijo ya irritado.

— ¿Me estás diciendo tonta?—preguntó molesta.

—Sabes que estoy muy atrasado además no te pasó nada así que yo me voy chao—dijo Matteo y se fue rápidamente dejando a la chica molesta.

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Las Amo!

Besos!