Capítulo 14
Gastón estaba nervioso se encontraría con Jim, en la cual probablemente sería su primera cita de verdad, es decir, él muchas veces salía con otras chicas, pero nadie lograba ponerlo tan nerviosos como la pequeña pelirroja, es que ella era tan especial que tenía miedo, pero esta vez no iba a dejar pasar la oportunidad de confesarse. Además ella recuerda a ese pequeño niño que la ayudó hace ya algunos años.
Jimena llegó con una sonrisa que irradiaba alegría, se veía hermosa con su clásico vestuario, y su distintivo peinado que hacía que su cara quedara al descubierto lo que dejaba a la vista el brillo de sus ojos.
—Hola—saludó algo nerviosa.
—Jim... Hola—respondió Gastón sintiendo como un tonto.
— ¿A qué hora es el show de supernovas?—preguntó.
—En 1 hora—contestó Gastón mirando su reloj.
— ¡Vaya! Nos adelantamos bastante—dijo Jim soltando una risa nerviosa.
—¿Eso es malo?—preguntó Gastón tratando de dejar sus nervios atrás.
—No lo sé ¿Discutirás conmigo? O Por una vez hablaremos como las personas civilizadas que somos—cuestionó la pelirroja.
—Tú eres la que siempre discute—acusó el pelinegro.
—Hacerte callar en clases no es discutir—se defendió la chica.
—Responderte tampoco—dijo Gastón.
—Tienes un punto... La verdad de todo es que me encanta discutir contigo—se sinceró Jim.
—Es mi deporte favorito—sonrió Gastón.
— ¿Por qué me invitaste acá?—preguntó la pelirroja.
—Porque creo que es bueno recordar algunas cosas—dijo el chico—Te contaré una historia hace muchos años vine acá con mi padre era nuestra primera vez en un planetario la estábamos pasando increíble, pero luego comenzamos a escuchar a una niña que chillaba porque...—no sabía si continuar con la historia o dejar las cosas así.
—Porque quería un telescopio—habló Jim—También era primera vez que venía con mi padre estaba feliz, pero mi telescopio no funcionaba entonces comencé a llorar fue tanto el escándalo que otro niño se acercó dándome el suyo—añadió.
—¿Lo recuerdas?—preguntó Gastón.
—Siempre... Desde ese momento no he hecho otra cosa que pensar en aquel chico—contestó Jim.
—¿Lo has visto?—cuestionó el pelinegro.
—En este momento está junto a mí... Gastón siempre te he recordado como el niño más dulce que he conocido en mi vida—respondió Jim.
—También yo—dijo Gastón.
—Pensaba que te acordarías de aquel momento por eso siempre desde que somos compañeros he tratado de llamar tu atención, aunque todo parecía resultar al revés—Jim estaba muy nerviosa.
—Me pasó lo mismo—afirmó Gastón—Creí que si era molesto contigo recordarías quien era yo, pero me equivoqué y lo único que hice fue desperdiciar tantos años en los cuales pude confesar lo que realmente siento por ti—dijo.
— ¿Qué sientes por mí?—preguntó Jim.
—Desde que te conocí aquel día... Me gustas, y ya no soy capaz de seguir ocultándolo—dijo Gastón con cierto miedo.
—Me pasa lo mismo, realmente lo mismo—comentó Jim sonriendo.
— ¿Lo intentamos?—preguntó el chico.
—Si—Jim se acercó a Gastón y le dio un tierno beso en la mejilla, probablemente sería el inicio de algo hermoso.
*****
Emilia llamó a su madre para que la recogiera, la mujer aceptó de inmediato pues conoce la pésima situación por la que está pasando su hija, la madre firma la autorización correspondiente y se encaminan hasta el auto.
—Emi, me preocupas—dijo su madre.
—Benicio me dijo que seguía enamorado Ámbar—lágrimas comenzaron a brotar de su rostro.
—Emi...—susurró su madre tomándole la mano.
— ¿Entiendes, mamá? Lo que pasó fue un completo error, algo que jamás debió suceder... Perdí a mi mejor amiga, Ramiro y Nicolás ni siquiera me miran, la única que se mantiene cerca de mi es Delfina, pero se que tarde o temprano terminaré decepcionándola... Estoy sola porque me lo merezco, porque soy una mala persona—las palabras cada vez eran ahogadas por un potente llanto.
—Emi, no eres mala persona y mucho menos mereces estar sola... Ramiro y Nicolás solo necesitan tiempo...—aconsejó su madre.
— ¿Qué hay de Ámbar?—preguntó Emilia.
—El tiempo cura todas las heridas—dijo la madre.
Llegaron a la casa, Emilia no podía dejar de pensar en aquella frase que su madre le había dicho "El tiempo lo cura todo" Tal vez tenía razón con tiempo las cosas entre ella y sus amigos cambiarían y volverían a ser la de antes... Pero ¿Y Benicio? ¿Estaba enamorada? ¿Era un capricho? Eran preguntas que no tenían una respuesta clara.
—Emi, te buscan—avisó su madre.
—¿Quién?—preguntó confundida.
—Es Ramiro—respondió la mujer con una sonrisa.
Emilia bajó encontrándose con Ramiro en la sala, el chico caminaba de un lado a otro una clara señal de nerviosismo, la rubia tomó aire y le habló.
—¿A qué viniste?—preguntó.
—A verte—respondió el ruloso—Quería disculparme más bien... Sé que para ti esto no es fácil—agregó.
— ¿A qué se debe este cambio de actitud?—cuestionó Emilia.
—Estuve revisando algunas cosas encontré muchas fotos de nosotros sonriendo, y recordé lo mucho que te quiero, y lo tonto que me sentí al decirte todas esas cosas—se sinceró Ramiro.
— ¿Qué hay de Ámbar?—preguntó curiosa.
—Ámbar es mi amiga, pero debe entender que yo no tengo nada que ver en sus problemas—contestó Ramiro con seguridad.
—Gracias Rami—Emilia se acercó para abrazarlo—También lo siento—dijo.
—Emi, debo preguntar lo siguiente ¿Estás con Benicio?—preguntó con temor.
—No, según me dijo sigue enamorado de Ámbar al parecer para él yo solo fui un juego—respondió Emilia.
— ¿Y tú?—preguntó.
—¿Yo qué?—cuestionó Emilia confundida.
—¿Lo amas? ¿Estás enamorada?—interrogó el de rulos.
—En un momento creí que no, pensé que solo le tenía envidia a Ámbar y que por eso me había enredado con Benicio, pero la verdad es que me gusta desde que llegó y cuando nos comenzamos a acercar aún más me di cuenta que estaba enamorada—la chica pasó sus manos por la cabeza en señal de frustración.
—¿Qué harás ahora?—preguntó Ramiro.
—No lo sé—respondió sincera Emilia.
—Estoy aquí cuenta conmigo—Ramiro le acarició la mejilla y tomó su mano en señal de apoyo.
*****
Nina tomó el camino más largo hasta que finalmente llegó a su casa decidió evitar a su madre quien la saludó con cariño como siempre, se encerró en su habitación con la almohada sobre su cabeza no podía creer que su hermano era gay y que encima tenía novio...
—Nina, debemos hablar—Claudio entró en la habitación de su hermana.
— ¿Sobre qué? Ya se ¿Me enseñaras a mentir como tú lo haces?—preguntó con ironía.
—Nina no es eso ya sé que te oculté esto, pero no era tan fácil llegar y contarte sobre mi orientación sexual, y no porque me avergüence ser gay sino por miedo a tu reacción—dijo el chico sentándose junto a su hermana.
— ¿Mamá lo sabe?—preguntó la de lentes ignorando lo dicho por su hermano.
—Sí, fue la primera en saberlo...fue interrumpido
—Debo contestar—dijo Nina tomando su teléfono, pues Tomás su novio la estaba llamando.
—Espero podamos conversar—dijo su hermano para luego salir de la habitación.
—¿Qué?—gritó Nina—¿Cómo que quieres romper conmigo?—gritaba llorando—Te odio—Nina tiró su teléfono y comenzó a llorar.
—Nina ¿Qué te pasa?—preguntó Claudio quien al escuchar a su hermana llorar rápidamente fue a ver que sucedía.
—Tomás rompió conmigo, dice que conoció a alguien—respondió Nina.
—Lo siento Nina—Claudio la abrazó.
— ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Cómo dejé que esto pasara? Soy una tonta—gritaba Nina.
—No, no, no, Nina tú no tienes la culpa de nada que te quede claro eso mira a veces la gente no sabe valorar a quien está a su lado—dijo el chico acariciando el cabello de su hermana.
—Claudio, perdóname por llamarte mentiroso y por no apoyarte desde el inicio, como tú lo has hecho conmigo... De verdad perdóname—pidió Nina abrazando a su hermano.
—Tranquila hermanita, está claro que te perdono—dijo el chico sonriéndole.
—Soy una tonta, Tomás era mi novio y lo perdí por tonta—se regañaba la pelinegra.
—No Nina, ya basta ponte tu mejor ropa vamos a salir—ordenó Claudio.
—Me siento horrible, y tú quieres salir—dijo Nina.
—No dejaré que mi hermanita se eche a morir por un idiota que no vale la pena, además ya lloraste demasiado—dijo Claudio.
—Supongo que tienes razón—dijo Nina secándose las lágrimas.
—Bien, iré a cambiarme—Claudio le giño el ojo y le sonrió.
—Invita a Michel, debo disculparme con él también—dijo Nina y su hermano se devolvió a abrazarla obvio que invitaría a Michel pero también le daría una sorpresa a su hermana.
*****
Ámbar y Simón caminaban juntos, el castaño estaba feliz al fin había podido pasar una tarde con la chica que tanto le gustaba, no quería apresurar las cosas pero sentía que algo especial podía nacer entre ellos. Mientras la rubia estaba metida en como usar a Simón para su venganza contra Emilia, una buena forma sería ponerlo en su contra, o tal vez era mejor jugar con él un rato y después tirarlo como un juguete, además ella necesitaba distraerse con alguien para olvidar a Benicio...
—¿Segura que no quieres que te acompañe a tu casa?—preguntó Simón saliendo de sus pensamientos.
—No es necesario, pero podemos vernos otro día—dijo la chica.
—Bueno, cuídate—Simón se despidió de Ámbar con un beso en la mejilla ella siguió su camino hasta su casa.
—Organizaremos nuestra fiesta—dijo Ámbar para seguir con su camino.
Estaba por llegar a su casa cuando se dio cuenta que alguien la esperaba le pareció extraño tal vez era Nico o Ramiro, pero cuando se acercó se dio cuenta que era nada más y nada menos que su ex Benicio.
—¿Qué haces acá?—preguntó con molestia.
—Necesito hablar contigo—respondió Benicio.
—¿Sobre qué? ¿Sobre como besa Emilia?—preguntó sarcásticamente.
—No, sé que lo que hice estuvo mal... Pero no he dejado de pensar en ti yo quiero que volvamos a estar juntos—dijo Benicio.
— ¿Qué?—rió la rubia—No, Benicio ni sueñes que me vas a comprar con esas palabras aprendidas de una película cliché primero debiste pensar antes en mí, antes de engañarme encima con mi mejor amiga—dijo Ámbar.
—Ámbar, Emilia se me acercó yo no pude hacer nada—dijo Benicio.
—Por favor—volvió a reír—Ni que te haya puesto una pistola en la cabeza, no soy tonta... Que te quede claro yo no voy a volver contigo—afirmó Ámbar—Deberías buscar a Emilia de seguro ella está dispuesta a estar contigo, porque yo no—rápido entró a su casa y cerró la puerta, Benicio se fue completamente decepcionado.
*****
Han pasado dos semanas los intentos de Benicio por volver con Ámbar han sido nulos, la rubia ha continuado sus salidas con Simón cosa que ha sorprendido mucho a Emilia quien no ve con buenos ojos esta situación, pero tampoco ha querido meterse más allá.
Hoy es la presentación de las canciones, el escenario está listo y adornado el público comienza a acomodarse, más bien los otros alumnos, pues estas actividades son presenciadas por todos los estudiantes, Benicio se sienta solo, puesto que no ha hablado con Gastón desde aquella vez. Ya han pasado la mayoría de estudiantes, es el turno de Emilia y Delfina.
—Voy a salir, no más fingir, no más servir La noche es pa' mí, no es de otro Te voy a colgar, ya no hay vuelta atrás Si me llamas no respondo—comienza Delfina con seguridad.
—Tira porque te toca a ti perder Que aquí ya se perdió tu game Tiro porque me toca a mí otra vez Solo con perderte ya gané— continúa Emilia con la vista en el micrófono.
—Pero si me toca, toca, tócame Yo decido el cuándo, el dónde y con quién Que voy a darme a mí de una y otra y otra vez Lo que tanto me quité, que pa' ti tan poco fue Y yo voy, voy, voy lista pa' bailar Porque tú hoy, hoy me has hecho rabiar Y yo voy, voy, voy lista pa' bailar Tengo claro que no me voy a fijar—cantan ambas haciendo una coreografía—Tú ya no estás dentro de mí Se han podrido las flores aquí Ahora ya no quiero rosas Soy el león que se comió las mariposas—canta Emilia haciendo un breve contacto visual con Benicio quien se ve muy entusiasmado, es en ese momento que la mexicana decide no seguir con la presentación, Delfi termina la presentación con una sonrisa.
—Bien parece que hubo detalles técnicos, vamos con la última estudiante Ámbar Smith—presenta la profesora.
—Espero les guste en especial a ella—dijo Ámbar antes de comenzar a cantar— Dicen que nadie es perfecto nunca había sido tan cierto busco una palabra que pueda describirte bien— sus ojos de inmediato comenzaron a buscar a Emilia la divisó en una de las sillas del fondo, sonrió para si misma y continuó—No quiero sonar trillada pero es que esta bofetada disque amiga me hizo ver que fuiste amiga de alquiler— Todos se sorprendieron con esa frase, incluida Emilia quien levantó su mirada y chocó con los ojos azules de Ámbar—No te quiero confundir pero tengo que admitir un favor me hiciste al actuar aunque duele aceptar. Las sobras de mi quedan para ti la vida te enseña roble que cae no es leña— La atención de Emilia la hacía sentirse segura de que por dentro la chica estaba sufriendo, su vista cambió directamente a Benicio quien sentía la incomodidad a flor de piel le sonrió y siguió con su canción—Yo estaré muy bien sabiendo que es así pierdes tú, que te quedas con el, gano yo que me libro de ti— Esa frase para Emilia fue la pero de toda la canción estaba convencida que Ámbar jamás la perdonaría—No creas que una disculpa va a limpiar toda tu culpa que grande que te quedó la amistad entre tú y yo— Emilia no podía continuar escuchando la letra de esa canción le hacía daño por lo que decidió salir del salón, pero antes de que pudiese huir Ámbar la encaró a viva voz.
—Emilia, amiga querida esta canción es para ti—dijo causando el revuelo entre todos los presentes—¿Esperen? ¿No sabían que ella rompió mi relación con Benicio?—dijo.
—Ámbar no es necesario—se acercó Ramiro.
—¿Por qué? Simplemente no quiero que a alguien más le suceda esto—dijo Ámbar riendo.
Emilia comenzó a llorar, sin dudas, nada es peor que la humillación pública todos la miraba feo algunos se reían de ella nunca imaginó que Ámbar fuese capaz de algo así... Totalmente triste se fue a su casa debía hacer algo.
[.........................................................................................]
Recta final!
Les amo!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro