
|1| Allie ©
2009
Tu primer año.
Nunca le he encontrado sentido celebrar ese día con payasos, globos y tantas personas tirando de tus mejillas, mientras comen y beben el festín que se les ofrece. ¿Será porque en mi fiesta solo estuve llorando? «Puede ser». No me malinterpreten, me gustan los globos, pero no, cuando los revientan justo en tu rostro porque es divertido ver tu reacción.
Siendo sinceros: no recuerdo mucho. Solo sé que mi papá tenía una nueva novia. Y no permitió que mi mamá estuviese junto a mí porque su chica y ella, no eran "amigas". Quería impedir un alboroto.
«¿Tenía la mejor de las intenciones? Eso lo dejo a tu criterio».
Él mantenía relaciones con ambas a la par mientras Isabella, mi madre, gestionaba su segundo embarazo. Eso quiere decir que, a medida que yo iba creciendo en su vientre y mi hermano mayor asistía al Kinder; mi padre se ausentaba porque estaba con otra mujer. De manera literal: nadie aceptaba su relación.
Todos veían que él no la amaba, excepto ella.
Mi abuelo lo echó de la casa cuando descubrió que le era infiel a su hija y la maltrataba de forma violenta. Solo podían verse a escondidas, hasta que un día... desapareció.
No lo aceptaba.
Isabella no aceptaba la realidad de que se había terminado todo. No puedo siquiera imaginar el dolor que sintió cuando corrió desesperada detrás de él, ni el peso de una barriga de siete meses la detuvo. Como su nueva casa es cerca de la vivienda de unos tíos maternos, la socorrieron en estado de deshidratación.
Y le contaron todo.
Tuvo con ella lo que siempre se negó con mi madre: la llevó al altar vestida de blanco. Nunca lo admitió, decía que lo había confundido con otro. Todo era tan retorcido al punto de que su novia estaba al tanto de la situación.
Parece ridículo porque él es el ejemplo perfecto de que un hijo no ata un hombre a una mujer, al menos, no con nosotros. Pero las sospechosas evidencias del nacimiento de su segunda hija y las alertas sobre las infidelidades de su mujer, no hicieron mella en él, pues continuó a su lado. Amenazando a sus hermanos que si volvían a decirle algo sobre ella, no les hablaría más. Incluso se peleó a golpes con su gemelo.
¿Él era un manipulador?. ¿Ella era muy ingenua?. ¿Trío amoroso?
A lo largo de estos años he escuchado muchas historias sobre lo sucedido. Mi padre se excusa diciendo que vivir bajo el mandato de mi abuelo era insoportable, que se quería mudar para empezar de nuevo en otro lugar, pero mi mamá no se atrevía.
Decía que mi tía le tenía envidia...
Isabella nunca me habló sobre lo que ocurrió, solo sé que seis años después, fue la que decidió terminar con su relación de amante quemando las pocas fotos que conservaba suyas. Sí, porque a pesar de estar casado con otra mujer y su señora anunciar que esperaría un bebé suyo, seguía teniendo relaciones sexuales con mi madre cuando "me iba a visitar" a la casa...
Esta es la triste historia del primer amor de Isabella.
Como todos los gastos corrieron por su cuenta, decidió a quién invitaba y a quién no. Su mejor decisión fue tener a una bebé de solo 12 meses de edad en una celebración donde no conocía a casi nadie. Lejos de alguien que siempre había tenido cerca y reconocía como su lugar seguro. Era la primera vez que mi mamá le daba el permiso de salir conmigo sin su supervisión.
La primera impresión que tuvo mi madrastra al conocerme es que era su enemiga.
Digo la primera porque luego se suman muchos adjetivos más, y ninguno es positivo. Hoy en día puedo decir conscientemente, sin un asomo de duda: que ella me odia. He hecho de todo por ganarme su aprecio, pero nunca le es suficiente.
No soy lo suficiente, soy un estorbo y me lo ha dejado saber en cada momento que puede.
Algo que también detesto de estas fiestas son las piñatas, me quedo aparte observando cómo se pegan para tomar los regalos que caen al suelo. Con suerte, llega hasta mí algún caramelo. Pero no todo lo que tengo son quejas.
Hay instantes que soy feliz y sonrío, genuinamente. A la media hora, o mitad de celebración, cuando sacan las croquetas de la parrilla. Y el momento de los tesoros escondidos: son la mejor parte. Mi objetivo no es encontrarlos, sino sentir la emoción de imaginar el lugar que se les ocurriría esconderlos, y me desilusiono cuando noto que no era tan complicado hallarlos. Por descubrir tres de estos tesoros recibí varios obsequios, entre ellos, un diario.
¿Para qué sirve un diario?.
Según el diccionario: Puedo escribir lo que me suceda, mis pensamientos y mi vida diaria. Lo guardo dentro de la bolsa. Luego veré qué escribo en él...
Otro día más en la escuela.
Suspiro de forma dramática observando el pizarrón. Ya terminé de hacer los ejercicios de la materia que estamos recibiendo. En ocasiones, ser rápida tiene sus desventajas debido a que si la profesora lo nota, me orienta otra cierta cantidad de ejercicios para que realice.
Intenta mantenerme ocupada mientras ella habla con la auxiliar pedagógica. Es como si necesitara verme haciendo algo.
Evito el contacto visual, no puedo bajar la cabeza porque me delatarían los demás, y mucho menos, hablar con nadie. Como mi lugar es en las últimas filas, puedo beber agua, leer y comer (muy disimuladamente) sin que se percaten. Hurgando dentro de la bolsa mientras como migajas de mi pan, busco el yogurt de fresa. Es mi favorito.
Mis dedos tropiezan con un pequeño cuaderno. Recuerdo que cuando regresé de la fiesta lo coloqué dentro. Decido tomar el diario, lo abro y comienzo a hojear sus páginas en blanco con curiosidad. Nunca antes había tenido uno. Podría escribir algo, lo que sea. «¿Qué tal si comienzo narrando cómo ha sido mi mañana?».
Querido diario:
Es raro... Siendo sinceros, soy rara.
¿A quién no le gustan las vacaciones? A todos, ¿no?.
¿A cuántos no les gusta faltar a la escuela?.
Cualquier persona en mi situación, estaría contenta. Excepto yo. Estuve ausente durante una semana y mi único pensamiento era:
—¿Por quién escribiré el contenido que impartan estos días?
Mi compañera de clase, la única amiga que he tenido en el colegio: siempre se atrasa. Nunca le da tiempo para terminar de tomar los apuntes. Y odio tanto el hecho de no tener escrito en mi cuaderno todo lo que anote la maestra en la pizarra. Es como una ridícula obsesión que tengo.
Ahora, te realizo otra pregunta:
—¿A quién no le gusta el chocolate?. A todos, ¿no?.
Pues bien, ¿conoces a alguien que le guste mucho el chocolate, pero sea alérgico a él?. Pues yo, soy yo.
Me comí una tableta de chocolate. Fue una sola. La piel se me llenó de enormes ronchas enrojecidas. Tenía mucha comezón y un ligero dolor de estómago. Lo peor es que me inyectaron. La señora se molestó porque no me quedaba tranquila. Pero cómo hacerlo, «¿no podrían darme una pastilla?».
Le tengo temor a las inyecciones.
Sigo siendo esa niña asustada de cuatro años que su madre llevaba a altas horas de la madrugada al hospital porque se le dificultaba respirar debido a la falta de aire que traía consigo el asma. Aún con dos enfermeras sujetándome por los hombros intentando en vano neutralizarme.
Descubrí una fuerza que ni yo creía tener. Mi error fue observar la jeringuilla, si no la hubiese mirado, no habría sucedido nada. Entre mis gritos, los de mi mamá, las enfermeras y mi padre, esto último es mentira; pero me hubiese gustado que estuviera ahí conmigo. Nunca va al hospital. Dijo que no iba a ir más, que él con su presencia no iba a resolver nada, que cuando estuviese en casa le llamáramos y me visitaría cuando pudiera. La señora terminó introduciendo la aguja con tanta energía que aún tres días después seguía con dolor en la nalga.
No me podía sentar en un sillón si este no tenía alguna almohadilla, y nada de usar ropa ajustada porque me lastimaba el glúteo.
La maestra fue hacia el kínder de su hija. Por lo que recibimos los ejercicios de Historia con la auxiliar pedagógica. La misma, comienza a bailar con un compañero del aula escuchando música MP3.
Al inicio es divertido verlos, pero luego se vuelve un poco turbio. Es reconocida por tener exceso de confianza hacia los chicos. Giro mi mirada cuando se me hace incómodo observarlos.
Nadie entiende los ejercicios, oculto que los realicé para que no me pidan el cuaderno.
Lo siento, soy un poco despistada, no me había percatado que no me he presentado. Mi nombre es Valentina, tengo once años, en el 2010 cumplo los doce.
Cuando suena el timbre indicando el fin de la jornada de hoy. Fuimos a mi lugar predilecto: la biblioteca. Donde hay cientos de libros, cuentos de fantasía, novelas, adivinanzas... Lo conocí por Ciara. Vamos juntas todas las tardes. A pesar de que he ido tantas veces, cada vez que pongo un pie dentro de ese lugar: siento como si fuese la primera vez.
No puedo evitar imaginar que si tomo un libro se abrirá una puerta secreta hacia otro mundo. Que el polvo acumulado que se encuentran en los últimos estantes es el de unas hadas apresuradas mientras organizaban cada tomo en su lugar.
Que cada noche los protege un duende vestido de verde, con sus orejas puntiagudas y un sombrero del doble de su tamaño, el cuál, posee una vara de madera muy antigua rodeada de flores inigualables por su olor y frescura.
El mismo, puede viajar a su antojo por cada historia contada en los libros abriendo una puerta imaginaria y controlando que esté en orden.
Si cierro los ojos puedo recordar el sonido del viento abrazando las ventanas en el segundo piso y la esplendorosa escalera de mármol que tiene forma de un caracol.Recuerdo como si hubiese ocurrido ayer, el día que conocí la biblioteca...
—Val, hoy a la salida te invito a una soda, y así, te muestro el lugar que conocí ayer. ¡Vas a alucinar!.
—Sabes que no me gustan las sorpresas —le dije—, me ponen ansiosa. Solo dime, ¿qué es?
—Una biblioteca pública.
—¿Me estás diciendo que vamos a leer? —le pregunto extrañada.
—Allí puedes encontrar variedades de libros, solo escoges el de tu preferencia. Es como ver una novela, serie o película. Pero recreas todo en tu imaginación, con los personajes que desees.
—Lo único que me motiva es tener el actor que yo quiera en la lectura que esté realizando. ¡Pero sigo pensando que una película es más divertida! —Exclamo convencida mientras caminamos rumbo a ese local.
—Cuando comiences a leer tu primera novela te darás cuenta de la magia que se encuentra tras cada palabra. Te conduce a otro mundo, puedes ser una princesa o una gladiadora. Vivir en la luna, ser un extraterrestre, ¡lo vives!. Esa es la diferencia de una película a un libro, que lo experimentas todo en tu propia piel.
Ciara hablaba con tanta emoción que no pude evitar querer sentir todo lo que me decía. Y... me encantó ese lugar; enorme, antiguo, con mucha luz, brisa, silencio.
Y lo mejor de todo: el olor a libros.
Querido diario:
Hoy miércoles toca mi serie favorita: Hannah Montana.
¡Espera un momento!.
Acabo de notar que no te he dado un nombre.
Allie, ¿te gusta?. Así te llamaré.
Tuya; Valentina
Notas Aclaratorias:🥥
Este libro es una autobiografía. Algo a lo que todavía estoy aprendiendo a escribir. No es lo mismo a una novela de romance ni de fantasía. Evidentemente estoy contando mi vida, lo que quiere decir que he sanado lo suficiente para poder hacerlo. Tengan en cuenta que acá no se romantiza nada. Una niña que comete errores, siente emociones negativas y está aprendiendo a conocerse. Debido a las nuevas pautas de Wattpad el contenido sensible lo mencionaré por encima, pero no ocultaré nada, así como tampoco me afecta la opinión de los demás. Ya tú entenderás como te tomas sus acciones, gestos y manera de actuar.
Datos reales:🌸
Nombre original del diario "RBD Mucho Ruido"
Ambas son novelas que disfrutaba mucho de niña, una es de origen mexicano, y la otra, es cubana. Siempre fui y seré, una REBELDE que hace mucho ruido
🎶... no se me van a apagar la llovizna y la alegría, nadie me va a arrebatar: mis alas, mis sueños, mi algarabía... 🎶
Les agregaré acá debajo el video de YouTube por si no las conocen.
https://youtu.be/EgfIwlx1LAg
https://youtu.be/ydkNWzuFM6E
001 Diario de mi vida
📌08|21|2024
6:19 pm
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