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La cena había sido magnífica, cada jugador contando la experiencia de su partido y lo que harían poco después, excepto por Jungkook. Eran tan serio e introvertido que apenas hablaba una palabra y, si lo hacía, lo susurraba hacia el compañero de su lado. La foto, de todos modos, fue de improviso cuando uno de sus compañeros sacó su teléfono y comenzó a fotografiar a todos los que se encontraban en la mesa. Jungkook y Jimin no serían la excepción.

Esos dos chicos que, a pesar de parecer que estaban pendientes al cien por cien de la conversación con los demás, realmente se encontraban completamente perdidos en su mundo, más aún Jimin, cuando su cerebro decidió dejar de funcionar por los cortocircuitos que le provocaron que Jungkook posara su mano izquierda sobre su muslo derecho. Jimin supo lo que venía tras eso, carraspeó y subió levemente el cuello de su abrigo para luego llevar la copa de vino a sus labios y tomarla despacio.

Jungkook, por su parte, se encontraba tranquilo y parecía incluso interesado en lo que sus compañeros relataban, pero la verdad es que estaba más que entretenido en arrimarse más a la mesa para que su mano no se viera, subiéndola y bajándola en ligeros agarres por el muslo del chico a su izquierda. Sonrió de lado cuando sintió a Jimin recolocarse en su asiento por tercera vez consecutiva, así que subió su mano un poco más hasta la altura del cinturón de su pantalón.

— ¿Te encuentras bien? —Musitó divertido hacia su compañero, Jimin relamió sus labios sintiéndolos resecos y desvió la mirada—. ¿Eso es que no?

— Eso es que tú y yo vamos a hablar cuando lleguemos a casa —espetó en un susurro, su cabeza se alzó y le sonrió a sus compañeros para hacerles entender que estaba puesto en la conversación—. Así que ve preparando una excusa para salir de aquí.

Jeon mordió su labio inferior y dejó caer la palma de su mano sobre su muslo de manera sonora.

— Ese es mi chico —le guiñó un ojo, sin permitir que otro de sus compañeros se diera cuenta de aquello, levantándose poco después—. Bueno, mi estadía aquí ha terminado, debo levantarme temprano mañana para ir a ver a la familia. Lo siento, chicos, cuando ganemos el mundial podremos estar toda la semana festejándolo.

Uno por uno, los chicos fueron despidiéndose del más alto, Jimin se acomodó en el asiento para ajustar su pantalón, y tomó el último sorbo de su vino.

— Park —Son le llamó la atención, el chico frente a él le señaló a sus espaldas—. Creo que Jungkook se llevó tu chaqueta.

Jimin abrió sus ojos en grande y se levantó torpemente, tomando su teléfono y metiéndolo en uno de los bolsillos delanteros de su pantalón. Tras eso, dejó un billete en la mesa para pagar lo suyo y lo de Jungkook.

— Gracias, Son —musitó, saliendo apresurado tras el menor—. Maldito imbécil.

Cuando salió a la puerta del restaurante, Jungkook se hallaba apoyado en su coche, su expresión divertida y traviesa, en sus manos se hallaba su chaqueta.

— No he tenido mejor excusa.

Le tendió la chaqueta, Jimin la sostuvo antes de colocársela por los hombros en lo que Jungkook le abría la puerta y le daba paso, luego rodeaba el auto para tomar asiento en el puesto de conductor. Condujeron en silencio hasta la urbanización en la que Jungkook mantenía un apartamento desde hacía un par de años atrás. La tensión se sentía en el ambiente, pero ninguno de ellos dijo nada, estaban acostumbrados a eso: a empezar a ser cuando las sombras se ceñían sobre ellos.

Jungkook estacionó el coche en la zona privada, luego salió y esperó por Jimin, asegurándose de que nadie más pudiera llegar a verlos le tendió la mano y Jimin la sostuvo sin pensarlo demasiado, cerrando el coche y caminando hacia la entrada de la recepción.

— Buenas noches, Soobin —saludó Jimin al recepcionista con una sonrisa, el joven se la devolvió poco después.

— Buenas noches, señor Park y Jeon —habló contento—. Y enhorabuena.

Jungkook le guiñó el ojo sonriente y el chico les abrió el ascensor directo hacia el apartamento del mismo. Ambos entraron, Jimin se pegó a la pared disimuladamente y alzó su mentón para ver la cámara que albergaba el ascensor. No habría problemas, confiaban en Soobin desde que todo había empezado.

El ascensor se detuvo justamente en la planta del apartamento de Jungkook y, éste, le dio paso a Jimin para que entrase al salón, volteó y cerró con llaves la puerta del ascensor para luego caminar hacia Jimin.

— Enhorabuena por la victoria, Park.

Jimin giró sobre sus propios talones y sonrió ladeado, acercándose a Jungkook mientras sacaba con cuidado el abrigo de cuello alto que albergaba. Jungkook hizo lo mismo con la chaqueta en sus manos y su abrigo ajustado. Después, Jimin se acercó cauteloso, enganchó su mano en su nuca y le atrajo a él para poder juntar sus labios por primera vez en lo que llevaban de noche.

El menor de los dos soltó un suspiro gustoso tras el ligero roce, abrió sus labios y le besó con más ímpetu, sus manos enganchadas en la cintura del contrario y sus pies moviéndose de manera torpe contra los de Jimin para que anduviera hacia la habitación.

Separaron sus labios cuando los gemelos de Jimin pegaron contra la cama, sostuvo la cintura de Jungkook y les hizo voltear, empujándole sobre la cama. Se desprendió de su camiseta interior de tirantes poco después y, luego, sus manos se vieron entretenidas sacando el cinturón y dejándolo a un lado de Jungkook. Sus pupilas estaban dilatadas, sus ojos brillaban en ansias y Jungkook no estaba muy alejado de la misma imagen, relamía sus labios cada pocos segundos, sentía su cuerpo arder bajo la lana.

Jimin se encargó de eso poco después, se inclinó sobre el menor y terminó de sacarle la ropa que le quedaba, dejándolo en ropa interior y observando su cuerpo esbelto y lleno de tatuajes por doquier. Sonrió de lado, Jungkook iba a recibir lo que él había obtenido en la cena. No pensó demasiado antes de volver a tomar el cinturón sobre la cama y hacer magia con él, lo volvió a amarrar y sostuvo dos huecos entre sus manos, inclinándose para que Jungkook pudiese alcanzar a meter sus manos por ellos. Tras eso, Jimin cerró el cinturón y lo ajustó a sus muñecas, Jungkook relamió sus labios en anticipación cuando Jimin le empujó suavemente hasta quedar totalmente acostado en la cama, observando sobre su cabeza como la mano del mayor sostenía las suyas amarradas con el cinturón.

— Quién podría decirlo, eh —Jimin se burló, Jungkook empujó su lengua contra su mejilla y sonrió de lado—. Completamente a mi merced.

Lo siguiente que hizo Jimin fue deshacerse de la única prenda que decoraba el cuerpo de Jungkook, sus ojos se fueron inevitablemente hacia ese punto y relamió sus labios en anticipación al descubrir la erección del menor. La envolvió con sutileza, se inclinó sobre su cuerpo y se hizo espacio entre sus piernas, mirando a Jungkook una última vez antes de llevarla a su boca y lamer superficialmente su glande.

Jungkook se removió estimulado, dejó escapar un silencioso suspiro y revoloteó sus párpados cuando Jimin volvió a hacerlo como si su miembro fuese una paleta. Lo lamió, besó y chupó perezosamente por toda su extensión antes de escupir sobre él y tomarlo por completo. Las manos del menor se removieron inquieta tratando de deshacerse del agarre para ir a tomar su cabello, pero no pudo hacer más que forcejear y lloriquear estimulado cuando Jimin comenzó a succionar entre sus labios dócilmente, creando pequeños chasquidos por la humedad de su boca.

Su pecho se inflaba agitado, sus labios mordidos y sus ojos cerrados con fuerza mientras Jimin parecía más que encantado con lo que hacía, mimando su erección y chupando con esmero cada centímetro de la misma. En un instante, la sacó por completo y la sostuvo con su mano, acercándola a sus labios y sacando su lengua para golpearla sobre ella. En el momento en el que Jungkook abrió sus ojos, un gutural gemido salió de sus labios sin poder contenerlo, Jimin sonrió ante aquello y aprovechó tenerla fuera de su boca para acercar sus dedos a la misma y escupir sobre ellos.

— Abre más tus piernas.

Jungkook asintió perdido en él, perdido en el placer. Se dejó hacer manso, Jimin sonrió de lado y masajeó su erección antes de llevarla de nuevo a su boca mientras uno de sus dedos se perdía en su interior para comenzar a prepararlo con tranquilidad. Jungkook lloriqueó demasiado estimulado por todos los toques y caricias de Jimin, cerró sus ojos y echó su cabeza hacia atrás cuando Jimin añadió un segundo dedo tiempo después al mismo tiempo que abarcaba todo su miembro en su boca, sin dificultad ni sensaciones de ahogo.

— Jimin, m-maldición —jadeó en un susurro, sus ojos estaban nublados y culparía al vino por eso, relamió sus labios y le miró tras aquella nubla—. Por f-favor, más r-rápido, te necesito.

Park sacó la extensión de su boca y se alzó sobre su cuerpo sin dejar de prepararle con sus dedos en su interior, ahora tres. Sonrió altanero y le miró con insuficiencia, sus labios chocando con los de Jungkook en respiraciones pesadas.

— ¿Podrías repetir eso de nuevo, Jeon?

Jungkook le miró con ojos llorosos, sus dedos abandonaron su interior y retuvo un suspiro frustrado cuando sintió a Jimin terminar de desnudarse y situarse entre sus piernas.

— Te n-necesito, Park.

El nombrado sonrió con autosuficiencia y se inclinó lo suficiente como para chocar sus labios de nuevo en un beso hambriento, suspiró del gusto y empuñó su erección para llevarla hacia la entrada del menor, haciéndose paso en él de manera lenta y tortuosa. Una de sus manos subió hasta encontrarse con las de Jungkook, sujetando el agarre del cinturón que mantenía ambas juntas y jalando sutilmente del labio inferior del menor en cuanto terminó de entrar por completo.

— Ah —Jungkook jadeó en su boca, cerró sus ojos y se dejó llevar por las sensaciones del momento—. Muévete, Park, p-por favor.

No se hizo de esperar, ninguno de los dos podían seguir esperando a estar unidos de esa manera que tanto les gustaba a ambos. Jimin sonrió sobre sus labios y sostuvo su cintura con su mano libre, saliendo despacio y volviendo a arremeter en él entre suspiros.

Lo que pasó a partir de ahí fue borroso para ambos. Jungkook se sentía extremadamente apretado y sensible a pesar de haber tenido sexo recientemente antes de volar hacia Corea. Jimin sintió que sus oídos explotarían en cualquier momento, los jadeos de Jungkook sobre sus labios y sus piernas envueltas en su cintura estaban jodiendo todos sus sistemas. Dejó sus manos y sostuvo en un fuerte agarre su cintura, relamió sus labios y comenzó a embestir en él de manera desesperada y profunda. Jungkook era un manojo de balbuceos para ese entonces y, Jimin, no podía de gemir satisfecho en todo momento, su mirada perdida en las expresiones de placer del chico bajo su cuerpo, el propio tensándose y contrayéndose a la espera de su orgasmo.

Ocurrió poco después, Jungkook no dejaba de decir cualquier cosa incoherente y sus ojos revoloteaban nublados y pesados entre gemidos rotos cuando Jimin no dejó de atinar a su próstata hasta conseguir su orgasmo. Se deshizo en temblores y palabras alentadoras por parte del mayor, el mismo le siguió poco después mientras dejaba caer su frente sudorosa contra su pectoral y besaba delicadamente ahí.

— No t-te salgas —musitó Jungkook poco después tras romper el silencio, Jimin balbuceó en respuesta—. Quédate a-así un poco m-más.

No se hizo de rogar, envolvió la cintura del menor y dejó caer su cabeza en su pecho para escuchar los latidos de su acelerado corazón. Jungkook le envolvió en sus brazos poco después y acarició su cabello.

— ¿Qué p-podría ocurrir? —Susurró Jimin, Jungkook cerró sus ojos y suspiró.

— No q-quiero pensar en eso, e-estamos en nuestra b-burbuja, no quiero s-saber nada más.

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