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○ PARTE ÚNICA ○

Eres un maldito desviado, Jimin. No te quiero más aquí, me das asco.

Las palabras podían dañar como cuchillas, cortarte en pedazos y dejarte cicatrices permanentes que quizá no podían ser vistas por el ojo humano, pero estaban allí palpitantes, recordándote que sin importar cuánto caminases lejos del lugar donde te hicieron daño las memorias de lo ocurrido no te dejarían dormir por las noches.

Jimin estaba muy herido.

Caminaba lentamente por la calle con la lluvia torrencial cayendo sobre si. Tenía frío y temblaba sin parar. El hecho de que no contará con una chaqueta para resguardarse del clima y tan solo estuviese con una camiseta de manga larga cubriéndole el torso era razón suficiente para darse cuenta de que algo no iba bien con él. Paso tras paso dejaba tras de sí las pisadas de un caminante aturdido. No tenía un rumbo ni un lugar al que llegar, tan solo se dedicaba a seguir su marcha y ver hasta dónde lo llevarían sus pies o el destino.

No estaba acostumbrado a pasar necesidades, no era un mendigo ni alguien en situación de calle... O al menos no hasta hacia unos días. Muy al contrario, Jimin era el tercer hermano de una familia de clase media, contaba con todo lo que necesitaba además de cosas triviales que podía pedirle a sus padres. Tenía un techo sobre su cabeza, una cama, un lugar para resguardarse de la lluvia... Y lo perdió todo por una razón bastante concreta.

Por ser un maricón desviado.

Siempre supo de su atracción hacia los chicos, no sé lo negaba a el mismo. Pero también tenía claro que su familia jamás lo aceptaría, sobre todo su padre que era un intolerante de primera que cada vez que se tocaba el tema en la televisión la apagaba para no tener que escuchar. Ya había aceptado que tendría que vivir una especie de doble vida para ser realmente feliz y que apenas pudiese mantenerse por su cuenta podría dejar de ocultar lo que era sin importar que su familia lo exiliase por eso (quizá, hasta le agradaba un poco la idea). Por lo que no se quejaba, tan solo contaba los días para ser un joven adulto independiente, terminar la universidad y largarse de allí para no tener que seguir ocultando lo que en realidad era.

Lo vi todo. Vi tu asquerosa computadora y todo lo que guardas en ella.

Había sido un tonto quizá. Pensó que sus padres ya habían impuesto la barrera de respeto hacia la privacidad de sus hijos y que en su laptop podría vivir en el mundo que consideraba perfecto. Jamás se dio el tiempo de limpiar el historial o de cerrar sus sesiones en las distintas redes sociales donde conocía a personas que también eran de la comunidad LGBTQ+ o de siquiera cerrar la página de su blog donde escribía como si fuese un diario de anécdotas. Es que nunca se le pasó por la cabeza que su padre sería capaz de ir hasta su cuarto para revisar su vida entera mientras el estaba en la Universidad. Quizá era un tonto, pero si lo hubiese sabido o sospechado nada de esto estaría ocurriendo.

Cuando llegó a casa ese día el ambiente era tenso. Saludo a sus hermanos y estos apenas lo miraron a los ojos. Luego fue hasta su madre quien solo le dijo "Ve a tu cuarto" con los labios apretados, ni siquiera un hola antes de mandarlo a lo que después se transformaría en su infierno personal. Finalmente subió las escaleras un poco asustado y cuando abrió la puerta de su habitación vio a su padre sentado sobre la cama con la laptop sobre las piernas. Jimin pensó que se moriría en ese instante aunque no tenía ni idea de lo que vendría sería mucho peor.

¡Eres un puto asco!

Gritos, golpes, dolor. Tres palabras que resumían la peor noche de su vida a la perfección. Su padre se encargó de dejarle muy claro en su piel con varios moretones y rasguños que no estaba dispuesto a tener un hijo homosexual y que prefiera que este muriera antes de que alguien más supiese de sus preferencias. Lloró hasta que no le quedaron lágrimas aunque eso no evitó que su padre lo echara de la casa con tan solo una mochila que tenía algunas prendas de ropa. Pidió perdón y hasta juro que cambiaría su forma de ser pero la decisión parecía ya estar tomada. Definitivamente su padre no quería volver a verle la cara nunca más en la vida.

Desviado. Eso es lo que eres. Un asqueroso desviado.

Sus pies no dieron más y cayó sobre algún pórtico de la calle con la vista nublada por las lágrimas que rodaban desde sus ojos y que se confundían con las gotas de lluvia que seguían cayendo de forma torrencial. Jimin estaba roto, sin saber a dónde ir y sin contar con el apoyo de nadie. Siempre fue un chico solitario, con ningún amigo en quien confiar y alejado de su familia porque estos eran pocos tolerantes. No tenía a una persona a la cual recurrir por lo que pensó que todo llegaría hasta allí, moriría siendo un un mendigo, no tendría oportunidad para remediar su situación...

Pero poco importaba porque el era un asqueroso desviado, ¿no?

Cerró los ojos porque el frío le calaba los huesos y lo único que deseaba era dormir. Se sentía tan cansado de la vida que enserio deseaba desaparecer de allí en ese instante y sin dejar rastro, además, de seguro a nadie le importaría que hubiese un maricón menos en el mundo. Siguió temblando por unos minutos hasta que la mente comenzó a apagársele de a poco. No sabía ni siquiera si tendría la fuerza para despertar después si hace días que no comía y cada ápice de valentía que tenía dentro suyo se le escapaba a través del aliento. No podía más, no quería más.

Bajo la lluvia el cuerpo de Jimin se desvaneció mientras el agua seguía cubriéndolo por completo. Se había entregado a manos del destino con el corazón echo un montón de añicos y ni siquiera le preocupaba el hecho de lo que pasaría con el después de eso...

Pero mientras Jimin perdió la conciencia un ángel bajó del cielo a tenderle una mano.



•   •   •



Cuando abrió sus ojos y no sintió frío algo hizo click dentro de su cerebro.

Se lava ti de golpe para quedar sentado logrando marearse un poco. Se suponía que el debía estar sobre el escalón de un pórtico donde se había desmayado mientras caminaba sin rumbo, no en una cama ubicada dentro de una habitación con paredes verdes y una pequeña mesita de noche al costado. Se asustó demasiado, no tenía ni idea de cómo había llegado hasta allí y tan solo deseaba salir corriendo para evitar cualquier desgracia que estuviese a punto de pasar. El hecho de que se encontrase en un lugar extraño le hacía imaginarse los peores escenarios dentro de su mente.

También se dio cuenta de que ya no llevaba ropa mojada, tenía una nueva camiseta y un pantalón perfectamente planchado. Fuese lo que fuese que estuviera pasando en ese minuto Jimin no podía tranquilizar su acelerado corazón. Se obligó así mismo a levantarse con cuidado de la cama tratando de buscar sus zapatos para salir de allí antes de que fuese demasiado tarde. Al poner los pies sobre el suelo y caminar parecía un pobre ciervo herido huyendo del cazador, tenía tanto miedo que esta vez temblaba por eso y no por el frío.

Apenas vio sus zapatos en un rincón de la habitación los tomó con rapidez para colocárselos en los pies. Estaba tan ensimismado en ello que ni siquiera se dio cuenta de que la puerta que estaba ubicada detrás de el se abrió para dejar entrar a una figura a la habitación.

− ¿Ya te vas?

Jimin da un salto y se da vuelta para encontrarse con el dueño de aquella voz. Cuando ve que se trata de un chico más alto que el con sonrisa grande y cuerpo firme solo puede sentirse pequeño. No entendía nada por lo que el miedo seguía carcomiéndole por dentro.

− ¿Qué es este lugar? −Pregunta en un susurro− ¿Qué hago aquí?

El castaño con piel ligeramente bronceada, varios aretes en las orejas, nariz ancha y paletas de conejo cubiertos por unos labios finos que había aparecido allí al parecer no le importaba mucho su pregunta porque simplemente entro al lugar y se sentó sobre la cama para luego mirarle con la cabeza ladeada. Jimin estaba intentando conservar la calma.

− ¿No recuerdas nada? −Pregunta de vuelta el desconocido y Jimin niega con la cabeza− Pues te encontré bajo la lluvia a punto de sufrir hipotermia. Tuve que traerte hasta aquí en brazos o hubieses terminado en el hospital.

Eso explicaba una parte pero no todo. Jimin miraba al chico frente a él perdiéndose en la quijada de este y el pecho ancho. En ese momento debería seguir perdido en el miedo y desconfianza, no disfrutando de la vista que le daba el cuerpo del desconocido. Rendido tuvo que correr la mirada hacia el piso antes de que sus mejillas se tiñesen rojas por la vergüenza.

− Gracias −susurra frotando sus dos manos una contra la otra−... Yo me iré, no tienes que hacer más por mi ni seguir manteniéndome en tu casa...

El chico se ríe y se cruza de brazos.

− Está no es mi casa, es un hogar de acogida y yo trabajo aquí −Responde sonriendo−. Dime, ¿cuál es tu nombre y por qué estabas bajo la lluvia en esas condiciones?

Jimin alzó la mirada para dirigir sus ojos hacia los del chico. ¿Un hogar de acogida? Jamás había estado en uno y siempre los había imaginado como lugares tétricos. Pero las paredes que le rodeaban en ese lugar eran cálidas y le provocaban una sensación de seguridad alejándose bastante a la imagen que había creado dentro de su mente.

− Jimin, Park Jimin −dice algo ido−. Me han echado de mi casa...

− ¿Por qué?

En ese momento duda en contestar pero mira al chico frente a él y se siente tranquilo. Jamás había hablado con alguien del tema y por alguna razón que no entendía sintió que podía confiar en el. Además, de alguna forma lo había salvado de morir en la fría calle por hipotermia, al menos debía darle las verdaderas razones por las que se encontraba allí.

− Mi padre... Mi padre se enteró de que soy homosexual... El me golpeó mucho porque yo le doy asco y no quiere verme más, no me dejará volver −siente como las lágrimas se le acumulan en los ojos y su voz comienza a quebrarse por lo que se tapa la cara con las manos−... Me odia y yo no tengo a nadie más... Estoy solo y asustado, no sé qué hacer...

El castaño parpadea un par de veces mientras habla para luego ponerse de pie y caminar hacia el. Por inercia, gracias a la repentina cercanía, Jimin da un paso hacia atrás listo para salir corriendo por la puerta que estaba abierta si es que era necesario. Pero en vez de recibir algún toque extraño lo único que sintió fueron unos fuertes brazos rodeando su delgado cuerpo haciendo que todo su interior se revolviera por completo.

− Estas a salvo, Jimin −susurra el castaño al abrazarlo−. Ya no tienes que temer. Me llamo Jungkook, puedes confiar en mí desde ahora.

Y lo hizo, claro que lo hizo.



•   •   •



Dos años después.

− Ya estamos llegando al final de la entrevista −escucha decir a la conductora del programa mientras está le regala una sonrisa amable−. Tenemos tiempo para unas últimas preguntas, Jimin.

El asiente dando la señal para indicar que estaba listo.

− Cómo uno de los mayores exponentes del movimiento homosexual aquí en la ciudad con una historia tan cruda como lo fue el ser abandonado por tu familia, explícame a mí y a los televidentes, ¿por qué están importante el día del orgullo para ustedes?

Respira un poco, quiere contestar de forma correcta.

− Las personas como yo somos discriminadas día a día de forma directa o indirecta. Hemos sido asesinados, golpeados, humillados y burlados tan solo por querer vivir nuestra vida a plenitud. Yo tuve la suerte de llegar a una casa de acogida para la juventud LGBTQ+ cuando mi propia familia me dio la espalda echándome a la calle, pero la mayoría no lo tiene. Creo fervientemente que esos hogares ni siquiera deberían existir porque una familia no debería quitarle su apoyo a alguien solo por tener una orientación sexual diferente o por identificarse con un género distinto al que muestran sus genitales. El odio tiene que parar ¿y como lo contrarrestamos? Con orgullo. Orgullo de ser quienes somos, orgullo de amar a quien nosotros queramos, orgullo de ser diferente. Abrazamos todo eso porque queremos tener los mismos derechos. Quiero casarme y formar una familia bajo el amparo de la ley. Quiero que se le castigue a la gente que hace daño a otras por su orientación sexual o genero. Quiero ser feliz sin que nadie me mire extraño. Quiero que mi vida entera sea un día del Orgullo LGBTQ+ constante... Por eso es importante, porque ese día se celebra a las personas que luchan por su felicidad.

La conductora asiente varias veces antes decir la pregunta final.

− ¿Y en este minuto eres feliz, Jimin?

Se le escapa una sonrisa antes de contestar.

− Sí lo soy. Tengo una familia detrás ahora y es el movimiento LGBTQ+, por ellos lucharé hasta que no pueda más e intentaré dar lo mejor de mi para provocar un cambio... Además, he encontrado el amor y el amor es todo lo que necesito en este minuto.

− Eso es muy bello, enserio −susurra la conductora sonriendo−... Con esto llegamos al final del programa, muchas gracias por acompañarnos Park Jimin.

− El gusto es mío.

Las luces se apagan y la entrevista llega a su fin. Se despide con un abrazo de la conductora antes de quitarse los distintos implementos que le habían colocado cuando entro al set. Esperaba haber dicho todo correctamente para dejar algo de conciencia en las personas que lograsen verlo a través de la pantalla. Le habían puesto un gran peso sobre los hombros que acepto con gusto porque significaba una puerta más que se abría para la comunidad LGBTQ+. Jimin no podía más de orgullo en su pecho aunque el nerviosismo seguía ahí haciendo que se preguntará si había dicho todo lo que debía decir...

Pero las dudas se esfumaron cuando siente unos fuertes brazos en la cintura y un aroma masculino que conocía muy bien.

− Lo hiciste de maravilla, amor −susurra una voz en su oído.

Jimin se da vuelta con una sonrisa en el rostro para mirar a su novio de hace un año y medio. Una de la razones que lo había llevado a estar parado allí en ese momento era por la ayuda que este le había brindado para poder levantarse del hoyo de angustia en el que había caído. Se sentía profundamente agradecido de aquel bello chico que se apiadó de el un día de lluvia cuando todo parecía perdido.

− ¿Te hice sentir orgulloso de mi? −Le pregunta mientras pasa sus brazos por el cuello del castaño.

Jungkook le sonríe de la manera más bella que alguna vez vio.

− Desde que te conocí estoy orgulloso de ti, bebé. Nunca había visto a alguien trabajar tan duro por lo que cree y soy el más afortunado por tenerte a mi lado −dicho eso deja un pequeño beso en la punta de la nariz de Jimin−. Te amo demasiado, no lo olvides.

Soltando una risita tierna Jimin le contesta:

− Yo te amo a ti, Kook.

Se funden en un beso que además de demostrar todo el amor que sentían el uno por el otro dejaba ver el orgullo que les inundaba estar con la persona que más amaban en este mundo sin importar lo que los demás pudiesen llegar a pensar de ello. Lucharían contra quien fuese para nunca tener que ocultarse y vivir tranquilos como cualquier persona.

Y esa es la historia de cómo Jimin se quedó sin hogar pero en encontró un ángel que le enseñó a sentirse orgulloso de quién era.






{ 🌈 }





Nota: Ahora sí me despido del Pride Month. Fue un mes bello donde hice varias actividades ayudando a la comunidad LGBTQ+ y me siento bien porque contribuí con mi granito de arena. Gracias a los que apoyan el movimiento o me dicen que les inspire para formar parte. Esas son las cosas que más me llenan porque de a poco se puede lograr un cambio profundo den la sociedad para que todos tengamos los mismos derechos.

Eso, disfruten 💕

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