Año: 2017

Dirección: Christian Mantilla.

Reparto: Benjamín Herrera, Yulieth Flórez, Humberto Arango.

Argumento: La película narra la historia de amor entre Omaira, una estilista que tiene muy pocas probabilidades de ser madre; y Ramiro, un mecánico y recolector de algodón, en medio de la tragedia de Armero.

Advertencia

Aunque parezca un cliché como una casa, esta historia está basada en hechos reales, y como tal, la resolución es de conocimiento público, por lo cual esta es la única parte y tiene "Spoilers".

Para aquellos que no sean colombianos o no conozcan la historia de la tragedia, esto ocurrió el 13 de noviembre de 1985, con la erupción del volcán Nevado del Ruiz en la madrugada. El pueblo de Armero se encontraba a 40 kilómetros del nevado, pero la mayor preocupación no era la lava, sino el agua. 

Al ser un nevado, el calor volcánico de la explosión derritió la nieve del pico, generando un desborde del rio. La corriente arrastró barro, convirtiendo a Armero en una mancha de lodo en el mapa. 

El volcán llevaba recobrando actividad varios meses, por lo cual varios especialistas lo estudiaron, llegando a al conclusión de que una tragedia era posible. Por más que se le avisara al gobierno, la respuesta fue que no había necesidad de evacuar. La negligencia causó la muerte de cerca de 20000 personas, sepultadas por el barro.

Tras este breve resumen de los hechos, empezaré con la crítica (si quieren saber más, los invito a consultar otras fuentes)

La película tuvo una recepción mixta, pues muchas personas elogiaban a los actores naturales y el homenaje, pero otras criticaban algunas actuaciones exageradas y el enfoque de la película. Yo formo parte del segundo grupo.

La venden como un homenaje a la tragedia ocurrida, pero lo que es, es una trágica historia de amor. 

Se centra en Omaira (otro problema) y su esposo, quienes tienen problemas para tener hijos, mientras se intercala con escenas de los expertos estudiando el volcán, los grupos de prevención como la Defensa Civil,  y los gobernantes negligentes. 

Siendo un hecho que todavía duele en el corazón del país, considero que debió tratarse de otro modo. La tragedia no se anuncia hasta varios minutos pasados de la película, centrándose solo en la historia de amor y sus dificultades, teniendo la erupción del volcán casi al final. 

En lugar de mostrar un romance trágico para que el publico trate de empatizar con ellos, lo adecuado hubiera sido darle un protagonismo a la gente real, empezando la tragedia mucho antes (como la mitad de la película o al final del primer tercio de esta) para mostrar también las consecuencias: las pérdidas más allá de un número, las labores de rescate más allá de una secuencia, las críticas al gobierno más allá de la que se hace desde el interior de queda quien al saber lo que pasó, el papel de los medios de comunicación (el hecho no se reportó hasta que un avión fumigador dio la alerta) y lo que le ocurrió a los sobrevivientes después.

La película apela al sentimiento ya interiorizado del público al ser una tragedia considerablemente cercana. Hubo momentos que me dieron pesar, pero la crítica interior que tengo decía que estaban mal llevados sin necesidad de verlos dos veces. 

Tengo que decir, que los actores naturales hicieron mejor trabajo que los profesionales, haciendo que me doliera honestamente verlos llenos de barro y llorando por sus familias, sin embargo, el montaje lo arruina todo.

Una secuencia orgánica del rescate se ve interrumpida por otra con un filtro y cámara lenta, seguida de cómo los que sabían que ocurriría se enteraron de la tragedia, cortando el ambiente creado de una manera horrible, combinado con una banda sonora inadecuada.

Ese es un elemento crucial en una película, ya que fortalece el ambiente generado con los planos, las actuaciones y el montaje de la imagen, sin embargo, para mi, la elección en esta película es inadecuada: Cuando se ven tomas del agua bajando por la montaña, se pone una música más bien épica. Entiendo que tal vez se le quiso dar grandiosidad al volcán, pero no era el momento. Esas tomas representan el inicio de una tragedia que pudo evitarse con una evacuación temprana. No quiero decir que debieran poner algo deprimente, pero sí algo que le dé el tono oportuno a lo que se quiere mostrar: miedo, tristeza y sorpresa.

Otro de mis problemas con esa parte de la tragedia, es cómo se recreó.

No soy de las personas que creen que el CGI y las pantallas verdes están mal. Para mi son una gran ventaja que se tiene para realizar una película o video siempre y cuando se tenga el presupuesto y manejo suficientes de ellas.

Armero demuestra que no lo tenían. Todo se ve antinatural incluso en el trailer, cortándole así el efecto de shock a quienes tienen un ojo más atento. 

Obviamente no podían hacer una avalancha de barro sin correr riesgos, con los extras o actores, pero era mejor tirar un poquito más de plata en el CGI y que quedara más pulido, dando más realismo a todo.

Una parte muy importante, y que no dejan fluir con el montaje, es la reacción de las personas que lo sabían y no pudieron o quisieron hacer nada. 

Ya nos habían planteado que el sacerdote tenía un presentimiento y un conflicto, pues obedecía a las autoridades al pedir calma a los ciudadanos cuando ni él mismo la tenía. Abandonó el pueblo por el miedo, dejando a las personas que confiaban en él, para enterarse al día siguiente que el miedo que sentía era real y que lo que temía ocurrió. La escena se muestra sin diálogo, silenciado por la banda sonora, con un corte horrible que, nuevamente, mata el ambiente. Y las demás no son distintas.

La película y el director tenían la voluntad de hacer algo bien, pero no lo lograron, cometiendo muchísimos errores en el enfoque del guion y el montaje, pero considero que el más grande de todos, es Omayra.

Para quienes ya conocían la tragedia de antes, sabrán quien fue esa persona.

Ignoro si la historia planteada en la película fue real más allá de la tragedia, pero lo que si fue real y que sigue doliendo a día de hoy, solo se incluyó en dos escenas para crear una relación entre la Omaira de la película y Omayra de la vida real.

Omayra Sánchez fue una niña de 13 años que quedó atrapada en los escombros  de su casa en una piscina de barro. Aguantó con las piernas atrapadas por una plancha de cemento por tres días, mientras periodistas grababan sus últimos momentos de vida y los rescatistas la trataban de sacar.

Ella es un símbolo de la tragedia por su tenacidad y ganas de vivir, por lo cual creo que hubiera sido una mejor protagonista.

Quiero tomarme el atrevimiento de decir lo que hubiera hecho yo:

Obviamente, la historia se centraría en Omayra, su vida y su familia, centrando la primera mitad en ella, las investigaciones del volcán, la negligencia política antes de la tragedia y la segunda mitad en las consecuencias de la erupción, el rescate, la lucha de Omayra por sobrevivir y lo que ocurrió con Armero después.

En cuanto al montaje, no incluiría los filtros de imagen usados, ya que lo que pudo usarse para potenciar una sensación o ajustar el ambiente, termina haciendo ver la película de mala calidad. Tampoco usaría sobreposiciones como transición, rescatando solo la caída del campanario.

Para mi, la banda sonora debe impulsar un sentimiento, no forzarlo, por lo cual no debe interrumpir los diálogos, que es en lo que debe caer la fuerza emocional. En el momento en que cae el lahar, yo hubiera usado una banda sonora como la que describí anteriormente o ninguna, dejando solo los sonidos ambientes en la noche, con lo cual se genera una asociación con la fuerza natural y un miedo a esta, además de ser lo que escucharon la víctimas ese día, con lo cual el espectador se introduce más en la situación. 

Sobre el CGI, hubiera tirado la casa por la ventana con tal de que se viera bien, pero hubiera preferido los efectos prácticos de ser posible.

Cuando hablé con mi madre después de ver la película y le comenté el enfoque que yo le habría dado, me respondió que de Omyra no se sabe casi nada. Su vida era tan normal que no hay documentación más allá de la tragedia. Lo que ignoran muchos, incluso los periodistas que reviven sus últimos momentos cada 13 de noviembre, es que su madre sigue viva. Suele n preguntar por ESE día, más no por lo que era Omayra antes de Armero. Nada le costaba al director (que también es el guionista, productor y editor de esta película) entrevistarla y hacer una buena película centrada en lo que se debe.

En conclusión, la película tenía potencial, pero se desperdició excusándose en tratarse de una herida aun abierta en el publico objetivo, haciendo algo mediocre a mi modo de ver.