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|15| Un Nuevo Dia

D R A G O N  S T O N E

Las alianzas iban tomando sus riendas, con el apoyo del norte y del valle del Arryn, el ejército de Vaenyra Targaryen iba tomando forma. Solamente faltaban el apoyo de varias casas cerca del este, para que el ejército esté listo para las órdenes.

Daemon Targaryen había sido enviado a aquellas tierras y desiertos de Dorne para asegurar las alianzas en la ausencia de su Reina. Sin embargo, el había tomado otros caminos.

Los Maestres vieron a la gran Reina Roja descender dentro de las montañas luego de largas horas de vuelo sobre el mar angosto, asegurando que los barcos de la Serpiente Marina estaban cumpliendo su parte del plan. El dragón apoyo sus grandes garras sobre las rocosas plataformas hacia la base de concreto que daba una entrada subterránea al castillo negro. Una vez quieto, Rhaenys Targaryen descendió con ayuda de aquellos hombres con cadenas en su cuello, su largo vuelo por fin había dado fin; ahora tanto ella como su dragón debían alimentarse y dormir unas horas.

Mientras se sacaba los guantes de cuero, observo a la figura de Daemon Targaryen salir con su impecable armadura de combate, dispuesto a salir a volar.

-Nos vamos -fue lo primero que dijo como "saludo". La mujer más grande lo miro con sus párpados caídos y una mirada incredula, acababa de llegar- Iremos a volar.

-Yo sola patrulle miles de kilometros a mar abierto -Rhaenys se despojaba de sus guantes de cuero para luego entregarselos a los maestres- Sin cesar, para mantener el bloqueo. Meleys debe comer y descansar. Y yo tambien -prosiguio a caminar con los pies pesandole como rocas pesadas, pasando por alado de Daemon quien de inmediato, la agarro de su antebrazo para detenerla.

-Iremos a KingsLanding.

-¿Con que fin? -le pregunto ella, chocando miradas de forma electricas.

-Matar a Vhaegar -confeso por fin, soltandola con cuidado para mantener distancia- No puedo matar a esa perra sola, pero con tu dragon y el mio, podremos matar a Vhaegar y a su jinete. Un...

-"Hijo por un hijo" -ella lo interrumpio, terminando de completar su fase con una mueca de desacuerdo- Ya tenemos suficiente con lo que hizo Jaehaerys. ¿Que opina tu esposa?

-Mi esposa sigue ausente -afirmo Daemon con un tono seco, caminando unos pasos para sus dragones- Yo deberia estar en Harrenhall, formando alianzas, pero debo quedarme a leer una biblioteca sobre la guerra. 

-O tal vez esperar su regreso... -canturreo Rhaenys, volteando la mitad de su cuerpo para observar el temperamento de Daemon Targaryen, totalmente desesperado por querer ir a hacer algo estupido.

-Se ha ido muchos dias. Es mucho tiempo, esta expuesta -respondio Daemon, parando sus pasos para ver que Rhaenys no le prestaba mucha atencion en lo absoluto.

-¡Ella esta de luto!

-La madre llora mientras la Reina elude sus deberes -escupio con asco y enojo ante el exclamo de su ex suegra. Rhaenys tomo aire, antes de empezar a decir su respuesta:

-Fue un cuervo el que me trajo la noticia de la muerte de Laena -comenzo, soltando aquel aire frio que previamente habia tomado. Daemon, quien miraba por la rocosa salida, automaticamente la miro cuando nombro a su ex amada- Por semanas estuve en tormento, negandome a creer lo que me habian dicho -ahora empezo a caminar hacia su ex yerno, pisando fuerte contra el piso de piedra- Fue hasta que vi los restos mortales de mi hija que pude comenzar el duelo. -vio como el rostro de Daemon se habia caido por completo, nisiquiera podia mirarla a los ojos- Fue un cuervo y tu propia hija que afirmaron que Aerys habia muerto. Necesita saberlo con certeza.

-Fue tonta al ir sola... -murmuro su esposo, mirando el suelo y con un tono enojado, habia escuchado cuando ella se escabullo en medio de la noche en la silenciosa fortaleza para ir a su dragon e irse volando. Sin embargo, el solamente se quedo acostado en sus aposentos- ¿Y si Aemond la encuentra?

-Seria una lastima para Aemond -le respondio Rhaenys, logrando ganarse una sonrisa en los labios de Daemon- La Reina fue lista en alejarse. Me sorprende que no haya actuado de forma impulsiva, esto es mas de Rhaenyra.

-Si hubieras actuado cuando tuviste la oportunidad, la linea de Aegon se habia extinguido -Daemon se acerco un poco a la mujer para susurrarle aquella linea, con cierto enojo en sus palabras- ...Y mi hijo seguiria vivo.

Rhaenys no contesto, sabia que Daemon estaba enojado por su acto ante su esposa y por la negacion que Rhaenys le planto unos minutos atras. Asi que, en silencio y con una falsa sonrisa, se giro lentamente sobre sus talones y prosiguio a caminar hacia el interior de la fortaleza.

-Vuela conmigo. ¡Es una orden! -le grito el caballero de armadura negra, aun sobre su misma posicion. Aun asi, no logro llamar la atencion de la princesa.

-Lo seria si fueras el Rey...

Y con esa frase, la Princesa Rhaenys se habia retirado de su vista. Dejando otra vez, a un Daemon descontento.

-Podemos hacerlo una vez mas -Daemon se giro a un lado, viendo a una persona de impecable armadura negra con dragones enmarcados salir de la sombra- Como cuando era niño...

[...]

Las olas chocaban contras las grandes rocas de las montañas, dirigiendose con una gran fuerza bruta hacia las costas de la bahia de pescadores, donde estos ultimos, se dedicaban a cazar los peces que venian de mas alla del mar angosto. Habia pasado unos dios tras el incidente con Aerys Targaryen y su dragon sobre la cruda y fuerte tormenta que habia habitado en Bastion de Tormenta.

Aquellos pescadores que se dedicaban a cazar peces comunes como Arenques y Salmones, dejaron de clavar su caña afilada contra los peces cuando escucharon un gran rugido proveniente de las montañas que los rodeaba.

Del cielo se asomo una enorme criatura de piel escamosa y garras del tamaño de una espada, sus enormes alas taparon gran parte del sol, mostrando una gran oscuridad. Los pescadores soltaron sus herramientas y empezaron a correr en direccion opuesta a la gran bestia de fuego.

Tras largos dias de busquedad, por fin... Vaenyra habia encontrado la bahia de aguas.

La bestia clavo sus garras sobre la fria y escurridiza arena para poder descender sin ningun problema, levantando una montaña de arena a su paso. Aquel dragon empezo a mover su cuello en todas las direcciones para inspeccionar la zona, viendo como los humanos habian desaparecido con su llegada, luego prosiguio a inclinarse a un lado. Vaenyra prosiguio a bajar algo desesperada de su dragon, casi cayendose en el intento.

Sus cabellos se despeinaban mas de lo que ya estaban con el viento, pero ella prosiguio a correr hacia una zona donde habia un pequeño barco pesquero con unas redes para cazar. Junto a aquel objecto mencionado, habia unos restos de hace dias. La joven se acerco a uno de los barcos, donde habia unos pedazos de carne partida en grandes pedazos.

Las manos de la Reina agarraron una red de pesca y la movieron a un lado, para apreciar la escamosa piel color cobre que correspondia a un dragon, ya caido. Sus dedos empezaron a temblar, tanto, que soltaron el pedazo de carne y lo dejaron caer a la fria arena. Sus labios tambien comenzaron a temblar y sus ojos se apretaron con fuerza, dejando derramar algunas lagrimas.

Por fin habia visto lo que tanto se habia negado. Habia encontrado los restos de Syrax... pero no los restos de su amado hijo Aerys.

De su boca se emitio un grito desgarrador, apretando con odio sus dedos contra su piel. Podia escuchar su corazon latir y bombear a mil por hora, pareciendo que se iba a detener en cualquier momento, escuchaba su respiracion y lo agitada que estaba. No podia respirar, se ahogaba con su mismo pecho pero a ella no le importaba. Su garganta se desgarraba por los gritos y sus negaciones.

Las rodillas de Vaenyra Targaryen chocaron contra la arena, dejando rendirse ante lo que estaba viendo. Todo su cuerpo habia dejado caer su cuerpo, se habia rendido ante los restos del dragon puesto frente a ella.

Sin embargo, nada de aquello iba a devolverle a Aerys Targaryen de vuelta.

[...]

Pasaron dos dias mas de viaje, cuando por fin la enorme bestia de nombre FuegoLugar y escamas blancas como el hueso humano, habia entrado dentro de la montaña de Dragonstone, tras un largo y cansador viaje de dias. Los maestres salieron corriendo para recibir al jinete que estaban esperando. FuegoLunar fue contenido para que Vaenyra Targaryen pueda bajar de su enorme bestia.

Aun asi, la Reina solamente bajo en silencio con una expresion neutra y sin agradecer la reverencia que hacian ante su llegada. Ella solamente se destino a caminar con pasos largos y firmes hacia el interior de su fortaleza. Sus pasos se mantuvieron en completo silencio mientras iba subiendo los escalones y se dirigia a la torre del Torreon.

Los abanderados y caballeros la escoltaron hacia aquella sala de reuniones, donde todo su comite ya la estaba esperando. Su nombre fue clamado cuando entro en el lugar, todos se levantaron de sus respectivos lugares para recibirla con respecto.

Su esposo, Daemon Targaryen, fue a recibirla a los escalones. Se quedo totalmente shockeado y sorprendido del aspecto muerto y dejado de su joven esposa, tenia la mirada perdida y sus ojos parecian que habian visto la muerte frente a sus ojos. Estaba neutra, perdida... disociada...

Antes que lo pase por alado por completo, tomo su antebrazo y la detuvo a medio camino. Pronto, unio su frente con la de su esposa que no podia ni mirarlo, tenia mirada perdida sobre el suelo, volviendo a recordar los pedazos de Syrax entre sus manos. Daemon no dejaba de mirarla un segundo.

-¿Encontraste lo que buscabas? -le pregunto en un tono bajo, solamente para ellos. Vaenyra no le respondio, solamente asintio repetida veces para luego soltarse y rodear la mesa para ponerse en la punta de la misma, delante de su asiento.

Jaehaerys observo cada movimiento de su madre en silencio, solamente respeto su lugar sin meterse en medio. Despues iba a hablar con ella. Junto a el estaba Luna, quien entendia completamente el dolor de su madre pero ella habia visto como habia pasado todo, de principio a fin, ella vio todo frente a sus ojos.

-Volare a Harrenhall en cuanto me lo ordenes -le prometio Daemon cuando todos ocuparon sus lugares. Sus ojos no paraban de mirar el demacrado estado de Vaenyra, junto a su aspecto tan dejado- Establecere un punto de apoyo en Riverlands.

-Majestad, el bloqueo de mi esposo en Gaznate esta en efecto -tambien nombro con un tono firme la princesa Rhaenys, junto a sus dos nietas- Todo comercio que viaje por el mar hacia Kings Landing cesara pronto.

Todas aquellas novedades que habian dicho, habian sido ignoradas por la Reina. Ella tenia la mirada perdida, no habia escuchado ni una sola palabra de lo que habian dicho.

-Quiero... a Aemond Targaryen... -fue lo unico que salio de sus labios, levantando su triste y pesada mirada, hacia su esposo- Quiero su cabeza...

Dicho eso, solamente se dedico a irse en silencio de la sala, donde todos bajaron sus cabezas por respeto. Vaenyra se dedico a irse por las escaleras, siendo observada por su esposo y su primogenito.

[...]

Vaenyra Targaryen

Mi cabeza repetia una y otra vez la misma imagen. Todavia puedo sentir la sangre de dragon debajo de mis uñas, mis dedos sienten la escamosa piel de reptil como si la estuviera sosteniendo. Aun puedo oler la carne podrida de Syrax dentro de mi nariz. Todavia lo siento...

El fuego de la chimenea se mueve con brusquedad, quemando la leña que me mantiene caliente en este gran salon. En la oscuridad de la noche.

-Madre... -fue lo que escuche seguido de pasos sobre la escalera. Yo parpadee varias veces, volteando rapido hacia mi derecha, viendo a mi hijo mayor bajar las escaleras, con un semblante serio e inexpresivo. Nuestras miradas formaron una sola. Yo sorbi mi nariz rapido, limpiando mis lagrimas que se habia esperramado por mis mejillas.

-Mi dulce niño -dije con un tono decaido, intentando esbozar una pequeña sonrisa. Aunque ambos sabemos que no puedo ni hacerlo.

-El señor de Arryn ha prometido su apoyo, a cambio de un dragon que vigile Vale -comento y yo asenti con lentitud, prosiguiendo a pararme del sillon de cuero y acomodar mis faldas- El norte... nos ofrecera tres mil hombres... -la voz de mi hijo se habia quebrado por completo, yo no dude dos segundos en abrir mis brazos y envolverlo en mi pecho. Ambos cerramos los ojos y empezamos a llorar en silencio, siento el dolor de mi hijo como propio La ultima vez que habia abrazado a Jaehaerys fue como hace mas de cinco años, cuando aun sus tios lo molestaban por su relacion con los dragones. Mi hombro se moja por las lagrimas de el, sus manos me apretan fuertemente para que no lo suelte.

El salon se lleno de nuestra tristeza y dolor.

-L-lo siento... -fue lo unico que salio de sus labios, titubeando. Yo negue con la cabeza varias veces, mis dedos apretaron mas su nuca y lo abrace con mas fuerza- Yo tuve que haber ido a Bastion de Tormentas... Nocturno y yo hubieramos acabado con Aemond...

-Sh... -le dije, no queria escuchar mas lo que paso esa noche.

[...]

Al cabo de dias, los barcos pesqueros me habian traido los restos de Syrax para un ultimo adios, como tambien se lo merecia mi propio hijo. Presente con mi esposo y mis hijos, junto a las dos hijas de mi esposo y los hijos de mi hermana.

Lunaerys se acerco al altar que se habia preparado y dejo un pequeño dragon de madera tallado a mano, con el que jugaban de niños. Jaehaerys agarro la espada de su hermano menor y prosiguio a hacer lo mismo, luego, agarro a su pequeño hermano Aegon en brazos y lo llevo para que el mismo tire un libro que siempre le gustaba leerselo antes de ir a dormir.

Veo sus caras de dolor, veo la cara de su ex esposa: destrozada, en shock. Todos fuimos afectados por la muerte de uno de los nuestors.

Finalmente y como Reina Madre, me acerque con cuidado, teniendo una manta de color rojo contra mi pecho y la tire junto a las demas cosas que habian dejado cada uno de los miembros de esta familia. Tome el lugar una vez mas junto a mi esposo, que enredo sus dedos con los mios, intentando calmarme.

-Dracarys... -dijo Jaehaerys hacia Nocturno que reposaba detras suyo, el dragon abrio sus enormes alas oscuras y abrio su gran bocota llena de dientes, lanzando una llama hacia el altar, seguido de los llantos de los demas dragones que presenciaban esto.

Jaehaerys tenia una expresion de odio, sabia que dentro de su mente estaba tramando las mil y una forma de matar a Aemond. Y esta vez, lo apoyo...







——⚜—
N/A:
Me encanta que este libro empezó siendo como protagonista nuestra princesa Vaenyra pero nunca nadie supuso que el verdadero protagonista y desarrolador de esta historia sea el mismo Padre de Dragone, su antagonista.

Apartir de aca empieza la 2da temporada que actualmente se trasmite por HBO.

♡♡♡

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