|14| El Principio del Caos
《Narrador Omnisciente》
KINGS LANDING
El mensaje de que los mellizos del Rey Aegon habian muerto a manos de un dragon se habia expandido por todo el reino. Los cuervos pueden volar rapido, pero las arañas aun son mas rapidas en tejer sus telarañas. Aunque todavia nadie sabia cual de los dragones habia ocasionado semejante acto tan horrible y desquiciado.
Dentro de la Fortaleza Roja ya todos sabian que fue acto de un dragon salvaje que habita en las montañas de la isla abandonada de los dragones, ellos ya sabian que habia sido otro acto de guerra por parte de los negros.
Aunque el que mas estaba al tanto de eso era el principe Aemond Targaryen, desde que volvio de Bastion de Tormentas habia decidido mantener el silencio respecto a la muerte accidental que provoco su juego enfermizo, ni su madre, ni sus hermanos sabian de lo que paso aquella noche. Cuando leyo el cuervo que llego desde Dragonstone, sabia que el mensaje era para el en especial.
«Ojo por Ojo, Hijo por Hijo...»
Esas habian sido las unicas palabras en el pergamino sellado.
Ahora mismo, todos se encontraban reunidos en la sala del consejo del Rey, esperando a decidir que medidas tomar con los "salvajes" que tenian de familia en la isla de RocaDragon, claro que no iban a dejarlo pasar por arriba, tenian que poner un orden.
-Esto es inaudito, la princesa Vaenyra cruzo la linea al matar a los hijos del Rey -exclamo la Reina Madre, Alicent Hightower, con un tono brusco y alterado. Sus ojos estaban muy abiertos y con una expresion de miedo- ¡¿Que podemos hacer!?
-Declararle una guerra a Daemon Targaryen y a su esposa seria el principio de la guerra, lo que ellos quieren -la detuvo su propio padre, Otto Hightower. Este se encontraba sentado frente a ella, con una postura firme- No podemos aceptarlo.
-Por los dioses, ellos ya dieron el primer paso, tenemos que defendernos -volvio a exclamar su hija contra el. Mientras que el mismisimo Rey contemplaba todo en silencio, al igual que su hermano menor- Mataron a dos de mis nietos. La princesa Rhaenys fue a contarles lo que paso aqui.
-Ellos saben que la corona quiere a la niña, a la princesa Lunaerys Targaryen -afirmo el Maestre sentado junto a Otto. Todos observaron al viejo de tunicas viejas y pesadas cadenas sobre sus hombros- Tal vez esta es su respuesta, ellos no van a permitir que la toquen.
-Las Princesas Vaenyra y Rhaenyra son capaces de traer fuego y sangre a la capital, junto a todos los dragones que tienen -lo detuvo el Lord consejero junto a la Reina Madre, robandose la atencion de los presentes- Vaenyra Targaryen es la amenaza, ella y su dragon.
-¿Y que, Daemon no lo es? -insinuo otro de los señores sentados, con tal sarcasmo en sus palabras- ¿Ya te olvidaste lo que paso en los peldaños de piedra? ¿o su guardia real en la ciudad? ¡El es la verdadera amenaza!
Y en ese momento, todos empezaron a discutir con todos, un gran bullicio invadio toda la sala, nadie podia hablar o escucharse con claridad, todos peleaban acerca de la verdadera amenaza.
Pero en un segundo, Aemond Targaryen se levanto con brusquedad de la mesa (aproposito), callando a todos los adultos que estaban en la sala, llevandose su completa atencion. El principe miro a todos uno por uno, para luego enderezar su espalda y empezar a hablar como si el fuera el verdadero Rey de los siete reinos.
-La amenaza no es la puta de RocaDragon, o su maldito esposo. El peligro es mi sobrino y su dragon -les recalco con un tono seco y sus cejas fruncidas. Nadie dijo nada, lo seguian escuchando atentamente- Muerto Jaehaerys, todos esos cretinos que portan los estandares de nuestra hermana volveran corriendo a sus castillos y no nos molestaran mas. Y yo me subire al hijo de Balerion, como su nuevo jinete.
El silencio reino en toda la sala, solo se podia escuchar las respiraciones agitadas tras la confesion del segundo hijo de la Reina Alicent y el difunto Rey Viserys. Nadie se atrevio a decir lo contrario a aquello, solo mantuvieron su voto de silencio.
-Jaehaerys mato a los hijos de mi hermano, asi que yo ire por su hermana -continuo el principe de un solo ojo, sacandose el parche que ocultaba su cuenca vacia, causando aun mas impresion- Traere a Lunaerys Targaryen... y no me importa lo que arrastrare con ella.
Aunque dentro del principe Tuerto, su mente aun le mostraba aquella escena en Bastion de Tormentas, como su enorme dragon se tragaba y partia a la mitad al dragon del principe Aerys, incluyendo al mismo joven. Dejando que sus restos caigan al profundo mar, hundiendose en la oscuridad de la tormenta.
-Los rumores dicen que la niña predijo en sus sueños toda la guerra por el trono del Rey Viserys, ella vio quien gana y como lo gana -explico el viejo Maestre, frunciendo sus cejas blancas junto a su frente- Ella es la clave...
-Y Jaehaerys matara quien la toque -lo detuvo Otto, sabiendo que el nombrado tenia la misma sangre psicopata que el principe canalla- El desatara el caos.
-Pero sere yo quien lo mate frente a la puta de su madre -finalizo Aemond, dando su ultima palabra para luego retirarse de la sala con pisadas profundas y un azote a las puertas, dejando otro momento de tension en la mesa de reuniones. Nadie mas se destino a hablar tras la accion del principe, muchos mantenian su opinion aun en silencio, solo esperarian que el Rey Aegon decida que hacer.
Aegon Targaryen tenia la mirada perdida en la mesa, su rostro reflejaba una triste expresion: sus parpados estaban caidos y sus labios un poco abiertos. Su cuerpo estaba tirado sobre su trono de madera vieja, pareciera que no tuviera vida alguna, y solo fuera un cadaver que lo llevan de un lado a otro.
«Mi hermana es la heredera, no yo. ¿Que clase de hermano priva de sus derechos a su hermana?»
Eso era lo que estaba pensando el Rey, aunque sabia que el gran voto lo tenia su madre, la Reina Viuda.
[...]
DRAGONSTONE
Jaehaerys se dedicaba a observar las mojadas playas de su hogar desde el ventanal de su habitacion, con una expresion arrogante y soberbia, teniendo los brazos cruzados sobre su pecho. Habia permanecido en extremo cautiverio por dias, luego de lo que sucedio con Canibal y los bebes del Rey.
Lo habian obligado a darse un baño y cambiar sus vestimentas, pues aun portaba las sucias mudas que uso por dias con los dragones. Las doncellas peinaron y trenzaron su largo cabello platinado, dejando solamente dos mechones sueltos sobre su rostro.
Su madre, la Reina, habia ordenado a sus hombres a encadenar a los dragones bajo las montañas para evitar que causen mas estragos, pero eso solo causo que las criaturas se alteren y maten alrededor de diez hombres: caballeros y maestres. Todos, intentaron darle una orden pero ninguno les hizo caso.
Desde el ventanal de su recamara observaba a los dragones salvajes salir de la cueva, pues otros maestres habian intentado encadenarlos pero las criaturas usaron la fuerza para resistirse, hiriendo a varios hombres de la guardia.
Ahora todos se habian dado cuenta: Jaehaerys controlaba a los dragones, como el habia dicho. Incluso al temible Caraxes y a los peligrosos Syrax y FuegoLunar, hasta a los salvajes no domados y los bebes.
El estaba conectado a ellos, y ellos a el. Como si fuera un acto de brujeria, a el solo le hacian caso.
Continuando con la escena, las dos puertas de la habitacion se abrieron a espaldas del joven, pero este aun permanecia en su posicion. Las puertas habian sido abiertas tras largas noches estar cerradas.
-Es hora -fue lo unico que dijo una voz masculina. Aquella voz solo logro que Jaehaerys gire la mitad de su cuerpo para verlo, observo la figura adulta de su padre, con las manos detras de su espalda y su expresion fruncida.
Acto seguido, Jaehaerys era escoltado por su hombre y varios guardias de armadura oscura al salon del trono, rodeandolo para que no haga nada imprudente. Los hombres tenian sus espadas ya en mano en caso de atacar, pero el joven mantenia su menton en alto mientras caminaba con ambas manos detras de su espalda.
El grupo entro al salon del trono, donde estaban siendo esperados por la Reina, su hermana y toda su familia, esperando al invitado de honor. El joven fue llevado hasta centimetros de su madre, donde luego cada caballero tomo un rumbo distinto y Daemon fue junto a su esposa-sobrina.
Ahora el salon estaba en silencio, todos esperaban que la heredera hable, ella era quien clamo la reunion.
-Buenos dias, querida madre... -dijo su primogenito con sarcasmo, mirandola de una manera cinica. Su madre, le devolvio el gesto.
-Cierra la boca -fue lo que le contesto ella- Quince de mis hombres fueron atacados y heridos gravemente por los dragones. Pues parece ser que se negaron a ponerse cadenas por alguien.
Su hijo, solo subio sus hombros.
-Permaneci encerrado durante dias, no se de lo que me hablas -se defendio con ironia en sus palabras, pero en el fondo se estaban burlando de ella.
-Ellos te obedecen, estas conectado a ellos -le recalco ella, fria- Nuestros dragones ya no nos hacen caso, ellos se volvieron salvajes. -ahora, Jaehaerys le sonrio de manera burlona.
-Recuerdo haberles dicho que soy el Padre de Dragones, y si yo queria... podria hacer que los dragones se revelen contra sus jinetes -le recordo con un tono burlon, manteniendo su sonrisa de lado a lado, soltando una risa.
-¿Quieres ocasionar una guerra interna, sobrino? -exclamo la princesa Rhaenyra a un lado de su hermana. Jaehaerys la miro con pesadez- Son en estos tiempos que...
-Debemos mantenernos unidos, el puto dicho que siempre me dijeron -la interrumpio el joven, mas amargado que antes- Lo se, tia -e hizo una pausa- Pero parece ser que alguien decide estar en su castillo en vez de atacar a los usurpadores.
-Los Verdes no son enemigo para la heredera al trono, sus dragones no son enemigo de los nuestros -ahora fue su padre quien hablo, Jaehaerys revoleo sus ojos al verlo, tomando aire por su nariz- La guerra...
-La GUERRA -Jaehaerys lo interrumpio, elevando su tono de voz y recalcando aquella palabra con enojo- La guerra ya esta aqui, la guerra por el trono ya esta aqui... y es mi hermana quien vio todo lo que va a pasar.
A medida que hablaba, Jaehaerys se iba enojado aun mas. Y eso se pudo presenciar cuando todo el mundo presente empezo a escuchar los rugidos de cada dragon habitable en la isla. Las criaturas revoloteaban encima de la fortaleza mientras rugian del enojo trasmitido por el joven.
Vaenyra miro al techo unos segundos escuchando a las criaturas, para luego mirar a su hijo de vuelta de manera tensa.
-Cuando juegas al juego de tronos, tu ganas... o tu mueres -fue lo unico que dijo Jaehaerys, sembrando otro silencio en todo el lugar- Y sere yo quien mate a Aemond. Quiero que la Reina vea como el rey es devorado por su dragon. No me importa a quien arrastre con ellos.
En ese momento, Jaehaerys quiso darse media vuelta e irse, pero todos los caballeros lo rodearon en un parpadear y todas las puntas de las espadas se dirigieron a el, inmovilizandolo en su lugar.
-Dejenlo... -todos miraron a la pequeña mujer a un lado de la reina, quien sorprendio a todos con su palabra- ¡Dejenlo! -exclamo por un grito ahora.
Los caballeros dejaron de ver a la princesa Lunaerys para ver a la Reina, esperando su autorizacion.
-Sueltenlo... -musito su madre sorprendida sin dejar de mirar a su unica hija, y sus hombres bajaron sus armas de la misma forma.
Jaehaerys se quedo sin palabras, el veia a su hermana con sorpresa. Lunaerys tenia sus cejas fruncidas en una expresion seria, no podia creer que ella pidio eso. Sin mas que decir, Jaehaerys opto por salir del salon, dejando aquel aire de sorpresa.
[...]
《Vaenyra》
Luego de aquella reunion hace horas, mi primogenito se marcho de su hogar para descender a las playas y convivir con las criaturas tras largas noches sin verlos o saber nada de ellos. Era inevitable, el no puede vivir sin ellos y los dragones sin su padre. Y si yo le privo eso a mi hijo, el morira al igual que todas las criaturas en la isla.
Al igual que es irrelevante que siga encerrado en su habitacion, de una u otra forma el encontrara un pasillo secreto como yo a su edad y se escapara cuando todos dormiremos para permanecer unas horas junto a los dragones.
Por el balcon de la torre del torreon, viendo a Jaehaerys junto a varios de los dragones "adolescentes". Este es rodeado por los dragones que aletean sus alas con felicidad y mi hijo los acaricia a cada uno. Observo su sonrisa, lo que me cautiva.
Su sonrisa se habia esfumado en los veinte dias que el permanecio encerrado en su habitacion, ahora y en cuestion de dos segundos, su sonrisa volvio cuando salio del castillo.
-¿Mi hijo volvio a encontrarse con los dragones? -una voz valyriana hablo a mis espaldas, causando que tome aire por mi nariz y lo reprima por la boca.
-Los dragones son su unico motivo de vida, esposo -le respondi en el mismo dialecto, a la par que el se colocaba a un lado mio. Viendo lo mismo que yo- Su sonrisa volvio cuando los vio.
-Eso no saca que mato a dos bebes del principe Aegon para vengar a Aerys -me retracto Daemon con cierto rencor, a lo que yo giro la mitad de mi cuerpo para verlo con atencion- E hizo lo mismo con Sir Vaemond Velaryon.
-Tu hubieras hecho lo mismo -lo detuve, con una ceja arqueada. De cualquiera de las dos formas, el o Jaehaerys iban a cortarle la lengua- Y no me importa ahora, ahora lo entiendo a el. -ahora le respondi en el dialecto normal de los hombres.
-Jaehaerys dio el primer acto de guerra, Vaenyra -contesto Daemon con la misma lengua de los hombres- Alicent no dudara en venir a atacarnos, sera cuestion de tiempo para que la guerra empiece.
-Te escucho ¿asustado? ¿De verdad? -le pregunte con ironia y sarcasmo, jamas imagine que el diria esas palabras- Alicent dio el primer paso cuando oculto la muerte de mi padre, me robo lo que me pertenece y ahora, quiere venir a buscar a mi unica hija. Jaehaerys quiere mandarles un mensaje de lo que pasara si ellos vienen a Dragonstone.
-¿Ahora seguiremos el plan del psicopata de nuestro hijo? -insinuo y suspiro, comenzando a caminar por el pequeño balcon de la torre, mientras yo lo observo por encima de mi hombro.
-El controla a los dragones, asi que al menos que no quieras que Caraxes te devore vivo... -alargue mis palabras para captar su completa atencion- Debemos actuar, o Lunaerys sera la proxima.
[...]
《Narrador Omnisciente》
Mientras Daemon y Vaenyra discutian en la torre del torreon, ninguno se percato que la princesa de RocaDragon habia salido de su hogar, siendo recibida con las inclinaciones de varios hombres y maestres, la joven le respondio tambien con una inclinacion respetuosa para luego seguir su camino de bajar las escaleras hacia las playas de su hogar.
Ella ya no tenia miedo, ahora tenia que hacerlo.
Lunaerys Targaryen bajo las escaleras hacia las playas de Dragonstone, donde su hermano mayor se encontraba rodeado de varios dragones que lo apañaban en cariño y desesperacion, pues no lo habian visto en muchos dias. Cuando ella se iba acercando, varios de los dragones mas pequeños notaron su presencia y le dieron un gruñido de bienvenida.
Junto a los pequeños, todos los dragones ahi presentes se percataron y la presenciaron, incluso el mismo principe se percato de su presencia, dejando de acariciar a Ala de Plata, para verla con mas atencion y mantener su silencio. Ella se detuvo en un instante, cuando Zorax y Baño de Sangre se acercaron a ella de manera peligrosa.
-Lykirī -los detuvo la voz valyriana de Jaehaerys, los dragones se detuvieron a centimetros de la princesa- Māzīs... -ahora les pidio que regresen hacia el, las criaturas le hicieron caso tambien y retrocedieron, dandole el espacio a su princesa.
-Gracias... -le respondio su hermana en un susurro, conteniendo la respiracion. Sus ojos observaban a todas las criaturas que tenia enfrente, jamas habia visto a un dragon tan de cerca, veia el diseño de sus escamas y su piel, el color de sus ojos y con sus ojos dibujaba las lineas de cada criatura. Era arte para ella- Supuse que te encontraria aqui.
-Si no fuera por tu grito estaria encerrado en mi habitacion -le respondio el sin interes, levantando su mirada hacia la torre mas alta del castillo, donde observaba a su padre y a su madre hablar a la lejania- ¿De que hablaran?
-De ti... o de mi -le aseguro ella, mirando tambien a sus padre- No fuiste el unico que los sorprendio en el dia de hoy.
Jaehaerys esbozo una sonrisa de lado, pero que rapidamente la borro para acariciar a Solsticio.
-¿Que haces aqui? -le pregunto con un tono seco, mirando al dragon que tenia enfrente suyo- No es normal que recorras esta zona de la isla. O mejor aun, ¿por que me ayudaste en el salon? -ahora si volteo a verla con su pregunta- Despues de lo que te hice... -e hizo una pausa, mirando que la marca en su cuello aun estaba presente.
Lunaerys se incomodo, tapando aquella marca con los mechones de su cabello, mirando a otro lado.
-Ya he visto lo que va a pasar si no dejamos la diferencia de lado, vi como se arma una guerra en la familia y todos terminamos mal. Algunos se van a los verdes... otros, muertos -confeso ella mirando a otro lado, sintiendo la brisa en su rostro y como hace bailar a sus cabellos en el aire- Y esto era el principio del caos... si no nos arreglamos, empezara la muerte y guerra entre nosotros.
Jaehaerys empezo a escucharla atentamente con un tono shockeado, bajando sus manos de la criatura, acto seguido, todas las criaturas se dispersaron de ellos dos: comenzando a volar lejos o entrando en la cueva, dejando a los hermanos de vuelta.
-Si no nos aliamos... vi a padre asesinarte... -un nudo se formo en la garganta de la princesa, viendo a su hermano- Vi la muerte de nuestros hermanos y Jaehaerys... -hizo una pausa para tomar aire cuando sus ojos se mojaron- No va a terminar bien esto. Creeme.
-¿Por que padre me asesinaria? -pregunto y Lunaerys empezo a negar de lado a lado con lentitud, sus labios tamblaban y sus cejas se habian fruncido- Luna, debes decirme... tenemos que evitarlo.
-No es eso... la historia siempre cambia, una y otra vez... ya vi todos los finales posibles para nuestra casa y nuestra familia -ahora Lunaerys habia empezado a llorar por lo bajo, viendo a su hermano con los ojos rojizos y las lagrimas deslizandose por sus mejillas- Nuestras acciones cambian el rumbo del destino. Es el principio del caos.
Su hermano no contesto, no sabia que decirle. Estaba invadido por miles de preguntas que seguramente Lunaerys no podria contestarle en ese momento. La joven sorbio su nariz, tomando aire por su boca.
-Con decirte esto evite que esta noche padre te mate mientras duermes... y quiero evitar mas muertes, ya no quiero sufrir como paso con Aerys -siguio relatando ella, causandole un pinchazo en el pecho de su hermano.
-¿Viste la muerte de Aerys? -pregunto el aun mas shockeado, sin poder creerlo. Su hermana asintio, limpiandose las lagrimas- ¿Que paso esa noche?
-El tio Aemond quiso asustarlo, pero todo se salio de control cuando los dragones dejaron de hacerle caso a sus jinetes. Vhagar queria muerte, y Xynax no queria huir -le respondio, sintiendo el dolor en su pecho como si fuera propio- Aerys grito mi nombre antes que los dientes de Vhagar lo devoren, el me vio... no se como, pero me vio. -ahora Jaehaerys tenia respuestas, sabia lo que paso esa noche. El principe se alejo de su hermana para caminar hacia la orilla de la playa, donde el mar llegaba y mojaba sus botas de cuero, pero la princesa lo siguio por detras- Hermano, esto no es lo unico que he visto... vi toda la danza de dragones, vi cada muerte y cada final alterno, esto es el principio...
-¿Y que hay que hacer? -pregunto el tras unos minutos de silencio, mirandola por encima de su hombro derecho- ¿Que hay que hacer para evitar?
-No podemos evitar lo inevitable... pero podemos ganar la guerra, si hacemos las cosas bien como familia -le corrigio sus palabras, con un tono seguro y asintiendo con su cabeza- Mientras no cambiemos el rumbo, podremos lograr que madre se siente en el trono de hierro.
-¿Y si no?
Lunaerys tomo aire, enderezando su espalda.
-Sera Aemond Targaryen quien le ordene a Nocturno de devorarte vivo frente a nuestra madre.
¡¡¡
Volvi!
Despues de mucho tiempo, espero que les haya gustado el capitulo y comenten si les gusto.
Como leyeron, la danza de dragones es una guerra de decisiones, Lunaerys evito que Daemon mate a su propio hijo al contarle a su hermano, ahora la historia cambio su rumbo y el final sera otro, ellos decidiran mantener el orden de la guerra si quieren que los Negros ganen.
Y asi, el sueño original que predijo Luna en sus sueños se ira desviando, cambiando el final ya que como dijo ella, hay distintos finales tragicos y ella vio cada uno de ellos, como la muerte de Jaehaerys a manos de Aemond y Nocturno.
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