|13| Aquel Sueño
《Narrador Omnisciente》
Lunaerys se removia incomodamente en su cama, sus manos apretaban las pieles de abrigo con fuerza; apretaba sus ojos con fuerza; fruncia sus finas cejas con dolor; y movia su cabeza de lado a lado, como si estuviera negando.
Su respiracion estaba totalmente acelerada y le costaba respirar, pues lo que estaba soñando (o viendo) era devastador para ella.
La joven observaba a su hermano mellizo Aerys sobre su dragon Xynax volar en medio de las fuertes tormentas y truenos que habia invadido todo Bastion de Tormentas, su hermano tenia miedo y le pedia a su dragon que no se desconcentre, que habia un enemigo a su alrededor.
Una risa maniatica se perdia entre las nubes negras, causando que Aerys no pueda observar donde estaban con exactitud.
La lluvia impedia que los dragones vuelen mas rapido de lo normal, pero solo tenian que pasar ese trayecto para volver a casa.
Fue entonces que sin darse cuenta, una gran criatura estaba encima de ellos dos, y la luz de un rayo mostro el triple del tamaño de Xynax. Pero ni jinete ni dragon se habian dado cuenta de la presencia de la enorme criatura.
«¡Rybas, Xynax!» -gritaba repetida veces Aerys, Rybas se traducia como "atento" a la lengua tradicional, mientras se aferraba mas a las escamas de su dragon. A diferencia de sus padres, sus hijos habian aprendido a montar a su dragon sin una montura, ya que les resultaba mas facil y mejor a la hora de vuelo.
La instante preocupacion de no saber donde estaba Aemond y Vhaegar alteraba a Aerys, y eso tambien se le trasmitia a Xynax, a lo que ambos estaban algo anonados.
Fue entonces que empezo la persecucion, Vhagar habia salido de las nubes negras para dar un gran grito y abriendo su enorme boca con los dientes en forma de espadas, pero Xynax lo desvio rapido, comenzando a agitar sus alas con mas rapidez que antes.
Aemond solo queria asustar a su sobrino mientras le cantaba viejas canciones de la antigua valyria sobre un gato y un raton, siguiendolo para luego volver a la capital junto a su madre y su hermano el Rey, pero todo habia salido de otra forma:
De un momento para otro, los dragones habian sido consumidos por los enojos de sus respectivos jinetes, por lo que dejaron de volar directo a Dragonstone para comenzar una pelea en el aire, una danza de dragones.
Xynax habia lanzado una rafaga de fuego directo al ojo de Vhagar sin el grito de Dracarys, desconcertandolo un poco y dandole tiempo para que se esconda en las nubes. Vhagar podia ser mas grande en tamaño debido a sus años de batalla, pero Xynax era mas veloz.
«¡Dohaeras, Xynax!» -le indico Aerys a Xynax para que haga caso, pero era en vano porque ahora esto era un asunto entre los dragones. Aemond tambien le gritaba lo mismo a su dragon, pero Vhagar no iba a obedecerle en ese momento.
Y asi, los dragones comenzaron a danzar en el cielo, Xynax mordio a Vhagar para seguir huyendo, luego Vhagar habia escupido fuego directo a la cola de Xynax, ya que el dragon evito que el fuego queme a Aerys.
Los dragones no le hacian caso a sus jinetes, ahora era cuestion de fuego y sangre.
En un momento a otro, Vhagar habia desaparecido en medio de la tormenta, mientras que Xynax lo buscaba como loco de lado a lado, subiendo directo a las nubes y luego bajando una vez mas a la tormenta.
Aerys le seguia hablando en valyrio a su dragon para que vayan a su hogar, faltaba poco para aterrizar en las arenas de Dragonstone y estarian a salvo, ese no era el momento de la guerra. Aun asi, Xynax estaba cargado de furia.
Y fue entonces, que todo dio un giro a la trama: Vhagar aparecio en total silencio entre las nubes con su boca abierta, tomandolo de imprevisto a jinete y dragon que no estaban percatados de aquello. La enorme boca de la criatura trituro por completo al dragon.
«¡Luna!»
Ese fue el ultimo grito de forma desgarradora por parte de su mellizo, antes de abrir sus ojos con mucho panico y una gran bocanada de aire, estando totalmente asustada y alterada de ver lo que vio en sus sueños.
Aquel sueño (o vision) habia sido un mensaje, de su mellizo.
De sus ojos brotaban lagrimas y no podia calmar sus nervios, pues las lluvias y truenos afuera del castillo tampoco ayudaban ya que le tenia miedo a ese tipo de clima y mucho mas de noche.
Luna toco su pecho con mas miedo (sintiendo aquella escena como propia), habia visto lo que en verdad paso con Aerys Targaryen durante su regreso a casa. Aun desaparecido (sin saber si habia muerto o no) Aerys le mandaba mensajes en sus sueños y tenia mas predicciones acerca de ello.
Ella se percato que estaba en su cuarto en Dragonstone, pero estaba confundida cuando su hermano la nombro como si ella estuviera presente en esa batalla. Fue ahi que ella se levanto de la cama y camino directo al balcon, para intentar respirar y no ahogarse.
Habian sucedido meses desde el acontecimiento de su hermano, y todavia no se encontraba su cuerpo fisico en ningun lado. Algunos decian que Vhagar se lo trago, otros que la marea se lo trago y que ahora era un pescador sin memoria. Xynax cayo destrozado y lo engulleron las aguas azotadas por la tormenta de la bahia. Su cabeza y su cuello llegaron a la orilla, bajo los acantilados de Bastion de Tormentas, tres dias despues, conventido en banquetes para cangrejos y gaviotas.
Lunaerys observo las playas de la isla abandonada de Dragonstone, donde de la cueva bajo las montañas de montedragon salia un gran explendor rojo que parecia iluminar el mundo como si fuera de dia, mucho mas que las luces de los relampagos. Acompañado a esas "antorchas", un viejo y ronco rugido se escuchaba en ecos hasta salir del monte.
Alguien se habia metido en la cueva de los dragones.
[...]
Lunaerys se escabullo de sus aposentos vestida con una enorme piel de abrigo que le cubria hasta la cabeza, saliendo por detras de una de las paredes que daba una escalera directo a las playas de Dragonstone para evitar a los guardias que estaban de turno.
Aquella muchacha se retiro la capucha que cubria su pelo blanco, que se encontraba intacto sin una gota de agua, cuando habia llegado a la entrada de montedragon por las playas y prosiguio a caminar en completo silencio por el sendero de las enormes bestias.
Si algo estuviera pasando, Solsticio se lo haria saber. Solsticio era su dragon, un enorme dragon hembra de escamas amarillas palidas y ojos naranjas, del tamaño del dragon Syrax con enormes halas y una gran cola en forma de punta.
Con mucho cuidado habia llegado al corazon de Montedragon, pasando por los dragones de sus padres, sus hermanos y los salvajes. Nadie dormia en el corazon del monte ya que ahi, estaba el dragon mas viejo que los siete reinos creyo muerto tras la conquista.
Fue entonces que su cuerpo se quedo sin aire y se quedo intacta como una piedra.
El enorme dragon viejo Vermithor habia despertado de su larga siesta, Vermithor era un dragón macho viejo y poderoso. Sus escamas eran de color bronce y canela. Sus ojos eran descritos como estanques de bronce fundido. Su llama, en su máxima capacidad, podía derretir el acero y la piedra. A diferencia de sus hermanos salvajes, Vermithor estaba acostumbrado a los hombres y toleraba su presencia. Con mas de cien años de batalla, este seguia intacto.
Vermithor caminaba sobre una enorme plataforma en el centro de toda la gran cueva, mientras miraba algo que Lunaerys no llegaba a ver. Lunaerys aun estaba en shock, ni su padre ni su madre sabian que esta bestia habia despertado.
Luna intento irse por donde vino, pero sin querer pateo los restos de una oveja muerta, logrando llamar la atencion de Vermithor, quien giro todo su cuello y cabeza para percatarse de ella, pero Luna estaba mas asustada que nunca. La muchacha empezo a retroceder con mucho mas miedo cuando la criatura caminaba a ella con tal de devorarla, ya que no reacciono bien ante su presencia, pero entonces Lunaerys choco su espalda contra una de las columnas y se sintio aprisionada, viendo como la criatura estaba a centimetros de ella y todo su aliento chocaba con ella.
El dragon macho abrio su enorme boca con espadas filosas en forma de dientes, y ella cerro los ojos, conteniendo la respiracion.
-¡Umbās! -gritaron detras del dragon y este se detuvo. La bola de fuego que se estaba formando en su garganta se apago al escuchar la voz masculina- ¡Dohaeras, Vermithor! -le grito que obedezca esta vez mas fuerte y con enojo, ya que el dragon estaba haciendo contacto con la muchacha con el objectivo de devorarla- Vermithor... ¡Dohaeras!
Finalmente Vermithor se alejo de la muchacha y ella sentia su corazon latiendo a mil. La bestia volvio a su lugar de antes, junto al dueño de la voz y ahi Lunaerys observo al joven esperando al dragon encima del tablon.
-¿Jaehaerys? -pregunto su hermano mediante susurros, respirando con dificultad y las cejas fruncidas.
Su hermano tambien observo de quien se trataba del intruso, causandole molestia.
-¿Que haces aqui? -pregunto su hermano mayor mientras que con ambas manos contenia la mandibula de Vermithor que estaba enojado y suspiraba secamente- Vete, Luna.
-Vermithor... ¿¡Tu lo despertaste?! -su hermana tambien se altero un poco, comenzando caminar hacia ellos dos.
Fue ahi que Vermithor rugio y movio con mas enojo, logrando que Lunaerys se detenga en seco y Jaehaerys lo contenga con mas fuerza y una su frente con las escamas de la mandibula de la bestia.
Jaehaerys le trasmitia su enojo a Vermithor, y eso se podia ver facilmente.
-Vete, Lunaerys... este no es tu lugar -le replico con los ojos cerrados e intentando que Vermithor y el se calmen.
Tras lo sucedido con Aerys, Jaehaerys permanecio dia y noche con los dragones en total aislamiento del mundo humano. Dormia y comia con ellos, no hablaba con su familia y siempre salia a volar con ellos o combivia con ellos. Y fue ahi que decidio despertar a Vermithor.
-Hermano, pasaste meses aqui encerrado con los dragones y sin tu sangre, ya no te conozco... -musito la rubia con tal preocupacion y moviendo su cabeza de lado a lado- Despertaste a Vermithor, ¿Padre sabe de esto?
-Padre pasa dia y noche tramando sus tacticas contra el nuevo Rey, los dragones es lo que menos le interesa -le contesto friamente mientras acariciaba las escamas del dragon para calmarlo- Lykirī...
-Aegon y Viserys preguntan por ti, Jace y Luke lo hacen. Tu esposa Baela...
-¡Ella no es mi esposa! -le grito y ella tenso su mandibula con miedo, jamas le habia levantado el tono- Ella no es mi esposa, Luna... -se lo repitio ahora mas tranquilo- Lunaerys dejanos aqui.
-¿Que vas a hacer? ¿Ir a KingsLanding con Vermithor? ¿Que hay de Nocturno? -empezo a preguntarle varias veces, causando que su hermano empiece a murmurar cosas por lo bajo y cerrando sus ojos- ¡Este es el momento en el que debemos estar unidos como familia! ¡La guerra se acerca y...!
Y una vez mas, Lunaerys se callo de golpe cuando esta vez una mano envolvio todo su cuello con fuerza y la asusto por completo, logrando que Vermithor rruja y se ponga a espaldas de su nuevo jinete.
-La guerra ya esta aqui, la muerte de nuestro hermano la trajo... -le replico haciendo pausas. Mientras que Lunaerys intentaba respirar y sacar la mano de su hermano alrededor de su cuello- Y mientras tu no me decias que soñabas, yo desperte a la gran bestia que tuvo la conquista -apreto mas su cuello- Me he cansado de seguir a nuestros padres, que no tomaron ninguna venganza contra Aerys Targaryen... ahora yo decido que hacer.
-¿Trai-cionaras a t-tu Re-ina? -le dijo ella con dificultad, pero vio como los ojos celestes de su hermano se dilataban con mas enojo.
-No... actuare por ella -respondio Jaehaerys y detras suyo, Vermithor suspiro- Cuando suba al Trono de Hierro, mis hijos seran los unicos dragones en el cielo y te tomare como mi esposa para evitar que esto vuelva a pasar. Lunaerys Targaryen, la niña soñadora...
Lunaerys ya no podia respirar, estaba a punto de desmayarse por la falta de aire. Su mano dejo de arañar la de su hermano, ya no tenia fuerzas.
-Soy el Principe Dragon, el Padre de Dragones, hermanita -Jaehaerys acerco a su hermana mas a el, empezando a susurrar para ambos- Si quiero, puedo rebelar a todos dragones en contra de sus jinetes. Como Solsticio contigo... recuerda.
Y dicho eso, la empuja bruscamente lejos suyo, soltandola de una vez causando que Lunaerys se tambalee, y comenzo a caminar hacia Vermithor mientras ella retrocedia con miedo de su propio hermano.
Jaehaerys la observaba alejarse mientras iba con Vermithor y todos los dragones entraban en el corazon para ponerse junto al muchacho, "protegiendolo".
-Vete -fue lo ultimo que le dijo, para que Lunaerys empiece a correr directo a las playas de Dragonstone.
Una vez que se fue Lunaerys, Nocturno le resongo a su jinete mientras lo miraba, causandole un suspiro.
-No digas eso, Nocturno -pidio Jaehaerys en alto valyrio con un tono cansador y lo miro con amargura- Sabes que tengo razon.
Y sin mas que decir, se giro sobre sus talones para meterse mas a fondo en montedragon, queriendo ver los huevos.
[...]
Al dia siguiente, Lunaerys se encontraba con sus hermanos Aegon y Viserys, quien el primero aprendia del alto valyrio y el segundo jugaba con una de las doncellas.
Lunaerys se encontraba de pie frente a la ventana con una mano envolviendo su cuello y tapando las marcas que la mano de su hermano causo.
Aun no lo procesaba, no creia que la persona que vio anoche era su hermano mayor.
Estaba cambiado, la muerte lo cambio por completo.
Lunaerys se giro cuando escucho las dos puertas abrirse, viendo a su padre con los dos guardias que cuidaban la puerta desde el pasillo.
-Principe Daemon Targaryen -proclamo uno de los guardias para luego retirarse, dejando al principe bajar las escaleras y venir directo a sus hijos.
-Todos retirensen -fueron las unicas palabras de Daemon con un tono brusco para que todos (menos su hija) se levanten y se vayan. Aegon y Viserys fueron llevados por las doncellas y dejaron a padre e hija solos.
Cuando las puertas se cerraron, Daemon se acerco a su hija y bruscamente le saco la mano del cuello, pudiendo apreciar las marcas.
-Maldito hijo de puta -fue lo que dijo al ver el cuello de su hija y soltarla para dirigirse a la chimenea encendida- ¿Ahora quiere armar un ejercito de dragones en nuestra contra?
Lunaerys suspiro, el mismo caracter que Jaehaerys tuvo con ella anoche lo tiene Daemon ahora. Pues son padre e hijo, claramente son dos gotas de agua.
-El quiere vengar a Aerys, padre -Luna intento no armar problemas, le hablo de forma comprensiva- El quiere muerto a Aemond.
-¿Y cree que yo no quiero ello? ¿Cree no estoy haciendo nada? -insinuo el mayor con ironia, señalando la puerta con su mano mientras la miraba- ¡Todos queremos venganza!
-¡Pero el mas! -exclamo ella, callando a su padre- Fue Aemond quien mato a Aerys, el hombre que lo vivia molestando de niños y por eso le saco un ojo y una mano. Su asunto cambio las riendas.
Su padre chasqueo la lengua como si eso no importara, a lo que Lunaerys se enojo mas y se dirigio a el.
-Vi la muerte de mi mellizo y todo lo que pasara si no cambiamos los movimientos -Lunaerys tomo el brazo bruscamente de su padre para que la vea, ahora ella estaba enojada- Desde a nosotros muertos como yo esposa de Jaehaerys, el nuevo Rey de Westeros junto a sus dragones. DESGRACIA, tras desgracia.
Su padre no contesto.
-Padre, te lo suplico... cambien la estrategia -su tono disminuyo con preocupacion- O sera Jaehaerys quien reclame el trono de hierro.
[...]
Al dia siguiente, los guardias habian entrado a la cueva en montedragon y obligado al principe dragon a abandonar las montañas por orden de la Reina y que entre al castillo oscuro para una reunion.
Claro que al principio se rehuso, y los dragones se habian puesto delante suyo para evitar que se mueva, pero fue su hermano Aegon quien habia entrado para pedirselo, ya que el pequeño tenia una gran admiracion por su hermano mayor.
Siguiendo con la escena, Jaehaerys Targaryen entro en la Sala de la Corona mientras era escoltado por varios guardias para que no escape.
El joven se mantenia con una sonrisa falsa y las manos detras de su espalda, escuchando como todas las bestias salieron de la cueva para revolotear sobre el castillo.
-Principe Jaehaerys Targaryen, el Principe Dragon -proclamo Sir Erryk junto al muchacho, viendo a la Reina sentada en su trono.
La Reina Vaenyra estaba sentada en su trono, mientras que su esposo se encontraba de pie junto a ella y sus hijos permanecian a un lado en completo silencio.
-Que... fascinante reunion -dijo con sarcasmo el principe dragon, ya que parecia que lo estaban por juzgar por traicion.
-Permaneciste meses encerrado en la cueva con los dragones, mirate -proclamo su madre al ver lo sucio que se encontraba, su cabello estaba mas largo y sucio como todo su cuerpo.
-Soy el principe Dragon, el unico que puede mantener a los dragones bajo control, madre -respondio firmemente su descendencia, sin mucha importancia- Sin mi estarian perdidos.
-Sus jinetes pueden cuidar de sus dragones, mi dulce niño -le recordo ella con una falsa sonrisa- Pero ahora, me entero que quieres actuar bajo mi nombre.
La sonrisa de Jaehaerys jamas se borro en cada palabra.
-Actuo bajo tu nombre, no en tu contra -le recalco esta vez con un tono brusco- Hay una gran diferencia.
-Tu no vas a desatar la guerra, Jaehaerys. Tu hermana es la unica que sabe lo que hay que hacer -hablo su padre, alado de su madre mientras tocaba el mango de su espada- No vas a llevar a los dragones a KingsLanding.
-¿Y que? ¿Dejaremos que se junten la puerta mientras nos encondemos dentro? -insinuo con sarcasmo, borrando su sonrisa- ¿Que otro de mis hermanos muera?
-Ya perdi a tres de mis hijos por acciones imprudentes, no voy a dejar que otro caiga en batalla -contesto su madre tambien con un tono frio y elevando su voz- Pero no seremos idiotas.
-¡¿Y donde esta la venganza?! -ahora exclamo Jaehaerys a los gritos- ¡Fue Aemond Targaryen quien mato a mi hermano! ¡Quien perdio su ojo y su mano por mi! ¡El problema era conmigo no con Aerys!
-¡Suficiente! -grito su madre y el callo de inmediato. La Reina madre se levanto de su trono- No vamos a atacar de esa forma, no voy a peleae contigo, hijo mio.
-Recuerden que yo controlo a los dragones, y los puedo hacer revelarse contra sus jinetes -amenazo con un tono psicotico, abriendo mas sus ojos- Y ahora, controlo al temible Vermithor.
En ese momento, un abanderado entro rapido al salon del trono y fue directo a la reina, susurrandole lo que habia pasado.
Vaenyra no dudo dos segundos en mirar a su hijo, diciendole al abanderado que podia retirarse de inmediato.
Su hijo le sonreia con burla.
-¿Que hiciste? -fue lo unico que le pregunto con los ojos mas abiertos tambien.
-Mande un mensaje al nuevo Rey de Westeros, pero en especial a su hermano menor -comenzo el rubio platinado, acercandose despacio a su madre y a su padre- Ojo por Ojo... un Hijo, por un Hijo. O deberia decir, dos...
Eso fue suficiente para que Vaenyra se agarre de las faldas de sus vestidos y empiece a correr hacia el exterior de la isla, seguido de su esposo.
-¿Nos vamos? -Jaehaerys le hizo señas a Lunaerys, quien lo miraba con temor.
[...]
Una vez llegada a la bahia de Dragonstone, vieron al temible Vermithor en las playas junto a dos pequeños cuerpos envueltos en vendas por completo.
Vaenyra y Daemon se tensaron al ver a la enorme criatura despierta y fuera de la cueva, ellos no lo iban a despertar hasta que sea el momento.
-Mierda... -susurro Vaenyra al ver la criatura.
Jaehaerys bajaba las escaleras con tranquilidad y se acerco a su nuevo dragon, que de inmediato lo reconocio y dejo que el solo lo toque.
-Jaehaerys y Jaehaera Targaryen, los mellizos del Rey... -proclamo al ver los dos cuerpos sin vida sobre la arena- Un claro mensaje de lo que va a pasar, si alguien se quiere meter con nosotros -y los señalo- Esto, va por tus hijos Joffrey y Solaerys, y sobre todo... por mi hermano Aerys.
Dicho eso, el temible dragon canibal tambien salio de la cueva. El dragón negro como el carbón con maliciosos ojos verdes miro los dos restos de bebes como un manjar exquisito.
-Dracarys...
Y en vez de escupir una rafaga de fuego hacia los bebes, Canibal abrio su enorme boca y de un bocado se trago ambos cuerpos pequeños.
Sus padres miraron a su hijo con total shock, eso habia sido un nuevo acto de guerra.
El arte de la guerra.
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