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|08| Mas Alla de la Costa

《Vaenyra》

La noticia de que Laena Velaryon habia muerto sacudio a todo el mundo. Y lo sucedido no tardo en hacerse saber en todos los Reinos.

Un suicidio, eso es lo que habia pasado realmente pero todos lo aclamaban como una muerte a proposito. Laena iba a morir de todas formas: o por su bebe, o por Vhaegar.

Fue en aquella noche en el que "tuvo" que dar a luz a su tercer hijo, pero el niño no salia de ella y como ultima voluntad, se arrastro hacia las oscuras playas de Penthos, rogandole a su dragon que acabe con su sufrimiento de una vez por todas y para siempre.

Solo espero que Daemon lo haya sufrido tanto como yo sufri a costo suyo.

Mis bebes lloran en mis brazos, a lo que empiezo a moverlos para que se calmen: el ruido de las olas golpear contra las piedras los altera un poco.

-Sh, sh, sh... -dije por lo bajo, viendo a Aerys llorar cada vez menos, mientras que Joffrey estaba calmado ya.

Observo el ataud de madera con el rostro tallado de Laena y su cuerpo yace dentro. Mi padre, Alicent y sus hijos, Laenor con nuestros hijos y los padres de la fallecida vemos lo mismo.

Hoy DriftMark es un lugar de silencio.

Mis ojos van directo a otra de las tantas rocas frente al agua (y a gran distancia nuestra) donde se encuentra un solitario Daemon Targaryen junto a sus dos hijas: Baela y Rhaena. El Principe Canalla se encuentra cabiz bajo, con su armadura oscura y su cabello al aire libre.

Sin embargo, nuestros ojos se conectan en un triste silencio sin salida. Los ojos de Daemon se desvian para romper nuestro juego y abrazar a sus hijas, que lloraban en silencio por su madre muerta.

Tomo mucho aire por la nariz, mirando hacia las aguas de Driftmark, esto va a ser muy incomodo.

Como dicta la tradicion de la casa Velaryon: Cuando un miembro muere, es puesto en un ataud y arrojado a las agus hacia el fondo de ellas, para permanecer de donde ellos salen. Como dice su dicho.

[...]

Luego del funeral, todos pasamos al silencioso castillo de la familia de mi esposo, donde mi padre y Alicent consuelan a Lord Corlys y la princesa Rhaenys, mientras que Laenor esta con ellos en completo silencio.

Por mi parte (y luego de darle mi consuelo a mis suegros) me destine a ir a la recamara principal donde dormia yo, para dejar a mis hijos.

Joffrey y Solaerys estaban durmiendo sobre sus respectivas cunas, mientras que Aerys y Lunaerys no paran de llorar y estar inquietos.

Suspiro con estres porque ya no se que hacer para calmarlos: les di leche, les cante la cancion de hielo y fuego, le mostraba sus juguetes o les hablaba y nada.

-Por los dioses, paren, por favor... -rogue por medio de los susurros, caminando por toda la habitacion mientras los muevo para que se calmen- Aerys, Lunaerys...

Mis hijos parecen llorar mas, a lo que me muerdo el labio. Sus dragones me miran desde el balcon de la habitacion, moviendo sus cuellos sin entender que hacer.

-Los llantos se escuchan en todo Drifmark.

Pare de caminar y gire en direccion a las puertas cuando escuche aquella voz hablando en Valyrio, quedandome totalmente en blanco.

Daemon estaba parado entre las dos puertas, apoyando una mano sobre el mango de hermana oscura, mientras que la otra la dejaba caer. Ya no porta su armaduda de guerra, sino su traje oscuro con mangas rojas.

Mi expresion neutra cambia a una seria, reincorporandome en mi postura para mirarlo mejor.

-Mis hijos no pueden dormir, el ruido los molesta -me defendi, mirando a mis dos bebes en brazos que parecian calmarse cuando escucharon la vieja lengua valyriana- Lamento eso.

Daemon suelta un "ja" sin mucho animo, para venir caminando hacia mi y ver con mejor atencion a nuestros mellizos. Sus enormes ojos azules ven con suma atencion a Daemon y lo inspeccionan desde todos los angulos.

-Jaehaerys estaba con los dragones, leyendo historias de la Casa del Dragon -me informo Daemon y yo asiento, ahora ya se porque no lo encontraba desde la despedida de Laena- No queria hablar mucho.

-Mi padre lo regaño por casi sacarle un ojo a Aegon en un entrenamiento, por molestarlo en la fosa -le dije el motivo, fue antes de que nos embarquemos a Dragonstone de vuelta y luego de que casi "asesina" a Aemond.

El peliplateado se rie, mientras que observamos que Lunaerys agarra su dedo indice con toda su manito, sin soltarlo.

Sus dos ojos se conectan, padre e hija.

-Ellos son Aerys y Lunaerys, ¿no? -me pregunto ya hablando en la lengua normal. Yo no le respondi, solo observaba lo que hacia- Mi pequeña princesa.

Y agarro a Lunaerys de mis brazos, para empezar a cargarla el y caminar por toda la habitacion, mirandola con un brillo en los ojos.

Es una preciosa imagen.

Me quede en silencio cuando Daemon empezo a cantar en valyrio, una cancion sobre una princesa y su dragon, una cancion de cuna que mi padre nos cantaba de niñas. Incluso Daemon la cantaba para mi cuando tenia meses de vida (o eso decian los maestres y las doncellas, el se escabullia en medio de la noche a la habitacion cuando todos dormian para cuidarme en brazos, a las afueras del castillo)

Lunaerys escucha con atencion la vieja cancion valyriana (como si lo entendiera) mientras que su padre pone su dedo por encima de su rostro para tocarla y ella envolvia aquel dedo en toda su manito, para no soltarlo.

-Tienes dos hijos y una hija -le recalque, subiendo una ceja, cuando termino de cantar- Y a tus gemelas con Laena.

Daemon voltea a mirarme, con una expresion burlona.

-¿No estaras celosa de que expandi mi sangre a Driftmark? -me pregunto con el mismo tono burlon, moviendo a su hija en brazos para intentar dormirla- Despues de todo, tu tambien lo hiciste -y miro a Joffrey y Solaerys dormir en sus cunas.

-Lo hice para mantener nuestro secreto, Daemon -le retracte con una expresion y un tono seco. Sabiendo de lo que hablo- Alicent le taladra la cabeza a mi padre respecto a mi crianza, por eso volvi a mi castillo.

-Eso no hubiera pasado si venias conmigo desde un principio -me volvio a recalcar y rodee los ojos. Para dirigirme al balcon junto a los cuatro dragones bebes.

Me va a torturar con eso hasta que me muera.

-Sabes que si quieres, te lo puedes sacar de encima -Daemon me siguio por detras, ahora los dos vemos desde el balcon a Laenor junto a Sir Carl coqueteando (aunque no se que ese el aqui), sobre las playas- Solo tienes que decirlo.

-Mmm... lo estoy pensando -le dije, mirando a mi esposo querido (noten el sarcasmo) coquetear- Pero sera raro que de la nada, ambos hijos de la Serpiente Marina mueran... por sucesos sobrenaturales.

Daemon rio, para luego ver a Lunaerys dormida en sus brazos ya. Al igual que Aerys sobre los mios.

Por fin se han dormido.

Ahora pude respirar tranquila, viendo el clima soleado de Driftmark, sabiendo que no nos quedaremos mucho en este lugar. Hay que volver a Dragonstone.

-Rhaenyra llegara a Dragonstone en unos dias, para la reunion -le informe. Ya que luego de esto, Daemon vendra con nosotros a Dragonstone para la reunion sobre el nuevo orden- Tenemos que buscar aliados.

-Lo se, Sir Harwin me mantuvo informado todo este tiempo -cabe recalcar que mi gran amigo, caballero y aliado murio raramente en Harrenhall, a causa de un incendio donde todos dormian. El, Sir Lyonel y todos murieron vil mente- Tuvo una muerte sobrenatural.

Muchos dicen que Harrenhall esta maldito y el que pisa ese lugar, no vuelve a salir. Otros, dicen que el lugar se creo en base a cenizas y sangre y eso les trajo tragedias.

-Dudo que haya pasado magicamente, Daemon -le confese mirandolo. Presiento que Larys tuvo que ver con algo, porai sabia que si su familia moria, el se convertiria en el Lord de Harrenhall- Por eso abandonamos la capital.

Cuando bajamos la mirada, vi como Aemon y Aegon se acercaban a nuestro hijo que leia y jugaba con los dragones. Para molestarlo.

-Idiotas... -susurre al verlos, los cuatro dragones bebes (que ya podian volar) soltaron un chillido en forma de grito y bajaron el vuelo directo con Jaehaerys, gruñiendole a los niños para que dejen de molestar a mi hijo.

-Ve... -y veo a Daemon- Ve con el.

Daemon acoge tambien a Aerys en brazos y me hace señas, indicandome que vaya abajo.

Sin embargo, escuchamos un fuerte grito proveniente de esa zona. A lo que Daemon y yo giramos nuestras cabezas rapidamente sin entender que pasaba.

Nos quedamos shockeados al ver a mi propio hijo Jaehaerys con una daga (la que mi padre me habia dado hace años con la cancion de hielo y fuego) clavada en el ojo izquierdo de Aemond, para luego ser retirada limpiamente.

¿¡Que mierda?!

-Uff... si que heredo mi caracter -bromeo Daemon al ver que su hijo le saco el ojo a Aemond y este se iba corriendo con el ojo sangrando con Alicent- ¡Bien hecho, hijo! -grito, pero dudo que Jaehaerys nos haya escuchado.

Golpeo a Daemon en el medio del brazo por gritar aquello, haciendo que el me mire sin entender por que lo hice. Yo lo veo shockeada y petrificada.

Mi padre me va a matar.

[...]

-¡Esto es inaudito! ¡Jamas tuvo que acercarse a mis hijos! ¡Te lo dije, esposo! -Alicent se encontraba gritando a los siete dioses, caminando por todo el Salon de los Nueve, mientras le decia a mi padre quien se estaba durmiendo en su silla y yo estaba de pie con los brazos cruzados frente a ambos- ¿¡Que pasaba si lo apuñalaba?! ¡¿Y si lo mataba?!

Yo ruedo los ojos y tiro mi cabeza para atras, no puedo creer que hace tanto escandolo por algo que SU propio hijo causo.

-Por los siete infiernos, Aemond ahora esta desmayado en una habitacion, mientras que los Maestres ruegan por el -la pelirroja suspiro y puso ambas manos en forma de jarron sobre su cintura.

Yo le sonrio, cuando me Alicent me miro con mas odio.

-¿Se ha puesto pensar que Aemond provoco a Jaehaerys, Majestad? -le pregunte con un tono "amigable" y con las manos entrelazadas detras de mi espalda.

-Eso no es posible, Jaehaerys persigue a sus tios por todos lados, intentando hacerlos quedar mal, el es una mala influencia -me reprocho de inmediato, mirando a mi padre para que le de la razon pero a el ni le importaba eso.

-¡Mientes! -exclame subiendo el tono. Mi hijo permanece dia y noche con los dragones, nisiquiera tiene tiempo para ir con esos dos engendros.

-¿Vas a mentirle a tu Reina? ¡Eso es una ofensa! -se defendio haciendose la creida, a lo que yo la miro ofendida por aquellas palabras.

-¡Tus hijos viven molestando a mi hijo dia y noche! ¡Estan celosos por su relacion con los dragones! -ahora era yo la que estaba gritando, señalando una direccion cualquiera con mi brazo. Alicent se cruza de brazos, esperando que mi padre la defienda en todo esto- ¡Tal vez tu maternidad no es muy buena!

-¡Eres una puta de mierda, desgraciada...!

-¡Suficiente las dos! -mi padre grito en todo el salon, callando nuestros gritos de un segundo a otro y dejando el saklon en silencio. Cuando lo vemos, el viejo Viserys se acomoda mas en su sillon de madera con incomodidad. Mi padre ya se encontraba cansado de la discusion y por eso no acotaba nada, prefiria dormirse a escuchar las quejas de Alicent- Por los siete infiernos... -y nos mira a ambas- ¡Parecen niñas discutiendo!

-No voy a dejar que tu esposa hable asi de tu nieto, padre -me defendi volviendo a cruzarme de brazos, con un tono seco- Jaehaerys convive dia y noche con los dragones.

-Ah, ¿Entonces insinuas que mis hijos son malvados? -insinuo Alicent y volteo a verla, ¿hasta donde quiere llegar?

-No me extrañaria sabiendo quien es su madre -escupi veneno como una serpiente de Dorne, mirandola de arriba a abajo.

Alicent iba a contestarme pero Viserys volvio a interrupir.

-¡Cierren la boca las dos! -volvio a gritar y suspiro, tirandose sobre su espaldar- Esta pelea no va a llegar a ningun lado, parecen niñas de quince discutiendo por un libro. Es estupido.

-Esposo...

-Si me deja hablar, Majestad.

Los tres nos callamos al escuchar la cuarta voz, a lo que giramos hacia la entrada del salon, viendo a Daemon Targaryen aparecerse de la nada.

¿Que hace aqui?

-¿Que haces aqui? -le pregunte frunciendo mis cejas, es el menos indicado para venir a dar su opinion sabiendo que hablamos de su hijo tambien.

-Estan hablando de Jaehaerys, asi que esto me concierne tambien, Vaenyra -Daemon me respondio mientras caminaba hacia mi y se puso a mi lado. Luego miro a Alicent (quien no lo queria ni ver) y a mi padre- ¿Puedo hablar?

Todos miramos a mi padre, que todavia intentaba actualizar la situacion de ahora.

-Por supuesto -dijo despues de varias segundos de recalcular todo.

Daemon y yo nos miramos, para que el empiece a hablar:

-Conozco a Jaehaerys hace meses, pero tengo una fuerte conexion con el -comenzo y reprimi un suspiro, mirando a un lado- Ese niño convive con sus dragones todo el dia, incluso Caraxes se dejo tocar por el. Es el Principe Dragon, el que los sueños de Aegon el Conquistador clamaban y...

-Al grano, por favor -Alicent detuvo toda su introduccion con un tono impaciente y parpadeo pesadamente. Mi padre estaba sorprendido de todo lo que su hermanito le decia, yo jamas le dije de todo aquello.

-Los dragones matan y vive por el Principe Dragon, y el permanece dia y noche con ellos -aseguro su padre, poniendo ambas manos detras de su espalda- Aemond y Aegon lo molestan porque su vinculo con los dragones es mas grande que con los humanos, Jaehaerys prefiere los dragones.

-Eso es nefasto, mis hijos... -Alicent volvio a callarse cuando mi padre levanto su palma, callandola para seguir escuchando a su hermano.

-Jaehaerys me contaba que vive en la fosa para evitarlos, pero a veces lo seguian para molestarlo mas -prosiguio y yo volteo a verlo- Mi reaccion seria la misma si tengo dos tios que prefieren masturbarse sobre la ventana por unas doncellas y por molestarme por leer con los dragones.

Y concluyo, balanceando su cuerpo de adelante hacia atras.

Alicent lo ve si poder creerlo, y no duda en agarrar las faldas de su vestido verde e irse mas furiosa que antes, echando humos por doquier.

Por perra malvada.

Los tres quedamos en un incomodo silencio cuando las dos puertas se cerraron cuando Alicent salio, mirandonos las caras.

-Jamas me habias mencionado de eso, cariño -me dijo papa y yo lo miro- El Principe Dragon... el que Aegon el Conquistador vio en sus sueños, es Jaehaerys -y solto una risa- Jamas me habia dado cuenta. Soy un tonto.

Pense que mi padre iba a regañarme por Jaehaerys, pero en vez de eso, se rie por algo que no le dije.

-Jaehaerys vive y se crio con todos los dragones, eso es entendible su fuerte lazo -continuo el viejo rey- A veces mis hijos son algo... impulsivos.

A veces no, siempre lo son.

-Pero eso no evita que deberas hablar con el, Vaenyra -me señalo, a lo que asenti lentamente. Eso lo se- Habla con el y enseñale el orden de las cosas.

-Gracias, papa... -le dije con una mueca no muy agradable. Me extraño que tome esa decision en vez de hacerle caso a su caprichosa esposa.

Le di una ultima mirada a Daemon, antes de decidir retirarme de ese salon para irme a ver a mis hijos.

En unas horas volveremos a Dragonstone, finalmente.

[...]

Dos Dias Despues | Dragonstone

Despues de un largo e intenso viaje, llegamos a Dragonstone por fin. Nuestro amado hogar.

Caminamos sobre la arena mojada junto a mi hijo que no habla hace dos dias, solamente se digna a hablar con Daemon y eso me preocupa un poco.

Laenor y yo caminamos a la misma altura, con nuestros hijos en brazos.

-¡Dragon!

Giro hacia mi caballero que grito a mis espaldas, viendo que un enorme dragon blanco paso por encima de todos nosotros directo a las colinas de mi hogar, para descender en vuelo.

Un hermoso dragon hembra de escamas blancas, descendio sobre las colinas de Dragonstone junto a FuegoDragon, Nocturno, Seasmoke y los cuatro bebes nuevos.

Una sonrisa se plasmo en mi rostro al ver ese dragon despues de diez largos años.

-Syrax... -susurre al verlo. Apresure el paso para subir las escaleras e ir directo con los dragones.

Me apresure a subir directo a las colinas de los dragones junto a Jaehaerys y Laenor, sintiendo todo el viento en nuestras caras por los aleteos que las criaturas hacian al descender.

Observe una figura femenina adulta bajar de Syrax, junto a un hombre de armadura blanca y dos niños pequeños que venian con dos dragones del tamaño de un ciervo blanco.

La joven de cabellos platinos y vestimenta negra al verme sonrio en grande, que no dudo en venir a mi apresurada.

-Hermana... -menciono Rhaenyra Targaryen, al verme y me abrazo de inmediato. Yo la abrace como pude tambien- Te he extrañado.

-Han pasado diez inviernos, hermana -le dije a punto de ponerme a llorar, con una sonrisa y Rhaenyra toca mi mejilla- Por fin, juntas.

-Parece que tengo sobrinos -sisario ella al ver a Jaehaerys y luego a los cuatro bebes en brazos. Jaehaerys abrio sus ojos enormes al ver a Syrax, sus ojos brillaban peculiarmente. Acto seguido, Jaehaerys se desprendio de mi para ir caminando hacia Syrax con los brazos extendidos con intenciones de tocarlo- No pequeño, Syrax no es...

Rhaenyra tenia miedo de que Syrax sea violenta o reaccione mal ante mi hijo, pero se callo cuando mi hijo estrello sus dos manitos contra la mandibula del dragon, comenzo a tocarla mientras que Syrax de inmediato se dejo, oliendolo.

Mi hermana se quedo shockeada, Syrax es como FuegoLunar o Caraxes, no se dejan tocar excepto por sus jinetes.

-Syrax jamas se habia dejado tocar por nadie... -susurro confundida Rhaenyra y me miro sin entender.

-Es el Principe Dragon, hermana -clame y ella se sorprendio. A lo que yo mire a su marido y sus hijos- Sir Criston Cole, ha pasado mucho tiempo.

-Es un gusto volver a verte, Vaenyra -menciono el castaño con una sonrisa y junto a sus dos hijos- Ellos son Jacaerys y Lucerys -me presento a los dos pequeños de cabellera castaña y ojos azules.

En ese momento, Caraxes descendio junto a los demas dragones tambien, donde Daemon no tardo en bajar y alcanzarnos.

-¿Empezamos?

[...]

Luego del reecuenntro, todos nos dirigimos a la Torre del Tambor de Piedra, en el patio interior, cuyos muros rugen y retumban durante las tormentas. En la parte más alta está la Cámara de la Mesa Pintada, una habitación redonda con muros desnudos de piedra negra y cuatro ventanas altas, estrechas y puntiagudas, cada una en un punto cardinal. En el centro hay una inmensa mesa de madera tallada por orden de Aegon I Targaryen en los días anteriores a la conquista.

Yo me encuentro sentada en la punta de la mesa de Westeros, acompañada de Daemon, Rhaenyra, Cristol Cole, Corlys Velaryon, Rhaenys Targaryen y los señores del norte.

El Consejo Negro.

-Una guerra se aproxima... -proclame, comenzo la sesion y todos me miraron- Cuando ascienda como Reina, se desatara la guerra... con los Hightower y los verdes.

Desde que Alicent irrumpio en mi boda con ese vestido verde, jamas ha dejado de usar ese color. Como dice el lema de su familia: el verde es el color que los abanderados de Oldtown usan para ir a la guerra.

Yo jamas deje de usar negro, como caracteristica de un caballero Targaryen previamente a la guerra.

-Mi padre podra morir en meses o en años, a lo que estaremos preparados -segui, levantandome de mi lugar y apoyar las manos sobre la mesa tallada.

-Lo que sea que haga, estaremos con usted, Majestad -proclamo mi hermana gemela asintiendo con la cabeza y se lo agradezco- Hasta la muerte.

-Volaremos en nuestros dragones a defender nuestra casa, Majestad -prometio Daemon tambien, copiando el gesto de mi hermana- Nadie la tocara a usted.

-La casa Velaryon y la casa Targaryen son grandes aliadas de la vieja Valyria -continuo Lord Corlys junto a Daemon- Los nueve mares y sus barcos son suyos, Majestad.

Agradeci las palabras de Lord Corlys.

-Liderare a los caballeros con honor, Majestad -asintio mi cuñado, Lord Cristol junto a su esposa.

Mi consejo esta armado, los Negros, ya estan armados.

-¿Empezamos? -les dije, mirando a todos y a cada uno.
























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Nota de Autora:

¡Hola!

No tenia pensando en subir capitulo hasta el lunes siguiente, pero  el domingo a la madrugada me ire de viaje hasta el 12/10 y no tendre tiempo de escribirlos hasta que despues que vuelva asi que aca les dejo un regalito.

Si en el capitulo de este domingo ocurren escenas "similares" a lo que escribi, claramente en el otro capitulo no lo pondre (como la despedida de Laena o la reunion del Consejo Negro)

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