|03| El Rey del Bosque
《Vaenyra》
Hace Dos Años | DragonStone
La tormenta habia azotado a todo el sur, era imposible volar hacia Desembarco del Rey por las fuertes lluvias y los rayos.
Debemos esperar a que se calme la lluvia, para volver cuanto antes.
Observo a mi tio Daemon frente a mi, recostado sobre una sabana de seda (en el suelo) mientras se apoyaba con la mitad de su cuerpo, apreciando cada rincon de mi rostro con atencion. Yo estaba frente a el, recostada boca abajo y apoyada sobre mis antebrazos.
¿Lo que nos separa? Una vela encendida en medio de nosotros.
Estamos en completa oscuridad (con solo una vela que nos ilumina a nosotros) en la recamara principal. Solos nosotros dos.
Podemos escuchar la lluvia caer y los rayos impactar sobre el agua.
Daemon portaba sus pantalones oscuros y su camisa levemente desajustada, pudiendo apreciar su pecho.
-...Su belleza era tal, que las mujeres y los hombres clamaban por el... -escucho con atencion la historia de mi tio- Cuando tocaba su arpa, el mundo lloraba, sentian lo que Duncan Targaryen les trasmitia. Melancolia, dolor, tristeza.
Duncan Targaryen, un gran espadachin y un gran musico hace cien años. Montaba al gran Canibal, un temible dragon tan blanco como la niebla que deboraba los restos de dragones y sus huevos.
-Decian, que bailaba con la espada. Cada movimiento era un paso de baile, tan perfecto -Daemon me ve fijamente, inclinandose hacia mi- La espada y el se convertian en uno, en un bailarin.
-¿Cual fue su pecado? -pregunte casi susurrando, interesada.
Cada Targaryen era conocido por tener un pecado original, un pecado que lo llevo al exhilio o a ser desheredado.
Daemon no me respondio, sino que se levanto con cuidado para colocarse detras mio (yo me habia sentado mirando hacia delante) se sento atras mio y tomo mi brazo derecho para elevarlo en el aire, mientras el lo guiaba y formando movimientos muy lentos.
Su mano estaba sobre mi muñeca (levemente apoyada) mientras mi mano bailaba en el aire, a un ritmo muy lento.
-Su pecado fue enamorarse... un amor prohibido. -susurro.
Con su otra mano, corrio mi cabello para dejar mi cuello descubierto, acercandose a el para platear un beso en aquella zona. La mano que estaba sobre mi muñeca bajo por mi pecho hasta plasmarse en mi cintura.
Mis ojos se cerraron ante el placer, mi mano habia dejado de danzar en el aire.
La larga camisa que llevaba puesta comenzo a deslizarse por mis hombros y cayeron por mis brazos, de una forma muy lenta.
-La tentacion... el jugueteo... -continuo relatando, mientras siento su aliento sobre mi piel desnuda- No pudo resistirse...
Sus manos que estaban sobre mi cintura, pero una de ella subio hasta mi seno y lo apreto levemente, haciendome gemir por lo bajo.
-Su deseo fue pecar... junto a ella... -su mano se mantuvo en mi pecho, mientras que la otra me quitaba la camisa para quedar casi desnuda frente a el.
La historia era asi, Duncan se habia enamorado de su sobrina: Jhaenyra Targaryen.
Un amor que los condeno de por vida.
Yo me di vuelta de inmediato, para apresionar nuestros labios y romper la tension que se habia formado. Mis dedos se entrelazaban entre sus cabellos lacios y los enredaban, subiendome sobre su regazo.
Mis manos terminaron de desatar su camisa y se la saque por completo, para trazar caminos sobre su pecho.
Ahora sus manos bajaron a mi cintura y de un tiron me levanto a mi y a el, para dirigirnos a la cama y apoyar mi espalda sobre el mueble, subiendose arriba mio.
Jamas rompimos el beso, lo fuimos intensificamento de una forma muy lenta.
Nuestros dedos se encontraron y se juntaron.
Cuando separamos nuestras bocas, nuestras frentes aun estaba unidas, viendonos fijamente.
En ese momento, solo eramos nosotros dos. Dos dragones. Dos Reyes.
Presente | KingsLanding
Parpadeo reinteradas veces, saliendo de mi flashback ocurrido hace dos años.
Todo parece que fue ayer.
Pasaron dos años desde que mi padre anuncio que se casaria con Alicent Hightower, alocandonos a todos los presentes ese dia.
Ahora (dos años despues), Alicent ha dado a luz a un niño varon: Aegon II Targaryen, el hijo siempre querido de mi padre. Y ahora esta embarazada nuevamente.
La Serpiente Marina hizo una tregua con mi tio Daemon, ahora los dos pelean en las peldaños de piedra contra el alimentacangrejos, los hombres libres.
Yo luego de esa enorme confesion, hui a DragonStone en FuegoLunar (aquella noche de tormentas) y fue mi reecuentro con Daemon.
El Reecuentro... y la despedida nuevamente.
Pasaron dos años de aquella noche, y jamas se me saco de la cabeza.
Rhaenyra se ha vuelto distante, con todos. Ahora se la pasa estudiando y causandole problemas a nuestro padre. Ya no es la misma que antes.
Ahora, nuestro padre nos obligo a una caceria real en busca de un Ciervo Blanco para nuestro hermano, con tal de ganarnos nuestro amor de vuelta, pero las cosas ya han cambiado.
-Ey... te dormiste -gire hacia mi hermana, quien me habia sacado de mi trance. Ahora recuerdo que estabamos en el carruaje junto a mi padre, Alicent, Aegon y las doncellas de ella, viajando al bosque- ¿Donde estabas?
Ahora todos me miran en completo silencio, esperando mi respuesta. Mis ojos se unen con el de Aegon, que tambien me mira.
-Nada -dije y parpadee, mirando al niño- Nada importante.
Aegon suelta un pequeño balbuceo hacia mi que hace reir (falsamente, obvio) a las doncellas de Alicent e incluso a mi padre.
-Parece que Aegon quiere ir contigo, Vaenyra -dice Alicent con una leve sonrisa.
Yo la miro con cara de desagrado. Podre ser la "Reina", pero soy mayor que ella y no es mi madre.
-Estoy bien, gracias -le dije cortando todos sus hilos con un tono seco, recostando mi cabeza en el hombro de mi hermana para volver a dormirme.
[...]
Habiamos llegado a los bosques del sur, donde todo el ejercito de mi padre se habian armado sus tiendas de campaña y festines por el fin de semana que se acercaba para la caceria real.
Ojala hubiera venido en FuegoLunar, asi podria irme cuando yo quisiera.
El interminable viaje llego a su fin, gracias a los siete infiernos. Bajamos del carruaje y nos dirigimos a una de las tiendas mas grande donde habia una celebracion con mucho vino, comida y musica.
Todos alabaron al pequeño Aegon, gritando "el Heredero al Trono", frente a mis narices. Dejandome totalmente enojada por aquel acto innecesario.
Las doncellas (o arpias, mejor dicho) de todas las casas estaban sentadas en un sector privado, chismoseando como buitres y viles viboras. Con Alicent escuchando todo y su gran vientre.
Mi padre y Otto estaban hablando con otros lores de lo que se llevaria a cabo en unas horas.
Agh... desearia que mi tio estuviese aqui para provocar algo.
Decidi permanecer fuera de las carpas, caminando entre todas las personas mientras que me saludaban con una reverencia. Me sentia tranquila.
No puedo creer que todo sea una GRAN fiesta por un niño que olvidara su cumpleaños dentro de unos años.
-Me pregunto princesa... si su cumpleaños numero dos fue igual a este -me gire cuando me nombraron, viendo a un caballero de armadura dorada con rojo, sentado en un banquete con una copa de vino. Observo el emblema del leon sobre su armadura.
-Honestamente no lo recuerdo, tampoco lo hara Aegon -digo subiendo mis hombros, aquel rubio de larga melena se encuentra mirando a un lado, dejando que vea su perfil nada mas. Tendra unos, treinta o cuarenta años, por ahi.
Cuando gire solamente un segundo para mirar unos pavos reales, el caballero estaba a dos pies de distancia de mi, casi sorprendiendome.
-No nos hemos presentado bien -dijo de inmediato- Lord Jason Lannister -este extendio su mano para agarrar la mia, pero yo me mantuve sin corresponderle. No lo merece.
-Me di cuenta por su armadura -dije. Y por su ego, claramente.
-No fuimos apropiadamente presentados -y chasqueo sus dedos, esperando que un sirviente venga y le entregue una copa llena de vino, que me la acerca.
-Su gemelo sirve en el consejo con mi padre.
-Tyland es... extremadamente aburrido -dijo intentando llamar mi atencion, mientras me ofrecia la copa que no tuve otra opcion que agarrarla- El mejor vino de miel que probara, hecho en Lannisport. Por supuesto.
-Por supuesto -dije falsamente, su ego se puede ver de aqui a kilometros. La familia Lannister jamas fue de mis agrados por aquello mismo. Prosigo a tomar un poco del vino, saboreandolo dentro de mi boca un poco para luego tragarlo.
-El bosque real es un buen lugar para cazar, pero el mejor esta cerca de CastelyRock, de mi hogar -dios, ¿este hombre no parara de hablar un segundo?- ¿Lo ha visitado?
-Desafortunadamente no, mi hermana y mi madre lo visitaron -le dije sin filtro. Y menos mal que jamas pise esa tierra- Siempre fui mas de viajar con Daemon.
-Deberia hacerlo, princesa. Yo podria escoltarla -dijo rapido y voltee a verlo- CastelyRock es mas grande que Hightower, que la muralla en el norte. No se compara con la isla de Dragonstone. Los ocasos son mas hermosos en un atardecer sobre el agua. -y se puso detras mio, para que ambos finjamos ver el ocaso, pero yo no muestro interes- En mi hogar no hay una fosa de dragones, pero tengo los recuerdos necesarios para construirla.
Yo frunci las cejas, alejandome rapidamente de el y girando para verlo. Estoy confundida.
-¿Por que quieren una fosa alla? -pregunte sin entender, ellos no tienen dragones.
-Para que guarde su dragon, princesa -dice, como si fuera CASI obvio. Pero no lo es- Haria todo por mi Reina... o mi esposa.
¿Esposa?
Carajo, ahora entiendo todo... todo fue plan de mi padre para casarme. Rechace todos sus pretendientes pero cada uno era peor que el otro. Un Lannister es mil veces peor que un Hightower.
Decido no responder, sino darle la copa e irme en silencio.
Mierda, papa.
Corro casi sin pensarlo, dirigiendome a los establos para subirme al primer caballo blanco, tan blanco como la leche. Sin mas, azoto las riendas para que empiece a correr como alma que se la lleva los siete infiernos.
Todos me ven, pero no me importa.
Me dirijo al interior del bosque, escuchando que los caballeros me llaman, pero no paro, solo acelero mas a mi caballo para que me pierdan el rastro.
Quiero estar sola.
[...]
Si algo aprendi de estar con Daemon, es a cabalgar y poder sobrevivir cona guia basicamente. Al menos algo hizo bien.
Creo que los perdi de vista.
La noche cayo cuando antes, ya les costara encontrarme, tendre que dormirme por aqui.
Veo el fuego que prendi con unas ramas secas y rocas, al menos eso me caliente un poco.
Estupida, estupida, estupida... fui muy estupida, debi darme cuenta en el momento que se acerco a hablarme.
Por los siete infiernos, Viserys. Sus pretendientes son tan horribles como su eleccion de casarse con Alicent Hightower y tener a Otto como un suegro-buitre.
Lo mejor de este momento, es darme cuenta que no hay buitres a mi alrededor y nadie me taladra la cabeza con comentarios estupidos.
Rhaenyra, dios... estara como loca buscandome y seguro discutiendo con papa.
A veces creo que me arrepiento de la propuesta que Daemon me hizo hace dos años.
Hace Dos Años | DragonStone
Los dedos de Daemon trazan lineas imaginarias sobre mi piel desnuda, mi cabeza esta recostada sobre su pecho, mientras acaricio sus largos cabellos con mucho cuidado.
Nuestras pieles desnudas estan cubiertas por las pesadas pieles que nos abrigan.
La oscuridad nos invadio por completo, solo podemos ver que la luna salio tras la lluvia y su luz entra por el balcon.
Ninguno dice nada. Estamos comodo con el silencio ajeno.
Sus ojos estan mirandome, pero yo miro un punto ciego, sin pensar en nada.
Estoy en paz, tanta abrumacion por la nueva esposa de mi padre casi me hace enloquecer. Pero ahora, estoy en paz.
-Puedes huir... -Daemon rompio el silencio entre ambos, pero yo no lo veo- Podemos huir, juntos...
Ahora si, lo veo. Dejando de acariciar su pelo para apoyar un brazo sobre la cama y prestarle mas atencion.
-¿De que hablas? -dije y el chasqueo su lengua, con obviedad.
-Puedes venir a vivir conmigo, dejar toda tu vida en Desembarco del Rey -dijo, tocando el collar que el me regalo y que aun yacia sobre mi cuello- Se que piensas en la nueva esposa de tu padre y lo que eso implica.
Yo no respondo, sino que suspiro y miro a un lado.
-Podemos viajar por el mundo y descubrir las nuevas tierras, tenemos dragones, Vaenyra -ahora toca un mechon de mi pelo, haciendo que lo vea con amargura- Nadie nos va a parar.
Una propuesta interesante. Huir con el, solo con el.
-Solo tienes que decirme que si y nos iremos al amanecer.
-¿Y dejar que me saquen el Trono? -lo mire lentamente, haciendo una mueca- No voy a dejar que eso pase, Daemon...
Actualidad | Bosque Real
Me arrepentire de por vida por ello.
En ese momento, escucho los arbustos moverse con gran velocidad, lo que me hace voltear para comenzar a buscar al provocante.
¿Los hombres de mi padre me encontraron?
Saco la daga que siempre cargaba conmigo debajo de mi vestido, una daga que Daemon me obsequio cuando cumpli diez. Mi madre casi la tira, pero logre esconderla bien todos estos años.
El ruido se movio a mis espaldas y yo gire rapido, se mueve a la velocidad de un dragon.
Cuando menos lo espere, aquella cosa salio de los arbustos disparada en mi direccion. Un jabali salvaje.
El jabali se avalanzo sobre mi y yo grite cuando salto y me tiro al suelo con mucha fuerza, intentando morderme. El animal comenzo a forcejar conmigo que lo sujetaba del cuello para que no me muerda pero esta a centimetros de que si lo haga.
Veo sus grandes dientes y esos dos cuernos que le sobresalen, este tira tarascones que yo esquivo moviendome de lado a lado.
Como impulso (y dandome cuenta que la daga estaba a un lado mio) la agarro en un reflejo y se la clavo al jabali en medio del cuello, logrando que ya no me ataque y chille del dolor.
Tiro al jabali a un lado, pero ahora yo me subo arriba suyo y empiezo a apuñalarlo varias veces, una tras otra. El cuchillo entra y sale muy rapido.
La sangre me salpica en todo el rostro y mi cabello, pero yo sigo apuñalandolo reiteradas veces.
Empiezo a llorar mientras lo hago, cansada de todo lo que paso en estos ultimos tres años desde que mi madre murio y como eso fue un giro a la trama. Las decisiones de mi padre y mi futuro venir.
De mi boca sale un grito desgarrador, jamas pedi esto. Jamas pedi lo que tengo.
En un momento para otro, solte el cuchillo y ahora comence a llorar simplemente, abrazandome a mi misma y queriendo a mi madre de vuelta, que todo sea como antes.
-Mama... -gemi de dolor, me gustaria que venga a abrazarme y que me diga que todo estara bien.
Me sente sobre la tierra a llorar mas fuerte, por los siete infiernos, quiero volver a lo de antes.
[...]
Al Otro Dia
De tanto llorar me quede dormida sobre la tierra en lo alto de la montaña y bajo un arbol, suerte que el rayo de luz no me dio en la cara.
Me desperto otra cosa: un olfateo cerca mio y unos peculiares sonidos silvestres.
Gire un poco mi cuerpo, viendo al causante junto al cuerpo del jabali muerto, oliendo al animal y como buscando algo en el.
Di un chillido al verlo, retrocediendo hacia atras y llamando la atencion del animal. Me quede plasmada cuando lo vi, jamas visto algo igual.
Un Ciervo Blanco. El ciervo que todos buscaban.
El Rey del Bosque...
Su pelaje es tan blanco como la nieve recien caida del cielo norteño, un suave y apomponado pelaje, con unos enormes cuernos muy afilados y altos. Aparte de que su tamaño triplica que el de los ciervos normales. Tiene ojos opacos y muy observadores.
Es tan hermoso, su pelaje brilla mas en la luz solar.
Me levanto con sumo cuidado de no asustarlo, no voy a matarlo. No lo merece en lo absoluto.
El animal se inclina ante mi, como una reverencia. Para luego dar dos pasos hacia mi, y yo doy dos hacia el tambien.
Poco a poco nos acercamos y cortamos la distancia, el ciervo inclino su cabeza hacia mi, dejandose acariciar por mi persona.
Y asi lo hice, mi mano manchada de sangre toco el pelaje de su cabeza con mucho cuidado, sintiendo la suavidad y su hermoso pelaje blanco.
Ahora mis dos manos lo acarician con cuidado.
Parece que es uno de los dioses reencarnados en un ciervo como un noble portador del mensaje. O una señal.
Un guia espiritual.
De un momento a otro, el ciervo ya no se deja apreciar y retrocede dos pasos hacia atras. A lo que yo tambien retrocedo mis pasos.
Como ultimo movimiento, el ciervo vuelve a inclinarse hacia mi y se da media vuelta, para irse lentamente caminando por su camino.
-Ve con cuidado, mi Rey... -susurre cuando lo veia alejarse. El Rey del Bosque debe tener mucho cuidado al andar sin una manada que lo proteja.
Creo que es momento de que yo vuelva tambien.
[...]
Volvi caminando al campamento mientras mi caballo caminaba junto a mi, esto nos costo toda la maldita mañana.
Llegamos por fin al mediodia, donde todos se estaban dando un gran festin pero que al verme, el mundo se detuvo.
Todos vieron llegar a su futura Reina (despues de huir al bosque desde ayer al mediodia) bañada en sangre de arriba a los pies, con los cabellos alborotados y respirando algo cortado.
A lo lejos (pero cada vez mas cerca) estaba la gran mesa principal: mi pade con su hijo preferido, su esposa y todas las damas viboras y doncellas de ella. Rhaenyra estaba junto a Sir Cristol.
Los herreros, los carniceros, los caballeros, las damas y lores, todos y cada uno me veia pasar por alado suyo pero nadie me decia nada, solo me analizaban.
-Vaenyra... -susurro mi padre al verme de arriba a abajo, sin soltar a su hijo.
Finalmente, me pare frente a la mesa principal, sin responder.
-Hija, ¿que te paso?
Yo mire mis vestimentas desgarradas y ensagrentadas, a lo que subi mis hombros.
-Un jabali me ataco pero lo mate... -dije con la mirada perdida, escuchando las exclamaciones de las demas doncellas- Pero estoy bien, gracias por mandar a tus guardias a ayudarme y evitar que un animal me debore.
Mi padre no sabe donde meterse, las palabras no salen de su boca. Pero yo prosigo a caminar para alejarme de ahi, acercandome a mi hermana que me abrazo de inmediato.
El unico abrazo que vale la pena.
-Dios, hermana... ven -Rhaenyra comenzo a llevarme hacia el interes de la tienda junto a Sir Cole, quiero una ducha y comer algo, lo que sea.
[...]
-El ciervo era muy hermoso, era un Rey... -digo tan extasiada con la belleza del animal hacia mi hermana- Tenias que verlo, el se inclino hacia mi y se dejo acariciar...
Rhaenyra peina mi cabello con cuidado, luego de darme una ducha y volver a nuestro hogar de vuelta, por fin.
Ahora estamos en mi habitacion, hablando de todo lo que sucedio en el bosque real.
-No puedo creer que papa te quiera casar con Lord Jason...
-¡Un Lannister! -la interrumpi exclamando y ella se rio- Con lo que detesto a las Lannister, eso fue el colmo.
-Este es el pretendiente numero veinte que te presenta y rechazas. Bien hecho, hermana -dice y yo giro a verla, ya que habia terminado de cepillar mi largo cabello.
-Pero conociendo al buitre que papa tiene en su hombro no dejara de buscarme marido -dije en un tono decaido, el buitre de Otto siempre estara ahi para llenarle la cabeza de ideas estupidas- No quiero casarme, hermana. No ahora.
Mi hermana comprende mi situacion, a lo que junta nuestras manos para darme fuerzas.
-Tu casate con quien quieras, es tu vida, es tu Reino, hermana -me dice de forma comprensiva- A quien le importa si te casas con un hombre, un ciervo o una roca -ambas reimos- Si tu lo quieres a el, hazlo.
Es lindo tener a alguien en la corte que SI te entiende.
Ambas nos abrazamos y yo cierro mis ojos. Abrazar a Rhaenyra es como abrazar a mama, ella me hace sentir cerca a mi madre.
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