Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8. No puedo quedarme.

Buenos días, solecito. Así me saluda Reed desde que a mamá se le ocurrió avergonzarme de esa forma—me quejo saliendo de clases. Kevin se controla para no sonreír pero lo conozco tan bien que sé que quiere usar esa palabra. Ha pasado una semana ya de eso y para mi sorpresa Reed no ha huido. Ronnie, Lila y yo hemos pasado más tiempo juntas.

Ahora la que se la pasa evitándolo soy yo. Ni siquiera puedo verlo a los ojos, me ha provocado tocando su instrumento ruidoso desde hace tres días, tengo la teoría que ha puesto una alarma a la misma hora en que las farolas de la calle se encienden. Y aunque he estado a punto de caer, no lo he hecho.

Capullo insufrible.

—¿Y qué hay de malo en usar ese apodo?

—Que él lo hace para molestarme. No con cariño cómo mamá.

—¿Por qué no simplemente le hablas y ya?

—No, gracias. Estoy bien así.

Kevin ha terminado el libro mucho antes que yo, y se ha puesto a contarme lo mucho que le ha gustado dilema doméstico durante toda la clase, aunque la verdad de eso se trata, hablar sin spoilers por los que aún no terminan. Pero, yo estoy particularmente de malas hoy y no sé bien porque es, para mi suerte es viernes.

—¿A qué esperas?

—¿Eh? —pregunto sin entender de qué habla.

—Quieres que se le olvide el beso y siga echando polvos casuales.

—Reed no me gusta, Kevin. Así que él puede echar los polvos que quiera.

—Ya. Pero no te creo. El chico es guapo, no tanto como yo, pero lo es.

Por primera vez en el día he sonreído y Kev se remueve el cabello para mostrarme que sí puede ser atractivo.

—Para por favor—enarco una ceja y me llevo una mano al pecho con dramatismo—. Detente o me vas a enamorar.

—Lo sé—pestañea varias veces—. Voy a reservar mis encantos para alguien que no esté pillada por alguien más. Tendrás que superarme.

—Está bien, creo que puedo con eso—respondo.

Una notificación aparece en mi pantalla. Es Reed y es ahora que me doy cuenta que no tengo su número de teléfono aún.

Reed: ¿Quién es la que huye ahora? Has pasado de mí toda la semana.

Yo: Aprendo del mejor. He tenido cosas que hacer, el mundo no gira a tu alrededor, que lo sepas, capullo.

Reed: ¿Quieres ir a cenar?

Comienzo a escribir un no con una carita feliz, pero él es más rápido y manda: Hoy me mudo, Dumbo.

Yo: ...

Reed: De verdad, me encantaría que vinieras a cenar conmigo.

Yo: Vale, ¿pero puede ser temprano? Mañana me toca guardia en el hospital.

Reed: Por supuesto, ¿Te veo en el registro civil o prefieres una boda en la iglesia?

Yo: Pesado.

Reed: ¿Aun no te has enamorado de mí? Tendré que demandar a Cali porque aún no caes en mis encantos.

Yo: ¿Tu ya caíste por los míos? -.-

Kevin carraspea haciendo que la sonrisa en mi rostro se borre por completo. Tiene una ceja enarcada y yo finjo que no sé porqué me mira así.

Reed: Yo caí por ti desde hace mucho, Dumbo. Paso por ti a las ocho, bonita.

No abro el último mensaje y de pronto siento pánico porque he aceptado salir con él.

—Oficialmente tienes una cita, pastelito. Con alguien que no soy yo, pero lo acepto.

—No es una cita.

—¿De verdad? —pregunta, cruzado de brazos. Es mejor no responder a ello porque ambos conocemos la respuesta a la perfección. Kevin ya ha salido y yo he tenido que aguantar dos horas sobre autores de habla hispana en lengua inglesa. Estoy harta.

Las clases se van tan lentas que ya me he mareado de tanto girar al reloj que está a un lado de la pizarra. Y en cuanto veo que el catedrático toma sus libros, doy un pequeño brinco mental de felicidad y soy la segunda al salir del salón. Ni siquiera giro para ver si hay algún rostro conocido.



Estoy nerviosa y no sé por qué, es solo una estúpida cena. He sentido un par de retortijones y solo espero que no se le ocurra a mi estómago ponerse sensible justo ahora.

Me parece escuchar un ruido cuando salgo de la ducha, pero sé que Lila no ha llegado aún. Cuando estoy fuera del baño llevo una toalla grande alrededor de mi cuerpo y el sonido vuelve aparecer, es una risa nerviosa acompañada de murmullos. Provienen de mi cuarto, pero no hay forma de que alguien haya entrado sin que el portero lo haya visto, creo.

Abro la puerta. Lila tiene toda su caja de maquillaje afuera. Kevin está intentando fundirse con la pared a lado del escritorio, mientras Ricky luce avergonzado.

Se me ha desencajado la mandíbula.

¿Qué rayos hacen aquí?

El cotilla de Kevin.

Espera...Voy a matarlo.

Yo a ese lo mato.

—¡¿Sorpresa?! —dicen los tres al mismo tiempo. Giro hacia Kevin que se hace chiquito en la habitación y lo escucho tragar saliva. Sabe lo que ha hecho.

—¡Vas a tener una cita con mi hermano! —chilla la morena.

—Esta noche vas a echar un polvo. Enhorabuena.

—Vale, basta. Dejen de abrumarla—interviene Ricky.

—Queremos los detalles de todo lo que pase en la cena—sigue Kevin.

—Eh...No, yo no. No quiero saber si mi hermano tiene sexo o no.

Todos están peleando por lo que debería usar para la cena. Kevin quiere que vaya como una monja; tapada de pies a cabeza y Li, ha decidido que mostrarle mi esternón a su hermano en la primera cita es lo más acertado.

Digo, en la no primera cita. Porque no es una cita.

Ya. Miéntete todo lo que quieras.

Ricky ha elegido unos jeans y una filipina porque según él combina. Me estoy exasperando y mis opciones son unos pantalones de vestir color blanco con un bustier rosa de corazones o un vestido floreado de color verde.

Tengo que admitir que apenas y pongo atención a todos los consejos que me dan. Estoy tan nerviosa que me he puesto un calcetín al revés, me tiemblan ligeramente las manos y tengo que soltar aire ruidosamente para tranquilizarme.

Estoy empezando a desesperarme pero todo empeora cuando Lila ha decidido maquillarme. Siento que me dejará peor de lo que estoy, y no es que Lila no sepa maquillar, sí que sabe, es solo que siempre he creído que el maquillaje no me va. Kevin suelta un silbido en aprobación cuando Lila ha terminado.

Me veo al espejo y siento que voy bien, al final me he decidido por el conjunto del pantalón, pero ¿por qué no me siento segura?

—Estás que lo rompes, Sue—dice Lila muy convencida y Ricky asiente. Nunca voy a entender como alguien tan tranquilo puede gobernar a ese par de locos.

—Ve a romper corazones —menciona Ricky dándome un abrazo.

—Que lo sepas que yo te quiero más—dice Kevin uniéndose y un segundo después Lila se avienta.

Hemos quedado que Marco me recogerá porque el entrenador lo retrasó, bajo las escaleras lo más lento que puedo porque siento que en cualquier momento voy a tener un colapso mental y me voy a arrepentir. Pero en cuanto veo a Marco los nervios se disipan. Me abre la puerta y ninguno de los dos dice absolutamente nada en todo el camino. Él va manejando y yo creando mil escenarios posibles de lo que se supone que hablaré.

Marco se estaciona enfrente de un restaurante al que siempre quise venir, pero no nos dejaban pasar porque no llevábamos el vestuario adecuado, eso y que hacer reservación es casi imposible.

La entrada es sumamente colorida, hay luces amarillas saliendo del pasillo que da hacia la entrada y una multitud de gente en una de las puertas donde parecen estar empujándose. Cuando bajo del auto, Marco hace lo mismo que yo y me lleva a la siguiente puerta, donde no hay tanta gente, el guardia me da las buenas noches y sin preguntar absolutamente nada me deja entrar.

—Nos vemos, luego—menciona Marco detrás de la puerta—...Y Sue, no te vayas cuando te lo diga.

Es todo lo que dice antes de marcharse. Uno de los camareros me acompaña a la siguiente puerta, en el centro hay una gran barra circular donde están cocinando enfrente de los comensales, y en formas laterales se acomodan las mesas, todo es tan vibrante que he olvidado un poco los nervios. Los grandes ventanales que dan a la calle lo hacen lucir tan pacifico que podría mudarme aquí sin problema.

El chico me señala una mesa donde está Reed de espaldas. Y es cuando una mano me detiene, giro con rapidez por inercia y me encuentro con unos ojos pequeñitos que conozco muy bien.

—¿Sue?

Oh, no.

—¿Qué haces aquí?

—He venido a cenar—responde como si no fuera obvio.

—Me refiero aquí, ¿No te habías mudado?

Tyler parece acordarse de su mentira y abre la boca formando una grande "o", fabrica una sonrisa y titubea por un momento.

—He vuelto hace poco—prosigue—¿Quieres acompañarme?

—No, gracias, he venido con mi novio—miento. Me arrepiento al instante.

—¿Estás saliendo con alguien?

—No es de tu incumbencia, Tyler—frunzo el ceño esperando que se marche y regrese de donde ha salido—. Ten una buena noche.

—Solo intento saludarte, bombón—insiste.

—Me llamo Sue para ti.

—Antes adorabas cuando te llamaba así, ¿recuerdas?

Ruedo los ojos y de verdad espero que ya lo deje por la paz. Quiero ignorarlo, pero sé que si lo hago es capaz de presentarse en la mesa con Reed y me acabarían echando del restaurante por perder los estribos.

—No, no me acuerdo—musito—Se llama memoria selectiva.

Tyler da un paso más hacia mí con una de esas risas tan estúpidas que me hacen querer reventarle un sartén en la cara, ha intentado tocarme la mejilla y he tenido que retroceder un poco.

—Vuelve con quien hayas venido y déjame—digo en voz baja cuando la mesa de alado ha volteado a vernos.

Me doy vuelta y sigo caminando. No he girado para ver si se ha marchado pero, su mirada en mi espalda me dice que no, que sigue ahí observándome, cuando Reed me escucha llegar se levanta de su asiento e intenta mover el sofá para que me siente, pero ha olvidado que están pegados al piso y un rojo visita sus orejas acompañado de una risita titubeante.

Tardo en reaccionar cuando veo lo guapo que va. Está tan cerca de mi cuando me saluda con un beso en la mejilla que tengo que aferrarme al mantel, su mirada intensa, su olor, él me invade, toma mi mano derecha y antes de decir algo sus labios rozan mis nudillos hasta depositar un beso en mi mano. Mi corazón se ha detenido.

—Te ves preciosa—susurra.

Un calor peculiar aparece cerca de mi espalda recorriendo mi cuerpo. Ni siquiera me ha tocado y yo ya estoy perdida.

—¿Qué me pasa? —me escucha decir, pero no le presto atención porque veo venir con una expresión jovial a Tyler y en cuanto ve de quien se trata mi cita cambia su expresión a una de sorpresa—. Tiene que ser una broma.

Tyler carraspea y Reed no tarda en girar, aprieta los labios en una fina línea y espera que hable mientras yo me quiero hundir en el asiento. No me importaría ser el centro de mesa.

—¿En serio? —pregunta, incrédulo—. Tenemos que hablar.

—¿Qué te hace pensar que tenemos que hablar, Tyler? La última vez dijiste todo lo que tenías que decir y yo también. Estoy en medio de algo con mi novio.

—Son dos años sin resolver—menciona.

—En serio, ¿De qué vas?

—¿Puedes darme un segundo con mi ex novia? —se dirige a Reed y veo como él me pasa una mano por mis hombros en una clase de abrazo, me tenso ante su contacto pero no pienso apartarlo y aunque estoy desesperándome soy muy consciente de sus dedos en mi piel desnuda.

Tyler se acerca.

Estoy a punto de mandarlo a la mierda pero Reed habla primero.

—Ya te ha dicho que no le apetece hablar.

—De verdad, chico. Necesito que me des un momento a solas con ella—insiste y puedo ver que Reed está comenzando a perder la paciencia.

Voy a odiar toda la vida a Tyler por esto, pero no tengo más remedio que decir:

—¿Podemos ir a otro lugar? —Tomo la mano de Reed antes de salir y sé que no nos va a seguir porque solo es valiente cuando hay lugares seguros.

Reed sigue sosteniendo mi mano y creo que nunca antes he salido de un lugar agarrada de la mano de alguien pero me alegra que sea él. Al estar afuera un nudo aparece en mi garganta.

—¿Ese es Tyler? —pregunta, consternado—. Me estoy comenzando a ofender, que lo sepas.

—Era muy lindo y amable en ese entonces—me defiendo.

—Voy a creerte por mi salud mental—bromea.

Y el nudo en mi garganta crece. ¿No se pudo quedar donde estaba? En el mundo de las mentiras, me siento fatal y sentirme así en mi primera salida con Reed hace que me sienta peor. Tyler fue mi novio por dos años.

En realidad, ni siquiera fuimos novios oficiales pero estuvimos juntos ese tiempo. Los primeros seis meses me sentía en un cuento, les decía a todos que seguro con él me iba a casar, conoció a mis padres. Mamá lo odió desde el momento en que lo vio. Por su parte, cuando le presenté a Tyler a papá, a su esposa y a Fabiola, todos parecieron felices por mí.

Papá comenzaba con problemas de alcoholismo y fue entonces cuando descubrí que Tyler le regalaba alcohol a escondidas mío para ganárselo, después me enteré que papá le ocultaba que me engañaba con mi prima y cuando lo enfrenté juró que no había hecho nada, que papá era un alcohólico y mentía con tal de tener mi aprobación.

Le creí y una semana después, terminó conmigo diciendo que debía mudarse de ciudad porque le habían encontrado un tumor. Pero lo cierto es que se había ido de viaje con mi prima.

¿Quién miente con eso?

Reed se da cuenta de lo que está pasando y en un movimiento rápido me toma la muñeca.

—¿Qué pasa? —pregunta.

—Nada. Estoy bien.

Vale, seguro que te cree.

—¿Hice algo que no te gustó?

Mi corazón se ha ablandado, sin pensarlo mucho paso mis manos por su abdomen en un abrazo que no tarda en corresponder, puedo escuchar su corazón latir más rápido y eso me hace sentir extrañamente animada.

Así que también se le acelera la frecuencia cardiaca cuando estamos cerca.

Sue: 1 punto. Reed: 10,000 puntos.

Échale ganas, ya casi lo alcanzas.

Creo que se debe a que Tyler ha influido en mis emociones esta noche o que siempre he aceptado lo que los demás quieren sin priorizarme y ya me cansé. Dos años con un idiota que nunca formalizó ni se comprometió conmigo, y luego está Reed, que me besa, dice cosas lindas y desaparece una semana o cinco años.

Me separo de él demasiado rápido, tiene el entrecejo fruncido sin entender de qué va todo.

—¿A qué estamos jugando, Reed?

—No estamos jugando.

—¿De verdad? Porque me siento así.

—Sabes que no es así.

—No. La verdad es que no lo sé.

No dejo siquiera que responda cuando suelto algo más.

—¿Qué tienes que decirme? —cuestiono.

—Yo...—titubea un momento. Es cuando entiendo que no busca lo mismo que yo, no está ni cerca de hacerlo.

—¿Tú qué? —insisto—¿Qué quieres está vez? ¿Un polvo y desaparecer veinte años? Porque al parecer un beso ya no es suficiente para que te vayas.

Nos miramos un momento el uno al otro, yo estoy molesta y parezco loca reclamando cosas a alguien que no es nada mío. Me siento tan tonta que solo quiero marcharme a casa.

—¿Crees que te quiero solo para pasar el rato? —pregunta y suena indignado. La expresión relajada ha abandonado su rostro.

—No lo sé—confieso—. Ese es el maldito problema, que no sé qué buscas. Pero está claro que no es quedarte.

—¿Y cómo sabes eso? ¿Me lo has preguntado?

—Pues dímelo ahora.

—Sue, no...

—¿Lo ves? —menciono con una risa amarga.

—Sue...Yo...Es complicado—niega con la cabeza—. Es tarde y estás molesta...

Lo interrumpo.

—¡No estoy molesta, carajo! Y tu respuesta "es complicado" suena a solo quiero acostarme contigo y ya. SOLO DILO MALDITA SEA Y DEJA DE TRATARME COMO SI TUVIÉRAMOS ALGO.

Se ha tensado y luce cabreado.

¿Pues sabes qué, capullo? Me siento igual.

—¿Por qué demonios supones eso? —masculla mirándome—. Joder, Sue. ¿Crees que no me pregunto cómo te sientes cada que me voy? Pero tengo ensayos, y.... Y no quiero hacerte esto. No puedo. Pero cuando me doy cuenta ya estoy tocando tu puerta o queriendo verte...

Él se detiene un momento y cierra los ojos.

—Lamento hacerte perder el tiempo. Tienes razón, no me voy a quedar.

Se me ha crispado la mirada, se me ha crispado algo dentro y solo me queda asentir.

—Buenas noches, Reed.

Ni siquiera me mira. Ni una sola vez. Y es todo lo que tiene que decir para que yo me marche.

Adiós, capullo. 

Hola, bebés. 

¿Cómo están? Espero que se encuentren muy bien. Los Wattys se acercan y yo aun estoy intentando escribir para poder participar, esperemos que Sue y Reed puedan participar este año. 

Tomen mucha agua y no se olviden de descansar. 

¿Qué les pareció el capítulo? 

¿Qué creen que pase en el siguiente capítulo? 

Besos. Nos leemos en el siguiente capítulo. 

Actualización 1/2. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro