SeokJin caminó hasta la sala en donde estaba Namjoon merendando con su madre, se acercó de manera rápida para darle un golpe en el rostro, cosa que hizo caer al moreno.

–¿Q-que rayos te pasa?–gritó Yejin furiosa y sorprendida.

Namjoon se levantó igual de sorprendido, jamás imagino recibir un golpe de parte de Jin, siempre que lo maltrataba no recibía quejas, ante sus ojos era débil, alguien a quién se podía pisotear.

–No vuelvas a acercarte a Yoongi ni a su madre, si te atreves a ponerle un dedo encima otra vez, te lo juro Namjoon, te vas a arrepentir!–exclamo Jin con una mirada llena de odio.

–¿Qué tonterías estas diciendo?, vete de aquí antes de que obligue a que te saquen– su madrastra decía realmente furiosa.

Pero SeokJin sonrió burlonamente. –¡Tu te callas!

La señora Kim indignada iba a golpear a Jin pero este detuvo su mano. –No vas a volver a golpearme, ya no soy ese niño que podías maltratar a tu antojo– la mano de la mujer quedaba roja hasta que Namjoon empujo a SeokJin para hacer que la soltara.

–¿Qué te pasa?–dijo enojado Namjoon.

–Esto va para los dos, si vuelven a realizar algo contra las personas que quiero, se arrepentirán, incluso ahora Namjonie sigo pensando en como castigarte–dijo Jin, dejo salir una risita y se fue.

–¿Qué rayos le pasa a ese mocoso?– dijo Yejin a punto de reventar de coraje, Namjoon paso sus manos por su cabello, no sabia que esperar de esto, jamas había visto a SeokJin comportarse así.

Jin iba saliendo de la mansión, observo a EunHa que iba bajando con el señor Kim de su auto.

Ella corrió hasta Jin, le dio un beso en la mejilla. –¡Hermanito!

–¿Cómo estas, Eunha?–dijo Jin mientras le revolvía el cabello, ella hizo un puchero pero sonrió enseñándole su pulgar en signo de afirmar que estaba bien.

SeokJin poso su mirada en su padre quien le enseño una sonrisa. –Jinnie.

El pelinegro sintió su estómago revolverse, hacia mucho que ese sobrenombre no salia de esa detestable boca, cuantas veces no quiso el apoyo de este hombre pero solo recibía lástima.

–No tienes derecho a llamarme de ese modo– Jin le respondió alzando la voz EunHa se sorprendió, bajo la mirada y se hizo a un lado.

–Tienes razón, discúlpame– admitió el señor Kim con una triste sonrisa en el rostro.

–Me voy, nos vemos, hermanita– SeokJin dijo sin mirar más a su padre.

Yoongi estaba sentado fuera de su casa, se levanto de golpe al ver bajar a Jin de un taxi.

–¡Jinnie!–dijo corriendo hacia él, lo abrazo fuertemente, se estremeció al sentir un beso en el cuello por parte del pelinegro.

–Me gustaría ser recibido siempre de esta manera– dijo Jin con una bonita sonrisa.

Yoongi sonrió enormemente. –No me costaría hacerlo.

–Chicos, he terminado la comida– dijo la señora Min asomándose por la puerta. Ambos sonrieron y entraron a la casa.

SeokJin sentía que tenía una familia real por primera vez en mucho tiempo.