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CAPITULO 2

WESLEY

-¿Estas listo?. -me pregunta Marianne mientras empiezo a sudar. Mis manos tiemblan y mi corazón late fuertemente en mi pecho. Creo que me va a dar un infarto. Paso saliva y me limito a menear la cabeza negativamente ya que a causa de mi nerviosismo nada sale de mi garganta. Mantengo la vista al frente mientras permanecemos ocultos. Isabelle se encuentra sentada en una de las mesas de la cafetería junto a su mejor amiga Chiara, ambas sonríen mientras hablan animadamente.

-Wes, repasemos el plan.

Se supone que hoy es el primer día para conquistar a la chica que me gusta: Isabelle. Así que tengo que acercarme a ella y hablarle, pero creo que estoy a punto de desmayarme. Nunca le he hablado, ella ni siquiera sabe que existo ¡¿Cómo se supone que voy a hablarle así de la nada?!

-¿Sabes que? No quiero hacerlo, Anne. Estoy...aterrado.

Ella pone los ojos en blanco y se cruza de brazos.

-Eres un cobarde, Wesley Cooper.

-¡No lo soy!. Es solo que...me da miedo. ¿Y si me odia?

-Si no le hablas, no vas a saberlo, Wes.

-Es que...

-¡Es que nada! Lo harás y punto.

Abro la boca para replicar pero me interrumpe.

-Porque no vas a rendirte tan fácilmente, ¿Verdad?.

Paso saliva y meneo la cabeza negativamente. Marianne sonríe.

-Eso pensé. Ahora...¡mierda!

Su vista se posa por sobre mi hombro.

-¿Qué?.

Me giro para ver el punto exacto en que se dirige su mirada. Isabelle está saliendo de la cafetería.

-Wes, se va.

-Lo se. Pero...¿Qué quieres que haga?

-Que vayas detrás de ella.

-¿Qué?.

Ella empieza a empujarme por la espalda, pero no me muevo.

-¡No voy a hacer eso, Anne!. -Suelto exasperado mientras ella sigue empujándome en vano porque no logra moverme en absoluto.

-¡Muévete, Wesley!

-No voy a ir detrás de ella. Eso sería acoso.

-Si no te mueves perderás 1 día sin hacer nada y solo te quedan 29. Así que deja de ser un cobarde y muévete.

Veo a Isabelle con su hermoso cabello rubio salir por la puerta.

-Haz lo que quieras.

Escucho decir a mi mejor amiga dándose por vencido.

-Eres un miedoso.

Lo soy, pienso mentalmente. Han sido 5 años observándola y enamorándome en silencio, no puedo solo llegar y hablarle. Si, soy un miedoso, lo acepto.

Miro a mi mejor amiga.

-Lo siento.

Ella suspira.

-Esta bien. Mejor vamos a casa, mañana será otro día.

Asiento con mi cabeza derrotado y salimos de la cafetería. Caminamos en silencio por la acera mientras el sol comienza a ocultarse en el horizonte.

-Soy un desastre, ¿Verdad?.

Es lo primero que sale por mi boca rompiendo el silencio. Ni siquiera sé si se lo estoy preguntando a mi mejor amiga o a mi mismo. Me siento tan decepcionado de mi mismo. A veces quisiera ser diferente, odio ser como soy: un completo idiota.

Marianne detiene sus pasos al escucharme. Ni siquiera me doy cuenta de que ya hemos llegado al parque. Dejo de mirar al suelo y levanto la vista para posarla sobre mi mejor amiga.

-Lo eres. -hago una mueca ante su sinceridad. Pero no me molesta que me diga mis verdades en la cara. -Pero también uno de los mejores desastres que pueden existir.

Ella me sonríe y sus palabras me levantan el ánimo. A veces me pregunto que sería de mi sin ella, la quiero tanto. Es como una hermana para mi. Nos conocemos desde pequeños, crecimos juntos y siempre hemos sido ella y yo, la quiero más que a mi mismo.

Se acerca a mi lado y toma mi mano entre las suyas para darme ánimo. Ese pequeño gesto siempre me ha parecido tierno de su parte.

-Siempre serás mi desastre favorito, Wes.

Me sonríe con ternura mientras sus ojos color miel me miran con suspicacia. Siempre me han gustado sus ojos son tan peculiarmente hermosos que siempre me llenan de bonitas sensaciones. Supongo que nuestro vínculo de amistad se fortalece aún más con el pasar de los años.

-Lo se. Gracias por eso, Anne.

Me guiña un ojo divertida.

-De nada, Guapo.

Nos carcajeamos ante su fingido tono malicioso. Tomados de la mano seguimos caminando por el parque. Pero unos gritos nos hacen sobresaltar y soltarnos de la mano. Con el corazón acelerado del susto paseo mi vista por el parque tratando de encontrar a las personas que gritan.

-¡Es Isabelle!

Dice Marianne en voz alta señalando con su dedo hacia el frente donde se encuentra mi amor platónico junto a su mejor amiga mientras forcejean con un chico más o menos de mi edad. Pero es en vano, el chico es más fuerte y de un jalón le quita la cartera a Isabelle de sus manos y sale corriendo. Observo la escena sin saber que hacer, ya que el chico tiene un arma en su mano.

-¡Wes!

Escucho decir a mi mejor amiga a mi espalda mientras empiezo a correr por el parque detrás del ladrón. Tropiezo con un par de personas y me disculpo sin dejar de correr. El corazón se me va a salir del pecho y mi respiración se vuelve caótica a medida que avanzo. Necesito correr más seguido. La calle está desolada y estoy corriendo un gran riesgo al ir detrás de ese chico, pero todo sea por Isabelle. El chico va vestido todo de negro con una máscara cubriendo su rostro. Apenas puedo respirar.

El chico corriendo frente a mí tropieza y cae rodando al suelo. Llego a su lado e intento arrancarle el bolso de las manos mientras forcejeamos en el suelo. Siento un fuerte puñetazo en mi mandíbula, suelto un quejido pero logro arrancarle el bolso rosa de Isabelle. El chico como puede se levanta mientras yo permanezco en el suelo recostado boca arriba tratando de respirar con el bolso entre mis manos.

-¿Qué crees que haces maldito idiota?

El chico se saca el pasamontañas y sus ojos se encuentran con los mios. Lo primero que llama mi atención es su enorme cicatriz en la mejilla y lo diferente que son sus ojos; uno es azul y el otro es verde. Es un chico bastante joven.

-¿Por qué haces esto? Ella no te ha hecho nada.-Cuestiono mientras el chico me apunta con su arma desde arriba.

-Será mejor que te calles y me devuelvas eso.

-No.

-Entonces vas a morir, idiota. -espeta realmente molesta y yo me paralizo al instante.

Voy a morir.

Voy a morir y nunca pude hablarle a la chica que me gusta.

-¡Wesley!

Escucho gritar a una chica y me doy cuenta de que es Marianne quien lo ha hecho. Giro mi cabeza a un lado para advertirle.

-¡No te acerques, Anne!.

Pero luego se escucha un disparo y grito con fuerza al sentir el dolor quemando mi piel.

-Eso te pasa por meterte donde no te importa. -pronuncia el chico y con eso se va dejándome tirado en el suelo desangrándome. Mi hombro duele terriblemente y trato de respirar calmadamente, pero no puedo, el dolor es insoportable.

Escucho pasos acercarse.

-Wes, ¿Estas bien?

Veo a mi mejor amiga agacharse frente a mí con lágrimas en los ojos.

-Duele...

Es lo único que sale de mi boca mientras sostengo la cartera entre mis manos sin soltarla.

-¡Dios!

Escucho otra voz femenina y cuando giró mi cabeza noto que es Isabelle quien está de pie frente a mí.

-¡Llama una ambulancia!. -Le dice Marianne a Isabelle y esta asiente aterrada. La rubia me mira con sus perfectos ojos verdes y yo siento que estoy el mismísimo cielo.

-Vas a estar bien. -me dice mientras coloca su celular en su oído y creo que dejo de respirar. Ella me ha hablado. Seguro que ya estoy muerto o estoy soñando.

Mis párpados pesan y mi pecho duele terriblemente. Marianne toma mi mano entre las suyas mientras su cuerpo tiembla sin parar.

-Eso fue estúpido, ¿No crees?. -le susurro a mi mejor amiga.

-Ni se te ocurra morirte, Wesley.

-Creo que ahora si puedo morir en paz. Isabelle me ha hablado.

-¡No lo digas ni en broma, Renacuajo!. Recuerda que aún quedan 29 días, debes vivir.

Como puedo le sonrío.

-Te quiero, Anne.

Y mis ojos se cierran. Lo último que escucho es el sonido de sirenas.

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Patrixia💕
@patrixia_escritora