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Epilogo

NARRADOR OMNISCIENTE 

La vida los había forzado a crear muros. Ambos habían aprendido de las personas equivocadas, pero finalmente habían encontrado a las adecuadas.

Todos habían cambiado en los últimos meses, y, sobre todo eran mejores personas. Personas que finalmente amaban y ya no tenían miedo de lo que venía.

O eso creían. 

-¿Ya?- preguntó Alexander impaciente.

Elena miró el reloj y negó con la cabeza.

Ambos no estaban listos para esto, sabían que podían enfrentar cualquier cosa, pero, ¿un hijo? Eso era demasiado para ellos.

-Son dos minutos, solo han pasado cuarenta segundos- respondió ella.

Alexander respiró varían veces y tomó asiento junto a su esposa.

-¿Qué pasará si sale positivo?- preguntó con miedo.

-Pues tendremos un hijo- contestó Elena -¿Qué más podemos hacer?-

-Es muy pronto para tener un hijo. Tenemos mucho por delante, además que la empresa está en su punto más alto. Un hijo sería un gran peso en estos momentos-

La vida de la joven pareja estaba en su mejor momento, y las cosas parecían marchar bien, pues a sus cinco meses de matrimonio, realmente parecían felices.

Pero la preocupación venía de días antes, cuando Elena notó un retraso en su periodo. Intentó recordar si un embarazo podía ser posible, y vino a su mente la celebración de su quinto mes.

-Ya están- comentó Elena.

Ambos fijaron su atención en las tres pruebas de embarazo. Y todas arrojaban lo mismo.

NEGATIVO

Soltaron el aire retenido y se tranquilizaron.

-Gracias Dios - murmuró Elena.

-Señal divina de que aún no debemos ser padres-

Parecía que el alma les había regresado al cuerpo, y el ambiente había cambiado completamente.

Se quedaron un momento en silencio, reflexionando lo que acababa de pasar.

-Tengo hambre- dijo ella.

Alexander soltó una carcajada.

-Esta bien, vamos a cenar- menciono él.

Ambos se pusieron de pie y caminaron hacia la cocina, uno de los lugares favoritos de ella.




-Creí que ya no habría más sexo- dijo Elena rompiendo el silencio.

-Un susto por embarazo no me va a detener- respondió Alexander sonriente.

A 1000 kilómetros se podía notar la química que tenían entre ellos, sin embargo, aumentaba cuando se traba de estar piel a piel.

Y cuando ambos se abrazaban desnudos, se transmitían paz y amor.

Los corazones se llenaban de vida y la vida se sentía completa.

-Siento que las cosas están muy tranquilas- comentó ella con preocupación.

-¿A qué te refieres?- cuestionó su esposo.

-A que nuestra relación no parece tener altibajos y que todo esta siendo muy perfecto para ser real- respondió Elena.

-Pues es así como tiene que ser- respondió él -No necesitamos tener problemas para saber que estamos haciendo las cosas bien-

Elena pensó en su respuesta.

Tal vez, él tenía razón y ella solo se estaba preocupando por nada.

-Espero que sea así siempre- finalizó ella.

-Así será-

Se abrazaron mas fuerte y cerraron los ojos, para así caer en un profundo sueño.

Alexander y Elena aparentaban una imagen pública, pero cuando estaban solos, solamente eran dos personas dispuestas a amarse. Habían aprendido a sanar por las personas correctas y salir adelante por los motivos indicados.

No tuvieron el mejor inicio, pero cambiaron su final.

Nos enseñaron a nunca decir nunca y que al final de la lluvia, hay un arcoíris.

Pero, sobre todo, comprendieron que valía la pena luchar por la persona que te hace vibrar el lado izquierdo del pecho...

...Sin embargo, este no es el final de nuestros personajes, aún les queda un largo camino por recorrer, porque este final es solo el comienzo...

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