Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40 "Final"

POVS ALEXANDER AMBROSETTI

Estas dos semanas habían sido las mejores de mi vida, pues me había casado con la mujer que amaba, y eso me hacía sentir completamente feliz.

Amanecer todos los días y admirar su rostro tan perfecto. Al despertar, la miraba y me inspiraba a ser mejor personas por ella, y a trabajar para poder darle todo lo que se merecía.

Lamentaba no darle la luna de miel, pero la empresa estaba creciendo y aun no pasaba por el punto más alto, y eso implicaba más dinero, pero más trabajo. Salíamos temprano y regresábamos muy tarde, pero no me pesaba, porque todo el día la veía y podía estar con ella.

Miré su cuerpo dormido, y no me atreví a despertarla, pero era necesario, o se nos haría tarde, aunque siempre nos retrasábamos, porque Elena era experta en la impuntualidad.

-Mi amor- hablé en voz baja cerca de su rostro.

Solo se removió.

-Elena, es hora de levantarse- volví a decir.

-Cinco minutos más- se quejó.

Reí.

Esa frase la escuchaba todas las mañanas, y sabía que esos cinco minutos, eran dos horas más.

-Hoy tenemos junta ejecutiva- mencioné.

Ella automáticamente abrió sus ojos.

-La había olvidado- dijo sorprendida -No voy a perder la reunión que preparé por una semana-

Acto seguido, se levantó rápidamente y camino hacia al baño, pero dio media vuelta.

-Por cierto, buenos días amor mío- saludó. Vino hacia mi y me dio un pequeño beso.

-Buenos días hermosa- respondí.

Y así fue como comenzó nuestro día.




-Bienvenidos señores Ambrosetti- dijo la recepcionista en cuanto entramos al edificio.

-Gracias- dijo Elena sonriendo.

Yo me limité a un movimiento de cabeza.

Seguimos avanzamos hacia el ascensor. Una vez dentro, ella me miró.

-Un gracias no te haría mal- reprochó.

-Sabes que no me gusta hablar con los empleados, a menos de que sea muy necesario. Y un gracias no lo es- contesté.

-Pero es por educación- dijo con esa carita tan tierna que hacia me arrodillara frente a ella.

-Luego hablamos del tema-

El ascensor llegó al ultimo piso. Las puertas se abrieron y ahí estaba Claudia, con una sonrisa en la cara.

-Buenos días-

-Buenos días- respondimos al unísono Elena y yo.

A Claudia si la saludaba porque Aarón me había obligado a hacerlo, pues ahora era su "conquista" y tenía que ser amable con ella y aceptarla en nuestro circulo.

A pesar de tener un poco más de un mes de relación, no eran novios oficiales, pues sabía que Aarón no se sentía preparado para dar ese paso. Y sabía que él no sabía que hacer, pues con Claudia ya había durado mucho, pero no estaba seguro de si algún día se harían pareja oficial o seguirían siendo "conquistas".

-Aquí me quedo- dijo Elena en cuanto llegamos a su escritorio.

-Sabes dónde encontrarme- respondí dándole un beso en la mejilla.

Ella solo sonrió.

-Nos vemos-

Ambos nos despedimos y tomamos nuestros respectivos lugares.



POVS ELENA HELLS

Estaba emocionada.

Había preparado esta junta durante una semana, y era realmente importante para Alexander y para mí, pues estábamos avanzando mucho.

Me encontraba en la sala de juntas, y estaba preparando las carpetas y todo lo necesario. En unos minutos se daría comienzo a estará reunión, y solo esperábamos a los socios que vendrían.

Tenía que ir a la oficina de Alexander para dar los últimos detalles.

Subí al piso correspondiente.

-No te va a gustar lo que hay en la oficina- mencionó Claudia en cuanto me vio.

No dije nada, solo caminé a la oficina de Alexander con el corazón a toda velocidad. No sabía que esperar y eso me ponía nerviosa.

Toqué la puerta y esperé una respuesta.

-Adelante- dijeron del otro lado.

Al abrir la puerta, noté a un Alexander incomodo y era obvia la razón: No estaba solo.

Kendra estaba sentada en los sillones. Claramente se veía que no iba en son de paz.

-Elena, querida- saludó con una sonrisa falsa -Es muy grato verte-

Sonreí de la misma manera.

-No puedo decir lo mismo. ¿Qué haces aquí? - pregunté.

-Estuve de viaje unas semanas y acabó de regresar. Me han dado la noticia de que se han casado, no pensé que llegaran lejos- dijo ella.

-Pues créelo. Estamos casados y no puedes hacer nada para separarnos- respondió Alexander de una manera brusca.

-Yo no puedo separarlos, pero conozco gente que si puede- mencionó segura.

Me hartaba que viniera a hacernos creer que tenía control sobre nosotros y que podía sembrar miedo.

-¿Por qué mejor no te vas?- pregunté molesta -Yo no tengo ningún problema con que te saqué seguridad o te saqué yo-

-Es mejor que te vayas- apoyó Alexander.

-Solo esperen y sabrán de mi- dijo y acto seguido, salió de la oficina.

Respiré varias veces intentando calmarme.

-Lamento que arruinara tu felicidad por la junta- habló Alexander a un lado mío. Me abrazó y me dio un beso en la cabeza.

-Voy a estar bien, mientras no la vuelva a ver- respondí.

-No te preocupes, ella no volverá a entrar al edificio-

Giré para verlo.

-Ya debieron haber llegado los socios, es hora de irnos- comenté más tranquila.

-Te amo mucho- dijo Alexander la nada.

Sonreí.

-Yo también te amo mucho-




Después de dos horas, finalmente había acabado la reunión.

-Felicidades Alexander, estás haciendo un buen trabajo- dijo sonriente el señor Montenegro, quien era uno de los socios mayoritarios de la empresa.

-Muchas gracias, aun nos falta mucho por dar- respondió mi esposo feliz.

-Felicidades a usted también señora Ambrosetti, son un gran equipo- mencionó mirándome.

Solo me limité a sonreír.

Se despidió y se fue, dejándonos solos con el padre de Alexander. En estas pocas semanas, nuestra relación estaba avanzando, poco, pero avanzaba.

Pablo Ambrosetti estaba aceptando que su hijo y yo tuviéramos una relación, y aunque ya no hacia comentario despectivos de mí, sabía que aún no era de su total agrado.

-Debo admitir que me sorprende como trabajan los dos, hacen una gran pareja- comentó en voz baja.

-Significa mucho que lo digas- respondió mi esposo.

-Gracias señor Ambrosetti- me limité a decir.

Él tomó sus cosas y se marchó, dejándonos ahí solos.

-Al parecer estamos haciendo las cosas bien- dije sonriente.

-Siempre hacemos las cosas bien-

Alexander se acercó a mi y me abrazo por la espalda.

-Vámonos a casa, tenemos que celebrar- comentó mientras dejaba besos en mi cuello.

-Me acabas de convencer- respondí.

Nunca me habían hecho sentir así, siempre había tenido altas y bajas, pero sin duda, estaba en la cima con la persona correcta.



POVS ALEXANDER AMBROSETTI

Dos semanas después...

-¡Feliz cumpleaños amor mío!- escuché mientras me sacudían de la cama.

Inmediatamente reconocí la voz y la ocasión.

-¿Qué haces despierta tan temprano?- pregunté abriendo los ojos. Apenas iban a ser las 6 de la mañana y Elena no se despertaba a esta hora.

-Hoy es cumpleaños del hombre que amo y creo que vale la pena- respondió mirándome como tanto me gustaba.

Jamás había sentido lo que sentía cuando la miraba y ella sonreía, porque sabia que solo sonreía para mí.

-Gracias por recordarlo- agradecí mientras la abrazaba -Tu eres mi mejor regalo-

-Eso lo sé, pero tengo algo más para ti-

No necesitaba que me dieran regalos, pero me emocionaba mucho que ella se tomará el tiempo de escoger uno para mi.

-¿Listo?- preguntó ella emocionada.

-Listo- afirmé.

Sacó una caja, no muy grande, por tampoco pequeña. Tenía el logo de una marca de ropa que yo conocía. Al abrirla, vi una camisa rosa.

Elena se dio cuenta de mi cara confundida.

-Cuando empezamos todo esto, prometí regalarte una camisa rosa- aclaró.

Recordé el momento.

"-Algún día te regalaré una camisa rosa y notarás lo que es perfección- dijo con una sonrisa en la cara.

-Jamás me la pondré- hice una mueca de asco.

-No pierdo nada intentándolo- mencionó alegre."


-Y recuerdo decir que no me la pondría- dije.

Entonces su rostro se transformó, su sonrisa se borró y sus ojos se entristecieron. Automáticamente me arrepentí de mi comentario.

-Es broma, a partir de hoy será mi camisa favorita, porque me la regaló la mujer a la que amo-

Su sonrisa volvió a iluminar su rostro.

-De verdad espero que te guste- comentó volviendo a la cama para abrazarme.

Dejé la camisa de lado y la envolví de la manera más tierna posible.

-Gracias por mi regalo, gracias por estar en mi vida- dije mirándola a los ojos.

-Gracias a ti por aceptarme en ella- respondió -Ahora es hora de volver a dormir-

Solté una carcajada.

-¿Algo más que desees?- pregunté sarcástico.

-Si- contestó -Quédate conmigo-

-Siempre- respondí cerrando mis ojos y dejándome llevar por el amor.

La vida nos había dado tantas vueltas, pero sobre todo, nos había enseñado a nunca decir nunca...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro