41
—Ayer me altere —dijo Taehyung llevando una mano a su cabeza, parecía cansado—. No tengo intenciones de despedirte, sólo por favor no me dejes.
Lo mire con atención, tenía el rostro de un hombre que parecía haberlo perdido todo. Desgraciadamente estaba cansado de nuestra historia y nuestro pasado, quería empezar de nuevo.
—Ya no te amo, es por eso que no puedo quedarme aquí, sabiendo de tus sentimientos.
Taehyung puso en su rostro una expresión de dolor y me tomó por hombros sacudiéndome.
—No puedes estar hablando enserio, ¿has olvidado todo lo que vivimos?
—No lo he olvidado, pero mis sentimientos por ti han cambiado, así que tu también, es mejor que te olvides de mi y realices tu vida con una persona a la que si ames.
—¡Te amo a ti! —gritó, sacudiéndome de nuevo y forzando un beso. Lo empuje de inmediato.
—Ya basta, deja de hacer eso. Digas lo que digas no te amo —aclaré, con la esperanza de que entrará en su cabeza. Taehyung se había vuelto un hombre lamentable y no me enorgullecía de eso.
—¡Es por culpa de ese chico!, no te conviene, no ha hecho nada por ti.
—Me ha amado, eso es todo lo que necesito. Y no, no es por culpa de Jungkook, deje de amarte mucho antes de amarlo a él, Jungkook nunca fue mi refugio, ni mi consuelo. Dejé de amarte por tu culpa, por tus acciones y por mi mismo, porque decidí que no iba a amarte y sufrir. Ahora que entiendes, que ya no volveremos a estar juntos, ni siquiera como amigos, déjame ir.
—Vas a arrepentir por no haberme elegido —dijo seguro de sí mismo—. Ve a recursos humanos, arreglarán esto.
Taehyung salió molesto. No había forma de que nuestro final fuera feliz, ni de que pudiéramos hacer las paces. Suspiré profundo, sabiendo que no iba a arrepentirme, Kim no era el hombre de mis sueños, era egoísta y sólo se preocupaba por si mismo.
Baeko entró, parecía preocupado pero sonreí.
—Todo está bien ahora, es momento de empacar.
Lo hicimos rápidamente, pusimos mis cosas en las cajas y me dirigí con Namjoon para entregarle mis casos. No sé veía feliz, él podría estar enojado conmigo, o con Taehyung, cualquiera que de los dos, le estábamos haciendo pasar un mal rato.
—¿Entonces te vas? —preguntó y asentí—. Esta bien, al menos lo harás antes de que el barco se hunda.
No entendí sus palabras y al ver que no respondí, me sonrió de forma plana.
—Nayeon pidió una indemnización muy grande por daño moral, alegando que Taehyung es homosexual y se caso con ella para aparentar. Al parecer tiene como probarlo y lo llevó a la prensa, y sus padres no están felices. Había estado muy molestos cuando Kim pidió el divorcio, pero ahora que saben las razones, están dejando la firma, algunos socios están haciendo lo mismo y si no contenemos el problema ahora, estaremos en quiebra pronto.
—Lo siento tanto, pero ya no es mi problema, sólo quiero mi liquidación y vivir una vida pacifica.
—¿Eras tú con quien Taehyung salía antes de que se comprometiera?
—Eso no importa ahora —aclaré, era mi vida personal y no tenia porque saberlo, Namjoon se cruzo de brazos con una sonrisa plana y me miro seriamente.
—Importa porque si Nayeon lo sabe, te destruirá también. No podrás encontrar trabajo en otro lado y nadie querrá contratar a alguien que destruye familias.
—No tengo nada que ver con eso, si su matrimonio falló no es mi culpa. No hice nada para intentar meterme en su matrimonio.
—No tuviste relaciones con él en su boda —me quede quieto mirándolo fijamente, no había forma de que el supiera eso. Fue solo una vez y estaba lo suficientemente destruido para pensar racionalmente. Cuando no dije nada, el prosiguió: —Los vi, pero no es mi problema. Así que lo deje pasar, no me importaba mientras siguieran trabajando como lo hacían. De todos modos deberías ir y rogar perdón a Nayeon, para que no revele tu identidad.
Namjoon tomo los papeles y me indicó que me retirara. Pensé mucho en Nayeon y en como ella podía perjudicarme, por su puesto que los collares y las fotos donde los usaba podrían se runa prueba, pero no algo convincente. De todos modos esto no era un caso legal, sólo un chisme, ella sólo podría mencionar mi nombre y dejar que las personas saquen conclusiones, en todo caso estaría acabado y tal vez me lo merecía. Debí haberla advertido, y sólo me callé.
Terminé de sacar mis cosas de la oficina y me despedí de Jay. El estaba haciendo un puchero molesto y se cruzo de brazos.
—Debes seguir trabajando y esforzándote, y tal vez en dos años podamos estar frente a frente ante un juez.
—Puede ser, pero no llores si te ganó —me burle y Jay sólo sonrió.
—Ganaré, lo juró, porque tuve el mejor maestro.
—Intentas hacerme llorar niño tonto —revolví su cabello y le di un abrazo que duro mucho más de lo planeado—. Te voy a extrañar mucho.
Después de reunirme con la Lic. de recursos humanos, donde firme mi liquidación, una considerable y de la que no podía quejarme, y acordar que me depositarían el pago durante la próxima semana, regrese a casa, preguntándome todo el camino, mientras manejaba, ¿Qué iba a hacer?, Namjoon había escrito una carta de recomendación y tenia un buen currículo de los asuntos que había tomado, podía mandarlo a varios despachos y esperar si alguno apostaba por mi. ¿Pero cuanto tiempo?
—Siempre puedes poner tu propio despacho —Jungkook dijo con mucho confianza detrás de la línea. Me había llamado para preguntar como me sentía, parecía preocupado así que le hice saber que estaba bien. En realidad mucho mejor que nunca.
—No es tan fácil, además necesito dinero y tener clientes.
—"Ya tienes al primero —dijo y parecía que estaba cenando porque podía escuchar que estaba masticando y saboreándose algo—. obviamente soy yo, necesito que alguien se encargue del intestado de mi abuelo. No tienes que preocuparte, puedes hacer cualquier cosa que te propongas, tengo fe en ti."
—Gracias, te amo.
—Yo a ti —se detuvo por uno segundos en lo que no dijo nada—. Ven a vivir conmigo.
Miré de reojo a mi hermana, ella estaba acostada en su cama mirando el teléfono celular. Miré mis cosas invadiendo parte de su espacio. Luego pensé en mamá, no quería que ella se sintiera sola, pero la casa de Jungkook estaba a menos de una hora, podría venir a verla seguido. Ellas me extrañarían y yo a ellas, en el momento en el que me di cuenta de que estaba penando en las posibilidades, me di el valor.
—Esta bien —respondí de forma tímida.
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