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Capítulo 9 "Fragmentos frágiles"

Mina no podía creer lo que estaba pasando, de un momento a otro parecía una jodida coincidencia que no le estaba gustando para nada. Primeramente, esa mirada, ahí frente a ella, con una expresión de sorpresa y preocupación, la conocía. Jeongyeon estaba ahí y no solo eso, sino que parecía estar cerca de Chaeyoung, su esposa. Jeongyeon por su parte estaba sumamente nerviosa, Mina no tenía buena cara y a juzgar por la forma en la que la estaba mirando desde hace unos segundos, sabía que la japonesa no iba a ser muy amable.

Todas las personas en aquel momento estaban tensas, desde Nayeon hasta Chaeyoung, excluyendo un poco a Tzuyu ya que la pequeña no estaba segura de quienes eran las personas en el lugar, además de sus madres.

Pero finalmente, alguien rompió la pequeña batalla de miradas de Jeongyeon y Mina, pues esta última sintió un agarre algo débil en su brazo, notando que Chaeyoung era quien estaba sujetándola. La artista estaba recobrando un poco el aliento y al mismo tiempo, trataba de pensar en que decir en ese preciso momento, algo debía decir al respecto y debía ser pronto, antes de que todo se viniera abajo.

-Mina... -Soltó, primeramente, tratando de articular alguna buena excusa, pero para ser franca, no tenía ni idea de que más decir. Se sentía como un cachorro atrapado.

-Chaeyoung, ¿Estás herida? - Mina pregunto primero, quitándole la oportunidad de la chica para hablar.

-Yo... no, estoy bien...- contesto aun recuperando el aliento, intentaba ponerse de pie nuevamente, a lo que inconscientemente, guiada por su instinto constante de ayudar, Jeongyeon la tomó del brazo para que se apoyara y se terminara de poner de pie, Mina nuevamente miró a la rubia de cabello corto, tratando de entender que estaba haciendo ella ahí y que era lo que sucedía concretamente.

-Jeongyeon...- Mina llamo primeramente a la más alta, quien se puso tensa ante la voz de Mina pronunciando su nombre. -Tu estas aquí... ¿buscando a Nayeon?- preguntó por fin mientras echaba una mirada a la mencionada. La castaña sentía como su corazón latía con gran fuerza contra su pecho.

¿Qué debía decirle a Mina? Cualquier cosa que pudiera decir en ese momento pondría en peligro absolutamente todo lo que habían logrado hasta ahora. Estaban en un aprieto complejo de manejar y simplemente se sentía temerosa de arruinarlo todo. Jeongyeon podía ver como Mina observaba a la castaña, aunque la pregunta haya sido para ella, Mina esperaba a que Nayeon dijera algo al respecto... tenía que darle seguridad a Nayeon lo antes posible.

-Mina, ni siquiera sabía que Nayeon estaba en la ciudad... encontrarnos aquí es mera casualidad, puedes estar segura de ello- Jeong sonaba segura de lo que decía, logrando, para sorpresa de todas, que Mina asintiera aceptando aquella simple explicación.

-Entiendo...- contesto Mina para terminar de ayudar a Chaeyoung a poner de pie y después, sujetando su mano y con una mirada que casi parecía rogar, continuo. -Chaeyoung... quiero que me expliques que haces aquí y que está sucediendo. Primero me llamas diciendo que nos esperas en casa, pero... resulta que estas aquí, desfalleciéndote. Necesito que seas honesta conmigo- la japonesa tenía sus ojos cristalinos.

-Tengo muchas cosas que pensar antes de explicarte...- Contesto presa del pánico que sentía internamente, estaba a nada de ser descubierta por su familia.

-¡Pues hazlo de una vez!- Mina exigió con sentimientos expresados en el tono de su voz, la chica estaba frustrada.

Pero nuevamente, Chaeyoung no tenía palabras para decir, simplemente no había planeado que hacer en caso de que Mina la atrapara de esa forma. Sin embargo, al igual que Nayeon, veía en peligro todo lo que habían logrado en ese instante. Algo tenía que hacer, y quien debía salir más limpia de aquello debía ser Nayeon.

Tzuyu escuchaba y miraba todo, miraba la situación, Chaeyoung estaba con esa mujer rubia, se había marchado desde temprano y les abandono en algo que se suponía podían hacer juntas. Aunado a ello, la incapacidad de Chaeyoung de contestar a las interrogantes de Mina, solo le dieron una respuesta a Tzuyu, quien sintió un sentimiento que jamás imagino que su amada madre Chaeyoung iba hacerla experimentar...

Decepción.

-Es esta mujer a quien miras a nuestras espaldas ¿verdad? - Tzuyu se atrevió a irrumpir, llamando la atención de todas las presentes. - Es esta la mujer que frecuentas de ese ridículo local de citas llamado JYPink...- y nuevamente, todas las presentes se congelaron ante las palabras de la niña taiwanesa.

Chaeyoung sentía como su corazón latía más rápido de lo normal ¿Cómo es que Tzuyu supo de JYPink? Que era lo que sabía exactamente la pequeña. Por su parte, Nayeon se tensó ante la mención del lugar donde trabajaba, tal parecía que por esa razón la más joven quería ir a aquel local, pero... ¿Qué buscaba exactamente? Por su mente pasaba el hecho de que se vieran descubiertas y que Mina y Tzuyu supieran que Chaeyoung la busco únicamente para proponerle ser su remplazo.

Tzuyu se enfureció aún más al ver que Chaeyoung no decía absolutamente nada, por lo que el dolor y la decepción en su pecho finalmente explotaron.

-Te escuche aquel día en el que la tía Dahyun fue a casa a visitarte... ambas hablaban sobre una mujer, que ella debía traerte tranquilidad y que Dahyun debía prometer no decirnos nada a mamá Mina y a mi...- Tzuyu confesaba, haciendo que la expresión en el rostro de Chaeyoung mostrara la sorpresa que sentía ante las palabras de su hija.

-Chae, solo quiero que sepas que yo te apoyaré decidas lo que decidas, y si esa mujer es lo que te trae tranquilidad, entonces está bien...-

-Gracias Dahyun, sé que puedo contar contigo y que guardaras esto conmigo... Mina y Tzuyu no pueden saberlo bajo ningún motivo ¿De acuerdo?-

Chaeyoung recordó aquel día, Tzuyu había llegado de sorpresa y se comportó extraño, esto a raíz de que las había escuchado un poco, lo que significaba que la niña castaña no había descubierto la verdad del todo, pero entonces... la niña ahora había dejado implícito que ella realmente se estaba viendo con alguien más. Quizá, era el momento de alejarse por completo... quizá debía tomar la oportunidad.

-No puedo creerlo...- Mina irrumpió un momento. Todas podían ver como la japonesa bajaba la mirada y apretaba los puños, en un intento de contener sus emociones en ese preciso momento. -Ahora todo tiene sentido... colgabas tus llamadas cuando estaba cerca, te ponías nerviosa si te preguntaba con quién hablabas... de repente tu trabajo pareció ser más importante que nosotras, pero... resulta que realmente es porque estas mirando a otra mujer- la forma en que Mina soltó aquello, simplemente destrozaba el corazón de Chaeyoung.

Mina también estaba tomando el rumbo de la creencia de su hija, que ella estaba viendo a alguien más. Entonces cayó en cuenta que todo ese tiempo, sin si quiera darse cuenta, estaba enseñando con su actitud, lo que significaría vivir sin ella. Aunque lo hizo de la peor manera.

No había vuelta atrás, todo estaba colocado y listo para decir las palabras que se encargarían de redirigir su destino. Por lo que, tomo un bocado de aire y tras exhalar miro directamente los ojos a Mina.

-Lo siento mucho...- comenzó, aún estaba sumamente nerviosa y el dolor en su pecho era realmente creciente, aunque ya no sabía si se trataba de su enfermedad o de lo que estaría a punto de decir. -Mina... se me salió de las manos esto, lamento que sea así como tengas que saberlo- continuaba denotando su nerviosismo.

"-Chaeyoung... por el amor de dios ¿Qué estas a punto de hacer?-" Nayeon no estaba lista para la reacción de la japonesa y su hija.

-Es verdad Mina, yo... estoy viendo a alguien más...- una oración simple, pero que repercutiría indefinidamente.

El silencio volvió a ellas un breve momento, la japonesa sentía que su corazón ahora mismo era un cristal y Chaeyoung sin más arrojo una roca a el, quebrándolo en miles de pedazos. Mina volvió a bajar la mirada, pretendiendo ocultar su rostro de todas las presentes y posteriormente soltó una sonrisa triste.

-Ahora entiendo todo...- fue lo único que salió de sus labios para posteriormente mirar a Jeongyeon. -¿Eres tú?- preguntó, poniendo nerviosa a la más alta.

-No, Mina. Desconozco que es lo que está sucediendo en concreto. Solo fui alguien que se detuvo a ayudar- Jeongyeon respondió rápidamente, pues aquello era casi una verdad.

La pelinegra únicamente asintió, tomando lo que Jeongyeon había dicho como un hecho. No deseaba escuchar a nadie más, pues sin importar lo que realmente ocurriera o lo que le ocultaran, solo tenía algo claro, y era que Chaeyoung la había traicionado.
El simple hecho de pensar aquello punzaba contra su pecho, estaba destrozada, simplemente no lograba entender que había llevado a la artista a cometer aquello. ¿Ya no la amaba? ¿dejó de amar a Tzuyu incluso? Simplemente no podía pensar en nada, solo rondaba por su mente el ¿qué podía llevar a una persona a dejar de amar a su esposa e hija?

Debía salir de ahí, no estaba segura de cuanto más podría quedarse sin que sus emociones se desbordaran.

La japonesa simplemente levanto el rostro, dejando que todas pudieran ver sus ojos cristalinos y finalmente se dirigió a la mas joven, esa taiwanesa que tenía mala cara y que su expresión estaba a punto de soltar lágrimas también.

-¿Estas bien Tzuyu? ¿Quieres que nos vayamos? - pregunto manteniendo la calma. Debía ser fuerte para su hija.

-Quiero irme... por favor- la voz de Tzuyu se quebró en ese momento mientras pasaba su brazo por su rostro, limpiando las lagrimas que acababa de soltar.

Finalmente, Mina arropó a Tzuyu antes de darle una última mirada a Chaeyoung, una donde por fin derramo lágrimas y sin decir nada más, ambas se fueron de ahí. Ya no había marcha atrás

Para Chaeyoung ver aquella ultima mirada fue la experiencia más dolorosa que pudo experimentar, ni si quiera los males del cáncer matándola eran tan desgarradores como ver la mirada y expresión rota de Mina, y por supuesto, ese rostro decepcionado y herido de Tzuyu.
Solo pudo mirar la espalda de ambas perderse entre la multitud, rodeada del silencio de Jeongyeon y Nayeon.

La castaña por su parte también se sentía terrible, era la segunda vez que miraba esa expresión llena de dolor en el rostro de Mina...

-¡Nayeon!- Escuchó la voz de su amada llamarla, se separó del contacto con Jeongyeon solo para percatarse que en la entrada de aquel almacén estaba la japonesa, estática y con una expresión que hizo que olvidara su propio dolor por completo.

-Mina...- susurro el nombre de su amada, quien, sin hacer gesticulación alguna, derramó lágrimas. -Espera... esto no es lo que crees...- Se separó abruptamente de Jeongyeon y trato de acercarse a la japonesa, sin embargo, ella le dio la espalda rápidamente, corriendo lejos.

-¡Mina!- volvió a gritar su nombre.

Esa fue la ultima vez que Nayeon la vio, su espalda esfumándose entre los demás alumnos aquel trágico día de graduación. Hasta aquel día en la exposición de arte...

Nayeon tuvo aquel recuerdo doloroso, llevando sus manos a su pecho, haciendo una ligera presión en el, como si haciendo aquella acción pudiera apaciguar las emociones que estaba experimentando. Pero no era la única, alguien ahora mismo estaba sufriendo igual o más que Mina y no era ella, se trataba de Chaeyoung, por lo que rápidamente dirigió su mirada hacia la artista que observaba sin moverse ni un momento la dirección en la que Mina y Tzuyu se habían ido, todo mientras sus lagrimas inundaban sus mejillas de una forma que pocas veces se podía ver llorar a una persona.

Nayeon entonces guardo su propio dolor para ella y decidió acercarse a Chaeyoung, tratando de servirle de apoyo a la chica.

-Chae... ¿Por qué lo hiciste? - Nayeon preguntaba a la menor, quien simplemente bajaba la mirada, notando como pronto sus lágrimas llegaban al concreto.

-Porque la amo... y debo dejarla ir...- susurró mientras que, al igual que Nayeon hace un momento, llevaba sus manos hacia su pecho y hacia presión, intentando de todas las formas posibles apaciguar la dolorosa sensación de dolor en su interior.

Nayeon apretó los puños con frustración, no entendía nada en absoluto, ¿Cómo es que lo que Chaeyoung acababa de hacer podía ser un acto de amor?

-Dijiste que querías evitarle sufrimiento con todo esto... pero la forma destrozada en la que se marchó... Chaeyoung, esto la está haciendo sufrir- comenzaba a decir tratando de contenerse. -¿¡Como esto evitaría que sufra!?- soltó con su frustración a flote. Sentía culpabilidad en ello.

-Porque tiene que aprender lo que significará vivir sin mí, Nayeon...- por fin la artista levantaba la mirada de nuevo. Su cuerpo tambaleaba, amenazando con desfallecer en cualquier momento.

-Nayeon, basta... tenemos que llevar a Chaeyoung a un hospital, no se encuentra bien- Jeongyeon finalmente intervenía, la chica estaba sumamente preocupada por lo que estaba sucediendo y la apariencia de la menor. -Por favor, llama un taxi de inmediato- la rubia más alta rogó a su amiga.

Nayeon simplemente suspiró y sacó su teléfono. Era verdad, Chaeyoung necesitaba apoyo médico en cuanto antes, por lo que simplemente llamo por un taxi. Cuando este llegó, Jeongyeon ayudó a Chaeyoung a subir y finalmente se marcharon.

.

Las tres chicas llegaron al hospital y entre las dos mayores ayudaban a Chaeyoung a andar hasta el interior del nosocomio siendo recibidas amablemente por recepción.

-¿En que puedo ayudarlas señoritas?- preguntó la mujer al otro lado de un escritorio.

-Escuche, ella padece leucemia, tuvo dificultades respiratorias hace un momento y le ha costado un esfuerzo extra mantenerse en pie- explicaba Nayeon a la recepcionista quien inmediatamente pidió apoyo de una enfermera.

Cuando la joven enfermera apareció, con el apoyo de una silla de ruedas, se encargó de llevarse a Chaeyoung de inmediato, pidiendo a Jeongyeon y Nayeon que esperaran un momento.

-Disculpe ¿qué son ustedes de la paciente? - interrogo la mujer en recepción.

-Yo soy su amiga, estábamos cerca cuando todo sucedió- explicaba la castaña.

-Entiendo, vera, es necesario que se contacte con algún familiar de la señorita Son- informo nuevamente.

Jeongyeon y Nayeon se miraron mutuamente con preocupación, Chaeyoung seguramente tenía su teléfono con ella, por otro lado la única persona que Nayeon podría contactar sería Mina, pero estaba totalmente fuera de lo posible debido a todo lo acontecido.

-Escuche, realmente en este momento no se está en la posibilidad de contactar a algún familiar, somos a las únicas que ella tiene en este momento- explicaba Jeongyeon. La mujer las miró por un breve momento, pero finalmente accedió.

-De acuerdo, necesitaré que alguna de ustedes dos me proporcione sus datos para consultar cualquier progreso de la paciente- solicitó amablemente la mujer.

Nayeon estaba por tomar la responsabilidad, pero Jeongyeon la detuvo.

-Espera, si te colocas como responsable puede ser que sea contraproducente, déjame hacerlo a mi- sugería.

-Pero... yo te metí en este embrollo... no deberías cargar con ello- la castaña estaba realmente apenada con su amiga.

-Tranquila, cuando Chaeyoung pueda comunicarse con alguien más la responsabilidad pasará a otra persona, por favor no te preocupes por ello. Además, no puedo dejarte sola en esto- y Jeongyeon finalizaba con una sonrisa, aquella que siempre usaba para tranquilizar a su mejor amiga.

Nayeon simplemente suspiró y acepto a que Jeongyeon fuera quien diera su nombre. Finalmente, ambas se quedaron en la sala de espera, tratando de calmar sus pensamientos. Nayeon en especial no podía sacarse de la cabeza la expresión de Mina, incluso como el dulce rostro de Tzuyu se vio modificado por la dolorosa noticia. Se mantenía en pie de que aquello quizá estaba haciendo sufrir a Mina más de lo que se imaginaban, claramente sabía que Chaeyoung iba a alejarse, pero nunca imagino que tomaría tal decisión tan repentinamente.

Simplemente no dejaba de pensar en como es que estaría Mina en ese momento, incluso Tzuyu. Tenía una urgencia por verla, pero también estaba preocupada por la rubia en el hospital.

Finalmente, después de hora y media de espera; el médico que había atendido a Chaeyoung llamaba a Jeongyeon y Nayeon, quienes se apresuraron a saber cómo estaba la rubia.

-Hemos dado una dosis de calmantes para la paciente, su estado de animo no era el mejor. Ahora mismo ella se encuentra mejor respecto a eso, pero hay un problema más serio- Comenzaba a explicar el hombre de bata blanca. -Ella esta cursando por una anemia aplásica, originada por la leucemia. Según lo que ella nos ha dicho, no está tomando ningún tratamiento de quimioterapia y se ha mantenido a base de anticancerígenos, lo cual está haciendo que la enfermedad avance más rápido de lo que debería si ella tuviera alguna intervención- explicaba el hombre, logrando preocupar a ambas chicas.

-¿Ella no está tomando ningún tratamiento?- Nayeon pregunto sobresaltada, no tenía ni idea de que Chaeyoung ni si quiera se aferraba a una esperanza de vivir.

-No, y ya que ella no esta tratándose, realmente me temo decirles que su estado actual irá empeorando rápidamente- informaba el médico.

-Nayeon y Jeongyeon se miraron por un momento, no podían permitir que la salud de la artista fuera peor tan pronto.

-¿Ella necesita la quimioterapia forzosamente? ¿Hay algo que la ayude momentáneamente? - preguntaba preocupada Nayeon, no iba a permitir que Chaeyoung se fuera sin su último deseo cumplido.

-De hecho hay algo que ella requiere para al menos recuperarse un poco, necesita un trasplante de médula ósea y de momento, vendría de maravilla transfundirle también algunos hemoderivados- informaba el hombre.

-De acuerdo, entonces ambas seremos donantes- Jeongyeon se adelantaba a decir, sin embargo, el médico la paro de inmediato.

-Sería maravilloso, sin embargo, necesitan ser del mismo tipo sanguíneo. Según los antecedentes de la señorita Son Chaeyoung, su grupo sanguíneo es B- y aparecía un nuevo problema.

-Demonios, soy tipo O - Jeongyeon informaba, Nayeon suspiro en respuesta.

-Yo soy tipo A... - la castaña tampoco resultaba ser compatible.

-¿Qué hay de Mina? Podríamos convencerla de alguna forma, sin que sepa mucho- preguntaba Jeongyeon a lo que Nayeon negó de inmediato.

-No es posible, Mina también es tipo A- aseguraba la mayor.

Ambas amigas ahora mismo se encontraban en un ligero aprieto, tenían que encontrar un donante para Chaeyoung si querían que la chica viviera un poco más. Estaban frustradas.

-Mientras llegan a un acuerdo, pueden pasar a ver a la paciente, ya se encuentra mejor. También serviría para discutir con ella lo que desea hacer para tratar su padecimiento- Y sin más, el médico dejaba a ambas amigas pasar a la habitación de la artista, quien ahora estaba en una camilla recostada.

Nayeon fue la primera en acercarse, tomando la mano de la chica con suavidad y dedicándole una triste sonrisa. La artista la correspondió débilmente.

-¿Te sientes al menos un poco mejor?- Preguntó primeramente, notando como la rubia soltaba una pequeña risa desganada.

-Acabo de romperle el corazón a las dos personas que más he amado en el mundo... no se puede estar bien de ninguna manera- respondía mientras cubría con su brazo su rostro.

La mayor sintió su corazón estrujar ante o dicho por la artista.

-Se que estás pasándolo muy mal... quisiera poder ser de ayuda, poder hacer algo por ti- Nayeon bajaba la cabeza con frustración.

-Haz que todo esto valga la pena... eso es más que suficiente para mí- aclaró la coreana menor, correspondiendo la caricia que Nayeon le había dado.

Tenía que decírselo a Chaeyoung, que tenia que aceptar al menos una intervención o no acabaría nada bien aquello, pero se sentía cohibida debido a lo que estaba pasando emocionalmente con la rubia.

-Chae, escucha por favor. El médico dijo que necesitas un trasplante de médula o todo acabará pronto...- la castaña soltaba aquello completamente nerviosa, sintió como la artista se tensó.

-No voy a intervenirme de ninguna forma- soltó la chica mientras se reincorporaba lentamente.

-Pero, ¿por qué no quieres hacerlo? - esta vez, Jeongyeon se atrevió a irrumpir.

-Porque no vale la pena, 26% de probabilidades "con" el tratamiento... es una sentencia de muerte anticipada... No tienen idea de lo horrible que es mirarte al espejo y ver como tu físico va en decadencia... como el cabello se cae y no puedes hacer nada para evitarlo. Si yo puedo emplear mi tiempo en cumplir mi objetivo, entonces así será- aclaraba con firmeza, dejando claro que no iba a intervenirse de ninguna forma.

-Pero ¿realmente correrás el riesgo de irte antes de que Nayeon logre que mina la ame? Acabas de romperle el corazón y ya estás decadente... ¿tomaras el riesgo? - Jeongyeon persuadía de forma algo pasivo-agresiva.

Entonces hubo un silencio considerable en aquella habitación de hospital. Jeongyeon tenía razón, ahora mismo se encontraba en una situación que ponía en riesgo la poca prevalencia que tenía en el mundo. La verdad era que todo lo que sufría un paciente con cáncer era realmente aterrador y doloroso, ella tenía miedo a volver a sufrirlo, a decir verdad. Pero si era por el bien de Mina y Tzuyu, por el hecho de ver su ultimo deseo cumplido, entonces tomaría el sacrificio... no tenía nada que perder.

Finalmente suspiró derrotada.

-Bien... será la única intervención que aceptare. Lo haré por mis chicas...- dijo con voz débil, casi como un susurro al final, mientras hacia una mueca, intentando contener nuevas lágrimas.

-Nos alegra mucho, Jeongyeon y yo nos encargaremos personalmente de conseguir a un donante... será algo atareado pero, lo lograremos, te lo prometemos- Nayeon aseguraba, mientras aun mantenía su contacto con la mayor.

-Muchas gracias, Nayeon- la artista contenía el impulso de volver a romper en llanto, pues no era momento para eso. Aun tenía una petición para la mayor aquel día tan trágico, y es que estaba preocupada por Mina.

Conocía lo suficiente a la chica japonesa como para saber que ella no estaría bien y necesitaría compañía. Mina podía simplemente no ponerse a pensar en consecuencias cuando estaba sumamente herida; cosa que sucedía en ese momento.

-Escucha, Nayeon... sé que estas preocupada por mí pero yo estaré bien, realmente deseo que vayas a buscar a Mina y trates de asegurarte de que ella esta bien- Nayeon escuchó la petición de la artista, ciertamente también tenía muy presente a la japonesa en su mente, en ningún momento dejó de rondarle de cualquier forma.

-Sabes que muero por ir tras ella, pero no puedo simplemente dejarte aquí- a pesar de todo, la coreana mayor no podía alejarse de Chaeyoung cuando esta estaba vulnerable.

-Yo me quedaré con ella, Nayeon. Tú deberías ir a buscar a Mina- Jeongyeon apoyaba la idea de Chaeyoung, confundiendo un poco a la castaña.

-Pero...-

-Nay... es la segunda vez que rompen el corazón de Mina... ella te necesita-

Nayeon se sorprendió por la forma en la que Jeongyeon había dicho aquello, haciendo alusión a lo sucedido años atrás. Su mejor amiga no tenía porque estar enredada en toda esa situación, y aun así, Jeongyeon estaba fielmente a su lado, ayudándola en todo lo que pudiera; incluso ahora estaba en disposición de ayudar a Chaeyoung, cuando no era su deber y no tenía por qué desgastarse en ello.

Jeongyeon era un ángel.

La castaña simplemente se reincorporó y tras soltar un suspiro, asintió con determinación.

-De acuerdo, iré de inmediato ¿Cuál es la dirección? - preguntó a Chaeyoung quien, tan rápido como su cansancio se lo permitió, dicto la dirección de su hogar, esperando a que Nayeon pudiera encontrar a Mina ahí.

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El taxi se detuvo frente a una casa de bonita apariencia, Nayeon quedó impresionada del hogar que Chaeyoung y Mina tenían. La castaña se limitó a pagar el taxi y descender. Una vez que estuvo frente a la casa, miro la puerta principal, tratando de armarse de valor para manejar lo que sea que encontrara ahí dentro.

Nunca estuvo capacitada para ver a Mina llorar porque siempre que lo intentó, terminaba llorando junto con la japonesa, pero esta vez era diferente, esta vez debía ser una fortaleza.

Llamo a l puerta un par de veces, pero simplemente no hubo respuesta, se preguntó si quiera si la chica estaba en casa.

E hizo un nuevo intento, llamando nuevamente a la puerta, pero el resultado fue el mismo.

Supo que estaría mal entrar así sin más, pero estaba tan preocupada que simplemente giró la perilla de la puerta, encontrándose con la bonita sorpresa de que no estaba asegurada, por lo que se abrió sin ningún problema y tan rápido como entró, miro a los alrededores, tratando de saber dónde es que ambas mujeres estaban.

Camino desde la entrada hacia la sala, una habitación espaciosa con adornos y trofeos de desempeño académico, Chaeyoung y Mina eran increíbles. La tranquilidad reinaba en el lugar, hasta que al llegar a un pequeño mini bar en alguna parte de la sala, pudo notar un rastro de gotas de sangre, seguidos de restos de cristales de una botella de wiskey la cual se había derramado sin remedio alguno.

-¡Mina! ¿Dónde estás? - alarmada grito el nombre de la chica en el interior de la casa, aun no obtuvo respuesta.

Alarmada siguió las pequeñas gotas de sangre que iban desde el lugar de origen, en dirección a una habitación más. Tan rápido como pudo, llego a la entrada de lo que parecía ser la cocina, encontrándose por fin con la persona que buscaba, pero la forma en la que la encontró, volvió a estrujar su corazón.

-¿Qué carajo haces aquí? ¡Vete!- la voz de la pelinegra sonaba llena de dolor, el llanto no le permitía sonar natural.

Nayeon se acercó lentamente a la japonesa sentada en el suelo.

La mujer aun vestía la ropa que utilizo aquella tarde para su cita, había un vaso de cristal más en el suelo, con el cristal astillado y cerca se podía apreciar una botella más de wiskey, la cual se encontraba a la mitad aproximadamente. Lo que alarmó aun más a Nayeon, fue el hecho de que la mano izquierda de Mina sangraba, producto de algún corte accidental con los cristales que había roto.

-Mina...- susurro el nombre de la mujer en el suelo, simplemente no podía creer lo mal que aquel supuesto engaño puso a la japonesa.

-¡Dije que te fueras!- exigió la japonesa arrojando el vaso que tenía en su mano contra uno de los muros, esto ocasionó que más cristales quedaran esparcidos por el suelo. -No quiero tu lástima... solo quiero estar sola...- y más lágrimas aparecían en el rostro de Mina.

Nayeon simplemente llegó hasta ella y se arrodillo justo enfrente, para quedar a su altura y verse cara a cara, simplemente tragó el nudo en su garganta y sin previo aviso, atrajo a Mina hacia ella en un abrazo, envolviendo entre sus brazos a la japonesa y acarició su espalda, mientras la estrujaba con cariño y melancolía.

-No estuve contigo la primera vez que tu corazón se rompió...- comenzó diciendo Nayeon para finalmente depositar un leve beso en la sien de la pelinegra. -Pero ahora que se ha vuelto a romper, quiero estar por fin...-

Mina sintió las palabras de la castaña tan sinceras, que no pudo hacer más que aferrarse al abrazo de Nayeon y esconder su rostro en el pecho de la coreana, rompiendo en llanto una vez más.

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🐯🐧🐰

Llegó un momento crucial.

Bueno, es miércoles y hay capítulo nuevo. Me gustaría aclarar que probablemente llegue a subir capítulo los miércoles en la tarde o incluso podría suceder que suba un jueves. Esto debido al inicio de clases.
Espero no sea tan seguido.

En fin, muchas gracias por los votos, por leer y comentar, aprecio mucho la atención que le dan a la historia ✨

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